Desgraciadamente es frecuente  que se ignore entre los neófitos de la selvicultura y, a veces entre los profesionales, los daños que potencialmente pueden provocar los perforadores de los árboles, por lo que debería conocerse bien el caso que está ocurriendo actualmente en Canadá y Estados Unidos por el escolítido Dendroctonus ponderosae, o escarabajo del pino de montaña.

 

Exudaciones de resina en Pinus ponderosa causadas

por las perforaciones del insecto. (Fotografía .- K. Bleiker, CFS.)

 

 

 

 

 

 

 

 

Coincidiendo con los inviernos benignos e inusualmente cálidos de los años 90, se empezó a observar a partir de finales de la década la extensión y multiplicación de los daños provocados por este insecto. En las zonas donde estaba presente anteriormente  produjo más daños y comenzó a citarse provocando severos daños en lugares en que antes no había sido citado. La FAO comunicaba en 2010 que, Dendroctonus ponderosae, nativo de Norteamérica, había arrasado más de 11 millones de hectáreas de bosque en Canadá y en el oeste de los Estados Unidos de América desde finales de los años 1990, y se estaba extendiendo bastante más allá de su ámbito normal en un brote sin precedentes exacerbado por temperaturas invernales más altas. (FAO, año 2010); pero pronto esta evaluación quedó anticuada.

Situación  en Cánada

 

                                                               Extensión de la plaga de Dendroctonus ponderosae en 2012 en la Columbia Británica

 

El mayor ataque que se tiene registrado por  este insecto ocurrió en la Columbia Británica. Sobre más de 40 millones de hectáreas en Canadá se ha extendido la plaga, de ellas con mucha intensidad en  18 millones de hectáreas de bosques, habiendo alcanzado en 2012, tras doce años de plaga,  la pérdida de 723 millones de metros cúbicos de madera comercializable, lo que suponía en 53% de las existencias de los pinares. La plaga tuvo un pico en 2005, a partir del cual comenzó a decrecer, para 2017 se calculó que la madera muerta por este insecto alcanzó los 752 millones de metros cúbicos. Se considera que en la mayoría de los casos la plaga remitió cuando todos los pinos que tenían las dimensiones para ser colonizados por el insecto habían muerto, dejando solo a aquellos que, por su juventud, no tenía su tronco un grosor suficiente para ser colonizados.

 

Masas de Pinus ponderosa muertas alrededor del lago Bonaparte, Columbia Británica. (Fotografía de K. Buxton, BC Ministry of Forests, Lands and Natural Resource Operation)

 

Los vientos han hecho que el insecto sea dispersado fuera de la zona en que estaba citado. Ahora está citado en en el nordeste de Alberta y por encima del paralelo 60º de latitud; lugares en los que el insecto era desconocido antes de la plaga, ya por la barrera física de las Montañas Rocosas, ya por las temperaturas demasiado bajas. Los daños continúan en la actualidad, habiendo mucha  preocupación en Canadá por la posibilidad de que el insecto colonice las masas de coníferas de los Grandes Lagos y el Este de Cánada (Canada Journal of Foreste Research, vol 48, año 2018), ya que aunque posee una preferncia por Pinus ponderosa, puede colonizar otras especies de pinos, de las españolas podemos citar que está citado sobre Pinus sylvestris, pues  muchos  ejemplares plantados como ornamentales en Canadá se han visto afectados. .

 

Daños en Estados Unidos.

 

 

 

Daños por el escarabajo de pino de montaña en Hume Lake, California en abril de 2016

 

 

 

 

 

 

 

En Estados Unidos el brote actual de los escolitidos es más de diez veces mayor que los brotes anteriores conocidos. A partir de mayo de 2013, la plaga se mostró agresivamente devastadora en los bosques de los  19 estados más occidentales del país. Desde Colorado y el sureste Wyoming, hasta las colinas negras de Dakota del Sur, llegando por el sur  hasta Arizona y por el norte a Idaho y Montana, ya en la frontera con Canadá.

Consecuencias

Dejando aparte los daños ecológicos evidentes que supone para los ecosistemas forestales la casi desaparición de los árboles de Pinus ponderosa que superan el  tamaño mínimo que permite ser colonizado por el insecto, incluyendo bosques enteros, y la extensión a otras especies del género Pinus, las conscuencias de la permanencia de todo este arbolado en millones de hecáreas se están manifestando con crudeza.

Los servicios forestales de Estados Unidos y Canadá se enfrentan al peligro potencial de incendio forestal de grandes consecuencias, pues las enormes superficies continuas de pinos muertos en pie representan un peligro potencial de incendio. El  gobierno de la Columbia Británica ha desarrollado una estrategia provincial específica para la gestión del combustible en las áreas de bosque muerto por el  escarabajo buscando reducir el riesgo rompiendo la continuidad de los combustibles. Estos tratamientos de manejo de combustible están diseñados específicamente para reducir el incendio en las zonas de interfaz que amenzan a las ciudades y a los lugares habitados por las poblaciones indígenas ubicadas en las zonas de infestación. La interfaz es la zona de encuentro, entre las ubicaciones habitadas y el bosque.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Daño de escarabajo de pino de montaña en Parque Nacional de Rocky Mountain en enero de 2012

Para el año 2017 la plaga se había extendido por un total de 88 millones de hectáreas, con una tasa de mortandad entre el 70 al 90 % del arbolado. Más de 20.000 Km  de líneas de energía eléctrica están siendo amenazadas con caída de árboles, lo que además de suponer el riesgo de cortes de energía electrica a las poblaciones, aumenta el riesgo de incendios; ambas facetas del problema podrían causar problemas generalizados para millones de personas. Están afectados 1.400 Km de pistas forestales y caminos rurales, 5.100 de carreteras, y más de 10.000 ha de lugares adecuados para el uso recreativo han visto como el arbolado ha muerto.

El servicio forestal de Estados Unidos está trabajando en una estrategia para la eliminación de los árboles muertos que suponen un mayor peligro, priorizando las áreas recreativas de alto uso, como campamentos, los caminos,  las  tierras adyacentes a las infraestructuras públicas vulnerables tales como líneas de alta tensión y las masas muertas cercanas a las comunidades habitadas.

 

Observación final.-  Entre los escolítidos de la fauna española Ips acuminatus, Ips sexdentatus y  Tomicus piniperda, son potencialmente capaces de producir daños graves en nuestros pinares. No hay que obviar la posibilidad de la introducción de escolítidos perforadores en nuestro país con graves consecuencias; valga como ejemplo D. Ponderosae que tiene su habitat natural en climas similares a los de la mitad norte de España y está citado sobre Pinus sylvestris.

Elaborado por José M. Sierra en base a informes de FAO, Servicio Forestal de Canadá, Adminitración Forestal de la Columbia Británia y el Servicio Forestal de Estados Unidos.