Incendios Forestales

18
Sep
2024

 

Autoría

Víctor Resco de Dios; Profesor de ingeniería forestal y cambio global, Universitat de Lleida

Marc Castellnou; Profesor asociado en el Área de Incendios Forestales, Universitat de Lleida

Rut Domènech; Investigadora, directora el Programa de Monitorización de Quemas Prescritas de California, University of California, Davis

Escribimos estas líneas mientras una gota fría finiquita la modesta temporada de incendios de este año en la España mediterránea y, al otro lado del Atlántico Brasilia, La Paz y muchas otras ciudades americanas se ahogan asfixiadas por el humo de los incesantes incendios amazónicos.

Hemos vivido temporadas de incendios muy diferentes a ambas orillas del charco, pero hay una serie de lecciones comunes que podemos extraer de lo acontecido durante este año.

1. Un problema social y de salud pública

Habitualmente asociamos los incendios con problemas ecológicos, pero se están convirtiendo cada vez más en una cuestión de salud pública. Muchas ciudades de Brasil y Bolivia están siendo invadidas por nubes de humo tóxico procedentes de la quema de la vegetación amazónica. Y algo parecido ocurre en Argentina con los incendios en las sierras de Córdoba.

Estos episodios de contaminación por incendios han sido asociados con aumentos de las hospitalizaciones en pacientes con patologías previas, como quienes padecen de asma, o de personas particularmente vulnerables, como los neonatos y los ancianos.

La exposición prolongada a estos humos también se ha relacionado con problemas de ansiedad y salud mental y, en última instancia, aumentan los costes destinados a sanidad.

Aun así, los efectos principales de los incendios forestales los viven quienes están en la primera línea del bosque. Esto es, las comunidades rurales e indígenas que habitan en el bosque o que viven de él. Un año más ha ardido el Pantanal, en Brasil, el humedal más grande del mundo, que ha sido el hogar de los pantaneiros desde tiempos inmemoriales.

2. Los peligros de la transición energética

Este año España ha sufrido el que probablemente sea el primer gran incendio forestal originado en los terrenos de una industria fotovoltaica. El incendio de Talaván (Extremadura) del 20 de julio acabó afectado a unas 900 hectáreas. Aunque por ahora se trata de apenas una anomalía, una curiosidad, esta anécdota se puede transformar muy pronto en tendencia si no tomamos las medidas necesarias.

Según una tesis doctoral de la Universidad de Edimburgo, las instalaciones solares originan entre 14 y 29 igniciones por gigavatio (GW). España es uno de los países con mayor implantación de la industria solar, con unos 25 GW de potencia. Bajo estas condiciones, cabría esperar entre 362 y 725 incendios anuales en base al trabajo mencionado.

Asimismo, España cuenta con unos 125 GW de potencia eléctrica instalada. Si el 100 % fuera solar, cabría esperar hasta 3 625 incendios al año. Por tanto, las actuaciones de prevención y el buen mantenimiento de estas infraestructuras cobran cada día una mayor relevancia y urgencia a medida que avanza su implantación a gran escala.

3. Incendios zombi: la nueva normalidad que nos deja el cambio climático

Muchos de los incendios que ha registrado Canadá este año se iniciaron en 2023. Estos habían sobrevivido a las nieves invernales consumiendo la materia orgánica del suelo y regresaron a la superficie del bosque tras el deshielo. Se trata de unos verdaderos incendios “zombis”, con inquietantes repercusiones climáticas.

Las emisiones por incendios en Canadá del 2023 ya fueron superiores a las de cualquier país del mundo (exceptuando EE. UU., China e India). Todavía es pronto para calcular las de este año, pero millones de hectáreas quemadas en apenas dos años consecutivos nos advierte sobre cómo el problema del cambio climático es aún más grave de lo que podemos imaginar.

4. Los incendios más mortíferos en áreas protegidas

Los dos incendios que, seguramente, han resultado los más devastadores de este año se iniciaron en áreas protegidas. El incendio de Valparaíso (Chile) de febrero de este año segó la vida de casi 140 personas. Las llamas nacieron en la Reserva Nacional Lago Peñuelas y mostraron un avance particularmente rápido debido al estado de la vegetación y de la atmósfera. El incendio en Jasper (Canadá) forzó la evacuación de todos los habitantes de esa localidad y acabó devorando un tercio de las casas.

La chispa con la que arrancó cada uno de estos dos incendios fue muy diferente, pues el primero resultó de un incendiario, mientras que un rayo prendió el segundo. Pero el resultado fue el mismo: un incendio cuya energía desbordó muy rápidamente la capacidad de los servicios de extinción. Esto nos indica la necesidad de enfatizar las políticas de prevención de incendios también en áreas protegidas.

5. ¿Protegemos bosques o casas?

Uno de los grandes retos a los que, nuevamente, se han enfrentado los cuerpos de extinción este año es cómo afrontar la protección de casas, y de personas, con respecto de la protección del bosque.

Cuando los núcleos habitados no cuentan con planes de prevención, la extinción se desarrolla con una gran incertidumbre. Los recursos se deben asignar preferentemente a la población, y no se pueden apagar las llamas que consumen el bosque. Sacrificamos ecosistemas para proteger a esta población que, en muchas ocasiones, luego clamará por la pérdida del bosque.

Los planes de prevención periurbana son responsabilidad privada, mientras que el bosque, aun cuando sea privado, aporta beneficios a toda la sociedad. Los planes de prevención periurbana, cuando están bien ejecutados y son lo suficientemente ambiciosos, permiten reducir la incertidumbre en la extinción. Esto nos permitirá poder gestionar ecosistemas en una situación donde todos ganamos.

Casos de éxito

El incendio ocurrido a principios de agosto en Vilanova de Meià (Prepirineo leridano) nos dejó un ejemplo de éxito sobre cómo gestionar el fuego en el bosque y en ambientes urbanos.

Durante los años 2014-2020, se ejecutaron una serie de quemas prescritas preventivas en una zona definida como estratégica para poder reducir el comportamiento de un eventual incendio.

Por un lado, la posición de la quema evitó el impacto en el pueblo de Montargull y en dos casas de turismo rural, funcionando por tanto como elemento de protección civil y para disminuir el estrés social. Esto es porque la intensidad del incendio disminuyó al llegar a esta zona tratada, dando una oportunidad a los servicios de extinción para apagar el incendio.

A nivel ecológico, en la zona previamente tratada ya observamos regeneración y cómo la mayoría de árboles sobrevivieron. Sin embargo, la gravedad del incendio fue muy elevada en la zona sin tratar, debido a la gran intensidad de las llamas, y no se aprecian signos de regeneración un mes después del incendio, pero sí una afección importante sobre el suelo.

Este 2024 nos está dejando con nuevas lecciones y viejos recordatorios sobre cómo mitigar y prevenir el problema de los incendios forestales. Esperemos que esta vez instituciones, profesionales y científicos tomemos nota.

The Conversation

22
May
2024

Science Daily thumb

Comprender cómo los incendios forestales cambian el suelo podría ayudar a la recuperación

Fecha:  14 de mayo de 2024

Fuente: Universidad de Stanford

Resumen:

Los incendios forestales graves pueden provocar cambios químicos en el suelo que afectan la recuperación del ecosistema y los riesgos para la salud humana. Un nuevo estudio concluye que una vigilancia y un modelado más amplios de estos cambios podrían servir de base para las estrategias de protección de vidas, propiedades y recursos naturales, y gestión de la vida silvestre.

HISTORIA COMPLETA

Los incendios forestales enormes y duraderos que se han vuelto cada vez más comunes en los últimos años pueden causar cambios en la química del suelo que afectan la contaminación del agua, la calidad del aire y el crecimiento de las plantas. Pero estos cambios están mal monitoreados y rara vez se tienen en cuenta en los esfuerzos de recuperación posteriores a los incendios o en las evaluaciones de riesgos, según un estudio de revisión publicado el 14 de mayo en Nature Reviews Earth & Environment.

El estudio, dirigido por científicos de la Universidad de Stanford y la Universidad Estatal de Colorado, encontró que se necesitan mejores técnicas para monitorear los cambios en el suelo y los ecosistemas circundantes. Este monitoreo mejorado podría informar las decisiones sobre cómo tratar el agua potable procedente de áreas quemadas, apoyar la reforestación y proteger a los trabajadores contra las toxinas durante la limpieza, la reconstrucción o la revegetación.

"En nuestro estudio, combinamos la química orgánica e inorgánica, mientras que gran parte de la investigación sobre incendios generalmente solo considera un área temática", dijo la biogeoquímica del suelo Claudia Ávila, quien codirigió el estudio con Alandra López, PhD '22, mientras ambos investigadores eran becarios postdoctorales en el laboratorio del profesor Scott Fendorf de la Escuela de Sostenibilidad Doerr de Stanford.

"Una mejor comprensión de los mecanismos moleculares en el suelo puede ayudar a explicar, por ejemplo, por qué el agua potable de una cuenca afectada por un incendio forestal es repentinamente más tóxica, o por qué un bosque no regresa", dijo el químico de suelos de la Universidad Estatal de Colorado Thomas Borch, autor principal del estudio.

Impactos climáticos y ecosistémicos

La revisión destaca la evidencia de estudios recientes que sugieren que los incendios forestales pueden liberar más dióxido de carbono a la atmósfera de lo previsto. Los restos similares al carbón vegetal de madera quemada y otros materiales orgánicos, conocidos como carbono negro, pueden no atrapar el dióxido de carbono durante largos períodos, como esperaban los científicos. "El carbono que ha pasado por los incendios forestales y se convierte en carbono negro puede convertirse más fácilmente en dióxido de carbono por los microbios de lo que se pensaba", dijo Fendorf, profesor Terry Huffington en Stanford.

"Desde una perspectiva climática, todavía tenemos una comprensión deficiente de cuánto carbono que queda después de un incendio tiene el potencial de transformarse en gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono", dijo Borch, quien trabajó en el laboratorio de Fendorf como becario postdoctoral hace 20 años.

Los incendios forestales pueden tener muchos beneficios para los ecosistemas, señalan los autores. Algunos incendios pueden aumentar el nitrógeno en los suelos y aumentar la solubilidad en agua del carbono orgánico del suelo, por ejemplo, preparando el escenario para el rebrote. Sin embargo, la recuperación depende de la presencia de otras sustancias químicas. Por ejemplo, ciertos tipos de moléculas orgánicas formadas en el suelo durante los incendios son necesarias para que muchas semillas germinen. Si la química local del suelo y las condiciones del fuego no producen suficiente cantidad de estas moléculas, llamadas karrikins, la revegetación puede atrofiarse.

Otra investigación incluida en la nueva revisión ha demostrado que los incendios forestales pueden duplicar la concentración en el suelo de un grupo de sustancias químicas tóxicas conocidas como hidrocarburos aromáticos policíclicos, que pueden inducir reacciones químicas que inhiben la revegetación. Estos efectos a escala molecular bien podrían explicar el misterio de vastas áreas donde los árboles han luchado por restablecerse después de los incendios forestales en las Montañas Rocosas, dijo Borch.

Los incendios forestales también pueden alterar las propiedades químicas de los materiales inorgánicos, como los metales, dentro de los suelos. El fuego puede convertir los metales en formas peligrosas que se mueven fácilmente a través del medio ambiente, terminando en el aire o en el agua cercana, explicaron los autores, citando la propia investigación reciente de Fendorf y López. Los científicos documentaron altos niveles de una forma peligrosa del cromo metálico en los sitios de incendios forestales como resultado de la transformación inducida por el calor de formas benignas de cromo naturales. En los sitios donde los incendios extremadamente calientes y duraderos cocinaban los suelos a altas temperaturas durante períodos prolongados, el cromo persistió durante muchos meses hasta el siguiente gran evento de lluvia.

Otras investigaciones sobre el cromo indican que después de incendios de menor intensidad, los restos de tejido vegetal y animal en el suelo pueden permitir que la forma tóxica del cromo vuelva a su forma inerte. En conjunto, estos estudios ilustran la realidad más amplia de que los impactos de los incendios forestales en la química del suelo dependen de la naturaleza intrincada del fuego y el paisaje, incluida la duración y la temperatura del fuego.

Predicción y mitigación de los riesgos de incendios forestales

Una vigilancia y un modelado más amplios podrían servir de base para las estrategias de protección de vidas, propiedades y recursos naturales, así como para las decisiones de gestión de la vida silvestre. Ávila ofrece un ejemplo de cómo este enfoque de administración informada podría ayudar a prevenir la lixiviación de metales en los suministros de agua potable. "Al identificar un área que tiene un alto potencial para, por ejemplo, la liberación de cromo, podemos solicitar quemas prescritas que sean de menor intensidad y reduzcan el potencial de incendios de alta intensidad que liberen toxinas", dijo Ávila, quien ahora es profesor asistente de ciencias ambientales y oceánicas en la Universidad de San Diego.

"Si podemos comprender la complejidad de los procesos entrelazados que están ocurriendo tanto en el lado orgánico como en el inorgánico, entonces eso nos ayuda a tener la capacidad de predecir los resultados de diferentes incendios, paisajes y condiciones geológicas", dijo Fendorf.

Fuente de la historia:

Materiales proporcionados por la Universidad de Stanford. Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.

Referencia de la revista:

Alandra Marie Lopez, Claudia Christine E. Ávila, Jacob P. VanderRoest, Holly K. Roth, Scott Fendorf, Thomas Borch. Conocimientos moleculares e impactos de los cambios químicos del suelo inducidos por incendios forestales. Nature Reviews Tierra y Medio Ambiente, 2024; DOI: 10.1038/s43017-024-00548-8

Citar esta página: MLA APA Chicago

Universidad de Stanford. "Cómo los incendios forestales cambian la química del suelo". CienciaDiaria. ScienceDaily, 14 de mayo de 2024. <www.sciencedaily.com/Lanzamientos/2024/05/240514141408.htm>.

03
Jul
2024

Science Daily thumb

Fecha: 24 de junio de 2024

Fuente: Servicio Forestal del USDA - Estación de Investigación de las Montañas Rocosas

Resumen:

Existe la creencia común de que las quemas prescritas, el raleo de árboles y la limpieza de la maleza reducen los riesgos de la gravedad de futuros incendios. Pero, ¿es eso cierto? Un nuevo proyecto que analiza 40 estudios en los que los incendios forestales quemaron diferentes tratamientos de vegetación, que abarcan 11 estados del oeste. Los investigadores encontraron evidencia abrumadora de que en los bosques mixtos de coníferas estacionalmente secos en el oeste de los EE. UU., la reducción de los combustibles superficiales y de escalera y la densidad de árboles a través del raleo, junto con la quema prescrita o la quema de pilas, podría reducir la gravedad futura de los incendios forestales en más del 60% en relación con las áreas no tratadas.

HISTORIA COMPLETA

Existe la creencia común de que las quemas prescritas, el raleo de árboles y la limpieza de la maleza reducen los riesgos de la gravedad de futuros incendios. Pero, ¿es eso cierto? A veces, la evidencia anecdótica o las observaciones limitadas pueden crear dudas. Investigadores de la Estación de Investigación de las Montañas Rocosas del ServicioForestal del USDA, The Nature Conservancy y la Universidad de Montana profundizaron en la literatura científica para una mirada más cercana. Alerta de spoiler: la respuesta es "sí": la gestión forestal ecológica proactiva puede cambiar la forma en que se comportan los incendios y reducir la gravedad de los incendios forestales, en una amplia gama de condiciones y tipos de bosques.

Los investigadores encontraron evidencia abrumadora de que en los bosques mixtos de coníferas estacionalmente secos en el oeste de los EE. UU., la reducción de los combustibles superficiales y de escalera y la densidad de árboles a través del raleo, junto con la quema prescrita o la quema de pilas, podría reducir la gravedad futura de los incendios forestales en más del 60% en relación con las áreas no tratadas. Los resultados del estudio se publicaron recientemente en Forest Ecology and Management.

Puede descargar esta Ciencia que puede usar en 5 minutos para obtener una descripción general de los métodos de investigación, los hallazgos clave, las consideraciones de gestión y los enlaces a publicaciones relacionadas.

El fuego es un componente esencial de muchos bosques occidentales. Sin embargo, la supresión histórica de incendios y el cambio climático están contribuyendo al aumento de la actividad de los incendios y a incendios forestales más graves, en los que mueren árboles de sotobosque. Los tratamientos preparan un paisaje, preparando el próximo incendio forestal para que arda a menor intensidad, quemando la maleza y los árboles más pequeños. Esto preserva los árboles más maduros y ayuda a fomentar un nivel de fuego más equilibrado con el paisaje.

Kimberley Davis es ecóloga investigadora del Servicio Forestal y dirigió el proyecto que analizó 40 estudios en los que los incendios forestales quemaron diferentes tratamientos de vegetación, que abarcan 11 estados del oeste. La última revisión de este tipo fue hace más de una década, con muchos nuevos estudios de casos y avances científicos desde entonces. Los investigadores examinaron los efectos de varios tratamientos en diferentes tipos de bosques, que van desde los bosques de pino ponderosa en Arizona y Nuevo México hasta las zonas subalpinas del norte de las Montañas Rocosas.

La revisión proporciona a los profesionales de los recursos naturales y a las comunidades la evidencia necesaria para respaldar las inversiones continuas en el manejo de la vegetación y los combustibles. "Estos tratamientos son muy efectivos y la ciencia muestra claramente que pueden reducir la gravedad de los incendios", dijo Davis.

Si bien las respuestas variaron, en general la combinación de raleo y quema prescrita mostró el mayor impacto en la reducción de la gravedad de los incendios en el futuro. Las áreas que solo se redujeron tuvieron menos beneficios en la reducción de la gravedad de los incendios forestales. Los incendios forestales anteriores de gravedad baja o moderada también redujeron la gravedad del fuego en los incendios forestales posteriores, aunque en menor medida que el adelgazamiento con quemas prescritas.

El tiempo también importa. "A medida que los tratamientos envejecen, son menos efectivos", dijo Davis. Después de diez años, los tratamientos eran menos de la mitad de efectivos que los tratamientos más jóvenes, lo que subraya la importancia de los tratamientos repetidos o de "mantenimiento".

A largo plazo, los proyectos de reducción de combustibles forestales pueden mejorar las condiciones de los bomberos que responden a los incendios forestales. Mitigan las pérdidas a largo plazo de carbono y hábitat de vida silvestre y protegen las cuencas hidrográficas de incendios forestales más graves. Los tratamientos también crean más opciones para determinar las respuestas apropiadas a los rayos y otras igniciones no planificadas. Cuando se diseñan para satisfacer las necesidades únicas del tipo de bosque y las comunidades cercanas, estas herramientas pueden respaldar la longevidad de los recursos de agua limpia, el hábitat de la vida silvestre y los lugares al aire libre para trabajar y recrearse.

"Esta revisión muestra que los tratamientos pueden reducir la gravedad de los incendios forestales en el futuro, lo cual es clave para proteger hábitats forestales importantes", dijo Kerry L. Metlen, ecologista forestal de The Nature Conservancy y autor colaborador de la revisión. "Esto nos da la esperanza de que al acelerar el uso de estas herramientas, junto con el trabajo para promover comunidades adaptadas al fuego, podamos abordar juntos la crisis de los incendios forestales".

Materiales proporcionados por el Servicio Forestal del USDA - Estación de Investigación de las Montañas Rocosas. Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.

Referencia de la revista:

Kimberley T. Davis, Jamie Peeler, Joseph Fargione, Ryan D. Haugo, Kerry L. Metlen, Marcos D. Robles, Travis Woolley. Revisión de Tamm: Un meta-análisis del raleo, los incendios prescritos y los efectos de los incendios forestales en la gravedad posterior de los incendios forestales en los bosques dominados por coníferas del oeste de los EE. UU. Ecología y Gestión Forestal, 2024; 561: 121885 DOI: 10.1016/j.foreco.2024.121885

Citar esta página: MLA APA

Chicago

Servicio Forestal del USDA - Estación de Investigación de las Montañas Rocosas. "Los tratamientos de combustible reducen la gravedad de los incendios forestales en el futuro". CienciaDiaria. ScienceDaily, 24 de junio de 2024. <www.sciencedaily.com/Lanzamientos/2024/06/240624125601.htm>.

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