Incendios Forestales

01
Nov
2024

 

24 octubre 2024

Como es bien sabido la meteorología puede aumentar el riesgo de incendios forestales y dificultar su extinción. Pero la relación entre el fuego y la meteorología va más allá: a veces son los mismos incendios los que pueden generar sus propios fenómenos meteorológicos como los llamados pirocúmulos y pirocumulonimbus. Éstas son nubes originadas a partir del calor extremo de los incendios, capaces de desencadenar fuertes tormentas. A continuación le explicamos cómo se forman, porque son tan peligrosos y qué podemos hacer.

¿Cómo se forman?

Imaginemos un incendio forestal, cuando la vegetación se quema se liberan grandes cantidades de calor. Esto hace que el aire de cerca del suelo se caliente, y suba rápidamente generando una fuerte corriente ascendente. El vacío que éste deja se llena rápidamente por aire frío generando así corrientes convectivas.

A medida que el aire caliente llega a capas superiores en la atmósfera, éste se enfría y se expande. Cuando la temperatura es suficientemente baja, el vapor de agua contenido en el aire comienza a condensar y va formando una nube por encima de la columna de humo.

PIROCUMULOS

Es lo que se conoce como pirocúmulo una formación que puede crecer hasta unos 5.000 metros de altitud y que en su interior contiene agua liquida que puede precipitar en forma de lluvia.PIROCUMULOS2

Sin embargo, estas formaciones pueden crecer aún más y transformarse en pirocumulonimbus. Este proceso suele suceder cuando el calor liberado por el incendio es muy intenso como en los grandes incendios forestales o incendios de sexta generación. En estos casos, la columna de humo es cada vez mayor y alta pudiendo llegar a alcanzar hasta los 14.000 metros de altitud donde la temperatura se suficientemente baja como para congelar las gotas de agua del interior de la nube y formarse cristales de hielo.

 

Por tanto, los pirocúmulos y los pirocumulonimbus son nubes de tormenta que se forman de manera similar a las nubes cúmulos y cumulonimbus. En este caso, sin embargo, la fuente de calor que calienta el aire que formará la nube proviene del fuego intenso de los incendios forestales. Por este motivo, se utiliza el prefijo piro que significa fuego en griego.

¿Por qué son peligrosos?

Como nubes de tormenta que son, pueden desencadenar fenómenos típicos como rayos y relámpagos, e incluso lluvias intensas muy localizadas pero el problema es que también tienen la capacidad de generar fenómenos meteorológicos extremos como el downdrafts o desplome de la nube.

Este fenómeno sucede cuando las corrientes de aire caliente provenientes del incendio llegan a capas altas de la atmósfera donde la temperatura es baja, el aire se enfría y cae repentinamente hasta la superficie. Al llegar al suelo, el aire se dispersa violentamente, generando ráfagas de viento extremadamente fuertes de hasta 240km/h que pueden arrancar y romper varios árboles por la mitad, producir expansiones repentinas del incendio, entre otros fenómenos violentos que ponen en peligro a los profesionales que están trabajando en la gestión y extinción del incendio.

A su vez estas ráfagas de aire violentas hacen que el fuego arda con mayor intensidad ya que aportan oxígeno al proceso de combustión como también pueden transportar brasas o llamas más lejos y provocar incendios secundarios lejos del foco original.

En otros casos, también pueden ocurrir tormentas secas llamadas así debido a la ausencia de precipitación durante la tormenta. Las altas temperaturas alcanzadas durante el incendio hacen que la humedad relativa sea muy baja y la precipitación se evapore antes de llegar al suelo. En consecuencia, no habrá lluvia para apagar los posibles fuegos nuevos producidos por los rayos.

PIROCUMULOS3

¿Qué factores favorecen su formación?

La formación de este tipo de nubes depende tanto de las condiciones atmosféricas como de la energía capaz de liberar el incendio. Actualmente, los científicos y cuerpos operativos están trabajando para determinar exactamente cuáles son estas condiciones atmosféricas. En cambio, existe un amplio conocimiento sobre cuáles son los factores que promueven que los incendios liberen grandes cantidades de energía facilitando así la formación de este tipo de nubes. A continuación se los detallamos:

El combustible forestal

La gran cantidad de vegetación muerta y distribuida de forma continua en el territorio debido a la falta de gestión forestal sumado a los efectos del cambio climático hará que el incendio arda con mayor intensidad.

Influencia de la sequía

Cuando hablamos de vegetación muerta o combustible muerto nos referimos a aquél que no tiene la capacidad de regular su propia humedad y por tanto depende de la humedad ambiental. De modo que en condiciones de sequía y altas temperaturas, el combustible muerto difícilmente podrá hidratarse y quemará con mayor facilidad.

Un método práctico y aproximado para conocer el tiempo que la vegetación muerta tarda en conseguir ese equilibrio con la humedad ambiental es calcular el tiempo o las horas de retraso.PIROCUMULOS4

De normal, en hierbas y ramitas, las horas de retraso pueden ir desde 1 a 10 horas. Mientras que en ramas y troncos éste puede llegar a ser de mes y medio siempre y cuando la humedad relativa ambiental sea favorable a lo largo del tiempo.

 

En un contexto de sequía extrema los combustibles con HR más altas, es decir, ramas y troncos más gruesos no logran equilibrar su humedad con la del entorno y por tanto, podrán arder cuando en condiciones normales no lo harían o sería más difícil que lo hicieran. De modo que los incendios tendrán más combustible disponible y por tanto serán más extremos, liberarán más energía y más convección, siendo así más fácil que se formen pirocumulos y pirocumulonimbus, siempre que las condiciones atmosféricas sean las adecuadas.

El patrón propagación

Cómo avanza y cómo se comporta el fuego en un incendio forestal también son factores condicionantes ante la aparición de este tipo de nubes.

Entre los diferentes patrones de propagación (topográfico, viento y convección), los incendios por convección, es decir, aquellos que generan una columna convectiva de aire caliente resultante de la quema de grandes cantidades de combustible, facilitarán la formación de pirocúmulos y pirocumulunimbus . El clima extremo de fuego generado durante el incendio comportará un gran calor y fuertes corrientes de viento que contribuirán a la aparición de este tipo de nubes.

¿Qué hacer?

En primer lugar, evitar poner en riesgo los servicios de extinción. Es muy importante que éstos presten especial atención a la presencia de pirocúmulos o pirocumulonimbus y se retiren a tiempo de la zona de actuación para evitar situaciones de riesgo en caso de que ocurra un downbrust o desplomo de la nube.

Como sociedad, es necesario tomar conciencia de la importancia de la gestión del paisaje para evitar que los incendios se conviertan en grandes incendios capaces de generar fenómenos como los pirocúmulos y pirocumulonimbus que comporten situaciones de riesgo.

Alcanzar un paisaje diverso que ofrezca oportunidades para gestionar la propagación del fuego es esencial. Hacerlo está en nuestras manos a través de la gestión forestal y la mejora de la economía rural.

Por último, también es fundamental aumentar el conocimiento sobre este tipo de nubes ya que actualmente todavía existen muchos interrogantes sobre su formación, comportamiento y evolución. Por eso a través de proyectos europeos como EWED financiado por DGECHO y coordinado por la fundación Pau Costa, se está trabajando para poner luz a este tipo de fenómenos meteorológicos asociados a los incendios forestales.

PAU COSTA FOUNDATION

01
Nov
2024

Science Daily thumb

Fecha: 17 de octubre de 2024

Fuente: Universidad de East Anglia

Resumen:

Un nuevo e importante estudio revela que las emisiones de dióxido de carbono de los incendios forestales han aumentado en un 60 por ciento a nivel mundial desde 2001, y casi se han triplicado en algunos de los bosques boreales del norte más sensibles al clima.

HISTORIA COMPLETA

Un nuevo estudio revela que el dióxido de carbono (CO2) Las emisiones de los incendios forestales han aumentado un 60% en todo el mundo desde 2001, y casi se han triplicado en algunos de los bosques boreales septentrionales más sensibles al clima.

El estudio, dirigido por la Universidad de East Anglia (UEA) y publicado en Science, agrupó áreas del mundo en "piromas", regiones donde los patrones de incendios forestales se ven afectados por controles ambientales, humanos y climáticos similares, revelando los factores clave que impulsan los aumentos recientes en la actividad de los incendios forestales.

Es uno de los primeros estudios que analiza a nivel mundial las diferencias entre los incendios forestales y los no forestales, y muestra que en uno de los piromas más grandes, que abarca bosques boreales en Eurasia y América del Norte, las emisiones de los incendios casi se triplicaron entre 2001 y 2023.

Se observaron aumentos significativos en general en los bosques extratropicales y ascendieron a 500 millones de toneladas adicionales de CO2 por año, con el epicentro de las emisiones desplazándose de los bosques tropicales hacia los extratrópicos.

El aumento de las emisiones se vinculó con un aumento del clima favorable a los incendios, como las condiciones cálidas y secas observadas durante las olas de calor y las sequías, así como con el aumento de las tasas de crecimiento forestal que crearon más combustibles para la vegetación. Ambas tendencias se ven favorecidas por el rápido calentamiento en las latitudes altas del norte, que está ocurriendo dos veces más rápido que el promedio mundial.

El estudio revela un aumento preocupante no solo en la extensión de los incendios forestales en las últimas dos décadas, sino también en su gravedad. La tasa de combustión de carbono, una medida de la gravedad de los incendios basada en la cantidad de carbono que se emite por unidad de superficie quemada, aumentó casi un 50% en los bosques de todo el mundo entre 2001 y 2023.

El trabajo involucró a un equipo internacional de científicos del Reino Unido, los Países Bajos, Estados Unidos, Brasil y España, que advierten que una mayor expansión de los incendios forestales solo se puede evitar si se abordan las causas principales del cambio climático, como las emisiones de combustibles fósiles.

El autor principal, el Dr. Matthew Jones, del Centro Tyndall para la Investigación del Cambio Climático en la UEA, dijo: "Los aumentos tanto en la extensión como en la gravedad de los incendios forestales han llevado a un aumento dramático en la cantidad de carbono emitido por los incendios forestales a nivel mundial. También se están produciendo cambios sorprendentes en la geografía global de los incendios, que se explican principalmente por los crecientes impactos del cambio climático en los bosques boreales del mundo.

"Para proteger los ecosistemas forestales críticos de la amenaza cada vez mayor de los incendios forestales, debemos mantener a raya el calentamiento global y esto subraya por qué es tan vital avanzar rápidamente hacia las emisiones netas cero".

Amenazas al almacenamiento de carbono

Los bosques son de importancia mundial para el almacenamiento de carbono, y su crecimiento ayuda a eliminar el CO2 de la atmósfera y reducir las tasas de calentamiento global. También desempeñan un papel crucial en el cumplimiento de los objetivos climáticos internacionales, con la implementación de planes de reforestación y forestación para eliminar el carbono de la atmósfera y compensar el CO humano2 emisiones de sectores difíciles de reducir, como la aviación y ciertas industrias.

El éxito de estos planes depende de que el carbono se almacene en los bosques de forma permanente, y los incendios forestales amenazan con ello. Los incendios extratropicales ya están emitiendo 500 millones de toneladas más de CO2 que hace dos décadas, y el efecto a largo plazo depende de cómo se recuperen los bosques. Los incendios forestales más generalizados y graves son una señal de que las emisiones están ahora desequilibradas con el carbono capturado por la recuperación posterior a los incendios.

El Dr. Jones, investigador independiente de NERC, dijo: "La fuerte tendencia hacia mayores emisiones de incendios forestales extratropicales es una advertencia de la creciente vulnerabilidad de los bosques y plantea un desafío significativo para los objetivos globales para abordar el cambio climático.

"Sabemos que los bosques se recuperan mal después de los incendios más severos, por lo que existe un gran interés en cómo los aumentos observados en la gravedad de los incendios influirán en el almacenamiento de carbono en los bosques en las próximas décadas. Esto exige nuestra mucha atención".

La escalada de los impactos de los incendios forestales ha quedado enmascarada hasta ahora

Significativamente, el aumento de las emisiones de los incendios forestales contrasta con la reducción de la quema de las sabanas tropicales del mundo durante el mismo período. Estudios anteriores han demostrado que, desde 2001, la superficie quemada por todos los incendios (forestales y no forestales) se redujo en una cuarta parte a nivel mundial, principalmente debido a esto.

Los últimos hallazgos son importantes porque los incendios forestales arden más severamente y liberan mayores cantidades de humo dañino a la atmósfera que los incendios de pastizales de sabana, lo que presenta grandes amenazas para quienes viven cerca de los incendios y para las comunidades más distantes expuestas a la mala calidad del aire causada por el humo.

Los autores dicen que el estudio desacredita la narrativa de que la disminución del área anual quemada por el fuego a nivel mundial significa una disminución del impacto de los incendios forestales.

"Hasta ahora, la reducción de la quema en las sabanas y pastizales, ya propensas a los incendios, ha enmascarado aumentos en la extensión y gravedad de los incendios forestales que tienen enormes consecuencias para la sociedad y el medio ambiente", dijo el Dr. Jones. "Nuestro trabajo muestra que los incendios están ocurriendo cada vez más donde no queremos: en los bosques, donde representan la mayor amenaza para las personas y para las reservas vitales de carbono".

Gestión de incendios forestales

El aprendizaje automático fue clave para desbloquear nuevas observaciones sobre la cambiante geografía global de los incendios forestales. Se utilizó para agrupar las ecorregiones forestales del mundo en 12 piródromos distintos, lo que permitió a los investigadores aislar los efectos del cambio climático de otros factores influyentes, como el uso de la tierra.

Este conocimiento también revela nuevos conocimientos sobre qué estrategias pueden ser más efectivas para mitigar los incendios forestales y proteger los bosques. El Dr. Jones dijo: "Se requiere un financiamiento sustancial para respaldar los programas estratégicos de manejo forestal, participación de las partes interesadas y educación pública, todo lo cual representa un cambio significativo en la estrategia de manejo de incendios de una estrategia en gran medida reactiva a una cada vez más proactiva.

"Por ejemplo, las áreas prioritarias para el manejo forestal y los cortafuegos deben definirse sobre la base de un monitoreo proactivo de la productividad forestal, particularmente en los trópicos extratrópicos. La gestión de las cargas de combustible en los lugares donde podrían presentar el mayor peligro durante un clima favorable a los incendios es una prioridad clave para limitar la gravedad y el impacto de los incendios cuando ocurren". El trabajo contó con el apoyo de financiadores como el Consejo de Investigación del Medio Ambiente Natural del Reino Unido (NERC), el programa Horizonte 2020 de la Comisión Europea y la Agencia Espacial Europea.

El trabajo contó con el apoyo de financiadores como el Consejo de Investigación del Medio Ambiente Natural del Reino Unido (NERC), el programa Horizonte 2020 de la Comisión Europea y la Agencia Espacial Europea.

Fuente de la historia:

Materiales proporcionados por la Universidad de East Anglia. Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.

Referencia de la revista:

Matthew W. Jones, Sander Veraverbeke, Niels Andela, Stefan H. Doerr, Crystal Kolden, Guilherme Mataveli, M. Lucrecia Pettinari, Corinne Le Quéré, Thais M. Rosan, Guido R. van der Werf, Dave van Wees, John T. Abatzoglou. Aumento global de las emisiones de incendios forestales vinculadas al cambio climático en los trópicos. Ciencia, 2024; 386 (6719) DOI: 10.1126/science.adl5889

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Universidad de Anglia Oriental. "Las emisiones globales de dióxido de carbono de los incendios forestales aumentan en un 60 por ciento". CienciaDiaria. ScienceDaily, 17 de octubre de 2024. <www.sciencedaily.com/Lanzamientos/2024/10/241017173155.htm>.

18
Sep
2024

 

Autoría

Víctor Resco de Dios; Profesor de ingeniería forestal y cambio global, Universitat de Lleida

Marc Castellnou; Profesor asociado en el Área de Incendios Forestales, Universitat de Lleida

Rut Domènech; Investigadora, directora el Programa de Monitorización de Quemas Prescritas de California, University of California, Davis

Escribimos estas líneas mientras una gota fría finiquita la modesta temporada de incendios de este año en la España mediterránea y, al otro lado del Atlántico Brasilia, La Paz y muchas otras ciudades americanas se ahogan asfixiadas por el humo de los incesantes incendios amazónicos.

Hemos vivido temporadas de incendios muy diferentes a ambas orillas del charco, pero hay una serie de lecciones comunes que podemos extraer de lo acontecido durante este año.

1. Un problema social y de salud pública

Habitualmente asociamos los incendios con problemas ecológicos, pero se están convirtiendo cada vez más en una cuestión de salud pública. Muchas ciudades de Brasil y Bolivia están siendo invadidas por nubes de humo tóxico procedentes de la quema de la vegetación amazónica. Y algo parecido ocurre en Argentina con los incendios en las sierras de Córdoba.

Estos episodios de contaminación por incendios han sido asociados con aumentos de las hospitalizaciones en pacientes con patologías previas, como quienes padecen de asma, o de personas particularmente vulnerables, como los neonatos y los ancianos.

La exposición prolongada a estos humos también se ha relacionado con problemas de ansiedad y salud mental y, en última instancia, aumentan los costes destinados a sanidad.

Aun así, los efectos principales de los incendios forestales los viven quienes están en la primera línea del bosque. Esto es, las comunidades rurales e indígenas que habitan en el bosque o que viven de él. Un año más ha ardido el Pantanal, en Brasil, el humedal más grande del mundo, que ha sido el hogar de los pantaneiros desde tiempos inmemoriales.

2. Los peligros de la transición energética

Este año España ha sufrido el que probablemente sea el primer gran incendio forestal originado en los terrenos de una industria fotovoltaica. El incendio de Talaván (Extremadura) del 20 de julio acabó afectado a unas 900 hectáreas. Aunque por ahora se trata de apenas una anomalía, una curiosidad, esta anécdota se puede transformar muy pronto en tendencia si no tomamos las medidas necesarias.

Según una tesis doctoral de la Universidad de Edimburgo, las instalaciones solares originan entre 14 y 29 igniciones por gigavatio (GW). España es uno de los países con mayor implantación de la industria solar, con unos 25 GW de potencia. Bajo estas condiciones, cabría esperar entre 362 y 725 incendios anuales en base al trabajo mencionado.

Asimismo, España cuenta con unos 125 GW de potencia eléctrica instalada. Si el 100 % fuera solar, cabría esperar hasta 3 625 incendios al año. Por tanto, las actuaciones de prevención y el buen mantenimiento de estas infraestructuras cobran cada día una mayor relevancia y urgencia a medida que avanza su implantación a gran escala.

3. Incendios zombi: la nueva normalidad que nos deja el cambio climático

Muchos de los incendios que ha registrado Canadá este año se iniciaron en 2023. Estos habían sobrevivido a las nieves invernales consumiendo la materia orgánica del suelo y regresaron a la superficie del bosque tras el deshielo. Se trata de unos verdaderos incendios “zombis”, con inquietantes repercusiones climáticas.

Las emisiones por incendios en Canadá del 2023 ya fueron superiores a las de cualquier país del mundo (exceptuando EE. UU., China e India). Todavía es pronto para calcular las de este año, pero millones de hectáreas quemadas en apenas dos años consecutivos nos advierte sobre cómo el problema del cambio climático es aún más grave de lo que podemos imaginar.

4. Los incendios más mortíferos en áreas protegidas

Los dos incendios que, seguramente, han resultado los más devastadores de este año se iniciaron en áreas protegidas. El incendio de Valparaíso (Chile) de febrero de este año segó la vida de casi 140 personas. Las llamas nacieron en la Reserva Nacional Lago Peñuelas y mostraron un avance particularmente rápido debido al estado de la vegetación y de la atmósfera. El incendio en Jasper (Canadá) forzó la evacuación de todos los habitantes de esa localidad y acabó devorando un tercio de las casas.

La chispa con la que arrancó cada uno de estos dos incendios fue muy diferente, pues el primero resultó de un incendiario, mientras que un rayo prendió el segundo. Pero el resultado fue el mismo: un incendio cuya energía desbordó muy rápidamente la capacidad de los servicios de extinción. Esto nos indica la necesidad de enfatizar las políticas de prevención de incendios también en áreas protegidas.

5. ¿Protegemos bosques o casas?

Uno de los grandes retos a los que, nuevamente, se han enfrentado los cuerpos de extinción este año es cómo afrontar la protección de casas, y de personas, con respecto de la protección del bosque.

Cuando los núcleos habitados no cuentan con planes de prevención, la extinción se desarrolla con una gran incertidumbre. Los recursos se deben asignar preferentemente a la población, y no se pueden apagar las llamas que consumen el bosque. Sacrificamos ecosistemas para proteger a esta población que, en muchas ocasiones, luego clamará por la pérdida del bosque.

Los planes de prevención periurbana son responsabilidad privada, mientras que el bosque, aun cuando sea privado, aporta beneficios a toda la sociedad. Los planes de prevención periurbana, cuando están bien ejecutados y son lo suficientemente ambiciosos, permiten reducir la incertidumbre en la extinción. Esto nos permitirá poder gestionar ecosistemas en una situación donde todos ganamos.

Casos de éxito

El incendio ocurrido a principios de agosto en Vilanova de Meià (Prepirineo leridano) nos dejó un ejemplo de éxito sobre cómo gestionar el fuego en el bosque y en ambientes urbanos.

Durante los años 2014-2020, se ejecutaron una serie de quemas prescritas preventivas en una zona definida como estratégica para poder reducir el comportamiento de un eventual incendio.

Por un lado, la posición de la quema evitó el impacto en el pueblo de Montargull y en dos casas de turismo rural, funcionando por tanto como elemento de protección civil y para disminuir el estrés social. Esto es porque la intensidad del incendio disminuyó al llegar a esta zona tratada, dando una oportunidad a los servicios de extinción para apagar el incendio.

A nivel ecológico, en la zona previamente tratada ya observamos regeneración y cómo la mayoría de árboles sobrevivieron. Sin embargo, la gravedad del incendio fue muy elevada en la zona sin tratar, debido a la gran intensidad de las llamas, y no se aprecian signos de regeneración un mes después del incendio, pero sí una afección importante sobre el suelo.

Este 2024 nos está dejando con nuevas lecciones y viejos recordatorios sobre cómo mitigar y prevenir el problema de los incendios forestales. Esperemos que esta vez instituciones, profesionales y científicos tomemos nota.

The Conversation

03
Jul
2024

Science Daily thumb

Fecha: 24 de junio de 2024

Fuente: Servicio Forestal del USDA - Estación de Investigación de las Montañas Rocosas

Resumen:

Existe la creencia común de que las quemas prescritas, el raleo de árboles y la limpieza de la maleza reducen los riesgos de la gravedad de futuros incendios. Pero, ¿es eso cierto? Un nuevo proyecto que analiza 40 estudios en los que los incendios forestales quemaron diferentes tratamientos de vegetación, que abarcan 11 estados del oeste. Los investigadores encontraron evidencia abrumadora de que en los bosques mixtos de coníferas estacionalmente secos en el oeste de los EE. UU., la reducción de los combustibles superficiales y de escalera y la densidad de árboles a través del raleo, junto con la quema prescrita o la quema de pilas, podría reducir la gravedad futura de los incendios forestales en más del 60% en relación con las áreas no tratadas.

HISTORIA COMPLETA

Existe la creencia común de que las quemas prescritas, el raleo de árboles y la limpieza de la maleza reducen los riesgos de la gravedad de futuros incendios. Pero, ¿es eso cierto? A veces, la evidencia anecdótica o las observaciones limitadas pueden crear dudas. Investigadores de la Estación de Investigación de las Montañas Rocosas del ServicioForestal del USDA, The Nature Conservancy y la Universidad de Montana profundizaron en la literatura científica para una mirada más cercana. Alerta de spoiler: la respuesta es "sí": la gestión forestal ecológica proactiva puede cambiar la forma en que se comportan los incendios y reducir la gravedad de los incendios forestales, en una amplia gama de condiciones y tipos de bosques.

Los investigadores encontraron evidencia abrumadora de que en los bosques mixtos de coníferas estacionalmente secos en el oeste de los EE. UU., la reducción de los combustibles superficiales y de escalera y la densidad de árboles a través del raleo, junto con la quema prescrita o la quema de pilas, podría reducir la gravedad futura de los incendios forestales en más del 60% en relación con las áreas no tratadas. Los resultados del estudio se publicaron recientemente en Forest Ecology and Management.

Puede descargar esta Ciencia que puede usar en 5 minutos para obtener una descripción general de los métodos de investigación, los hallazgos clave, las consideraciones de gestión y los enlaces a publicaciones relacionadas.

El fuego es un componente esencial de muchos bosques occidentales. Sin embargo, la supresión histórica de incendios y el cambio climático están contribuyendo al aumento de la actividad de los incendios y a incendios forestales más graves, en los que mueren árboles de sotobosque. Los tratamientos preparan un paisaje, preparando el próximo incendio forestal para que arda a menor intensidad, quemando la maleza y los árboles más pequeños. Esto preserva los árboles más maduros y ayuda a fomentar un nivel de fuego más equilibrado con el paisaje.

Kimberley Davis es ecóloga investigadora del Servicio Forestal y dirigió el proyecto que analizó 40 estudios en los que los incendios forestales quemaron diferentes tratamientos de vegetación, que abarcan 11 estados del oeste. La última revisión de este tipo fue hace más de una década, con muchos nuevos estudios de casos y avances científicos desde entonces. Los investigadores examinaron los efectos de varios tratamientos en diferentes tipos de bosques, que van desde los bosques de pino ponderosa en Arizona y Nuevo México hasta las zonas subalpinas del norte de las Montañas Rocosas.

La revisión proporciona a los profesionales de los recursos naturales y a las comunidades la evidencia necesaria para respaldar las inversiones continuas en el manejo de la vegetación y los combustibles. "Estos tratamientos son muy efectivos y la ciencia muestra claramente que pueden reducir la gravedad de los incendios", dijo Davis.

Si bien las respuestas variaron, en general la combinación de raleo y quema prescrita mostró el mayor impacto en la reducción de la gravedad de los incendios en el futuro. Las áreas que solo se redujeron tuvieron menos beneficios en la reducción de la gravedad de los incendios forestales. Los incendios forestales anteriores de gravedad baja o moderada también redujeron la gravedad del fuego en los incendios forestales posteriores, aunque en menor medida que el adelgazamiento con quemas prescritas.

El tiempo también importa. "A medida que los tratamientos envejecen, son menos efectivos", dijo Davis. Después de diez años, los tratamientos eran menos de la mitad de efectivos que los tratamientos más jóvenes, lo que subraya la importancia de los tratamientos repetidos o de "mantenimiento".

A largo plazo, los proyectos de reducción de combustibles forestales pueden mejorar las condiciones de los bomberos que responden a los incendios forestales. Mitigan las pérdidas a largo plazo de carbono y hábitat de vida silvestre y protegen las cuencas hidrográficas de incendios forestales más graves. Los tratamientos también crean más opciones para determinar las respuestas apropiadas a los rayos y otras igniciones no planificadas. Cuando se diseñan para satisfacer las necesidades únicas del tipo de bosque y las comunidades cercanas, estas herramientas pueden respaldar la longevidad de los recursos de agua limpia, el hábitat de la vida silvestre y los lugares al aire libre para trabajar y recrearse.

"Esta revisión muestra que los tratamientos pueden reducir la gravedad de los incendios forestales en el futuro, lo cual es clave para proteger hábitats forestales importantes", dijo Kerry L. Metlen, ecologista forestal de The Nature Conservancy y autor colaborador de la revisión. "Esto nos da la esperanza de que al acelerar el uso de estas herramientas, junto con el trabajo para promover comunidades adaptadas al fuego, podamos abordar juntos la crisis de los incendios forestales".

Materiales proporcionados por el Servicio Forestal del USDA - Estación de Investigación de las Montañas Rocosas. Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.

Referencia de la revista:

Kimberley T. Davis, Jamie Peeler, Joseph Fargione, Ryan D. Haugo, Kerry L. Metlen, Marcos D. Robles, Travis Woolley. Revisión de Tamm: Un meta-análisis del raleo, los incendios prescritos y los efectos de los incendios forestales en la gravedad posterior de los incendios forestales en los bosques dominados por coníferas del oeste de los EE. UU. Ecología y Gestión Forestal, 2024; 561: 121885 DOI: 10.1016/j.foreco.2024.121885

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Servicio Forestal del USDA - Estación de Investigación de las Montañas Rocosas. "Los tratamientos de combustible reducen la gravedad de los incendios forestales en el futuro". CienciaDiaria. ScienceDaily, 24 de junio de 2024. <www.sciencedaily.com/Lanzamientos/2024/06/240624125601.htm>.

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