Incendios Forestales

26
Jul
2022

 

Autoría

Fernando Rodríguez López

Profesor de Economía del Medioambiente, Universidad de Salamanca

Víctor J. Colino Rabanal

Investigador postdoctoral en el Departamento de Biología Animal, Ecología, Parasitología, Edafología y Química Agrícola, Universidad de Salamanca

El 12 de julio de 2022, invitados por la Coordinadora Rural de Zamora, un grupo de investigadores de la Universidad de Salamanca participamos en una reunión con unos 40 vecinos de Villanueva de Valrojo, una localidad de la provincia de Zamora situada en la zona afectada por el incendio forestal de la sierra de la Culebra del pasado mes de junio.

Uno de los objetivos del encuentro era presentar los resultados preliminares de un estudio de valoración económica de los servicios de la naturaleza que se han perdido como consecuencia del incendio.

Los servicios que nos presta la naturaleza

El paradigma de la valoración económica de los servicios de la naturaleza ha ido tomando forma en los últimos años, pasando claramente de la teoría a la práctica, y del ámbito científico al regulatorio y empresarial.

El marco conceptual se ha desarrollado fundamentalmente en las dos décadas del siglo XXI. Una de las primeras referencias es el simbólico artículo que el investigador Robert Costanza y colaboradores publicaron en Nature en 1997, donde cifraron el valor de los servicios de la naturaleza en 33 billones de dólares (unos 29,76 billones de euros) anuales.

Posteriormente, destacan como protagonistas principales las iniciativas Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (Naciones Unidas, 2001) y Economía de los ecosistemas y la biodiversidad (Comisión Europea, 2008), la Clasificación Internacional de los Servicios Ecosistémicos (CICES, Comisión Europea, 2009), el Protocolo del Capital Natural (Natural Capital Coalition, 2016) y, por supuesto, el novedoso Sistema de Contabilidad Ambiental y Económica sobre Contabilidad de los Ecosistemas (Naciones Unidas, 2021).

Aunque no puede decirse que este marco conceptual esté totalmente asentado, hay dos elementos básicos presentes en todas las propuestas:

El concepto de servicios de la naturaleza, o servicios ecosistémicos, como los recursos o procesos de los ecosistemas que benefician a los seres humanos.

La clasificación de los servicios de la naturaleza en tres grupos principales: servicios de aprovisionamiento (agua, comida, materiales…); de regulación y mantenimiento (clima, calidad de aire y agua, control de inundaciones, formación del suelo, hábitat para seres vivos…) y culturales (recreación, disfrute estético, o incluso la propia existencia de elementos ambientales).

¿Cómo se valoran los servicios ecosistémicos?

Hay diversas técnicas para valorar económicamente los servicios de la naturaleza. Algunas de las fuentes de información más empleadas son las siguientes:

Precios de mercado, muy habitual para valorar servicios de aprovisionamiento. Por ejemplo, considerar el precio del kilo de setas para calcular el valor del correspondiente servicio ecosistémico de aprovisionamiento.

Costes evitados gracias a la naturaleza, típicamente para valorar servicios de regulación. Por ejemplo, se puede valorar el daño que podrían generar las inundaciones para calcular el valor de los servicios ecosistémicos que presta la vegetación de ribera que mantiene el cauce de los ríos.

Realización de encuestas, generalmente para valorar determinados servicios culturales. Sirven para averiguar la disposición a pagar de los ciudadanos para garantizar la conservación de especies animales o zonas naturales protegidas.

Pero cuando las áreas analizadas son extensas y complejas, puede ser muy costoso llevar a cabo estudios primarios sobre el territorio. Y no digamos cuando el área ha sufrido deterioro o destrucción, por ejemplo debido a una transformación o un incendio forestal.

En estas circunstancias, cobra especial sentido la aplicación de métodos de transferencia de beneficios, que permiten obtener estimaciones a partir del ajuste de los factores ecológicos y socioeconómicos explicativos del valor económico de los servicios ecosistémicos. Este es el tipo de métodos que utilizamos para nuestro estudio.

Resultados para la sierra de la Culebra

Para la identificación de los estudios primarios utilizamos la base de datos de acceso público ESValues, desarrollada por la Universidad de Salamanca.

Seleccionamos un conjunto de 138 estudios primarios de cultivos, pasto, matorral y zona forestal más afines con las variables del área analizada, y los normalizamos para compensar diferencias de renta y densidad de población.

Para obtener una estimación global satisfactoria del valor económico correspondiente a la pérdida de servicios ecosistémicos necesitaríamos disponer de una información que, por el momento es imposible obtener: la proporción de servicios ecosistémicos perdidos como consecuencia del incendio.

Por eso, consideramos dos posibles escenarios:

Uno pesimista en el que se pierden todos los servicios ecosistémicos en la superficie afectada, sea cual sea el nivel de afectación.

Uno optimista en el que el valor de los servicios ecosistémicos disminuye un 100 % en el área destruida, un 50 % en el área dañada y un 25 % en el área posiblemente dañada.

Millones de euros en pérdidas

No cabe duda de que la forma de obtención de estas estimaciones hace que disten de ser perfectas. Por un lado, la obtención de los datos en los estudios primarios puede haber sido defectuosa. Por otro lado, por muy afines que sean los ecosistemas de los estudios primarios con los del área analizada, nada garantiza que la provisión de servicios ecosistémicos sea la misma.

Adicionalmente, las estimaciones de los estudios primarios pueden haberse realizado para áreas con superficies muy diferentes (menores o mayores), por lo que la agregación de estas cifras para generar datos de impacto global puede dar errores de escala.

 

valor perdida incendio culebra

Estas limitaciones obligan a ser cautos en la consideración de este tipo de resultados, pero no anulan la conclusión principal: en el caso de un incendio como el de la sierra de la Culebra, las pérdidas para la sociedad en el valor económico de servicios ecosistémicos generalmente intangibles, como los de regulación y culturales, pueden ascender a decenas de millones de euros al año. Son unas cifras enormes, incluso comparadas con las pérdidas que se estiman de forma tentativa para los servicios ecosistémicos tangibles de aprovisionamiento (miel, castañas, setas, madera de pino, ingresos por cotos de caza…), que algunas estimaciones preliminares sitúan alrededor de los 5 millones de euros.

Es interesante señalar que los vecinos de Villanueva de Valrojo eran plenamente conscientes de que el valor de los intangibles perdidos sería muchísimo más alto que el valor de las pérdidas económicas de producción en la zona. Cabe preguntarse si el conjunto de la sociedad española es también consciente de esta realidad, y cuánto está dispuesto a hacer para ser consecuentes con ello.

26
Jul
2022

 

Autoría

Víctor Resco de Dios

Profesor de ingeniería forestal y cambio global en PVCF-Agrotecnio, Universitat de Lleida

Víctor Resco de Dios recibe fondos del MICINN, la Comisión Europea y la Fundación Velux.

Desde Faro hasta Marsella, una nueva oleada de incendios se está ensañando con el suroeste de Europa. Estamos frente a lo que los bomberos llaman incendios de quinta generación: una simultaneidad de grandes incendios que ponen en jaque a los sistemas de extinción, llegando en algunos casos a amenazar a núcleos urbanos.

Lo que está pasando estos días en Europa es algo extremadamente inusual. Lo preocupante es que apenas estamos viviendo un previo de lo que ocurrirá en unos años. Lo que ahora consideramos anómalo, en breve será la nueva normalidad. Cuando dentro de dos o tres lustros recordemos a la campaña actual, seguramente nos parecerá leve por comparación.

Por qué es una campaña inusual

El año pasado publicamos un estudio donde caracterizamos, por primera vez, las diferencias entre las pirorregiones europeas. Esto es, estudiamos cómo y por qué varía espacial y temporalmente la temporada de incendios en la Europa mediterránea. Los resultados que obtuvimos nos permiten determinar por qué la campaña actual de incendios es extremadamente anómala:

Incendios fuera de estación. Ni en Portugal ni en muchas zonas del sur de Francia es habitual observar grandes incendios en la primera quincena de julio. El estrés hídrico estival alcanza su máximo a finales de agosto, por lo que los incendios al principio del verano no eran frecuentes ni extremos.

Hasta ahora, los grandes incendios en la primera quincena de julio solo eran comunes en el levante peninsular: zonas más áridas donde la vegetación se vuelve antes inflamable.

Europa se está aridificando, a raíz del cambio climático y del abandono rural, lo que homogeneiza el paisaje y lo vuelve uniformemente seco, enrasando por abajo. Esta es la causa del avance en la estación de incendios.

Intensidad creciente de los incendios. Los incendios actuales ya no se pueden extinguir. Mueren por inanición (han quemado todo lo que había por quemar) o porque llueve. Son incendios que liberan la misma energía que una, o más, bombas atómicas y toda la tecnología de extinción se queda corta frente a ellos.

Los grandes incendios son cada vez mayores. Es decir, el tamaño medio de los incendios que escapan a la contención aumenta, y eso pasa porque está aumentando la intensidad de los incendios.

En el momento de escribir este artículo, se estima que uno de los incendios en Gironda (Francia) rondaría las 8 000 ha. Estaríamos hablando del incendio de mayor extensión de los últimos 30 años en Francia y el tercero desde que empezó el registro galo en 1973. Algo parecido ocurría en el incendio en la sierra de la Culebra (Zamora) hace unas semanas: rozó el tamaño de los incendios más extensos registrados en España.

Simultaneidad de incendios de alta intensidad. No es la primera vez que nos encontramos frente a un escenario de fuegos de quinta generación. En los años 1978 y 1985, por ejemplo, se sucedieron más de 150 grandes incendios en España. Lo inusual de la temporada actual no es el número de grandes incendios, sino la simultaneidad de incendios muy intensos.

Además, la simultaneidad de incendios no se está dando a escala nacional, sino subcontinental: el suroeste de Europa está en esa situación. Y se espera que el Reino Unido entre en ola de calor, lo que podría llevar los grandes incendios también a las lluviosas islas británicas.

Un problema de salud pública

Por desgracia, sabemos que la frecuencia y la fiereza de las olas de calor aumentará con el cambio climático. Durante estos episodios, la mortalidad aumenta porque el organismo se descompensa, afectando sobretodo a personas mayores o con patología previas.

Durante las olas de calor empeora también la calidad del aire notablemente debido a los incendios forestales. Las imágenes del Meteosat nos mostraban, por ejemplo, cómo el humo de los incendios en las Landas francesas llegaba hasta la costa cantábrica española.

La inhalación de humos es otro factor que contribuye al exceso de mortalidad en olas de calor; se le considera responsable de 417 muertes en los incendios de Sídney de 2019.

El peligro de las olas de calor continuadas

Durante las olas de calor aumenta el potencial desecante de la atmósfera y nos encontramos con que muchas plantas se secan, por lo que liberan más energía al quemar.

Disminuye también la humedad en la hojarasca, facilitando la ignición y propagación del incendio. Aquellas zonas más húmedas que normalmente actuarían de cortafuegos, tales como los fondos de valle, se vuelven tan secas como las de su alrededor. Es decir, el paisaje se torna uniformemente seco.

La atmósfera desecante aumenta también el arrojo de los incendios forestales, lo que de nuevo intensifica su comportamiento. Esto es, la columna de convectiva del incendio puede ascender hasta grandes alturas por la atmósfera, lo que puede aumentar las corrientes y el transporte de pavesas.

Qué cabe esperar en el futuro

El cinturón de los incendios se está expandiendo en latitud y en altitud. Los grandes incendios en zonas de Europa donde hasta ahora eran raros, como el Reino Unido y Escandinavia, son cada vez más comunes. Las zonas de montaña, como los Alpes y los Pirineos, son cada vez más inflamables.

La época en la que los incendios se apagaban con agua se ha acabado. Estamos viendo el resultado de décadas de dejadez en la gestión del territorio y de inacción climática. Estamos viendo el tráiler de la película del futuro que les estamos dejando a nuestros hijos y a nuestros nietos.

22
Jul
2022

Todos los años, de forma sistemática, los incendios forestales se presentan en verano cada vez más pronto, cada vez más intensos, peligros y explosivos y, cada vez, con un mayor impacto ambiental. La superficie forestal se ha incrementado, en menos de una década, aproximadamente un 5% como consecuencia de la pérdida de población y el cambio en las costumbres tradicionales que existían en los pueblos rurales esparcidos por toda la geografía española, que a la postre eran los que se encargaban de adecentar el monte todos los años.

El escenario es desolador, no solo para los ingenieros forestales y profesionales de todo el sector que luchan contra un gigante insaciable, el fuego, sino para toda la sociedad que observa impotente como, año tras año, los incendios forestales arrasan cientos de miles de hectáreas, dejando a su paso la pérdida de vidas humanas, un reguero de mortandad de trillones de seres vivos: mamíferos, reptiles, aves anfibios e insectos entre otros, y la destrucción de todo tipo de bosques, matorrales, pastizales esparcidos por montañas, valles, llanuras y depresiones y aniquilando los paisajes modelados con el paso del tiempo por nuestros antecesores dentro de la Península Ibérica. Se pierden inexorablemente ingentes recursos y una inmensa biodiversidad en ocasiones irrecuperables.

 incendios2

No se permite hacer caminos que faciliten la entrada de los recursos terrestres y de maquinaria pesada en las zonas óptimas para el ataque al fuego; no se permite realizar nuevos cortafuegos o los que hay no se mantienen adecuadamente; la ganadería extensiva prácticamente ha desaparecido sin destinar recursos a incentivarla… excesiva normativa sin sentido común ni racionalidad, sin el criterio técnico apropiado, sin la precisa sabiduría del mundo rural que es imprescindible. La solución se encuentra en la gestión forestal y gestión del territorio ¡¡GESTIÓN !! ¡¡GESTIÓN !! ¡¡GESTIÓN !!

23
Jul
2022

Frente a la ola de incendios forestales que sufre España en los últimos diez días el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales reclama gestión forestal como la única solución a largo plazo. Poder abordar los incendios forestales de los próximos años, “con mínimas garantías de extinción”, exige “sacar biomasa forestal de los bosques para que dejen de ser polvorines”. Para ello, considera imprescindible “actuar de una vez por todas a nivel político con perspectiva de Estado”.

El uso de la biomasa forestal aporta beneficios económicos, ecológicos y sociales, que se traducen en generación de empleo, ahorro energético, uso eficiente de la energía y gestión sostenible del medio natural, según el COITF. Y reclama esa gestión del territorio también en los espacios naturales protegidos porque esa figura por sí sola “no sirve de nada si previamente no se han preservado frente a los incendios forestales con medidas de gestión concretas”.

El escenario que observa el COITF “es desolador». Según los ingenieros forestales «los incendios forestales arrasan cientos de miles de hectáreas, dejando a su paso la pérdida de vidas humanas, un reguero de mortandad de trillones de seres vivos: mamíferos, reptiles, aves anfibios e insectos entre otros, y la destrucción de todo tipo de bosques, matorrales, pastizales esparcidos por montañas, valles, llanuras y depresiones y aniquilando los paisajes modelados con el paso del tiempo por nuestros antecesores. Se pierden inexorablemente ingentes recursos y una inmensa biodiversidad en ocasiones irrecuperables”.

incendio cantabria

19
Jul
2022

 

incendios en Zamora a fecha de 18 de julio

Incendios forestales en Zamora a fecha de 18 de julio. Cortesía de la Opinión de Zamora

Comenzaremos con las declaraciones del Secretario de Reto Demográfico  D. Francisco Boya que recoge El Español

El secretario de Reto Demográfico advierte que “la no gestión no es un opción” cuando se trata de incendios

Francisco Boya ha señalado que "hay que encontrar el equilibrio entre la protección de la biodiversidad y la preservación de la ganadería"

El secretario general para el Reto Demográfico, Francisco Boya, evitó este miércoles juzgar la acción de la Junta de Castilla y León en materia de incendios aunque sí advirtió que “la no gestión no es una opción” cuando se trata de los bosques, según informa Ical. Boya realizó esta consideración durante su participación en una mesa redonda sobre el reto demográfico en la Facultad de Geografía de la Usal, donde llamó a la “cooperación” y a la “colaboración institucional” en este ámbito, de competencia autonómica.

 

De hecho, el secretario general para el Reto Demográfico recordó que en el seno del Ministerio han acordado el reparto de una cantidad de los 40 millones que corresponden a las comunidades autónomas para incentivar la bioeconomía forestal y, por tanto, “el Gobierno va a estar al lado de las autonomías en materia de gestión forestal, como lo está en muchos ámbitos”, asegurando que, desde su punto de vista, “es a la ciudadanía a quien corresponde juzgar la actitud y el trabajo de la administración”.

El Español

Nota de DISTRITO FORESTAL

Como ya hemos realizado en estas páginas los técnicos de este humilde blog, la gestión forestal necesaria para la conservación de nuestros bosques y la prevención de grandes incendios, es decir la gestión forestal sostenible,  requería, en 2019   ( https://distritoforestal.es/images/DF_Inversiones_anuales_necesarias_para_la_gesti%C3%B3n_forestal_sostenible_en_Espa%C3%B1a.pdf ) unas inversiones de 955.575.460 €/ año, que con la subida de costes supondría en la actualidad unos 1.200 millones. Esta valoración está conforme a otras estimaciones como la hecha por Juntosxlosbosques, sería digno de encomio que fuera atendida. En estos momentos decenas de grandes incendios asolan los montes de España, con más de 35.000 Ha quemadas y dos víctimas mortales.

Pero no hay ninguna novedad. Ni solo lo vemos los ingenieros de montes,  a raíz del gran incendio en Sierra Bermeja del verano pasado y que calcinó más de 9.000 hectáreas, el catedrático de Geografía Física de la Universidad de Granada (UGR) José Gómez Zotano, expuso en resumen: "Abandono de sexta generación, incendio de sexta generación" en Sierra Bermeja

De su publicación en La Vanguardia de Barcelona recogemos los siguientes párrafos:

El inicio del turismo coincidió con el declive de los aprovechamientos forestales tradicionales en general y del pino resinero en particular (madera y resina), lo que generó importantes cambios paisajísticos y territoriales. "Ante la falta de precios y mercados para los productos forestales, estos bosques tendieron a ser abandonados, lo que se tradujo en un factor de riesgo ambiental al generarse una excesiva densificación de la vegetación y una abundante acumulación de materia orgánica de fácil combustión que, además, servía como reserva de enfermedades y plagas".

Concluyendo que el abandono del monte, la presión del turismo o la falta de medidas preventivas son causas que explican la virulencia del incendio forestal.

Ingenieros de montes, forestales, propietarios de montes, ayuntamientos, geógrafos estamos de acuerdo en la necesidad de invertir en los montes. Los ingenieros de Distrito Forestal hemos calculado una primera estimación en 1.200 millones para los PGE de 2023.

DAMOS CASI POR SUPUESTO QUE EN LOS PGE PARA 2023 NO HABRÁ NINGUNA PARTIDA DE 1.200 MILLONES DE EUROS PARA INVERTIR EN LIMPIEZA Y CLAREOS DE LOS MONTES QUE SIRVAN COMO PREVENCIÓN PARA LOS INCENDIOS FORESTALES PUES EN CUANTO LLEGUEN LAS LLUVIAS DE OTOÑO TODO SEGUIRÁ IGUAL HASTA LOS INCENDIOS DEL AÑO PRÓXIMO EN QUE VOLVEREMOS A LEER QUE EL ESTADO INVIERTE A TRAVÉS DE LAS CCAA OTROS 40 MILLONES.

ENTRE TODAS LAS NECESIDADES QUE DEBE CUBRIR EL ESTADO LA ATENCIÓN A LOS MONTES PARA PREVENCIÓN DE INCENDIOS FORESTALES TIENE UN TRISTE RECORD PUES SOLO SE INVIERTE EL  3,33 % DE LO IMPRESCINDIBLE.

El MITECO tiene la última palabra. Pero si no invierte en limpias y clareos, en prevención y en resumen, en gestión forestal sostenible, los incendios forestales seguirán repitiéndose con la virulencia que están alcanzando año tras año y será algo chocante eludir esta insuficiencia grave en la gestión del Estado echando la culpa al Cambio Climático.

Por favor, dennos la buena noticia de estar equivocados y para los PGE de 2023 creen los presupuestos necesarios para ir acabando con la lacra de los grandes incendios forestales.

© 2018 Distrito Forestal.