Incendios Forestales

11
Mar
2022

 

Entre 2019 y 2020 Australia sufrió algunos de los peores incendios de su historia. Más de un millón de toneladas de partículas de humo se emitieron a la atmósfera, alcanzando hasta 35 km desde la superficie de la Tierra. Ahora, un equipo de científicos ha descubierto que el humo desencadenó reacciones químicas en la estratosfera, similares a las de una erupción volcánica, que contribuyeron al agotamiento del ozono.

Los incendios forestales australianos que duraron de junio de 2019 a mayo de 2020 serán recordados por lo rápido y lejos que se extendieron. En esos meses, más de 23 millones de hectáreas fueron devastadas y casi 3.000 millones de animales fueron desplazados. Además, el millón de partículas de humo que se emitieron a la atmósfera sobrepasó los 35 km desde la superficie, una masa y un alcance comparables a los de un volcán en erupción.

Pero estos no fueron los únicos impactos. Un equipo de químicos atmosféricos liderados por el Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT, por sus siglas en inglés) ha descubierto que el humo de esos fuegos desencadenó reacciones químicas en la estratosfera que contribuyeron a la destrucción del ozono en latitudes medias del hemisferio sur, una capa que protege a la Tierra de la radiación ultravioleta entrante.

El estudio, que se ha publicado en la revista PNAS, es el primero que establece un vínculo químico entre el humo de los incendios forestales y el agotamiento del ozono. Según los expertos, esta relación inducida por el humo, que puede generar pirocumulonimbos, es decir, nubes altas, pudo agotar la columna de ozono en un 1 %, una cantidad equivalente a la recuperación alcanzada tras los esfuerzos para detener su destrucción en los últimos 10 años.

“Es bien sabido que los incendios forestales aumentan la contaminación por ozono a nivel del suelo, lo cual es un efecto negativo muy peligroso para la salud, pero la disminución del ozono en la estratosfera a causa de ellos es un nuevo hallazgo”, recalca a SINC Susan Solomon, investigadora en el departamento de Ciencias de la Tierra, Atmosféricas y Planetarias del MIT y autora principal del trabajo.

Una recuperación del ozono más lenta

Hasta ahora, el principal factor de agotamiento del ozono han sido los clorofluorocarbonos (CFC), unos productos químicos como los antiguos refrigerantes que se prohibieron en 1987 por el Protocolo de Montreal, aunque siguen permaneciendo en la estratosfera. En Australia, estos ya han destruido alrededor del 5-8 % de la capa de ozono sobre esta zona. A ellos se suma ahora el impacto de los incendios.

“Si los futuros incendios forestales son más fuertes y frecuentes, como se prevé que ocurra con el cambio climático, la recuperación prevista del ozono podría retrasarse años ahora que el mundo ha dejado de producir sustancias químicas de clorofluorocarbono”, alerta Solomon.

En marzo de 2020, poco después de que los incendios empezaran a disminuir, el grupo observó un fuerte descenso del dióxido de nitrógeno (NO2) en la estratosfera, que es el primer paso de una cascada química que agota el ozono. Los investigadores descubrieron que este descenso de NO2 está directamente relacionado con la cantidad de humo que los incendios liberaron en la estratosfera.

Ya en 2021, Pengfei Yu, de la Universidad de Jinan en China y coautor de este trabajo, analizó en otro estudio el impacto de los incendios y descubrió que el humo acumulado había calentado partes de la estratosfera hasta 2 ºC, un calentamiento que persistió durante seis meses. La investigación también encontró indicios de destrucción del ozono en el hemisferio sur tras los incendios.

Un proceso químico perjudicial

La investigadora Susan Solomon se preguntó entonces si el humo podría haber agotado el ozono mediante una química similar a la de los aerosoles volcánicos. Estas grandes erupciones también pueden llegar a la estratosfera. En 1989, la científica descubrió que estas partículas volcánicas pueden destruir el ozono mediante una serie de reacciones químicas, sobre todo cuando acumulan humedad en su superficie y reaccionan con las sustancias químicas que circulan en la estratosfera.

En el nuevo estudio los investigadores constataron que estas partículas de humo parecían haber estado mojadas: consiguieron absorber agua, junto con compuestos orgánicos generados por el incendio como la acetona y el formaldehído. “El agua en las partículas disminuyó la concentración de dióxido de nitrógeno en la estratosfera. Como este es un neutralizador del cloro de los clorofluorocarbonos (especialmente el monóxido de cloro), hubo menos dióxido de nitrógeno y más pérdida de ozono”, detalla Solomon a SINC.

Para comprobar este efecto, utilizaron tres instrumentos de satélite independientes y analizaron las observaciones del dióxido de nitrógeno en el hemisferio sur en los meses anteriores y posteriores a los desastres. Las mediciones en los distintos aparatos mostraron los mismo: “Grandes disminuciones de dióxido de nitrógeno en el humo, tan grande que la cantidad de NO2 sobre Australia fue la más baja de los últimos 20 años”, apunta la experta.

“Es la primera vez que la ciencia establece un mecanismo químico que relaciona el humo de los incendios forestales con el agotamiento del ozono. Puede que solo sea un mecanismo químico entre muchos otros, pero está claramente ahí”, subraya.

Ahora, el equipo está estudiando otras reacciones desencadenadas por el humo de los incendios forestales que podrían contribuir aún más a la destrucción del ozono, ya que cada porcentaje disminuido de la capa de ozono provoca un aumento del 2 % del cáncer de piel.  “La disminución del ozono también aumenta las cataratas en los seres humanos y, por supuesto, también puede afectar a las plantas y los animales”, concluye la científica.

Referencia:

Susan Solomon et al. “On the stratospheric chemistry Of mid-latitude wildfire smoke” PNAS

 

09
Feb
2022

 

España cuenta con una larga tradición de ayuda a otros países en incendios forestales, a los que apoya con el conocimiento y experiencias acumulados a lo largo de los años. La riqueza geográfica, botánica y cultural de nuestro país marca diferencias en cuanto a los tipos de incendio, las técnicas de extinción y las estrategias de prevención (basadas en el estudio de las causas). Estas diferencias se traducen en un amplio abanico de expertos de las distintas disciplinas relacionadas, que aportan de forma complementaria sus conocimientos y experiencias. Es este matiz lo que nos da la versatilidad necesaria a la hora de afrontar el apoyo a otros países garantizando unos mejores resultados.

En este artículo repasaremos algunas de las actuaciones llevadas a cabo desde el Área de Defensa contra Incendios Forestales (ADCIF) del actual Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), destacando las más relevantes en la actualidad. Según el reparto competencial establecido por la normativa constitucional y estatal, le corresponde al Gobierno de España y a los distintos departamentos ministeriales la representación internacional de nuestro país de forma exclusiva. Sin embargo, aunque el MITECO dispone de un amplio dispositivo de apoyo en prevención y extinción de incendios forestales, para todas las iniciativas identificadas se cuenta con la colaboración de las comunidades autónomas, competentes en exclusiva de la gestión de los incendios forestales en sus territorios.

ACTUACIONES PREVIAS

Asesoramiento

Principalmente la labor de asesoramiento se ha centrado históricamente en los países iberoamericanos, por la similitud lingüística y cultural.

En la tabla siguiente se recogen las principales iniciativas llevadas a cabo. Destaca el Curso Superior Iberoamericano sobre Protección contra Incendios Forestales, que durante 26 años (1985-2011) realizó de forma continua una formación de calidad a compañeros de todos los países de Iberoamérica. Este curso se realizaba en España, y a él acudían técnicos responsables de incendios forestales de las diferentes administraciones de los países de Iberoamérica.

colaboracion internacional incendios espana osbo

El objetivo principal del curso era el intercambio de experiencias y la transferencia de conocimientos sobre gestión integral de incendios forestales. Se estima que un total de 650 técnicos de Iberoamérica recibieron esta formación.

Recientemente estas actuaciones se están activando de nuevo, realizándose de forma bilateral país a país, así como a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

Respuesta

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* Por aeronave y día. Fuente Área de Defensa Contra Incendios. MITECO.

Si hablamos de apoyo a una emergencia en curso, mediante el envío de medios de extinción, el ámbito se reduce a los países cercanos tanto de Europa como de África, pues los tiempos de traslado hasta el incendio y la duración de éstos en el ámbito Mediterráneo no harían factible el desplazamiento a mayores distancias.

En particular, España cuenta con convenios y protocolos internacionales de ayuda mutua en materia de incendios forestales, donde se establecen las condiciones y procedimientos para la prestación de asistencia o socorro y los requisitos para la aportación de medios, con:

  • Portugal. Protocolo adicional entre el Reino de España y la República Portuguesa sobre ayuda mutua en zonas fronterizas, hecho en Valladolid el 21 de noviembre de 2018, adoptado en los términos del artículo 8 del Protocolo sobre cooperación técnica y asistencia mutua en materia de protección civil, hecho en Évora el 9 de marzo de 1992.
  • Francia. Acuerdo entre el Gobierno del Reino de España y el Gobierno de la República Francesa relativo al empleo de medios aéreos de extinción en caso de asistencia mutua por incendios forestales, hecho en Málaga el 20 de febrero de 2017. Convenio entre la República Francesa y el Reino de España en Materia de Protección y Seguridad Civil, firmado en Perpiñán el 11 de octubre de 2001.
  • Marruecos. Convenio sobre cooperación técnica y asistencia mutua en materia de Protección Civil entre el Reino de España y el Reino de Marruecos, firmado en Rabat el 21 de enero de 1987.

La ayuda internacional prestada por España se puede realizar conforme a tres posibles procedimientos:

1. De forma bilateral, país a país, en base a los convenios y protocolos existentes (sólo para Portugal, Francia y Marruecos).

2. De forma bilateral, país a país, con cualquier país que lo solicite.

3. A través del Mecanismo Europeo de Protección Civil de la Unión Europea (UCPM), del que España es país miembro.

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En cualquier caso, la solicitud de ayuda internacional llega a España por medio de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias (DGPCE) del Ministerio del Interior, que la deriva al MITECO, responsable del dispositivo estatal de apoyo a la extinción de incendios forestales, que analiza la viabilidad del envío de medios. En este análisis se valora la situación de riesgo de incendios actual y futura en nuestro país y también en el país solicitante, considerando la distancia y tiempo estimado de llegada, así como las condiciones previstas de trabajo. España posee un dispositivo potente y bien desarrollado que le permite en la mayoría de las ocasiones responder a la solicitud de ayuda de forma positiva, mostrando así su solidaridad con los países en situaciones complicadas. Existe todo un mecanismo de coordinación a nivel interno, entre los distintos organismos estatales implicados, y externo con el país solicitante, que aseguran la rapidez y eficacia de la misión.

En la tabla y mapa siguientes se puede observar la primacía, históricamente, de los países vecinos y próximos como receptores de la ayuda española. Los aviones anfibios Canadair (CL-215 T y CL-415) del MITECO, operados por el 43 Grupo del Ejército del Aire, son el principal recurso enviado, pero también en el caso de la asistencia a Portugal se involucran en muchas ocasiones medios de extinción de las comunidades autónomas limítrofes.

EN LA ACTUALIDAD

Foros

España participa en la actualidad en múltiples foros de discusión, decisión y debate sobre incendios forestales a nivel internacional, siendo los más relevantes:

  • Grupo de expertos en incendios forestales de la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea (DG ENV). España colabora activamente en materias de prevención y gestión de la información, que son el principal interés de este grupo.
  • Grupo de expertos en incendios forestales de la Dirección General de Operaciones de Protección Civil y Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea (DG ECHO). España colabora activamente en las acciones tanto de respuesta como de preparación.
  • Grupo de trabajo de incendios forestales de la red Silvamediterranea de la FAO. España es el coordinador de este grupo junto con Turquía.
  • Comité de enlace de las Conferencias Internacionales WILDFIRE. España es país miembro al haber sido el anfitrión de la IV Wildfire, celebrada en 2007 en Sevilla. Las conferencias se celebran cada 4 años.

Las actuaciones más recientes en relación a estos foros se pueden consular en la página web del MITECO

Mecanismo Europeo de Protección Civil (UCPM)

Dado el gran número de actividades que se impulsan desde el Mecanismo Europeo de Protección Civil (UCPM), que coordina la Dirección General de Operaciones de Protección Civil y Ayuda Humanitaria (DG ECHO), merecen una mención aparte las iniciativas en las que España colabora y se involucra.

La autoridad española competente y punto focal de las actuaciones del UCPM es la Dirección General de Protección Civil y Emergencias (DGPCE) del Ministerio del Interior. Sin embargo, los recursos que intervienen tanto en las actividades de prevención y preparación, como en las acciones de respuesta relacionadas con los incendios forestales (expertos y medios de extinción), son principalmente dependientes directamente del MITECO o de las comunidades autónomas.

Entre las actividades de preparación se encuentran los cursos de formación y los ejercicios. Los cursos trabajan materias que permitan mejorar la interoperabilidad de los módulos y equipos de distintos países cuando coinciden en apoyo a otro país. Los ejercicios suponen un ensayo del trabajo conjunto de medios reales sobre el terreno para testar la necesaria interoperabilidad y coordinación de los módulos y equipos europeos. En los últimos años, tras al aumento de activaciones del UCPM debido a emergencias por incendios forestales y el consecuente crecimiento del interés al respecto, se han desarrollado incluso cursos y ejercicios de temática exclusiva de incendios forestales, poniendo de manifiesto la importancia de la preparación para estos eventos. En este contexto, España ha tenido la oportunidad de compartir y poner en valor su conocimiento y experiencia, convirtiéndose en un referente a nivel europeo.

En cuanto a apoyo a otros países en situación de necesidad por incendios forestales en curso, cabe destacar que en marzo de 2019 la UE reforzó el UCPM, creando el programa rescEU para mejorar la protección frente a desastres y la gestión de los riesgos emergentes. RescEU incluye una flota de aviones y helicópteros de extinción de incendios forestales, además de otras capacidades disponibles para responder a diferentes amenazas (emergencias médicas, químicas, bilógicas, radiológicas y nucleares).

España participa activamente en las iniciativas relacionadas con el programa rescEU, desde grupos de trabajo donde se definen las características técnicas y operativas de los aviones de extinción que conformarán la futura capacidad rescEU, hasta la fase de transición, prevista hasta 2025, en la que se han aportado dos aviones Canadair del MITECO. Esta capacidad ha estado a disposición de la UE para apoyar a otros países, siempre que no fueran necesarios en España considerando la situación de incendios forestales y el riesgo previsto, durante las campañas de verano de 2019, 2020 y 2021. Bajo el programa rescEU transition, en 2019 un avión fue enviado a apoyar a Grecia, y en 2021 dos aviones fueron enviados primero a Turquía y después uno de ellos a Grecia.

Equipo de evaluación y asesoramiento en incendios forestales (equipo FAST)

En los últimos años los incendios forestales están comenzando a convertirse en un problema en países que no los han sufrido históricamente, y que por tanto no han tenido la oportunidad de alcanzar el conocimiento y la experiencia necesarios para abordar estas situaciones de emergencia.

En este marco está el origen del Equipo de evaluación y asesoramiento en incendios forestales (Forest fires assessment and advisory team, FAST). Se trata de una capacidad que nace de la experiencia y el conocimiento en la gestión de los incendios forestales acumulado en España a lo largo de los años, disponible para apoyar a otros países que lo necesiten y lo soliciten. Fue declarada capacidad del UCPM en febrero de 2018.

El equipo FAST lo integran expertos que pertenecen a las administraciones regionales y nacionales de España, así como a organismos relacionados y también expertos independientes. La mayoría cuenta con una base de formación forestal y recibe entrenamiento en los programas de cursos y ejercicios del UCPM. Sus principales áreas funcionales son las siguientes: planificación, operaciones, logística, prevención y preparación. En su faceta de análisis se trata de una célula de inteligencia que apoya la toma de decisiones de la dirección de la extinción/emergencia, generando productos que clarifican el escenario actual y previsto, realizando recomendaciones operativas y de seguridad en base a dichos análisis. Sus facetas son múltiples, gracias a su adaptabilidad y escalabilidad en función de las necesidades de la misión, aspecto clave para asegurar el éxito del apoyo prestado. Esta versatilidad se consigue a través de los más de 100 expertos incluidos en la base de datos FAST, coordinada por el MITECO, con la colaboración de las comunidades autónomas.

El equipo FAST está disponible para apoyar al país que lo solicite, en las siguientes situaciones:

– Emergencias por incendios forestales en curso.

– Asesoramiento en materia de incendios forestales.

La organización y funcionamiento del FAST se recoge en una ficha técnica (factsheet) y unos procedimientos estándares de operación (Standard Operating Procedures, SOP). Estos últimos recogen los procedimientos de operación del equipo FAST en las diferentes fases de la misión, y en particular: describen los mecanismos de despliegue y gestión del equipo, y establecen la organización de los miembros del equipo en todas las fases de la misión. El número de expertos y áreas de especialización se decide en función de los requerimientos del país solicitante, las necesidades identificadas y los términos de referencia de la misión. El FAST cuenta con la logística asociada necesaria, que aporta el MITECO, para asegurar su autosuficiencia e integración en las misiones que realiza.

Misiones

Expertos españoles integrantes del FAST han participado en los últimos años en las siguientes misiones internacionales:

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Preparación

Varias líneas de actuación contribuyen a mejorar la especialización de los expertos del equipo FAST, siendo una de ellas los cursos y ejercicios del UCPM. Hasta el momento, más de un 30% de los expertos FAST se han formado a través de este programa de cursos. El FAST ha participado, como equipo, en ejercicios de incendios forestales, tanto de aula como de campo en otubre 2018 (Croacia), abril 2019 (Francia) y abril 2019 (Croacia).

El equipo FAST, al no tener una composición fija de personal sino formarse para cada misión con distintos expertos de la base de datos, según las características de la misión y la disponibilidad de los expertos, requiere de un esfuerzo adicional para mantener a todo el personal informado y actualizado. Para asegurar la máxima cohesión e integración se realizan reuniones anuales con todos los expertos, donde se trasladan las últimas actualizaciones a nivel internacional, se exponen y comparten las actividades del FAST llevadas a cabo y se analizan las lecciones aprendidas y propuestas de mejora para el equipo.

Elena Hernández Paredes

Área de Defensa contra Incendios Forestales.

Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación.

Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Foresta nº 81

23
Dic
2021

Science Daily thumb

Fecha: diciembre 15, 2021

Fuente: Universidad de Nuevo México

Resumen:

Una nueva investigación sugiere que la mortalidad de los árboles impulsada por el clima y la aridez del combustible están aumentando la disponibilidad de combustible en los bosques, lo que lleva a incendios forestales récord en tamaño, propagación y formación de penachos.

   

HISTORIA COMPLETA

Una nueva investigación realizada por científicos de la Universidad de Nuevo México sugiere que la mortalidad de los árboles impulsada por el clima y la aridez del combustible están aumentando la disponibilidad de combustible en los bosques, lo que lleva a incendios forestales récord en tamaño, propagación y formación de penachos.

En América del Norte, la actividad de incendios forestales ha aumentado en gran parte debido al cambio climático, que está aumentando la cantidad de energía almacenada en la biomasa que puede liberarse como calor durante los incendios forestales. El estrés por sequía, los brotes de insectos y el aumento de la temperatura han causado grandes áreas de mortalidad de árboles y el aumento de las temperaturas está secando los combustibles forestales, haciéndolos más disponibles para quemar. La cantidad de energía almacenada en los bosques que está disponible para la liberación del fuego depende de la cantidad de agua almacenada en la biomasa viva y muerta, que actúa como un regulador sobre la cantidad y la tasa de liberación de energía. La humedad del combustible de la biomasa muerta es más sensible y propensa al fuego con el aumento de la temperatura que la biomasa viva y los efectos combinados de la mortalidad de los árboles y la alta temperatura podrían ser responsables de la liberación sustancial de energía que ha caracterizado los incendios forestales modernos.

La investigación, "La mortalidad de los árboles impulsada por el clima y la aridez del combustible aumentan el flujo de calor potencial de los incendios forestales", realizada por los científicos de la UNM Marissa Goodwin y Matthew Hurteau, se publicó recientemente en Geophysical Research Letters. El estudio, que consideró la mortalidad de los árboles como resultado del cambio climático y un aumento en la aridez del combustible, utilizó datos de temperatura y humedad del combustible para árboles vivos y muertos para examinar los cambios impulsados por el clima en el contenido de humedad del combustible en las últimas tres décadas. Los científicos también calcularon los cambios en la liberación de energía (componente de liberación de energía y energía radiativa del fuego) de dos bosques que experimentaron sequía y mortalidad de escarabajos de la corteza y posteriormente quemados por incendios forestales durante la temporada de incendios de 2020 en el oeste de los Estados Unidos.

El incendio de Creek en Sierra Nevada de California fue el quinto más grande en la historia moderna de California. Se quemó en un área donde la sequía de 2012-2016 y el posterior brote de escarabajos de la corteza resultaron en una mortalidad generalizada de los árboles, mientras que el incendio de Cameron Peak en las Montañas Rocosas de Colorado, que fue el más grande en la historia de Colorado, quemó el bosque con un gran número de árboles muertos por escarabajos de la corteza. Los dos bosques difieren en el clima, con bosques mixtos de coníferas en el clima mediterráneo de California que son estacionalmente secos, mientras que los bosques de pinos lodgepole de Colorado son frescos y húmedos, pero la intensidad del fuego en ambas áreas está influenciada por la humedad del combustible y la disponibilidad de combustible.

"Encontramos que la mortalidad de los árboles hizo la transición de cantidades sustanciales de biomasa de piscinas vivas a muertas", dice Goodwin, estudiante de maestría en el Departamento de Biología de la UNM y autor principal del artículo. "Junto con las disminuciones impulsadas por el clima en el contenido de humedad del combustible, este cambio en la disponibilidad de combustible aumentó la cantidad de energía que podría liberarse como calor durante los incendios forestales en estos bosques. Estos resultados demuestran que la mortalidad de los árboles impulsada por el clima y la aridez del combustible pueden estar aumentando la cantidad de energía que se libera durante los incendios forestales".

Goodwin ha sido gerente de proyectos de The Teakettle Experiment desde 2016, un proyecto actualmente administrado por Hurteau como parte de su Laboratorio de Ecología de Sistemas terrestres. El Experimento Teakettle se implementó en 1997 para cuantificar los efectos de las técnicas de manejo forestal (quema prescrita y aclareo mecánico) en el ecosistema.

Las cifras de mortalidad de árboles son asombrosas en esos bosques que proporcionan un amplio combustible muerto para que los incendios forestales se quemen. En el Bosque Nacional de la Sierra, se estima que 36 millones de árboles han muerto por sequía y mortalidad de escarabajos de la corteza en los últimos cinco años, que es aproximadamente el 25 por ciento de los árboles en el Bosque Nacional de la Sierra. En el área donde se quemó el incendio de Creek, un resumen de CALFIRE informó estimaciones del 80 por ciento de mortalidad de árboles. En Colorado, las estimaciones de los datos de inventario y análisis forestal de la mortalidad del pino lodgepole por infestación de mountain pine beetle oscilan entre el 40 y el 50 por ciento, mientras que el 87 por ciento del área en Colorado que contiene pino lodgepole se ha visto afectada por la mortalidad, que es de aproximadamente 3.4 millones de acres.

"La cantidad de vegetación que está disponible para quemar está controlada por la cantidad de agua que almacena la vegetación", dijo Hurteau, profesor del Departamento de Biología de la UNM y también coautor del artículo. "A medida que movemos los árboles de la columna viva a la columna muerta debido a los insectos y la sequía, no están absorbiendo agua de la manera en que lo hace una planta viva. Contienen mucha menos agua y se vuelven más disponibles para quemar. Es similar a construir una fogata, la madera seca hace un mejor fuego que la madera húmeda".

"El incendio de Creek 2020 venía de un invierno deficiente, por lo que no hubo grandes precipitaciones ese invierno. Luego, las temperaturas fueron realmente altas esa primavera y verano, lo que hizo que toda esa madera muerta de la sequía de 2012 a 2016 se secara y estuviera disponible para quemar. Hay una relación positiva demostrada en la que a medida que sube la temperatura, más quemaduras en el área".

Los científicos, incluidos Harold Zald y Malcolm North, del Servicio Forestal del USDA, la Estación de Investigación del Noroeste del Pacífico y el Servicio Forestal del USDA, la Estación de Investigación del Suroeste del Pacífico, respectivamente, estaban interesados no solo en la quema del ecosistema, sino también en cómo se quema.

"Estamos tratando de entender la relación entre la pieza climática y cómo toda esta mortalidad de árboles por sequía e insectos va a cambiar la cantidad de combustible disponible", dijo Hurteau. "Cuando tienes todo ese combustible adicional de todos los árboles muertos, se va a quemar mucho más caliente. En el incendio de Creek, la pluma estaba a 50,000 pies en el aire, por lo que había mucha energía moviéndose fuera del sistema. Cuando liberas tanta energía, el fuego crea su propio clima y obtienes un comportamiento realmente extremo".

"Lo que encontré más revelador (de la investigación) es que las altas temperaturas en 2020 resultaron en un menor contenido de humedad del combustible y una mayor liberación de energía calculada que la que vimos durante los períodos de sequía que experimentaron estos dos bosques", dijo Goodwin. "La sequía y la mortalidad de escarabajos transfirieron una cantidad sustancial de biomasa en estos paisajes del combustible vivo a los tipos de combustible muerto. Cuando tienes todo este combustible muerto y luego también subes el termostato, todo estaba preparado para arder cuando ocurrieron esos dos incendios".

El apoyo para este proyecto provino del Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios de California (CAL FIRE) como parte del Programa de Inversiones Climáticas de California.

Fuente de la historia:

Materiales proporcionados por la Universidad de Nuevo México. Original escrito por Steve Carr.

Referencia de la revista:

Marissa J. Goodwin, Harold S. J. Zald, Malcolm P. North, Matthew D. Hurteau. La mortalidad de los árboles impulsada por el clima y la aridez del combustible aumentan el flujo de calor potencial de los incendios forestales. Cartas de Investigación Geofísica,2021; DOI: 10.1029/2021GL094954

Universidad de Nuevo México. "Los científicos encuentran que la mortalidad de árboles impulsada por el clima y la aridez del combustible aumentan la disponibilidad de combustible para incendios forestales". ScienceDaily. ScienceDaily, 15 de diciembre de 2021. <www.sciencedaily.com/releases/2021/12/211215113237.htm>.

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