Incendios Forestales

12
Ago
2021

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A fecha 1 de agosto

 

La zona noroeste -Galicia, Asturias y Cantabria y las provincias de León y Zamora- presenta el 49,99% de superficie forestal quemada y el mayor porcentaje de incendios (41,11%), seguida por las comunidades interiores (37,64% de los siniestros), el Mediterráneo (20,79%) y Canarias (0,45%)

Las comunidades autónomas con más actuaciones de los medios del MITECO son Cataluña, Castilla-La Mancha, Galicia, Andalucía y Castilla y León

En lo que va de año se han registrado 13 grandes incendios de más de 500 hectáreas. El mayor en cuanto a superficie quemada ha sido el de Arico (Santa Cruz de Tenerife), declarado el 20 de mayo y que quemó alrededor de 3.000 hectáreas

El Centro de Coordinación de la Información Nacional sobre Incendios Forestales (CCINIF), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), ha publicado hoy el avance informativo de los incendios forestales declarados en España a partir de los datos provisionales que las comunidades autónomas remiten periódicamente al Ministerio. Así, hasta el 1 de agosto se han producido 5.497 siniestros de los cuales 3.477 han sido conatos (63,25%) y 2.020 incendios (36,75%). Esta cifra de siniestros supone una reducción del 20% y es ligeramente inferior respecto a la media del último decenio, que se sitúa en 6.880 siniestros.

No obstante, los expertos advierten del peligro de que las condiciones climatológicas -altas temperaturas y progresiva sequedad de los suelos- empeoren a lo largo del mes de agosto, de modo similar a lo ocurrido en países de la región mediterránea como Turquía y Grecia, que sufren una oleada catastrófica de incendios de gran magnitud. Por tanto, la situación exige mantener la precaución y el cuidado, ya que se trata de una época de alto riesgo y es obligado extremar las cautelas.

VEGETACIÓN AFECTADA

En cuanto a los datos de vegetación, han sido afectadas 40.213,80 hectáreas de superficie forestal donde se incluye tanto la vegetación leñosa como herbácea. Este dato está también algo por debajo de la media del decenio tanto en superficie forestal afectada, con una reducción del 20%, como en superficie arbolada afectada, un 7% menor a la referencia. El único indicador que se sitúa por encima de la media son los grandes incendios forestales (GIF) de más de 500 hectáreas, que se sitúan en 13 frente a los 9 de la media.

La zona noroeste, que abarca las comunidades autónomas de Galicia, Asturias y Cantabria y las provincias de León y Zamora, presenta el 49,99% de superficie forestal quemada. El 41,11% de los siniestros se han producido en el noroeste, un 37,64% en las comunidades interiores, 20,79% en el Mediterráneo y 0,45% en Canarias.

GRANDES INCENDIOS

De los 13 grandes incendios que se han producido hasta la fecha, cinco de ellos se declararon entre los meses de enero y febrero, dos en Almería (en Berja y Olula de Castro), dos en Cantabria (en los municipios de Udias y Cabuérniga) y uno que afectó a zonas de Navarra, Gipuzkoa y el sur de Francia.  El mayor en cuanto a superficie quemada es el de Arico (Santa Cruz de Tenerife) que comenzó el pasado 20 de mayo y que quemó alrededor de 3.000 hectáreas.

Los otros siete se declararon entre el 12 y el 27 de julio, en Castilla-La Mancha, Andalucía y Cataluña. Dos de ellos en Ciudad Real (en los municipios de Corral de Calatrava y Almadén), uno en Cuenca (en Víllora) y otro en Albacete (Tobarra). En Andalucía se produjo un incendio en Villarasa (Huelva) y en Cataluña se declaró un fuego en Santa Coloma de Queralt (Tarragona) que arrasó 1.288,85 hectáreas.

INTERVENCIONES DE APOYO A LAS CCAA

Desde el 1 de enero hasta el 1 de agosto, el MITECO ha prestado ayuda a las comunidades autónomas con 586 intervenciones en 245 incendios forestales. Las horas de vuelo han sido casi 1.600 y se han contabilizado cifras cercanas a las 6.500 descargas de agua.

Las comunidades autónomas con más actuaciones de los medios del MITECO son Cataluña, Castilla-La Mancha, Galicia, Andalucía y Castilla y León. Hasta el 1 agosto en Cataluña se han producido 78 intervenciones en 17 incendios. En Castilla-La Mancha, 14 incendios con 63 intervenciones. En Galicia, 63 intervenciones en 21 fuegos. En Andalucía, 40 incendios con 62 intervenciones y en Castilla y León 60 intervenciones en 22 incendios.

DISPOSITIVO NACIONAL

El dispositivo de extinción de MITECO cuenta para la campaña de verano 2021 con 69 aeronaves que operan desde alguna de las casi 40 bases distribuidas por todo el territorio, además de 7 unidades móviles de análisis y planificación sobre el terreno y 3 equipos de prevención de incendios forestales. Este despliegue implica a cerca de 1.000 efectivos entre técnicos, pilotos y mecánicos de los aviones, personal de las brigadas forestales y las bases de medios aéreos y trabajadores del Ministerio, entre otros. Para ello, el Ministerio destina este año 85 millones de euros, sin contar el coste del personal funcionario.

Dentro del personal que trabaja para el MITECO en este dispositivo, el grupo más numeroso lo forman las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF), formado por cerca de 600 personas, entre técnicos, capataces, especialistas y preparadores físicos. Estas brigadas helitransportadas son la fuerza de extinción sobre el terreno, siempre en primera línea del fuego, que aporta el Ministerio en apoyo a las comunidades autónomas. Desempeñan su trabajo en los lugares de los siniestros, bajo la dirección de los responsables de extinción de las Comunidades Autónomas y cooperando con el personal de éstas. El dispositivo BRIF cuenta con 10 bases repartidas en distintos puntos del país.

16
Jul
2021

Science Daily thumb

fuente: Universidad McGill

Resumen:

Los incendios forestales se han deslizado más arriba de las montañas en las últimas décadas, quemando áreas que antes eran demasiado húmedas para quemarse, según los investigadores. A medida que los incendios forestales avanzan cuesta arriba, un asombroso 11% de todos los bosques del oeste de los EE. UU. están ahora en riesgo.

   

HISTORIA COMPLETA

Los incendios forestales se han deslizado más arriba de las montañas en las últimas décadas, quemando áreas que antes estaban demasiado húmedas para quemarse, según investigadores de la Universidad McGill. A medida que los incendios forestales avanzan cuesta arriba, un asombroso 11% de todos los bosques del oeste de Los Estados Unidos están ahora en riesgo.

"El cambio climático y las condiciones de sequía en Occidente están secando los bosques de gran elevación, haciéndolos particularmente susceptibles a las llamas", dice el autor principal Mohammad Reza Alizadeh, estudiante de doctorado en la Universidad McGill bajo la supervisión del profesor Jan Adamowski. "Esto crea nuevos peligros para las comunidades de montaña, con impactos en los suministros de agua aguas abajo y las plantas y la vida silvestre que llaman hogar a estos bosques".

El calentamiento climático ha disminuido la "barrera de inflamabilidad"

En un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, los investigadores analizaron registros de incendios de más de 405 hectáreas en las regiones montañosas del oeste contiguo de Estados Unidos entre 1984 y 2017. Sus resultados muestran que el calentamiento climático ha disminuido la "barrera de inflamabilidad de alta elevación", el punto donde los bosques históricamente eran demasiado húmedos para quemarse regularmente debido a la presencia persistente de nieve. Los investigadores descubrieron que los incendios avanzaron unos 252 metros cuesta arriba en las montañas occidentales durante esas tres décadas.

La cantidad de tierra que se quemó aumentó en todas las elevaciones durante ese período, sin embargo, el mayor aumento se produjo en elevaciones por encima de los 2.500 metros. Además, el área que ardía por encima de los 8,200 pies se triplicó con creces en 2001 a 2017 en comparación con 1984 a 2000. En los últimos 34 años, el aumento de las temperaturas ha extendido el territorio de incendios en el oeste a 81,500 kilómetros cuadrados adicionales de bosques de alta elevación, un área similar en tamaño a Carolina del Sur.

"El cambio climático continúa aumentando el riesgo de incendios, y esta tendencia probablemente continuará a medida que el planeta se calienta. Más actividad de incendios en las montañas es otra advertencia de los peligros que se avecinan", dice el coautor Jan Adamowski, profesor del Departamento de Ingeniería de Biorecursos de la Universidad McGill.

Fuente de la historia: Materiales proporcionados por la Universidad McGill.

Science daily

01
Jun
2021

 

 “Tenemos que cambiar las políticas públicas forestales para hacer frente a los megaincendios y al cambio climático”

Hace tiempo que Felipe González, expresidente del Gobierno de España, fijó su mirada en el problema de los grandes incendios, la falta de gestión forestal por abandono rural y el cambio climático. Esta semana ha participado en la decimosexta Conferencia Internacional Wildland Fire Safety para hablar, ante expertos en extinción de incendios, de la necesidad de una nueva política pública de gestión forestal que evite los megaincendios y ayude a combatir el cambio climático.

El expresidente tiene muy claro el diagnóstico y las soluciones. “El incendio nos ha derrotado técnicamente, por eso tenemos que decir cómo preservamos una masa forestal que evite el megaincendio y cómo incorporamos a las políticas públicas la economía circular y las energías renovables, a través de la biomasa, lo que permitiría su ordenamiento sostenible. El esfuerzo público preventivo tiene un rendimiento que coincide con los objetivos de una economía verde, circular, de energías renovables que sustituyan a las energías fósiles que son las que provocan el cambio climático”.

Tiene Felipe González perfectamente claro el círculo que une abandono rural, falta de gestión forestal, cambio climático e incendios forestales que provocan más cambio climático y, por tanto, condiciones más favorables para tener más megaincendios del estilo de California, Portugal, Chile o Bolivia.

Lo que propone el expresidente es cambiar la dirección en la que recorremos ese círculo que permita gestionar el territorio, fijar población rural, combatir el cambio climático y evitar los grandes incendios o “incendios de sexta generación”. Se suma así a las voces forestales que reclaman un cambio en las políticas públicas forestales, que vean en los montes una oportunidad y necesidad de gestión para luchar contra el cambio climático.

Tenemos que cambiar las políticas públicas para luchar contra los megaincendios, aprovechar la masa forestal, mantenerla y conservarla en el sentido más racional del conservacionismo. Y, a la vez, comprometernos con los ciudadanos en que vamos a mantener los medios materiales y humanos que dedicamos a la extinción de incendios. Pero, además, vamos a prevenir con políticas inteligentes que se propagan en todos los continentes, que nos permita luchar contra el cambio climático, aprovechar las energías renovables y mantener nuestras masas forestales vivas siendo capaces de gestionarlas”.

Comienza su intervención Felipe González recordando cuál fue la apuesta de su gobierno en la década de los años 80 en España: una apuesta por disponer de medios humanos y técnicos para hacer frente a un número creciente de incendios. “En la década de los años 80 y 90 nuestra preocupación en la lucha contra los incendios era dotarnos de personal técnico y medios materiales que nos permitiesen responder rápidamente y no se convirtieran en graves incendios”.

Aunque considera aquella política acertada en aquel momento, reconoce que “pronto comprobamos que tenía un efecto contradictorio, porque, cuanto más éxito teníamos en la extinción durante dos, tres o cuatro años, más combustible se acumulaba para otro año. Cada dos o cuatro años nos sorprendía un gran incendio que se aprovechaba del abandono de la gestión del territorio”. La paradoja de la extinción.

Recuerda el expresidente la frase tantas veces repetida, convertida casi en un tópico en sí misma, de que los incendios se apagan en invierno y le da su explicación. “Era experiencia vital de la gente que vivía en el medio rural, que aprovechaba la energía que proporcionaba la materia prima forestal para todo. Tenían la precaución de evitar que un incendio arrasara sus propiedades, su supervivencia. Tenían la costumbre de prevenir, pero no era solo prevención, había un aprovechamiento intensivo de esa masa forestal para usarla como energía”.

Pero los cambios socioeconómicos del país traerían una constante e inexorable despoblación rural que provocaría abandono del aprovechamiento forestal y de las labores de prevención tradicionales. Y, mientras esto sucedía, para Felipe González “la naturaleza estaba respondiendo al cambio climático, veinte años antes de que nosotros nos diéramos cuenta”.

En su opinión es precisamente el cambio climático, y las condiciones extremas que provoca, la principal causa de los megaincendios que ahora tanto preocupan en todo el planeta. “En numerosas conversaciones con Marc Castellnou, estudiamos las condiciones socioeconómicas de la propagación y del incremento de los incendios forestales. Nos dimos cuenta de que el abandono rural era una de ellas, pero nos sorprendió que en zonas donde no había ese abandono también se producían grandes incendios. Llegamos a la conclusión de que el nexo entre los grandes incendios de cualquier parte no eran las condiciones sociales, era el cambio climático que provoca una influencia transversal”.

Por todo ello, insiste en su mensaje, en que el problema de los incendios forestales “es un problema de políticas públicas. Es necesario cambiar el paradigma, no se trata solo de mantener los servicios públicos de alta calidad y eficacia, sino que se trata de cambiar políticas para preparar las masas forestales y evitar los megaincendios”.

30
May
2021

 

 

Renovar el convenio, paralizado desde 2012 según denuncian los sindicatos; reactivar las tasas de reposición para cubrir todas las vacantes durante los doce meses del año; el cumplimiento de los convenios para hacer trabajadores fijos a quienes llevan más de tres años trabajando para la empresa; y obtener mejoras laborales y salariales, “paralizadas por no renovar el convenio”, son las reivindicaciones principales de los sindicatos convocantes UGT y CCOO.

La primera manifestación fue el lunes en Guadalajara, el martes fue en Albacete y Ciudad Real y el viernes en Cuenca y Toledo. En la primera jornada, según los sindicatos, secundaron la huelga el 93 % de los trabajadores. Las movilizaciones ya comenzaron el 3 de mayo con concentraciones que se han producido en todas las capitales de provincia durante todo el mes.

Los sindicatos UGT y CC OO demandan que se renueve el convenio colectivo de la empresa que lleva sin actualizarse desde 2012, “a pesar de que hubo un primer acuerdo en 2019 pero que se quedó olvidado cuando adujeron que no había dinero para actualizar los sueldos, paralizados desde 2012”, asegura Rosario Madrigal, delegada sindical de UGT en Geacam.

Para los sindicatos, lo que pretende la empresa pública es “un nuevo proceso de negociación, a pesar de haber un texto acordado en 2019. Este proceso que pretenden iniciar, es idéntico al anterior, sin ninguna garantía presupuestaria”.

La intención de los dos sindicatos es que el nuevo convenio recoja a todo el personal de la empresa “y que se contemple, entre otras cuestiones, el servicio multiemergencia en el que nos hemos convertido. Hemos pasado de ser un dispositivo de prevención y extinción de incendios a ser multiemergencias, que lo mismo atendemos a la borrasca Filomena que desinfectamos residencias o colegios durante la pandemia”, señala Rosario Madrigal.

Plazas vacantes sin cubrir

El segundo de los puntos que reclaman ambos sindicatos es cubrir las plazas vacantes “que llevan sin cubrirse desde hace dos años porque no han sacado la tasa de reposición”. Se trata de 253 vacantes en el operativo de incendios. “Solo ofrecen ocuparlas con contratos eventuales y precarios cuando debieran ser plazas fijas a 12 meses. Necesitamos una renovación de la plantilla, por edad y accidentes laborales, para no tener un dispositivo mermado. Esta consejería es la consejería de los recortes y la que los ejecuta es Geacam”, asegura Rosario Madrigal.

La plantilla de Geacam puede variar en función de la época del año y de las necesidades. En diciembre de 2019 estaba compuesta por 2.437 trabajadores. De ellos, 2.161 trabajaban en incendios y obra forestal y 276 en oficinas. En incendios eran personal de plantilla 1.623; fijo discontinuo eran 118 y eventuales 420 trabajadores. En oficinas, 140 pertenecían a la plantilla, 19 eran fijos discontinuos y 117 eran eventuales.

Otro de los puntos de conflicto es la reducción de la duración de la campaña de extinción. Denuncian UGT y CCOO que se ha reducido la campaña de alto riesgo hasta 22 días según el retén. “En la práctica, esto supone un ahorro para la empresa porque son menos guardias y pluses por disponibilidad, riesgo o dedicación, es decir, menos gasto en personal y más ingresos provenientes del dinero de la Unión Europea para la prevención”, señala Madrigal.

Según la representante de UGT los trabajadores pasan de realizar trabajos de prevención a extinción directamente, “sin realizar una transición lógica que permita poner a punto la formación y los protocolos de actuación para llegar perfectamente entrenados a la campaña de alto riesgo de incendios”.

La campaña de prevención termina el 30 de mayo y la campaña de extinción comienza el 1 de junio. Los primeros 15 días suelen emplearse en la formación del dispositivo cuando se trata de personal nuevo sin experiencia, recordatorio de protocolos, entrenamiento con el material de extinción y puesta a punto de la coordinación. “Si hay un incendio en estos primeros días puede salir a la extinción nuevo personal sin experiencia y sin la debida formación. Además, hay retenes que seguirán haciendo prevención de 8 a 15 horas. En caso de que haya un incendio deberán incorporarse a la extinción cansados y sin realizar el entrenamiento de coordinación necesario”, asegura Rosario Madrigal.

En la primera concentración en Guadalajara, ante la delegación provincial de Presidencia y Administraciones Públicas de la JCCM, los convocantes reclamaron “más plantilla y menos mentiras” y han exigido la dimisión del gerente de Geacam y del equipo directivo de la consejería de Desarrollo Sostenible.

huelga geacam

Asistentes a la primera jornada de huelga en Guadalajara

Conflictividad laboral

Para los sindicatos convocantes existe un “enorme malestar en la plantilla de Geacam por la continua conflictividad laboral con irregularidades en los contratos, en ocasiones el no reconocimiento salarial de los trienios de antigüedad, o por vulnerar incluso el Estatuto de los Trabajadores cuando llevan cuatro años trabajando en la empresa y continúan con contratos de obra y servicios cuando deberían ser trabajadores indefinidos”, comenta Rosario Madrigal.

“Instamos a la dirección de la empresa y a la Consejería de Desarrollo Sostenible a dar respuesta a las reivindicaciones de la plantilla para poder poner fin al conflicto antes de que se inicie la campaña de extinción de incendios. No podemos afrontar el verano con esta situación, con la plantilla mermada, quemada e indignada. El gerente y el consejero saben que hay motivos de sobra para la huelga; está en su mano revertir el conflicto” demanda Iñaki Blanco, delegado sindical de CCOO en Guadalajara.

Para Rosario Madrigal “la Consejería de Desarrollo Sostenible quiere tener temporeros del fuego, trabajadores a la carta para cuando surja un incendio, con el riesgo que eso representa para la seguridad de la plantilla y para el medio natural”.

Denuncian los sindicatos que en 2019 había 155 medios de extinción, y que “el próximo 1 de junio la campaña de extinción se iniciará con tan solo 45 medios. Y quieren que volvamos al modelo de trabajo y de gestión que había en 2005, cuando fallecieron 11 agentes forestales en Guadalajara”.

La representante de UGT también cuestionó que “un gobierno que se dice progresista mantenga caducado desde hace ocho años el convenio colectivo de esta empresa pública” y denunció que el consejero de Desarrollo Sostenible “miente cuando dice que se ha aumentado en 90 millones el presupuesto para la próxima campaña. En realidad, van a destinar cero euros a GEACAM”.

Los sindicatos UGT y CCOO de GEACAM estudian la posibilidad de manifestarse ante las puertas del teatro Buero Vallejo de Guadalajara el día 31 de mayo, donde se celebrará el Día de la Región. «No tiene sentido que se vaya a dar un premio a Geacam mientras la plantilla está en la actual situación laboral”.

Un millón de euros para Geacam

El Gobierno de Castilla-La Mancha aprobó en el mes de mayo una inversión de un millón de euros para mejorar el dispositivo contra incendios forestales. José Luis Escudero, consejero de Desarrollo Sostenible, anunció tras la reunión del Consejo de Gobierno el 11 de mayo, nuevas contrataciones y avances en la negociación del convenio colectivo de Geacam e invitó a los sindicatos a que “asuman su responsabilidad y hagan propuestas en la mesa de negociación del convenio colectivo, en la que ya se están produciendo los primeros acuerdos”.

“Lo que la Consejería entiende por negociación es que se apruebe su propuesta general sin más, sin entrar a discutir de forma concreta cada una de las casuísticas de contratos y funciones laborales que hay dentro de la empresa”, señala Rosario Madrigal.

Escudero anunció “el gasto de un millón de euros para mejorar el dispositivo frente a los incendios forestales”. 571.000 euros se invertirán en la contratación de 21 ingenieros para la planificación y extinción de incendios forestales. Los 446.000 euros restantes se destinarán a Geacam para el suministro de equipos de protección individual y equipación técnica.

Pérdidas en los últimos ejercicios

Geacam es una sociedad anónima cuyo capital social es 100% de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que es su único cliente. Hasta diciembre de 2019, la prevención y extinción de incendios suponía el 91 % de la actividad de la empresa. El 83 % del coste bruto anual de la empresa se dedica a salarios.

Acumula pérdidas anuales de 4,06 millones de euros en 2017, de 6,30 millones € en 2018 y de 7,6 millones € en 2019. Estas cifras colocan a la empresa en causa de disolución ya que su patrimonio neto es negativo e inferior a la mitad del capital social desde el año 2017.

Según un documento interno, el absentismo medio por contingencias comunes, accidentes y enfermedad profesional ha crecido un 18,56 % en los últimos dos años, hasta alcanzar el 7 %.

“Si además de las enfermedades profesionales, accidentes y contingencias comunes, se tienen en cuenta las licencias retribuidas, días de lluvia, compensación de horas extinción, actividades formativas y horas sindicales, la ausencia al puesto de trabajo con coste empresarial es de un 30 %.

El rendimiento de trabajo ha disminuido un 5,7 % en los dos últimos años, aumentando así el número de jornales por hectárea hasta los 23,12 jor/ha”.

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