Incendios Forestales

17
Nov
2020

incendio forestal 5

Artículo de Mariano Sanz, secretario de Medio Ambiente y Movilidad de CCOO, y de Francis Cabezos, secretario de Medio Ambiente y Movimientos Sociales FSC-CCOO.

Según los datos ofrecidos por el Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación (MAPA), del 1 de enero al 30 de agosto de este año se han producido 5.871 incendios y conatos que han quemado 44.484 has. La persistencia de las altas temperaturas y la falta de precipitaciones hacen que el riesgo de que nuestros montes ardan se mantenga alto más allá del verano.

Según los datos del MAPA, se han producido 10 Grandes Incendios Forestales (GIF), esos que superan las 500 has., sin contar el de Lobios, Ourense, al ser transfronterizo con Portugal, y el de Valdepiélagos, que afectó a superficie de Toledo y Madrid, por haber quemado “solo” 150 has de las consideradas forestales. Tampoco está contabilizado el incendio, y la superficie arrasada por el fuego, de Cabezuela del Valle, en el Jerte, Cáceres, ni los últimos 16 fuegos de Ourense ni las más de 10 mil hectáreas que han ardido en ellos.

Estos datos colocan al año 2020 como el tercero con más superficie quemada de la última década. Y si bien el número de incendios registrado es menor al de años anteriores, ha aumentado sustancialmente la superficie forestal afectada, un indicativo de que la virulencia, poder destructivo e incidencia en la interfaz urbano/forestal de los incendios están claramente relacionados con los cambios que se están produciendo en el clima. A las causas de los incendios forestales relacionadas con el cambio climático (altas temperaturas, sequías…) habría que sumar también el abandono de las zonas rurales y el aumento de la biomasa, como consecuencia de la falta de actuaciones silvícolas y preventivas en la mayoría de los montes y terrenos forestales de nuestro país, labor vinculada con las competencias que tienen las comunidades autónomas.

Cuadro evolución incendios forestales

A la amenaza de las llamas se enfrentan alrededor de 25.000 profesionales entre técnicos, operadores de radio y emisoras, vigilantes en puestos de observación y torretas, bomberos de los Servicios de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento (SPEIS), agentes medioambientales, operarios de aeronaves y maquinaria, etc. Hablamos de un número de profesionales aproximado, ya que no es posible conocer la cifra exacta, pues aunque debiera ser una información pública y fácil de encontrar en las distintas webs de las administraciones competentes, fundamentalmente las CCAA, la búsqueda se convierte en una verdadera odisea, tal y como denunciamos en el Catálogo de Medios de Extinción 2018 que presentamos el pasado año y en otros informes anuales que hemos venido elaborando en CCOO sobre la materia.

De todos los recursos humanos que componen los Servicios de Prevención y Extinción de Incendios Forestales queremos destacar a los trabajadores que están en primera línea de fuego combatiendo los incendios forestales, no siempre denominados como lo que son, bomberos forestales. Todos los días de riesgo alto de incendio, aproximadamente 18.000 profesionales están listos para su extinción; sin embargo, sus condiciones de trabajo, contratación, formación, retribuciones, horarios de trabajo… son muy diferentes. Urge, y así lo demandamos desde CCOO, la aprobación de un Estatuto de Bomberas y Bomberos Forestales que facilite una homologación de las condiciones de este colectivo, compromiso recogido en el acuerdo de gobernabilidad suscrito entre el PSOE y Unidas Podemos que fue la base para la configuración del actual gobierno.

Otro aspecto significativo en relación a lo anterior es que cada comunidad autónoma, que son las competentes en la materia, compone su propio Operativo de Extinción, que aunque pueda tener unas bases parecidas, su organización y estructura difiere en cada territorio, lo que en la práctica incide en su eficacia y coordinación. También queremos llamar la atención sobre que, en general, no se han recuperado las cuantías presupuestarias para prevención y extinción de incendios forestales que se tenían antes de la crisis del 2010. Así es difícil aplicar políticas activas de prevención, extinción y empleo en los incendios forestales.

CCOO viene demandando al Gobierno central, a las comunidades autónomas y a las administraciones locales un mayor esfuerzo para vincular la protección de las masas forestales con un mayor y mejor aprovechamiento de las mismas. Existen algunos ejemplos de ello en nuestro país, pero por desgracia, son los menos. Las administraciones deben tener en cuenta la importancia de cumplir los compromisos de desarrollo del sector que, paradójicamente, la mayoría tienen aprobados en sus Planes Forestales desde hace años, con el objetivo de impulsar el sector forestal para lograr un desarrollo sostenible aprovechando nuestros recursos naturales, sustentado en proyectos de ordenación, planes técnicos y otras herramientas de gestión sostenible. España, con 28 millones de hectáreas, es el segundo país de la Unión Europea en superficie forestal, lo que ofrece posibilidades de aprovechar este recurso natural y potenciar el desarrollo sostenible, así como la oportunidad de creación y mantenimiento de empleo digno y de calidad. Esto último para el sindicato tiene enorme trascendencia, ya que no puede haber desarrollo sostenible si hay quien se aprovecha indecentemente de las personas, como hemos podido ver recientemente en algunas explotaciones hortofrutícolas.

Este proceso de transición ecológica representa una oportunidad para el desarrollo rural evitando el continuo abandono de pequeñas poblaciones que se produce en nuestro país. Debemos aprovechar este momento para dotarlas de los servicios públicos adecuados y poner en marcha a su vez un ambicioso plan de extensión de las redes digitales.

Para ello, es ineludible poner en marcha sin más dilación, políticas de adaptación de nuestros montes y terrenos forestales al cambio climático, llevando a cabo a su vez actuaciones preventivas de incendios continuadas a lo largo de todo el año, con objetivos a largo plazo. Porque los incendios forestales se apagan del 1 de enero al 31 de diciembre, pero sobre todo se evitan, como venimos advirtiendo desde hace mucho tiempo.

Esta lucha contra las llamas exige equilibrar la balanza en el gasto presupuestario entre extinción y prevención. Siempre será más rentable la prevención, económicamente y desde el punto de vista ambiental y ecológico, pues disminuirá las hectáreas quemadas, sin perjuicio de mantener y reforzar al mismo tiempo los operativos de extinción. Estas medidas, además de evitar la propagación de los incendios forestales, cada vez más destructivos, generarían empleo y riqueza en las zonas rurales si se llevan a cabo de forma ordenada y planificada.

29
Oct
2020

Quema controlada contrafuego

Investigadores del Centro de Investigación Forestal (INIA-CIFOR) y de la Universidad de Kent (UK), en colaboración con el Servicio de Extinción de Incendios Forestales de Cuenca (Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha) han realizado un estudio para verificar la eficacia del fuego prescrito de baja intensidad para reducir el riesgo de incendio en pinares de Pinus nigra, y sus efectos sobre el pinar.

La quema prescrita es una técnica de control del combustible forestal mediante el uso tecnificado y planificado del fuego, es decir, el uso del fuego para prevenir incendios. Se utiliza ampliamente en otros países, principalmente en EEUU y Australia, y posee un gran desarrollo tecnológico para ejecutarla con seguridad y eficacia. Sin embargo no son muy abundantes las experiencias científicas realizadas en España, sobre todo en quemas ejecutadas bajo arbolado.

Las masas de Pinus nigra (pino laricio) tanto puras como mixtas con otros pinares como Pinus pinaster (pino negral o resinero), son forestal y ecológicamente emblemáticas. Esta especie presenta corteza gruesa y ramas altas que le confieren alta resistencia a los incendios de baja intensidad, en los que el fuego pasa por debajo del dosel sin quemar las copas de los árboles.

Durante las quemas, se monitorizaron las temperaturas de los tejidos vivos bajo la corteza y los signos de daño en los árboles. Después de las quemas, se realizó por primera vez en un experimento de este tipo un seguimiento mensual de la biomasa caída desde las copas, importante indicador de la severidad del fuego en la copa y en la vitalidad del arbolado. Además se hizo un seguimiento meteorológico mensual.

Debido a la dificultad de obtener resultados robustos con este tipo de datos espacio-temporales, se utilizó por primera vez un enfoque jerárquico Bayesiano que permite modelar interacciones complejas mediante la introducción de efectos aleatorios.

Los resultados ratificaron que si se realizan en las condiciones adecuadas, las quemas prescritas reducen la cantidad de combustible seco que aumenta el riesgo de incendios, manteniéndose la vitalidad del arbolado y la dinámica del desfronde. El estudio mostró las diferencias entre la estación del año en la que se realiza la quema (primavera, otoño), el tipo de masa (pura, mixta) y la fuerte influencia de la meteorología que determina en gran medida los aumentos de la biomasa caída desde las copas en los meses de fuertes tormentas o nevadas, generalmente durante los meses de invierno.

Los resultados aconsejan el uso de esta técnica que no ha generado daños en el arbolado. La información adicional suministrada por el modelo Bayesiano ayudará a mejorar las prescripciones y elegir adecuadamente la época de quema de forma que pueda reducir la vulnerabilidad al fuego disminuyendo los potenciales daños al arbolado.

Más información:

Espinosa J., Rodríguez de Rivera O., Madrigal J., Guijarro M., Hernando C. (2020) Use of Bayesian modelling to determine the effects of meteorological conditions, prescribed burn season, and tree characteristics on litterfall of Pinus nigra and Pinus pinaster

stands. Forests 11(9): 1006. doi: 10.3390/f11091006

19
Oct
2020

 

El proyecto Centro Ibérico para la Investigación y Lucha contra Incendios Forestales (CILIFO) participa en la Semana Verde Europea con la organización de dos eventos: el primero sobre vehículos aéreos no tripulados el lunes 19 de octubre y, el segundo, sobre fuentes financieras comunitarias para proyectos con soluciones innovadoras en prevención y extinción de incendios forestales y protección de la biodiversidad.

Los encuentros estaban pensados para realizarse de forma presencial el primero en Cádiz, el segundo en Córdoba, pero la situación sanitaria obliga a realizarlos on line. Se trata de una iniciativa de la Fundación Finnova, entidad beneficiara del Proyecto INTERREG-CILIFO, en colaboración con las universidades de Cádiz y Córdoba.

La Semana Verde Europea (#EUGreenWeek), está organizada por la Comisión Europea. En esta edición está centrada en la contribución que la biodiversidad puede suponer para la sociedad y la economía, y en el papel que puede desempeñar para apoyar y estimular la recuperación después de la pandemia. En este contexto se enmarcan las dos jornadas, aunque la primera, el lunes 19, centrada más en la aportación de los vehículos no tripulados a la lucha contra los incendios, mientras que la jornada del miércoles 21 se centra más en las oportunidades financieras para proyectos ambientales en el campo de los incendios forestales: economía circular, protección, restauración y gestión de la biodiversidad y promoción de soluciones innovadoras para ayudar a mitigar y adaptarse al cambio climático.

La participación está abierta en ambas aunque es necesario inscribirse en cada una de ellas Lunes 19 y Miércoles 21.

29
Oct
2020

incendios indforma

El Centro de Coordinación de la Información Nacional sobre Incendios Forestales (CCINIF), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), evalúa de manera provisional la campaña de verano de incendios forestales realizado a partir de los datos, todavía  provisionales, que las comunidades autónomas remiten periódicamente al Ministerio. Así, hasta el 15 de octubre se han producido 7.158 siniestros de los cuales 4.750 han sido conatos (67%) y 2.408 incendios (33%).

Esta cifra supone una reducción del 30% respecto a la media del último decenio, que se sitúa en 10.167 siniestros. Esto lo convierte, por ahora, en el segundo mejor año del último decenio en cuanto a menor número de siniestros tras 2018.

En cuanto a la vegetación, se han visto afectadas 62.904,39 hectáreas (ha) de superficie forestal incluidas tanto la vegetación leñosa como herbácea. Este dato revela también un descenso importante con respecto a la media del decenio tanto en superficie forestal afectada, con una reducción del 21%.  Estos datos hacen de 2020 el quinto año del decenio en cuanto a superficie dañada.

La zona noroeste, que abarca las comunidades autónomas de Galicia, Asturias y Cantabria y las provincias de León y Zamora, presenta el 46,96% de superficie forestal quemada y la zona Mediterránea cuenta con un 57,99% de superficie arbolada afectada. El 46,77% de los siniestros se han producido en el Noroeste, un 34,56% en las Comunidades interiores, 17,76 % Mediterráneo y 0,91% Canarias.

GRANDES INCENDIOS

En lo transcurrido de año se han producido 17 grandes incendios (GIF), de más de 500 hectáreas, destacando el de Almonaster la Real (Huelva) con una superficie forestal afectada de 12.101,35 ha y el de Cabezuela del Valle (Cáceres) con 4.118,78 ha. Estos dos incendios han supuesto el 54% del total de la superficie forestal afectada de los GIF del verano (30.033,40 ha.) y un 26% de la superficie forestal sobre el total de los incendios producidos en España hasta el 15 de octubre de 2020.

Si comparamos con el anterior avance informativo en el mes de agosto, las cifras han cambiado porcentualmente, pero la tendencia sigue siendo de clara reducción tanto en el número de siniestros como de superficie afectada, lo que permite hacer un cauteloso y provisional balance positivo. No obstante, el principal mensaje sigue siendo la prevención y el cuidado.

 

13
Oct
2020

bomberoforestal tcm30 514108

  • Diversos colectivos han planteado la posibilidad de que desde la Administración General del Estado se impulse un proyecto de ley que regule con alcance básico las funciones y actividades de los servicios de prevención, detección y extinción de incendios forestales, así como el papel de los profesionales que intervienen en la actividad
  • El MITECO considera que, antes de acometer el proceso de elaboración normativo que en su caso corresponda, es conveniente avanzar en un trámite de consulta previa para conocer la necesidad, conveniencia, contingencia y oportunidad de configurar este marco básico común
  • El plazo para recibir aportaciones será de 15 días

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ha abierto el proceso de consulta pública previa sobre la necesidad, conveniencia, contingencia y oportunidad de configurar en España un marco básico común regulador de un posible estatuto de los bomberos forestales. El plazo para recibir aportaciones será de 15 días.

Diversos colectivos han planteado la posibilidad de que desde la Administración General del Estado se impulse ante las Cortes Generales un proyecto de ley que regule con alcance básico las funciones y actividades de los servicios de prevención, detección y extinción de incendios forestales, así como el papel de los profesionales que intervienen en la actividad permitiendo generalizar la profesión de bombero forestal.

Hay que tener en cuenta que la competencia exclusiva en la gestión, prevención, detección y extinción de incendios forestales corresponde a las Comunidades Autónomas, a excepción de la aportación complementaria, a demanda de las administraciones competentes, de medios aéreos y terrestres de titularidad estatal y alcance supra autonómica.

Por todo ello, el MITECO ha considerado que, antes de acometer el proceso de elaboración normativo que en su caso corresponda, es conveniente avanzar en un trámite de consulta previa sobre la necesidad, conveniencia, contingencia y oportunidad de configurar un marco básico común regulador de un posible estatuto de los bomberos forestales.

La consulta pública, accesible en este enlace de la web del MITECO, somete a consideración los siguientes factores:

a)         ¿Se considera que existen razones para aprobar una norma estatal que caracterice la actividad de los servicios de prevención, detección y extinción de incendios forestales en un contexto regulado por varias Comunidades Autónomas?

b)         ¿Se considera que dicha caracterización debe regular las condiciones básicas del régimen del personal que desempeñe dichos servicios a fin de promover un modelo de organización equiparable en el conjunto del territorio nacional?

c)         ¿Se considera que la labor de este colectivo debe limitarse a la función relacionada con los incendios forestales o, por el contrario, debe implicarse e imbricarse con la actividad general de preservación de los recursos naturales y la biodiversidad u otras actividades?

d) A sensu contrario, ¿se considera alternativamente que el referido colectivo debe no centrar su labor sobre el medio natural y rural, sino encontrar acomodo y vinculación con los servicios generales de bomberos estructurales y de emergencias?

 

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