Incendios Forestales

27
Sep
2019

En el número de septiembre de 2019 de la revista Le Monde Diplomatique parece el artículo “La cara oculta del milagro portugués”, en el que el periodista Mickael Correia detalla las causas del gran incendio de junio de 2017 y sus consecuencias dos años después.

Recordemos que en junio de 2017 un gran incendio redujo a brasas más de 30.000 ha de bosques en el centro del país causando la muerte de 66 personas. El incendio es conocido como de Pedrogao Grande por el municipio más afectado.

Citando a Correia: “Esta tragedia nacional causó una tremenda conmoción. Para explicar ese incendio, el más mortífero de la historia del país, muchos destacaron la falta de medios humanos y materiales”

Hubo fuertes críticas a las políticas gubernamentales seguidas en los años anteriores señalando como causas que: “El desmantelamiento de los servicios forestales, la privatización de los medios aéreos y contra incendios y los recortes presupuestarios en la política forestal, consecuencia de la austeridad y el bajo nivel de inversión pública”. “Entre 2006 y 2016 los efectivos forestales se redujeron en una tercera parte”(Correia).

Continua el artículo exponiendo la opinión de la presidente de la Asociación de Víctimas del Incendio de Pedrogao Grande:
“Desde entonces se han concedido autorizaciones para plantar eucaliptos (...) el árbol ha proliferado con mucha rapidez en las zonas rurales más desfavorecidas”.
Y del alcalde de Pedrogao Grande:
“ La mayor parte de nuestros vecinos tiene más de 65 años y cobra una pensión de menos de 300 €/mes. Plantar eucaliptos en su pequeña parcela es asegurarse unos ingresos para sobrevivir”.

Terminando diciendo que “ El éxodo rural conlleva el abandono de los campos y bosques, que quedan sin mantenimiento, lo que facilita la propagación de los incendios”.

Correia destaca que el paisaje dos años después del incendio se reduce a montes pelados en donde desatacan los plantones de eucaliptos. En opinión de la LPN (Liga para la protección de la naturaleza), los incendios favorecen la propagación de esta especie.

Los nuevos programas regionales portugueses de ordenación forestal privilegian el eucalipto, permitiéndose la plantación hasta en más del 90 % del territorio.

Hasta aquí el artículo de Correia.

Cabe pensar que las causas de los grandes incendios en Portugal, reducción de plantillas forestales y drástica rebaja de la inversión pública en los montes, también se dan en España, y también en España desde 2007 hasta la fecha se ha producido un número elevado de grandes incendios.

La prioridad concedida en Portugal al eucalipto supone la asunción de la necesidad de unos ingresos para la población rural, pero que se le priorice tanto en detrimento de otras especies, sobre todo el pinar, sugiere que estén considerando que los pinares en Portugal tienen un futuro incierto, dando por sentado que los grandes incendios proseguirán y que la posibilidad de poder llegar al final del turno y vender la madera, habiéndose salvado de un incendio durante medio siglo sea poco probable. Además la presencia del nematodo del pino condiciona la elección pues dificulta y encarece la venta de la madera portuguesa, cuando no que resulte afectado el pinar por la enfermedad y quede la madera azulada y difícil de enajenar al estar enferma a un precio medianamente razonable.

Como conclusión final, las reducciones de plantillas e inversiones forestales en Portugal, (y en España), aumentan el riesgo de grandes incenddios y en consecuencia puede ser en el contexto de un medio rural despoblado y empobrecido como el portugués suponer la expansión imparable de los eucaliptares.

“Cuando las barbas de tu vecino veas pelar pon las tuyas a remojar”

 

 

05
Ago
2019


Barcelona, 24 jul (EFE).- La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha denunciado una inversión y previsión en política forestal que "rozan la insignificancia" por parte del Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Generalitat.
El CSIF, que es sindicato más representativo en las administraciones públicas, ha denunciado que "mientras la consellería anuncia grandes planes de recuperación para las zonas afectadas por el reciente incendio de la Ribera de Ebro", la gestión forestal que necesita Cataluña "se encuentra bajo mínimos" y solo el impacto mediático de los incendios forestales "genera un mínimo debate público sobre el tema".
El presupuesto que la administración catalana destina a gestión forestal "roza la insignificancia", ha denunciado el CSIF en un comunicado, y lo ha cifrado en una inversión anual "inferior al 0,03% del presupuesto de la Generalitat".
Según el CSIF, a pesar de que Cataluña es un territorio forestal, Agricultura "parece haber renunciado a tener objetivos estratégicos para el 60% de nuestro territorio y la falta de previsión e inversión sale a la luz en temporadas estivales".
El sindicato ha denunciado que "estamos ante una administración forestal obsoleta, desestructurada y con nula capacidad de liderazgo", que no ofrece soluciones reales "mientras periódicamente se quema una parte del país".
En concreto, el sindicato ha criticado que los medios de buena parte de los trabajadores públicos adscritos a la Dirección General de Ecosistemas y Gestión del Medio, la principal unidad administrativa competente en la materia, "son precarios y con carencias básicas de personal, material y vehículos y carecen de dirección estratégica".
De este modo, el CSIF ha afirmado que se suma a las reclamaciones de los ingenieros forestales, que han pedido a la Generalitat la "definición de una política y administración forestales dignas". EFE.
La Vanguardia.- 24 de julio de 2019

Nota de Distrito Forestal.- Cada vez son más las voces que claman contra la situación a la que se ha llegado en la gestión forestal de España. Felicitamos al periódico La Vanguardia por reproducir la nota de la Agencia EFE y al sindicato CSIF por el acertado análisis. Esperemos y deseemos que alguna vez que quienes tienen capacidad para enderezar la política forestal lo hagan algún día.

29
Jul
2019

La cifra es elocuente: a 28 de julio habían ardido 53.119 ha de monte.

 

noticias de Almeria                                                                   Fotografía de noticiasdealmeria.com

Es más del quintuplo de la superficie de 2018. Un año como 2019 en que ha habido una primavera seca y cálida por encima de lo habitual unido a las olas de calor ha generado esta desastrosa situación que deseamos amaine en los próximos meses.


Sin embargo, las condiciones que se han producido en 2019, desde hace varios años son bastante frecuentes; es más, sin necesidad de acudir a sortilegios para prever el futuro, resulta previsible que, teniendo en cuenta los años anteriores de este siglo, estas situaciones meteorológicas se repetiran cada tres o cuatro años.


Pese a ello son muchas las administraciones, autonómicas y no autonómicas, que solo preven 3 o 4 meses de campaña de incendios pese a que la experiencia indica que las primaveras y los meses de octubre puedan ser tan secos como el mes de julio.


Urge que los responsables de Medio Ambiente aumenten el periodo de las campañas contra incendios con todos los efectivos del verano, al menos desde quince de marzo hasta quince de octubre como periodo mínimo.

 

01
Ago
2019


Leemos con satisfacción la noticia que reproducimos del diario El Mundo. Para nosotros lo más importante de ella es que el Consejero de Medio Ambiente recalca la necesidad de realizar la selvicultura necesaria como prevención de los incendios forestales ya que disminuiría el riesgo de grandes incendios. Vaya por delante nuestra alegría por una decisión tan correcta desde un punto de vista técnico.

En DISTRITO FORESTAL creemos que es un gran avance que el Consejero Sr. Mir haga hincapié en la necesidad de la selvicultura preventiva. Desde aquí le felicitamos por la decisión y esperamos que, en los próximos presupuestos de las Islas Baleares, se contemple una dotación presupuestaria suficiente para poderla realizar.

A continuación reproducimos el artículo de prensa

Unidos contra los 'megaincendios' de sexta generación


Medio Ambiente insta a los ayuntamientos a implicarse en la lucha contra el fuego con sus propios planes municipales. La aridez extrema y la mayor masa forestal agravan los riesgos

 incendio andratx

Imagen del incendio de 2013 en Andratx, el mayor de la historia en Baleares. EL MUNDO

Megaincendios de sexta generación. El concepto ha hecho fortuna en los dos últimos veranos, más por su impacto pegadizo que por su capacidad para generar consenso entre los expertos forestales. En cualquier caso, si no en la nomenclatura sí hay acuerdo acerca del endurecimiento de las condiciones del paisaje y de la creciente dificultad para contener y sofocar incendios. De ahí que ayer la Conselleria de Medio Ambiente emplazara a los ayuntamientos a mojarse y a colaborar en la lucha contra el fuego con una planificación propia.


El nuevo conseller, Miquel Mir, inauguró en el día de ayer la segunda edición de los encuentros con los responsables municipales para la prevención de los incendios forestales. A la cita asistieron hasta 25 representantes de los distintos consistorios que fueron instados a jugar un papel primordial en una lucha que Mir quiere hacer lo más transversal posible, con las corporaciones locales como primer barrera de defensa contra el fuego.


Así, el conseller -que estuvo acompañado de varios expertos en incendios forestales- hizo hincapié en el desarrollo de planes municipales contraincendios, al igual que ya existen o se están desarrollando planes municipales contra inundaciones. Parte importante de esos planes debe ir enfocada a cuestiones de concienciación ciudadana y de fomento de las medidas de autoprotección, esto es, el acondicionamiento que los propietarios de viviendas en suelo forestal deben acometer para hacerlas menos vulnerables al fuego.


Mir recordó que «hace solo una semana nuestros servicios de extinción pudieron controlar hasta seis incendios simultáneos en Mallorca, pero debemos ser conscientes de que con otras condiciones meteorológicas más adversas o simplemente con puntos de inicio más próximos a zonas residenciales o turísticas, las opciones de control inmediato de estos incendios posiblemente hubieran disminuido drásticamente».


El conseller recordó los últimos megaincendios de Grecia, California y Cataluña para remarcar que «nos toca aprender a convivir con los incendios y esto exige generar una cultura del riesgo que impregne todas nuestras decisiones territoriales, ambientales y culturales».

INCENDIOS DE SEXTA GENERACIÓN


En ese sentido, el concepto de los incendios de sexta generación hace referencia a un tipo de fenómenos que se viven desde hace tres o cuatro años (la primera generación se situaría en torno a las décadas de los 50 y 60) y que están condicionados por una aridez extrema del terreno consecuencia del Cambio Climático. A ello hay que sumar la cada vez mayor masa forestal disponible como combustible, debido al abandono de la actividad agraria y a la falta de intervención para gestionar la masa inerte (llegando a integrar en la ecuación la llamada paradoja de la extinción: cuanto más tiempo pasa sin un incendio, más material hay para que el día que se produzca sea más devastador). Con todos estos elementos confabulando entre sí, cada vez son más frecuentes estos tipos de megaincendios, los cuales llegan a liberar una cantidad de calor que pueden llegar incluso a modificar la meteorología de su entorno.


Hay que tener en cuenta que se trata de incendios de decenas de miles de hectáreas de bosque, algo que nunca se producirá en Baleares por cuestiones territoriales: el mayor incendio, el de la Serra de Tramuntana en 2013, arrasó 2.335 hectáreas. Con todo, los riesgos y las condiciones extremas también han aumentado para el archipiélago. Por ello, Mir insistió en que es necesaria más inversión en silvicultura preventiva, desarrollo rural o aprovechamiento de la biomasa forestal. Los ayuntamientos, por ende, «deben fomentar una intervención constante», no solo de los propietarios, sino también de usuarios, agentes turísticos, técnicos y payeses. «Es necesario trasladar a cada ciudadanos un compromiso activo respecto a la defensa de su seguridad», sentenció el conseller.
En sentido, hizo hincapié en que se planteen las medidas de autoprotección como una actuación particular exigible legalmente, «como lo fue en su día implantar el cinturón de seguridad en los coches o los extintores en los edificios».


Reproducido del Diario El Mundo 18/07/2019

26
May
2019

Un nuevo software, diseñado por la Universidad de Córdoba, mide el impacto económico de un incendio teniendo en cuenta tanto los recursos materiales como la utilidad para el ocio y recreo, el valor paisajístico y, ahora también, la fijación de carbono.
Un grupo de investigación de la Universidad de Córdoba trabaja en una herramienta visual para determinar el comportamiento de un incendio en un terreno y medir las pérdidas económicas que provoca de una forma más precisa, evaluando no solo los recursos tangibles sino también los intangibles. Se trata del programa Visual Seveif (Sistema de Evaluación Económica de Incendios Forestales) en el que llevan trabajando desde hace unos años.
Cada una de las variables y ecuaciones que se incorpora a la herramienta para evaluar el impacto económico están respaldadas por una investigación científica. La última variable ha sido la de la fijación de carbono.
Para generar esta ecuación que mide las pérdidas económicas en relación a la fijación de carbono de un bosque, se han analizado dos incendios diferentes, según publica en un artículo el grupo de investigación integrado por los profesores de la Universidad de Córdoba Francisco Rodríguez Silva, Miguel Ángel Herrera y Juan Ramón Molina en la revista Envirommental Impact Assesment Review.
El primero de estos incendios tuvo lugar en 2011 en Cerro Vértice en la provincia de Córdoba que arrasó más de 140 hectáreas de matorral, pinar y pastos. El segundo se originó a raíz de la caída de un avión militar en el paraje de Cañadas Catena en Jaén en el que ardieron más de 200 hectáreas de bosque denso de pino.
Se han tenido en cuenta diversas variables como el valor del precio del carbono, la capacidad de fijación de carbono de cada una de las especies, la edad de los árboles e, incluso, los años de aprovechamiento establecidos en su proyecto de ordenación. Pero la pérdida económica de un incendio nunca se produce al 100%. Esta también depende de la longitud de la llama y de la intensidad del fuego. En el programa Visual Seveif todo esto está contemplado con el objetivo de que la estimación del impacto económico sea lo más precisa posible.
Esta herramienta ya se está utilizando en diversos ámbitos de la investigación científica pero también en la gestión directa de incendios. El siguiente paso es convertir este software en una plataforma web para facilitar el acceso de los usuarios y hacer los cálculos de manera rápida con los que ayudar a identificar y priorizar áreas para actividades de restauración y optimizar la asignación de recursos.
Fuente:
Agencia SINC

Reproducido de CESEFOR

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