Incendios Forestales

27
Nov
2019

El ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación conmemora el cincuenta aniversario de la estadística de incendios, una herramienta clave en la elaboración de políticas de prevención. Más de 590.000 incendios forestales se han documentado en estos cincuenta años. El acto sirvió para celebrar el veinte aniversario de la creación de las EPRIF y para homenajear a profesionales e instituciones que han destacado especialmente en la prevención de incendios en estos cincuenta años: José Eleazar Cubo María, Francisco Tejedor y los Equipos de Prevención Integral de Incendios Forestales EPRIF.
“La estadística de incendios forestales de España es probablemente la mejor base de datos de incendios del mundo”. La afirmación podría parecer exagerada pero el subdirector de Política Forestal del ministerio, José Manuel Jaquotot, se apoyó en varios datos para hacerla: el primero, “en estos cincuenta años se han documentado más de 590.000 incendios forestales”; y el segundo, en los resultados: el conocimiento de las circunstancias de los incendios ha permitido “establecer políticas de prevención que han sido fundamentales en la reducción del número de incendios”.
La estadística cumple 50 años demostrando su utilidad como herramienta de prevención. Destacó Jaquotot varios hitos en estos cincuenta años de documentación de incendios. En primer lugar, la elaboración de la Ley de Montes del 68 que dio lugar a la creación de la estadística de incendios. En segundo lugar, la investigación de causas de incendios como una herramienta “que ha reducido el número de incendios al permitir hacer una prevención ajustada a cada zona”. Y, en tercer lugar, la creación de los Equipos de Prevención Integral de Incendios Forestales EPRIF: “una magnífica oportunidad para acercarse al territorio, conocer necesidades, conciliar intereses y reducir el número de incendios”. Quiso Jaquotot “lanzar el guante” al señalar que “sería interesante que participasen de la misma idea todas las comunidades autónomas porque el ministerio llega hasta donde puede”, en una clara invitación a las comunidades a que pongan en marcha servicios similares a las EPRIF en sus respectivos territorios.
José Manuel Jaquotot reconoció el esfuerzo de todos los equipos de extinción y prevención de incendios de todas las administraciones públicas. En primer lugar, por el suministro de la información necesaria para la elaboración de la estadística y en segundo lugar destacando “el funcionamiento del protocolo de actuación de las distintas administraciones públicas que se demuestran en los grandes incendios como el de Canarias”. Para Jaquotot, España dispone “del mejor dispositivo de extinción de incendios de Europa, pero estoy seguro de que no exagero si digo que probablemente sea también el mejor del mundo”. Quiso igualmente reconocer el trabajo de “los profesionales que no van a primera línea de fuego pero que hacen que todo el sistema funcione gracias a un trabajo fundamental de organización”.
Y recordó un mensaje fundamental cuando habla de incendios: «La clave está en la gestión forestal. Cualquier actividad que mejore la gestión forestal ayuda a mejorar la lucha contra los incendios. Pero, la mejora de la gestión forestal debe ser un objetivo, no una consecuencia de la lucha contra los incendios».
«La clave está en la gestión forestal. Cualquier actividad que mejore la gestión forestal ayuda a mejorar la lucha contra los incendios. Pero, la mejora de la gestión forestal debe ser un objetivo, no una consecuencia de la lucha contra los incendios».
Ricardo Vélez, memoria viva de la lucha contra los incendios
Ricardo Vélez personaliza el trabajo y el esfuerzo por la mejora continua y la profesionalización de los servicios de prevención y extinción de incendios forestales en España. Él fue el encargado de poner en marcha la estadística de incendios del ministerio: “lo hicimos obligados por la Ley de Montes del 68 que creaba un fondo para establecer un seguro frente a incendios que, por cierto, aún no existe, y para crear una base de datos que permitiese organizar ese seguro y desarrollar la prevención”.
Recordó Ricardo que fue el Servicio del Inventario Forestal quien les ayudó a diseñar un primer parte de incendios forestales “que pudiera informatizarse a través de un enorme ordenador IBM que ocupaba toda una planta el ministerio”.
Ricardo Vélez citó los momentos más importantes en estos cincuenta años de documentación y prevención. Tuvo tiempo de recordar detalles que dan muestra de los medios y el conocimiento de que disponían a lo largo de estos cincuenta años, además de mostrar la voluntad de formarse y la determinación por poner en marcha la prevención y extinción de incendios en España.
Sobre una fotografía de un mítico cartel de prevención de incendios en el que se veía una cerilla, confesó Vélez: “de lo primero que nos dimos cuenta es que, frente a lo que suponíamos, el tabaco no era representativo de los incendios en España, teníamos una idea muy equivocada, y eso que ninguno del Área de Incendios éramos fumadores”. Cuando los datos sobre las causas directas de incendios fueron organizados en gráficas, los incendios que entonces se incluían en la casilla de tabaco representaban menos del 8 % de las causas. Un piloto de los que participaban en labores de extinción, y “que sí era fumador”, llegó a una conclusión muy clara y le comentó, entendemos que con cierta sorna: “si solo el 8 % de los incendios lo causaba el tabaco estaba claro que el 82 % de los incendios lo causaban los no fumadores”.
En los años ochenta comenzaron a pedir a las comunidades autónomas “un esfuerzo por saber las motivaciones de los incendios forestales intencionados”. Ya llevaban años cocinándose a fuego lento dos ideas que tuvieron claras casi desde el inicio: “era necesario orientar las campañas de sensibilización hacia la población local y que era necesario utilizar el fuego como herramienta de prevención. Pero para esto había que formarse”.
No era fácil convencer a los responsables políticos de que el uso del fuego técnico era una herramienta adecuada de prevención. En 1977 se hizo la primera prueba de fuego técnico, tuvo que ser “en una finca privada en Galicia, para quemar tojo que había crecido bajo eucalipto. Nadie se atrevía a dar los permisos para hacerlo en un monte publico”. Un viaje a Benín en 1989 con la FAO, en el que pudo comprobar cómo utilizaban el fuego desde hacía miles de años para regenerar pastos, terminó de generar la convicción necesaria.
Había que analizar cómo se utilizaba el fuego en España e ir creando las condiciones necesarias para poder utilizarlo técnica y legalmente, hasta crear las EPRIF: los equipos que, con la filosofía de conciliación de intereses y la actitud de ponerse en la piel de la población rural, utilizaría las quemas prescritas para reducir con éxito el número de incendios. “El respaldo legal lo dio la Ley de Montes de 2003, en su artículo 44 donde recogía el uso del fuego. Es una historia larga y lenta que ha permitido disponer de la base de datos de incendios más completa del mundo”, concluyó Vélez, avalando las palabras de José Manuel Jaquotot.
«Era necesario orientar las campañas de sensibilización hacia la población local y que era necesario utilizar el fuego como herramienta de prevención. Pero para esto había que formarse. Es una historia larga y lenta que ha permitido disponer de la base de datos de incendios más completa del mundo”
Big Data en las estadísticas de incendios
En esa larga historia, el tiempo pasa y las comunidades autónomas, cada una a su velocidad, va organizando sus servicios de prevención de incendios forestales, incorporando investigación de causas, estadísticas más completas, nuevas tecnologías en la toma de datos y en el cruce de la información hasta llegar, por ejemplo, a una nueva aplicación informática que corrija errores humanos o interpretativos en su transmisión. Es el caso de la Comunidad Valenciana que en enero tendrá operativa esta nueva herramienta informática a disposición de todos sus profesionales.
Lo explicó Mario Romero Vivo, jefe de Servicio de Prevención de Incendios de la Comunidad Valenciana. El objetivo de su departamento es disminuir el número de incendios y reducir las probabilidades de grandes incendios.
La recogida sistematizada de datos permite “conocer con exactitud las causas y motivaciones, identificar situaciones de riesgo, diseñar acciones preventivas a la carta, evaluar los resultados y la eficacia de las acciones desarrolladas y permite aportar pruebas para depurar responsabilidades sociales o penales”.
El objetivo es disponer de información que permite predecir dónde, cuándo y por qué puede producirse un incendio. “Necesitamos series largas de datos de calidad, sistematización en la toma de información y de su tratamiento, equipos preparados y capacidad para cruzar datos y extraer conclusiones”.
Fruto de esta recogida sistematizada de datos sabemos que, de media, más del 50 % de los incendios en la provincia de Castellón se deben a rayos, cifra especialmente elevada si se compara con otras provincias, o con la media nacional donde supone el 5 %. Junto con la herramienta de detección de descargas eléctricas que proporciona la agencia de meteorología AEMET, la estadística valenciana permite predecir lugares y momentos en los que es más probable se produzca un rayo, lo que permite extremar la vigilancia y acortar los tiempos de respuesta en caso de surgir el incendio.
Explicó Mario Romero cómo se ponen en marcha campañas de prevención específicas para determinadas zonas, adaptadas a sus circunstancias. “Cuando ponemos sobre un mapa los incendios, observamos que siguen un mismo patrón, que se concentran en una determinada zona, que no es precisamente la boscosa sino la de cañizales alrededor de los ríos, en una determinada franja horaria. Esta información nos da pie a establecer un plan de choque de vigilancia intensa e información durante siete días. Esto nos permitirá comprobar si se reducen los incendios, se producen en otro horario o en otros lugares”. Este tipo de actuaciones preventivas son posibles gracias a la recogida sistemática de datos y a su tratamiento posterior.
La recogida sistematizada de datos permite “conocer con exactitud las causas y motivaciones, identificar situaciones de riesgo, diseñar acciones preventivas a la carta, evaluar los resultados y la eficacia de las acciones desarrolladas y permite aportar pruebas para depurar responsabilidades sociales o penales”.
Los agentes forestales, claves en la investigación de causas
Precisamente de investigación de causas, recogidas de datos y su posterior tratamiento habló José Joaquín Aniceto, agente de medio ambiente de la Junta de Andalucía y referencia en la investigación de causas en esa comunidad. José Joaquín ha revisado cientos de expedientes e informes de incendios de distintas décadas para comprobar cómo ha evolucionado la recogida de información y la importancia que han ido adquiriendo en las políticas preventivas.
Para José Joaquín el trabajo en la prevención y extinción de incendios es un trabajo en equipo y “cada miembro de ese equipo juega un papel muy importante en el resultado final”. Destacó, eso sí, la labor de los agentes medioambientales o “forestales de corazón”, como se definió, especialmente en la prevención de incendios y en la investigación de causas, “toda vez que parece que hemos perdido la relevancia que tuvimos en la extinción de incendios y en la restauración de lo quemado”.

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Cronología de la investigación de causas. Fuente José Joaquín Aniceto
Definió José Joaquín dos etapas bien diferenciadas en la estadística de incendios forestales. La primera es la que él llamaba EGIF 1.0 hasta la aceptación por todos del enorme valor de la investigación de causas como método deductivo de investigación, basado en las evidencias físicas. Se correspondería con los primeros 25 años, desde 1969 hasta 1994. La segunda, EGIF 2.0, a partir del año 1994, con un salto cualitativo en el conocimiento de las causas directas y de las motivaciones que están detrás de los incendios.
Quiso recordar expresamente a tres profesionales a los que considera pioneros en la difusión del método de investigación de causas: Sergio Correia de Portugal, Francisco Tejedor de la Comunidad Valenciana y César Ortega de la empresa Eimfor.
Puso ejemplos de cómo se recogía la información en una primera etapa pre-EGIF, de los primeros partes de incendios y de algunas anécdotas en el relleno de los mismos. Y mostró cómo, en sucesivas etapas, la codificación de la información ha generado en un mejor conocimiento de las causas de incendios. “Desde el comienzo ya se notaba que había un intento de recopilar la mayor cantidad de información posible, al menos la más relevante para saber el comienzo del incendio, las posibles causas y cómo se desarrollaron las labores de extinción”.
Para la etapa EGIF 3.0, la que está por venir, hizo José Joaquín algunas reflexiones en torno a la codificación de los incendios y a la necesidad de hablar de evaluación de daños y no solo de hectáreas quemadas, entre otras consideraciones.
Los EPRIF, el uso del fuego y la conciliación de intereses como nuevas herramientas
La comprobación de que el fuego había formado parte de los ecosistemas desde hace miles de años y de cómo su uso de forma racional podía ser una herramienta de prevención y de gestión del territorio dio lugar a la creación de las EPRIF.
Raúl Vicente Pérez, de la EPRIF de Zaragoza, comentó cómo fueron los comienzos “de autoaprendizaje y siempre con la intención muy clara de conciliar intereses. Me paso la vida en reuniones, sin hacer ruido, intentando llevarnos bien con todos, avanzando lento porque para llegar lejos hay que ir lento”.
Para Raúl, la conciliación de intereses tiene una definición muy sencilla “acercarse a los problemas reales para ser útiles a la población. Se trata de encontrar soluciones compatibles con los intereses de los propietarios y con los de la prevención de incendios dirigida desde las administraciones”.
A la conciliación de intereses y las quemas prescritas hay que sumar la actividad de los EPRIF en educación ambiental, “en la colaboración en tareas de vigilancia en momentos críticos, en colaboración en la extinción si fuese necesario, en ayudar a la investigación o incluso en colaborar en la elaboración de algún manual de interfaz urbano-forestal”, comentó Raúl.
“Tenemos claro que no se trata de quemar por quemar, debemos tener un fin”, y apuntó la realización de ordenaciones de quemas en pequeñas montañas como unas de las actividades en las que ya están trabajando. “Sabemos quemar, es solo cuestión de método. La cuestión es qué queremos hacer con el fuego, le podemos dar todo el valor que queramos como herramienta de gestión del territorio”.

 resumen osbo

Actuaciones desarrolladas por los equipos EPRIF durante 2018. Fuente Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación
Ismael Muñoz Linares
OSBO digital 27 de Noviembre 2019

 

27
Sep
2019

En el número de septiembre de 2019 de la revista Le Monde Diplomatique parece el artículo “La cara oculta del milagro portugués”, en el que el periodista Mickael Correia detalla las causas del gran incendio de junio de 2017 y sus consecuencias dos años después.

Recordemos que en junio de 2017 un gran incendio redujo a brasas más de 30.000 ha de bosques en el centro del país causando la muerte de 66 personas. El incendio es conocido como de Pedrogao Grande por el municipio más afectado.

Citando a Correia: “Esta tragedia nacional causó una tremenda conmoción. Para explicar ese incendio, el más mortífero de la historia del país, muchos destacaron la falta de medios humanos y materiales”

Hubo fuertes críticas a las políticas gubernamentales seguidas en los años anteriores señalando como causas que: “El desmantelamiento de los servicios forestales, la privatización de los medios aéreos y contra incendios y los recortes presupuestarios en la política forestal, consecuencia de la austeridad y el bajo nivel de inversión pública”. “Entre 2006 y 2016 los efectivos forestales se redujeron en una tercera parte”(Correia).

Continua el artículo exponiendo la opinión de la presidente de la Asociación de Víctimas del Incendio de Pedrogao Grande:
“Desde entonces se han concedido autorizaciones para plantar eucaliptos (...) el árbol ha proliferado con mucha rapidez en las zonas rurales más desfavorecidas”.
Y del alcalde de Pedrogao Grande:
“ La mayor parte de nuestros vecinos tiene más de 65 años y cobra una pensión de menos de 300 €/mes. Plantar eucaliptos en su pequeña parcela es asegurarse unos ingresos para sobrevivir”.

Terminando diciendo que “ El éxodo rural conlleva el abandono de los campos y bosques, que quedan sin mantenimiento, lo que facilita la propagación de los incendios”.

Correia destaca que el paisaje dos años después del incendio se reduce a montes pelados en donde desatacan los plantones de eucaliptos. En opinión de la LPN (Liga para la protección de la naturaleza), los incendios favorecen la propagación de esta especie.

Los nuevos programas regionales portugueses de ordenación forestal privilegian el eucalipto, permitiéndose la plantación hasta en más del 90 % del territorio.

Hasta aquí el artículo de Correia.

Cabe pensar que las causas de los grandes incendios en Portugal, reducción de plantillas forestales y drástica rebaja de la inversión pública en los montes, también se dan en España, y también en España desde 2007 hasta la fecha se ha producido un número elevado de grandes incendios.

La prioridad concedida en Portugal al eucalipto supone la asunción de la necesidad de unos ingresos para la población rural, pero que se le priorice tanto en detrimento de otras especies, sobre todo el pinar, sugiere que estén considerando que los pinares en Portugal tienen un futuro incierto, dando por sentado que los grandes incendios proseguirán y que la posibilidad de poder llegar al final del turno y vender la madera, habiéndose salvado de un incendio durante medio siglo sea poco probable. Además la presencia del nematodo del pino condiciona la elección pues dificulta y encarece la venta de la madera portuguesa, cuando no que resulte afectado el pinar por la enfermedad y quede la madera azulada y difícil de enajenar al estar enferma a un precio medianamente razonable.

Como conclusión final, las reducciones de plantillas e inversiones forestales en Portugal, (y en España), aumentan el riesgo de grandes incenddios y en consecuencia puede ser en el contexto de un medio rural despoblado y empobrecido como el portugués suponer la expansión imparable de los eucaliptares.

“Cuando las barbas de tu vecino veas pelar pon las tuyas a remojar”

 

 

01
Ago
2019


Leemos con satisfacción la noticia que reproducimos del diario El Mundo. Para nosotros lo más importante de ella es que el Consejero de Medio Ambiente recalca la necesidad de realizar la selvicultura necesaria como prevención de los incendios forestales ya que disminuiría el riesgo de grandes incendios. Vaya por delante nuestra alegría por una decisión tan correcta desde un punto de vista técnico.

En DISTRITO FORESTAL creemos que es un gran avance que el Consejero Sr. Mir haga hincapié en la necesidad de la selvicultura preventiva. Desde aquí le felicitamos por la decisión y esperamos que, en los próximos presupuestos de las Islas Baleares, se contemple una dotación presupuestaria suficiente para poderla realizar.

A continuación reproducimos el artículo de prensa

Unidos contra los 'megaincendios' de sexta generación


Medio Ambiente insta a los ayuntamientos a implicarse en la lucha contra el fuego con sus propios planes municipales. La aridez extrema y la mayor masa forestal agravan los riesgos

 incendio andratx

Imagen del incendio de 2013 en Andratx, el mayor de la historia en Baleares. EL MUNDO

Megaincendios de sexta generación. El concepto ha hecho fortuna en los dos últimos veranos, más por su impacto pegadizo que por su capacidad para generar consenso entre los expertos forestales. En cualquier caso, si no en la nomenclatura sí hay acuerdo acerca del endurecimiento de las condiciones del paisaje y de la creciente dificultad para contener y sofocar incendios. De ahí que ayer la Conselleria de Medio Ambiente emplazara a los ayuntamientos a mojarse y a colaborar en la lucha contra el fuego con una planificación propia.


El nuevo conseller, Miquel Mir, inauguró en el día de ayer la segunda edición de los encuentros con los responsables municipales para la prevención de los incendios forestales. A la cita asistieron hasta 25 representantes de los distintos consistorios que fueron instados a jugar un papel primordial en una lucha que Mir quiere hacer lo más transversal posible, con las corporaciones locales como primer barrera de defensa contra el fuego.


Así, el conseller -que estuvo acompañado de varios expertos en incendios forestales- hizo hincapié en el desarrollo de planes municipales contraincendios, al igual que ya existen o se están desarrollando planes municipales contra inundaciones. Parte importante de esos planes debe ir enfocada a cuestiones de concienciación ciudadana y de fomento de las medidas de autoprotección, esto es, el acondicionamiento que los propietarios de viviendas en suelo forestal deben acometer para hacerlas menos vulnerables al fuego.


Mir recordó que «hace solo una semana nuestros servicios de extinción pudieron controlar hasta seis incendios simultáneos en Mallorca, pero debemos ser conscientes de que con otras condiciones meteorológicas más adversas o simplemente con puntos de inicio más próximos a zonas residenciales o turísticas, las opciones de control inmediato de estos incendios posiblemente hubieran disminuido drásticamente».


El conseller recordó los últimos megaincendios de Grecia, California y Cataluña para remarcar que «nos toca aprender a convivir con los incendios y esto exige generar una cultura del riesgo que impregne todas nuestras decisiones territoriales, ambientales y culturales».

INCENDIOS DE SEXTA GENERACIÓN


En ese sentido, el concepto de los incendios de sexta generación hace referencia a un tipo de fenómenos que se viven desde hace tres o cuatro años (la primera generación se situaría en torno a las décadas de los 50 y 60) y que están condicionados por una aridez extrema del terreno consecuencia del Cambio Climático. A ello hay que sumar la cada vez mayor masa forestal disponible como combustible, debido al abandono de la actividad agraria y a la falta de intervención para gestionar la masa inerte (llegando a integrar en la ecuación la llamada paradoja de la extinción: cuanto más tiempo pasa sin un incendio, más material hay para que el día que se produzca sea más devastador). Con todos estos elementos confabulando entre sí, cada vez son más frecuentes estos tipos de megaincendios, los cuales llegan a liberar una cantidad de calor que pueden llegar incluso a modificar la meteorología de su entorno.


Hay que tener en cuenta que se trata de incendios de decenas de miles de hectáreas de bosque, algo que nunca se producirá en Baleares por cuestiones territoriales: el mayor incendio, el de la Serra de Tramuntana en 2013, arrasó 2.335 hectáreas. Con todo, los riesgos y las condiciones extremas también han aumentado para el archipiélago. Por ello, Mir insistió en que es necesaria más inversión en silvicultura preventiva, desarrollo rural o aprovechamiento de la biomasa forestal. Los ayuntamientos, por ende, «deben fomentar una intervención constante», no solo de los propietarios, sino también de usuarios, agentes turísticos, técnicos y payeses. «Es necesario trasladar a cada ciudadanos un compromiso activo respecto a la defensa de su seguridad», sentenció el conseller.
En sentido, hizo hincapié en que se planteen las medidas de autoprotección como una actuación particular exigible legalmente, «como lo fue en su día implantar el cinturón de seguridad en los coches o los extintores en los edificios».


Reproducido del Diario El Mundo 18/07/2019

05
Ago
2019


Barcelona, 24 jul (EFE).- La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha denunciado una inversión y previsión en política forestal que "rozan la insignificancia" por parte del Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Generalitat.
El CSIF, que es sindicato más representativo en las administraciones públicas, ha denunciado que "mientras la consellería anuncia grandes planes de recuperación para las zonas afectadas por el reciente incendio de la Ribera de Ebro", la gestión forestal que necesita Cataluña "se encuentra bajo mínimos" y solo el impacto mediático de los incendios forestales "genera un mínimo debate público sobre el tema".
El presupuesto que la administración catalana destina a gestión forestal "roza la insignificancia", ha denunciado el CSIF en un comunicado, y lo ha cifrado en una inversión anual "inferior al 0,03% del presupuesto de la Generalitat".
Según el CSIF, a pesar de que Cataluña es un territorio forestal, Agricultura "parece haber renunciado a tener objetivos estratégicos para el 60% de nuestro territorio y la falta de previsión e inversión sale a la luz en temporadas estivales".
El sindicato ha denunciado que "estamos ante una administración forestal obsoleta, desestructurada y con nula capacidad de liderazgo", que no ofrece soluciones reales "mientras periódicamente se quema una parte del país".
En concreto, el sindicato ha criticado que los medios de buena parte de los trabajadores públicos adscritos a la Dirección General de Ecosistemas y Gestión del Medio, la principal unidad administrativa competente en la materia, "son precarios y con carencias básicas de personal, material y vehículos y carecen de dirección estratégica".
De este modo, el CSIF ha afirmado que se suma a las reclamaciones de los ingenieros forestales, que han pedido a la Generalitat la "definición de una política y administración forestales dignas". EFE.
La Vanguardia.- 24 de julio de 2019

Nota de Distrito Forestal.- Cada vez son más las voces que claman contra la situación a la que se ha llegado en la gestión forestal de España. Felicitamos al periódico La Vanguardia por reproducir la nota de la Agencia EFE y al sindicato CSIF por el acertado análisis. Esperemos y deseemos que alguna vez que quienes tienen capacidad para enderezar la política forestal lo hagan algún día.

29
Jul
2019

La cifra es elocuente: a 28 de julio habían ardido 53.119 ha de monte.

 

noticias de Almeria                                                                   Fotografía de noticiasdealmeria.com

Es más del quintuplo de la superficie de 2018. Un año como 2019 en que ha habido una primavera seca y cálida por encima de lo habitual unido a las olas de calor ha generado esta desastrosa situación que deseamos amaine en los próximos meses.


Sin embargo, las condiciones que se han producido en 2019, desde hace varios años son bastante frecuentes; es más, sin necesidad de acudir a sortilegios para prever el futuro, resulta previsible que, teniendo en cuenta los años anteriores de este siglo, estas situaciones meteorológicas se repetiran cada tres o cuatro años.


Pese a ello son muchas las administraciones, autonómicas y no autonómicas, que solo preven 3 o 4 meses de campaña de incendios pese a que la experiencia indica que las primaveras y los meses de octubre puedan ser tan secos como el mes de julio.


Urge que los responsables de Medio Ambiente aumenten el periodo de las campañas contra incendios con todos los efectivos del verano, al menos desde quince de marzo hasta quince de octubre como periodo mínimo.

 

© 2018 Distrito Forestal.