Ordenación de montes

19
Ene
2024

 

Autoría. Víctor Resco de Dios

Profesor de ingeniería forestal y cambio global, Universitat de Lleida

Mientras escribía estas líneas se debatía en Dubái, por vigesimoctava vez, cómo hacer frente al cambio climático. La Conferencia de las Partes de este año (o COP, por sus siglas en inglés) se ha desarrollado en un país que vive del petróleo y que muestra una de las mayores emisiones per cápita. Además, estuvo presidida por un petrosultán, es decir, un representante de la principal industria causante de la grave crisis ambiental que las COP, en teoría, pretenden resolver.

Pero lejos de los focos, del marketing ambiental y de la atención mediática, un grupo de ingenieros inició hace 175 años una silenciosa revolución verde para aunar la conservación con la explotación racional de los recursos naturales. En este artículo recordamos cómo nació la ciencia forestal moderna en España, así como la evolución que ha sufrido y su situación actual.

Degradación ambiental en el Mediterráneo

El uso y la explotación de la naturaleza en el mundo mediterráneo cuenta con milenios de historia, pero este aprovechamiento no siempre fue racional. España, por ejemplo, llegó al siglo XIX mostrando graves problemas de desertificación resultantes de un sobrepastoreo secular, de la creciente necesidad de tierras agrícolas, de leñas y de carbón, y del hambre insaciable que muestra la voraz industria de la guerra.

La expansión de las arideces era tal que amenazaba el sustento de una población creciente. Y de ahí surge la necesidad de regenerar los bosques y de sentar las bases científicas para su aprovechamiento sostenible.

Para suplir esta carencia se establece, en 1848, la primera escuela de ingenieros de montes del mundo hispano en Madrid. Una escuela que buscaba dar respuesta a la necesidad de una ciencia forestal, la dasonomía, para la restauración, conservación y aprovechamiento sostenible de los montes. La expectación social que generó fue tal que incluso Galdós quiso registrarla en sus Episodios Nacionales.

Tal vez la primera misión de gran calado tras el establecimiento de la nueva titulación, desarrollada en 1855 a través de la Junta Facultativa del Cuerpo de Ingenieros de Montes, fue la publicación de un informe que buscaba proteger muchos bosques de la privatización promovida por Pascual Madoz, a la sazón ministro de Hacienda. Estamos hablando de las famosas desamortizaciones decimonónicas, que subastaban terrenos públicos.

Conservar fomentando el sector primario y los bosques públicos

La Junta de Montes propuso la gestión pública de gran parte de los bosques porque consideró que los intereses privados no siempre eran compatibles con la preservación de los ecosistemas forestales. Son muchos los estudios publicados sobre las consecuencias negativas de la desamortización, de las que se beneficiaron los de siempre en perjuicio de los más humildes.

Destacaremos aquí un aspecto positivo, fruto de los esfuerzos de la Junta de Montes y sus sucesores: el desarrollo del Catálogo de Montes de Utilidad Pública. Este instrumento sirvió para exceptuar a más de cinco millones de hectáreas de bosques públicos de la desamortización.

Dicho catálogo se puede considerar una de las primeras políticas modernas para la conservación de la naturaleza basadas en principios científicos. No busca penalizar el uso productivo del monte, sino congeniar la explotación sostenible con el buen estado de salud de las masas forestales, que fomente la fertilidad del suelo, la regulación hídrica y un largo etcétera.

Todavía en la actualidad los bosques catalogados constituyen una de las principales herramientas para la gestión y preservación de los bosques públicos.

Conservar fomentando el sector terciario

Si la conservación hasta ese momento se había preocupado por preservar ecosistemas y desarrollar métodos contrastados que asegurasen su aprovechamiento sostenible, una nueva corriente finisecular se fijó más en algunas especies o formaciones geológicas concretas, generalmente las de mayor tamaño y vistosidad. Así, auspiciada por el senador conservador Pedro Pidal y Bernaldo de Quirós, marqués de Villaviciosa de Asturias, y con el apoyo de sectores progresistas dentro de la Real Sociedad Española de Historia Natural, se aprobó la Ley de Parques Nacionales en 1916.

Este modelo de conservación seguía el ejemplo de Yellowstone, el primer parque nacional del mundo, y buscaba eliminar la presencia del hombre como agente que modela, vive y forma parte del ecosistema, y sustituirlo por élites acaudaladas que lo visiten los fines de semana.

En Norteamérica se deshicieron de los indios que habitaban Yellowstone con rifles. Ese método no se podía emplear en España, por lo que se prometió a las poblaciones locales, cuyos derechos de aprovechamiento habían sido limitados, una compensación derivada del turismo.

¿Es negativa la explotación del monte?

En la actualidad el modelo americano basado en la implantación de parques y reservas es el más expandido. Sus defensores tildan de “utilitarista” la visión desarrollada en 1848, en un aparente intento por demostrar que su aproximación a la conservación es más “pura” (en los parques nacionales no se busca el aprovechamiento). La realidad es que las reservas naturales fomentan el turismo, y la promoción del sector terciario no es más ni menos legítima que la del primario.

El modelo basado en reservas, además, se ha criticado por su carácter neocolonialista. Las limitaciones a la producción local implican la necesaria importación de recursos de otras zonas del mundo, como los países del sur global. Cabe recordar también que el turismo de montaña está promoviendo la gentrificación en distintas zonas de Europa. Sea como fuere, la tensión que se ha establecido entre los diferentes sectores y formas de entender la conservación no es deseable.

Despido este artículo con la visión que propone el influyente libro Biodiversity, editado por Edward O. Wilson (también conocido como “el padre de la biodiversidad”), sobre cómo preservar la biodiversidad en el Mediterráneo. Aunque citadas en el libro de Wilson, estas palabras en realidad pertenecen al eximio ingeniero de montes español Juan Ruiz de la Torre:

“La región mediterránea ha estado notablemente influenciada por la acción humana y sigue siendo muy rica en especies. Muy pocas de estas especies pertenecen a la vegetación climácica que no ha sido perturbada en mucho tiempo. La mayoría corresponden a estados que están afectados por la explotación natural o artificial, y deberían ser preservados bajo tales condiciones”.

14
Mar
2023

logo madera sostenible 1

La certificación forestal bajo los estándares FSC, que acredita que los bosques son gestionados de forma responsable, se ha incrementado en España en 2022 un 39% (respecto al año anterior), abarcando a finales de enero de 2023 un total de 613.768 hectáreas.

La superficie forestal certificada FSC en España aumentó un 39% en 2022

La certificación forestal bajo los estándares FSC, que acredita que los bosques son gestionados de forma responsable, se ha incrementado en España en 2022 un 39% (respecto al año anterior), abarcando a finales de enero de 2023 un total de 613.768 hectáreas.

De la nueva superficie certificada en 2022, un 56% se corresponde con la ampliación de los certificados ya existentes, mientras que el 44% restante es nueva superficie, mayoritariamente montes de propiedad y/o gestión pública.

En cuanto a las administraciones, la Junta de Castilla La-Mancha ha ampliado la superficie forestal certificada en 68.331 hectáreas en Toledo, Guadalajara y Ciudad Real, que sumadas a las 45.457 ya certificadas en Cuenca, la sitúa como la de mayor superficie certificada FSC, con un total de 113.789 hectáreas. Por su parte, la Junta de Castilla y León ha certificado por primera vez 26.332 hectáreas, entre de Burgos, Valladolid, Soria y Zamora, mientras que el Gobierno de Navarra ha duplicado su superficie certificada, alcanzando 27.296 hectáreas.

Las exigencias del mercado, junto con la necesidad de adecuarse a las normativas europeas en materia forestal, reducción de huella de carbono y transición energética, requieren que los montes españoles sean gestionados de forma sostenible para obtener materias primas renovables y responsables.

“FSC España valora positivamente el 39% de incremento, y el apoyo tanto de la propiedad pública como de la privada a la certificación conforme a los estándares de FSC. Del total de superficie certificada un 53% es pública y el resto privada. Dado que se estima en un 20% la superficie forestal nacional con instrumentos técnicos de gestión queda aún un largo camino por recorrer La atomización de la superficie forestal, la baja rentabilidad, la falta de relevo generacional y en general el abandono de la propiedad, son los retos a los que nos enfrentamos en nuestro crecimiento”, comenta Gonzalo Anguita, director ejecutivo de FSC España.

La superficie forestal certificada FSC en España aumentó un 39% en 2022

La certificación forestal bajo los estándares FSC, que acredita que los bosques son gestionados de forma responsable, se ha incrementado en España en 2022 un 39% (respecto al año anterior), abarcando a finales de enero de 2023 un total de 613.768 hectáreas.

De la nueva superficie certificada en 2022, un 56% se corresponde con la ampliación de los certificados ya existentes, mientras que el 44% restante es nueva superficie, mayoritariamente montes de propiedad y/o gestión pública.

En cuanto a las administraciones, la Junta de Castilla La-Mancha ha ampliado la superficie forestal certificada en 68.331 hectáreas en Toledo, Guadalajara y Ciudad Real, que sumadas a las 45.457 ya certificadas en Cuenca, la sitúa como la de mayor superficie certificada FSC, con un total de 113.789 hectáreas. Por su parte, la Junta de Castilla y León ha certificado por primera vez 26.332 hectáreas, entre de Burgos, Valladolid, Soria y Zamora, mientras que el Gobierno de Navarra ha duplicado su superficie certificada, alcanzando 27.296 hectáreas.

Las exigencias del mercado, junto con la necesidad de adecuarse a las normativas europeas en materia forestal, reducción de huella de carbono y transición energética, requieren que los montes españoles sean gestionados de forma sostenible para obtener materias primas renovables y responsables.

“FSC España valora positivamente el 39% de incremento, y el apoyo tanto de la propiedad pública como de la privada a la certificación conforme a los estándares de FSC. Del total de superficie certificada un 53% es pública y el resto privada. Dado que se estima en un 20% la superficie forestal nacional con instrumentos técnicos de gestión queda aún un largo camino por recorrer La atomización de la superficie forestal, la baja rentabilidad, la falta de relevo generacional y en general el abandono de la propiedad, son los retos a los que nos enfrentamos en nuestro crecimiento”, comenta Gonzalo Anguita, director ejecutivo de FSC España.

Forest Stewardship Council, como organización sin ánimo de lucro que promueve la gestión forestal y abastecimiento responsables, tiene el objetivo de proporcionar a los propietarios forestales los medios necesarios para posicionar sus productos y materiales forestales en los mercados, adquiriendo un valor en consonancia con el esfuerzo y gestión responsable que realizan en sus montes bajo unos estándares ambientales y sociales exigentes y rigurosos.

“En España, nuestros esfuerzos están centrados en ayudar a los pequeños propietarios privados, que son los más vulnerables y con menos recursos para conservar sus montes de forma responsable. En este sentido, es importante recordar que el Estándar Español de Gestión Forestal, documento que adapta la normativa internacional de FSC a la realidad forestal española, amplía el alcance de la certificación a productos no maderables como la resina, el corcho, la caza, la ganadería, los frutos, la miel y las plantas aromáticas; además, también da la posibilidad de verificar los servicios ecosistémicos o ambientales que los propietarios proporcionan a la sociedad, pues la comercialización de los productos maderables no siempre es suficiente para que los montes españoles privados sean rentables”, señala Alberto Rojo, Presidente de FSC España.

La gestión forestal sostenible es clave para conservar la biodiversidad y los servicios ecosistémicos esenciales para la vida humana, a la vez que se obtienen aprovechamientos maderables y no maderables que generan rentabilidades justas para los propietarios forestales y, con ello, recursos económicos y humanos que hacen viable el mantenimiento de los montes.

Madera Sostenible

21
Jul
2022

Después de una intensa semana de ponencias orales, presentaciones, debates, viajes técnicos y encuentros el 8º CFE presentó sus conclusiones y la Sociedad Española de Ciencias Forestales renovó su junta directiva. Mercedes Guijarro es la primera presidenta de la SECF. La próxima cita del CFE será en 2025, en Gijón, con la intención de recuperar la periodicidad cuatrienal, después de que la celebración de Lleida se retrasase un año por la pandemia.

La toma de datos y su posterior análisis han sido dos de las cuestiones más tratadas en este congreso. La geoinformática forestal es la rama científico-técnica que mayor progresión ha desarrollado en los últimos años. Ya es una realidad la captación de datos por diversos sistemas geoespaciales. Su posterior integración en plataformas en abierto que permitan relacionar los datos y extraer conclusiones es la siguiente fase de esta era de los datos.

Así que la necesidad de apostar por la innovación se ha presentado como una de las principales recomendaciones de este 8º CFE.

Pero no menos importante han sido las distintas voces que han llamado la atención sobre algo más clásico, por ser un mensaje más repetido desde hace muchos años, aunque poco atendido política y socialmente: la necesidad de volver la vista a la gestión forestal. Ha sido la alarma de las catástrofes, en forma de grandes incendios forestales o plagas y enfermedades, la que ha ayudado a poner de nuevo sobre la mesa la necesidad de intervenir en el paisaje, de no abandonarlo a su suerte, si queremos conservar los servicios ecosistémicos que nos proporcionan los bosques. Cambio climático y grandes incendios forestales amenazan la supervivencia de los boques y la gestión forestal es la única respuesta con garantía de éxito a largo plazo.

Y relacionado con la gestión se encuentra la bioeconomía, la generación de actividad económica a partir de productos de carbono. El abandono rural ha provocado una falta de gestión del territorio que se señala como la gran responsable de los grandes incendios forestales fuera de la capacidad de extinción. La generación de oportunidades económicas a partir de la madera, resina o corcho, por ejemplo, pero también de la ganadería extensiva y la agricultura es la forma de romper continuidades y de generar un paisaje mosaico que fije población, proporcione productos naturales, renovables y de proximidad y facilite bosques más resistentes al cambio climático.

Las conclusiones se han reunido por mesas temáticas.

Mesa 1 Gestión de riesgos y perturbaciones vinculados al cambio global

La tecnología, los usos tradicionales y el enfoque integral e interdisciplinar se constituyen como elementos clave en la gestión del riesgo de incendio y la vulnerabilidad del territorio ante los mismos.

La planificación en prevención se muestra como un componente importante, mostrándose propuestas de innovación para aplicar inteligencia artificial y datos remotos para detectar zonas de riesgo de incendios, principalmente, en la interfaz urbano-forestal.

La gestión forestal sigue siendo imprescindible en el control de plagas y enfermedades, junto a nuevos métodos de control.

Mesa 2 Bioeconomía: servicios ecosistémicos, monte e industria

La bioeconomía basada en los recursos forestales avanza a través del desarrollo de los distintos sectores: madera, micología, resina, corcho y piñón entre otros. Hay múltiples recursos que abren oportunidades para el desarrollo en el medio rural y permiten afrontar el reto demográfico, pero que a su vez se enfrentan a distintos desafíos derivados del cambio global.

Mesa 3 Conservación de suelos y recursos hídricos

En un contexto de cambio climático es imprescindible integrar la hidrología tanto en la ordenación como en la selvicultura. En este sentido, la gestión integral del ciclo hidrológico en la cuenca y su análisis tecnológico exige actualizar los métodos de cuantificación y de los modelos input-output.

Es importante integrar el estudio de las propiedades del suelo y su vinculación con los usos y la gestión forestal en la toma de decisiones. En este sentido se señala la importancia del análisis de técnicas de conservación de suelos y la optimización de parámetros en modelos estimativos de erosión.

En las actuaciones de restauración fluvial, tanto en el proyecto como en el seguimiento hay que tener en cuenta la diversificación del biotopo acuático, la recuperación de la conectividad longitudinal y la rehabilitación de la dinámica morfológica

Es importante el análisis histórico de las actuaciones hidrológico-forestales, de ellas se pueden extraer lecciones para el futuro.

Mesa 4 Acción por el clima: gestión forestal adaptativa para la mitigación y la adaptación

Se ha puesto de manifiesto la necesidad de aumentar nuestro conocimiento sobre: la vulnerabilidad de los bosques frente al cambio; los servicios ecosistémicos que los bosques nos proporcionan; los esquemas de selvicultura óptima que garanticen la supervivencia y regeneración de los bosques y la provisión de los servicios ecosistémicos en un escenario de cambio.

En la mesa se han identificado las incertidumbres asociadas al nuevo régimen de perturbaciones relacionadas con el cambio climático y la necesidad de incorporarlas en el diseño de la planificación y las actuaciones de gestión forestal, con el fin de facilitar la adaptación de los montes al cambio global.

Mesa 5 Conservación de hábitats y fomento de la biodiversidad

Las comunicaciones han puesto claramente de manifiesto la necesidad de incluir el fomento y conservación de la biodiversidad como un objetivo más de la gestión forestal.

Las nuevas tecnologías (LIDAR, imágenes satelitales) aparecen para ofrecernos interesantes posibilidades para determinar del estado de conservación de los sistemas forestales, facilitando la toma de decisiones sobre el dónde y cuándo es prioritario actuar de cara a restaurar sistemas diversos y sanos.

Mesa 6 Gobernanza e integración social

Hay que conseguir incentivar a los selvicultores porque las políticas actuales, como la Estrategia Forestal Europea, no han visto reflejado el apoyo a la gestión forestal sostenible.

Hay que integrar gestión y conservación. Hay que hacer entender a la sociedad que: “Cuidamos a los bosques para que ellos cuiden de nosotros”

Mesa 7 De los datos a las decisiones

Ha quedado de manifiesto en este congreso la capacidad de los datos abiertos de generar conocimiento forestal a diferentes escalas, desde escalas globales al nivel de rodal.

Se avanza hacia la integración de datos procedentes de diferentes fuentes, desde datos de inventarios de campo hasta sensores de cobertura global, generando sinergias que no sólo mejoran la capacidad analítica, sino que generan información “nueva”.

Los productos derivados de la geoinformática contribuyen al desarrollo de soluciones técnicas en todos los ámbitos de la gestión forestal. En ese sentido, en la MT7 se ha podido mostrar la capacidad científica y técnica de la geoinformática forestal en España.

 

Fuente: https://osbodigital.es/2022/07/04/innovacion-gestion-forestal-y-bioeconomia-las-recetas-del-8o-cfe/

23
Ene
2023

biomasa forestal

La biomasa es la fuente de energía autóctona más importante en Europa desde 2016, por delante de los combustibles fósiles. España ocupa el puesto 22 de 27 en cuanto a la proporción de energía eléctrica producida con biocombustibles sólidos. A diferencia de la media europea estimada en el 61%, España solo aprovecha un 40% de la biomasa forestal.

El sector forestal debería ser uno de los motores del desarrollo económico y sociolaboral del medio rural en un país en el que la superficie forestal representa más del 55% de superficie, casi un 30% de la cual es arbolada.

La biomasa es la fuente de energía autóctona más importante en Europa desde 2016, por delante de los combustibles fósiles. La biomasa, como recurso energético, y los aprovechamientos forestales de la industria del sector de transformación constituyen dos agentes dinamizadores de la economía rural con claras ventajas complementarias en los procesos de descarbonización, del cumplimiento de objetivos de economía circular y, sobre todo, en la defensa contra los incendios forestales y el fortalecimiento de nuestros bosques. Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), la biomasa y los residuos supusieron, en 2020, el 19,1% del total (4.541 GWh), muy por debajo de los objetivos.

Miguel Soriano, vocal del Comité de Asuntos Rurales del Instituto de Ingeniería de España afirma que “en un país como el nuestro, con un marcado carácter forestal en gran parte de su territorio, coincidente con áreas rurales, el aprovechamiento de los recursos maderables para biomasa como fuente energética puede contribuir a fomentar el desarrollo de una economía rural con claras ventajas complementarias en los procesos de descarbonización, del cumplimiento de objetivos de economía circular y, sobre todo, en la defensa contra las incendios forestales y el fortalecimiento de nuestros bosques.”

Para ello, España necesita desarrollar una gestión forestal de los montes que permita movilizar más biomasa de la manera más eficiente. La movilización de estos recursos renovables de una manera sostenible contribuirá a alcanzar los objetivos 2030-2050 de la UE, a la independencia energética, la reducción del riesgo de grandes incendios y la generación de empleo de calidad y un tejido empresarial en zonas rurales. “Es relevante que, por parte de la UE, se considere la importancia del aprovechamiento de la biomasa forestal en un país como el nuestro, en el que los ratios de su utilización están muy por debajo de los europeos y, en esencia, de los que una gestión sostenible permitiría alcanzar, así como el desarrollo de medidas necesarias para mejorar las condiciones de la gestión forestal actual.”, explica el experto.

Cada año, la biomasa forestal aumenta en 46 millones de m3, de los que España solo aprovecha un 40%, por debajo de la media europea (61%). Su aprovechamiento por medio de la gestión forestal sostenible reduce el riesgo y la virulencia de los incendios forestales y proporciona una fuente de energía soberana. Además, si se centran los esfuerzos en los próximos años, tal y como recomiendan los expertos, la biomasa podría aumentar en 12 millones de m3 de forma anual, sosteniblemente, gracias al gigantesco stock de madera, lo que implicaría la creación de 12.000 puestos de empleo y la sustitución equivalente de 25 millones de barriles de petróleo y 9 millones de CO2 no emitidas.

España ocupa el puesto 22 de 27 en cuanto a la proporción de energía eléctrica producida con biocombustibles sólidos. La producción de biocombustibles sólidos es de 8,1 millones de toneladas de materia seca/año, con un 56% de dicha producción procedente de astillas, 19% de leña, 10% de orujillo y 7% de pellets.

Pero, actualmente hay dos factores que amenazan el sector de la biomasa. Por un lado, la falta de operarios cualificados para el aprovechamiento forestal mecanizado. Por otro, la paralización de la nueva Directiva Europea de Renovables, RED III, que considera la defensa de la Gestión forestal sostenible como solución integradora, que evitaría grandes incendios forestales, aumentaría la capacidad de absorción de CO2 en los montes y permitiría movilizar la biomasa acumulada, con beneficios socioeconómicos con un impacto muy positivo para el reto demográfico. Los expertos también destacan la necesidad de incorporar la planificación y optimización de los aprovechamientos a la ingeniería y a la ciencia forestal en España.

IndustriAmbiente

18
Jul
2022

 

El Foro de Bosques y Cambio Climático pide la “excepcionalidad ibérica” para el uso de la biomasa para la generación energética por el valor que supone en la prevención de incendios forestales

El Foro de Bosques y Cambio Climático se muestra preocupado por los anuncios de la Comisión Europea que podrían limitar el uso de la biomasa con fines energéticos. De producirse, podría dificultar la gestión forestal sostenible en los montes, supondría un alto riesgo para la generación de grandes incendios forestales y reduciría la aportación de los bosques a la mitigación del cambio climático. Por ello, solicita la “excepcionalidad ibérica” en el uso de la biomasa forestal con fines energéticos.

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El aprovechamiento de biomasa con fines energéticos es una oportunidad de gestión forestal sostenible en los bosques mediterráneos. Foto I. Muñoz

La intención de la Comisión Europea, anunciada en julio de 2021, de revisar la Directiva de Energías Renovables ha generado una gran incertidumbre tanto para suministradores como para empresas de generación y, por extensión, entre los gestores de los montes.

Para el Foro de Bosques y Cambio Climático “las propuestas realizadas recientemente por algunos comités europeos como, por ejemplo, la prohibición del uso de biomasa primaria, la imposición de determinados sistemas de uso en cascada de la madera, o la aplicación de criterios de sostenibilidad a instalaciones a partir de 5 MW de potencia, modifica la situación del mercado actual y dificulta de forma considerable realizar una gestión forestal sostenible en nuestros montes”.

En un reciente webinar, organizado por FByCC, en el que participaron representantes de empresas, ONG, propietarios forestales y administración pública, hubo un gran consenso sobre la importancia que tiene para los países mediterráneos, como España, el aprovechamiento de biomasa para reducir el exceso de materia de los bosques ya que, de otro modo, supone un alto riesgo para la propagación de incendios forestales.

Para Bosques y Cambio Climático “las directivas europeas deberían tener en consideración las características de nuestra climatología y no trasladar, como parece que está produciendo, la casuística de países del norte de Europa a nuestro entorno. La Comisión Europea debería considerar, por tanto, la “excepcionalidad ibérica” en el uso de la biomasa”.

El FByCC considera que el uso energético de la biomasa en España tiene “sobradas garantías de sostenibilidad y supone un instrumento más en la lucha contra el cambio climático”.

En el citado encuentro participaron Pablo Rodero, en representación de la Asociación Española de la Biomasa (AVEBIOM); Luis Javier Sánchez, director de Sostenibilidad Agroforestal de ENCE; Jesús Alcanda, director de Biomasa de SACYR; Miguel Ángel Soto, responsable de campañas de Greenpeace España; Francisco Carreño, presidente de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España; y María Torres-Quevedo, subdirectora adjunta de Política Forestal del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

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