Frente a la ola de incendios forestales que sufre España en los últimos diez días el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales reclama gestión forestal como la única solución a largo plazo. Poder abordar los incendios forestales de los próximos años, “con mínimas garantías de extinción”, exige “sacar biomasa forestal de los bosques para que dejen de ser polvorines”. Para ello, considera imprescindible “actuar de una vez por todas a nivel político con perspectiva de Estado”.
El uso de la biomasa forestal aporta beneficios económicos, ecológicos y sociales, que se traducen en generación de empleo, ahorro energético, uso eficiente de la energía y gestión sostenible del medio natural, según el COITF. Y reclama esa gestión del territorio también en los espacios naturales protegidos porque esa figura por sí sola “no sirve de nada si previamente no se han preservado frente a los incendios forestales con medidas de gestión concretas”.
El escenario que observa el COITF “es desolador». Según los ingenieros forestales «los incendios forestales arrasan cientos de miles de hectáreas, dejando a su paso la pérdida de vidas humanas, un reguero de mortandad de trillones de seres vivos: mamíferos, reptiles, aves anfibios e insectos entre otros, y la destrucción de todo tipo de bosques, matorrales, pastizales esparcidos por montañas, valles, llanuras y depresiones y aniquilando los paisajes modelados con el paso del tiempo por nuestros antecesores. Se pierden inexorablemente ingentes recursos y una inmensa biodiversidad en ocasiones irrecuperables”.
Denuncia el COITF que la administración pública no permite hacer caminos que faciliten la entrada de los recursos terrestres y de maquinaria pesada en las zonas óptimas para el ataque al fuego; no se permite realizar nuevos cortafuegos o los que hay no se mantienen adecuadamente y la ganadería extensiva prácticamente ha desaparecido sin destinar recursos a incentivarla”. En definitiva, para el COITF hay una excesiva normativa “sin sentido común ni racionalidad, sin el criterio técnico apropiado, sin la precisa sabiduría del mundo rural que es imprescindible”.
Para el COITF, ante el escenario de abandono de la gestión del territorio, por falta de población y por falta de políticas forestales, se suma el cambio climático “que ha aumentado en más de un mes el tiempo de sequía; provoca mayores y más frecuentes olas de calor y con un descenso considerable de pluviometría. Estos factores inciden en un aumento del número y virulencia de los incendios forestales y dificulta su gestión”.
Pero este cambio climático no es el responsable máximo de los incendios forestales. “El cambio climático por sí solo no mata, lo que verdaderamente mata es no gestionar adecuadamente nuestras masas forestales, nuestros bosques y espacios naturales, protegidos o no; lo que mata es no tener una política forestal común a nivel europeo, nacional, autonómico y de las entidades locales; lo que verdaderamente mata es sacar leyes y normativas sin contar en su redacción con los verdaderos actores y músicos que componen la ópera forestal: todos los profesionales del sector forestal”.
Reclama el COITF una atención especial a las zonas de interfaz urbano-forestal para que la sociedad tenga “percepción del riesgo” que supone no disponer de planes de autoprotección. Reclama políticas de gestión “que prioricen la prevención y protección de los bienes y vidas humanas”. Planificación urbana, gestión forestal y planes de autoprotección deben formar parte de la prevención de incendios en zonas de interfaz. “Los incendios forestales se han convertido en una prioridad ambiental nacional y un problema de seguridad ciudadana de primer nivel que hay que resolver en España”.