El cambio climático, que trae veranos con sequías más largas y mayor estrés hídrico para las plantas, está planteando un desafío para los bosques de coníferas del suroeste de Europa. Entre las zonas más afectadas destacan los pinares dunares de la costa, ya que el suelo arenoso incide en la menor disponibilidad de agua. Por ello, un proyecto europeo se centró en analizar la situación actual de los pinares dunares litorales del sur de Europa, incluidos los gallegos, así como la evolución de los bosques de coníferas del interior.
El cambio climático no solo exacerba el estrés hídrico de los bosques durante el verano, sino que también empeora otros riesgos asociados, como incendios, plagas y enfermedades. Ante esta situación, una serie de entidades del suroeste de Europa se unieron en un consorcio en el que analizar la situación actual. Se trata del proyecto ForManRisk, una iniciativa destinada a desarrollar herramientas para la prevención de riesgos forestales. El proyecto, en el que participa la Asociación Forestal de Galicia, en colaboración con el Centro de Investigación Forestal de Lourizán, se llevó a cabo con fondos FEDER del programa Interreg Sudoe y realizó un seminario entre el 17 y el 19 de enero de 2023 que tuvo lugar en Lourizán, Mogadouro y Vila Real.
Resiliencia de los pinares costeros de Galicia
En Galicia, el trabajo se centró en 10 bosques piloto en la costa atlántica, 6 pinares dunares y otros 4 en el interior. Aunque en otras zonas del proyecto, como Cataluña, se observó una alta mortalidad de plantas coníferas en la regeneración de pinares en dunas, en el caso de Galicia, por ahora, no se han observado estos problemas de mortalidad vegetal y sequía, por lo que se espera que los pinares de la costa puedan seguir manteniendo una buena regeneración natural.
En Galicia, también cabe destacar que los pinares costeros suelen albergar un alto nivel de uso social, llegando incluso a albergar áreas recreativas y campings. El proyecto encontró que esta actividad social es compatible con la regeneración y mantenimiento de los pinares.
Árboles más resistentes a la sequía
El papel de la Asociación Forestal de Galicia en el proyecto también incluyó la toma de muestras y mediciones 'in situ', en colaboración con el INRAE de Francia (Institut National de Recherche pour l'Agriculture, l'Alimentation et l'Environnement ), que analizó pinos de todo el sur de Europa para comparar su resistencia al estrés hídrico y encontrar poblaciones que puedan ser utilizadas en el marco de un proyecto de mejora genética, con el fin de obtener bosques más resilientes al cambio climático.
Guía transnacional de buenas prácticas
Del mismo modo, la Asociación Forestal de Galicia colabora en la edición de una guía transnacional de buenas prácticas, ya que en el marco del proyecto se desarrollaron diferentes ensayos para mejorar la regeneración y supervivencia de los pinos, con diferentes métodos y materiales de plantación.
Otros trabajos realizados en el proyecto
Office National des Forêts. La ONF francesa ha desarrollado un sistema de información geográfica para obtener un mapa detallado de las Obligaciones Legales de Desbroce a nivel municipal, con el desglose de las áreas a desbrozar en cada finca. A diferencia de los casos gallego y portugués, el despeje de las franjas de protección existentes alrededor de las urbanizaciones es responsabilidad de la comunidad de vecinos que las habita y no del propietario del monte afectado.
Instituto Mediterráneo del Corcho (ILM). Desarrolló un método para medir los efectos del cambio climático en el corcho y otras especies.
Universidad de Trás-os-Montes y Alto Douro (UTAD). Instaló tres parcelas piloto para estudiar la regeneración natural de pino silvestre (dos parcelas) y alcornoque (1 parcela).
Gistree La empresa está trabajando en la creación de un sitio web para compartir la información geográfica producida a lo largo del proyecto y también para permitir simulaciones simples de incendios alrededor de las parcelas piloto del proyecto.
Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC). Esta entidad centró sus esfuerzos en la regeneración de una duna continental (200 hectáreas) que tiene un origen humano, ya que fue plantada con pinos a finales del siglo XIX con el objetivo de fijar la duna. Hoy, el pinar tiene 130 años y tiene un importante uso social. En los últimos tiempos, el Pinus pinaster está sufriendo una muerte progresiva de los árboles adultos, algo que se atribuye al cambio climático, sin la suficiente regeneración natural. El proyecto está evaluando otras especies para esta regeneración, como el pino y el pino.
Sociedad Aragonesa de Gestión Agroambiental (SARGA). Ha desarrollado una aplicación que contribuye a la toma de decisiones forestales para la prevención de grandes incendios forestales.
Diputación Provincial de Ávila. Plantó cuatro bosques piloto de pino silvestre y roble para analizar su desarrollo en un contexto de cambio climático.
Fuente: Asociación Forestal de Galicia