La Junta de Castilla y León, al igual que otras Comunidades Autónomas, tras la crisis redujo drásticamente las inversiones destinadas a los montes. Casi suprimió los presupuestos, con la excepción de los dedicados a la extinción de los incendios forestales y los destinados a espacios naturales, aunque estos dos últimos conceptos también sufrieron reducciones muy importantes.
En este contexto, solicitó y obtuvo un préstamo del Banco Europeo de Inversiones por doce millones y medio de euros con destino a mejorar las infraestructuras turísticas en los espacios naturales.
Ya podemos saber en qué se va a emplear parte de ese dinero. A finales de 2017 se anunció a bombo y platillo la inversión de dos millones setecientos mil euros en la construcción de dos miradores en las Hoces del río Duratón, las Hoces del río Riaza y la tercera de las actuaciones, que es la inversión más gruesa, consistirá en la reforma de la Casa Forestal de Las Campanillas en un hotelito rural con encanto y lujo.
Esta casa está enclavada en el interior del Monte de Utilidad Pública, Dehesa de la Garganta, uno de los pinares de pino silvestre más importantes de España, y dentro del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadarrama.
Crear un hotelito para que los adinerados, que lo deseen, disfruten del contacto con la naturaleza dentro del Parque Natural, no sé si es compatible con la normativa del Plan de Ordenación de Recursos Naturales del parque, aunque sospecho que difícilmente estuvo en el espíritu de los legisladores.
Es destacable que la Dehesa de la Garganta tiene un estado de conservación óptimo porque, desde hace cuarenta años, este monte está cerrado al tránsito, incluso peatonal, durante el verano, lo que le ha convertido, en uno de los bosques mejor conservados de la Sierra de Guadarrama.
El Ayuntamiento de El Espinar es el propietario del monte y los vecinos, por la conservación de su monte, aceptaron durante más de cuarenta años las restricciones al acceso, ¿aceptarían que siga limitado el tránsito por el monte cuando se haya abierto el hotel? ¿Será posible evitar la degradación del monte si éste se abre al público durante el verano?
Volviendo al principio. Mientras no se invierte dinero suficiente para sostener los efectivos que había antes de la crisis para la lucha contra los incendios forestales, sí lo hay para crear dos miradores y un hotelito rural.
Resulta difícil evaluar el criterio de la Junta de Castilla y León en elegir las prioridades a la hora de invertir el dinero público, y en la punta de mi pluma se agolpan muchos adjetivos calificativos, pero serían juicios de valor a los que se podría objetar que son subjetivos, ya que estoy escribiendo bastante enfadado, por lo que dejo al lector en libertad para que aplique los adjetivos que considere oportunos como conclusión de lo expuesto.
Es voluntad de Distrito Forestal dar publicidad a cuantos casos similares vayamos conociendo.