Política Forestal

22
Nov
2021

SÍ A LA ESTRATEGIA FORESTAL EUROPEA, PERO CON CONDICIONES

pinos cercedilla vale

El Consejo Europeo ha emitido una respuesta a la propuesta de Estrategia Forestal Europea de la Comisión.

El Consejo valora como positivo su redacción pero llama la atención a sus responsables por la falta de consenso y consulta a los Estados miembros, a los propietarios y personas que habitan en el territorio. Pide que se definan científicamente y se consensúe cualquier nuevo indicador que mida la sostenibilidad de la gestión. Recuerda que se necesita un marco integral para el sector que tenga en cuenta las tres dimensiones de la sostenibilidad de forma equilibrada y holística y valora muy positivamente “el énfasis puesto en la promoción de productos derivados de la madera producidos de manera sostenible, especialmente los de vida larga”.

Las conclusiones del Consejo Europeo destacan la necesidad de “fortalecer los objetivos socioeconómicos como parte de un programa de trabajo de aplicación común entre la Comisión Europea y los Estados miembros”. En este sentido, señala “el papel clave de los propietarios y gestores forestales” en el cumplimiento de los objetivos de la Estrategia, “incluido el apoyo al desarrollo de las zonas rurales para abordar la despoblación y revitalización de las zonas rurales”.

Y remarca más adelante la necesidad de “la plena participación” todas las partes interesadas “incluidos los propietarios y administradores forestales”, en la implementación de la Estrategia.

Coincide el análisis del Consejo Europeo con el que hicieron las asociaciones de propietarios forestales europeos que criticaron el enfoque único que la Estrategia da a todos los bosques de la Unión Europea. La diversidad de ecosistemas y circunstancias socioeconómicas deben tenerse en cuenta, además de tener muy en cuenta las políticas forestales nacionales e incluso regionales más adaptadas a cada uno de estos bosques.

La realidad ecológica, social y económica de los bosques productores de madera del norte de Europa poco tiene que ver con la del bosque mediterráneo, donde los crecimientos son muy pequeños y los efectos del cambio climático muestran un evidente decaimiento en algunas zonas más secas del sur de la Península.

Es necesario “reconocer, respetar y mantener la diversidad y especificidades de los bosques y los ecosistemas forestales, de la cobertura forestal, la gestión y las prácticas silvícolas, la propiedad, los desarrollos culturales e históricos entre los Estados miembros y las regiones, incluidas las zonas con limitaciones naturales y las regiones ultraperiféricas”, indica el Consejo.

La Confederación Europea de Propietarios Forestales CEPF (Confederation of European Forest Owners) se ha mostrado muy satisfecha de las conclusiones del Consejo porque consideran lo esencial de su análisis sobre la Estrategia: “que no refleja la realidad sobre el terreno y que el enfoque de talla única adoptado en la Estrategia pasa por alto la diversidad de los bosques europeos. Este enfoque puede incluso resultar contraproducente”, además de criticar la falta de transparencia y participación pública en su elaboración.

Por ello, consideran que antes de poner en marcha cualquier propuesta de la Estrategia, “deben llevarse a cabo las aclaraciones necesarias y evaluaciones exhaustivas identificadas por los Estados miembros y las partes interesadas”.

Reconoce el Consejo que la Estrategia señala el importante papel de los bosques europeos en la lucha contra la pérdida de biodiversidad y el cambio climático, pero lamenta que “los aspectos de la desertificación y de la función hidrológica de los bosques no se hayan desarrollado suficientemente”.

“Acoge con satisfacción el énfasis puesto en la promoción de productos derivados de la madera producidos de manera sostenible, especialmente los de vida larga”. Aprovecha para recordar que el uso sostenible de este tipo de productos, incluidos los de vida larga y corta, “contribuyen a los objetivos climáticos, a la bioeconomía circular, a una recuperación económica pospandémica sostenible y más ecológica y al desarrollo rural”.

El uso sostenible de productos de madera, incluidos los de vida larga y corta, “contribuyen a los objetivos climáticos, a la bioeconomía circular, a una recuperación económica pospandémica sostenible y más ecológica y al desarrollo rural”.

Por ello, considera necesario promover la producción, el consumo, las inversiones sostenibles, las cadenas de suministro cortas y locales y políticas de adquisiciones orientadas a la sostenibilidad a lo largo de toda la cadena de valor.

Reconoce el Consejo Europeo que la gestión forestal sostenible proporciona bosques sanos, refugio de biodiversidad, servicios ambientales y productos naturales y renovables

Y señala “la necesidad de hacer uso de los incentivos y los mecanismos financieros disponibles, incluidos los pagos por los servicios de los ecosistemas forestales”. En este sentido, invita a la Comisión y a los Estados miembros “a explorar opciones para nuevas soluciones innovadoras basadas en el mercado, como pagos por servicios ecosistémicos, para la mitigación y adaptación al cambio climático y para la biodiversidad, incluidas aquellas soluciones como la silvicultura cercana a la naturaleza y la agricultura de carbono”.

Subraya la importancia de una base de datos e información sólida y transparente sobre los bosques como base para la formulación de políticas. Reconoce la importancia de los inventarios forestales nacionales y pide a la Comisión y Estados miembros que analicen las discrepancias existentes y las posibles lagunas en la recopilación de datos forestales.

Considera el Consejo que deben “aprovecharse al máximo las definiciones e indicadores desarrollados en procesos internacionales y regionales, como Forest Europe, para el seguimiento y la presentación de informes sobre los bosques en la UE”. En este sentido, señala a la Comisión la necesidad de definir los conceptos y términos introducidos en la Estrategia Forestal de la UE.

Desastres naturales y gestión de riesgos, especialmente de incendios forestales

Dice la resolución del Consejo Europeo que acoge “con satisfacción” que la Estrategia señale la necesidad de fortalecer la resiliencia de los bosques. Conscientes de “los impactos sobre los bosques y los riesgos que plantean los desastres naturales y otros factores perturbadores que probablemente se vean agravados por el cambio climático”, pide a la Comisión que trabaje con los Estados miembros para fortalecer el trabajo sobre la gestión de riesgos relacionados con los desastres naturales y otros factores perturbadores, especialmente los incendios forestales.

Considera el Consejo que en esta y en la adaptación al cambio climático es necesario desarrollar “un enfoque estructurado e integrado”. Por ello, pide mayor cooperación en la planificación, investigación e innovación “para impulsar el uso de madera y otros productos forestales producidos de forma sostenible en la bioeconomía circular, así como la contribución de los bosques a los objetivos de mitigación del cambio climático, adaptación y biodiversidad”. Por ello, invita a la Comisión a desarrollar, junto con el Comité Forestal Permanente, un plan de trabajo anual con líneas de trabajo concretas en estos aspectos.

Uno de los artículos de la Estrategia Forestal Europea señalaba la necesidad de apoyar sistemas de certificación «más cercanos a la naturaleza», en lo que se entendió como un cuestionamiento de los sistemas de certificación más implantados. El Consejo Europeo “insta” a que el valor agregado de los esquemas de certificación voluntarios ya existentes sea una condición previa para cualquier consideración sobre nuevos esquemas de certificación. E insiste en que la Comisión justifique la necesidad de un nuevo sistema de certificación de la gestión forestal que “puede causar cargas y costos administrativos adicionales, confusión potencial para los consumidores y superposiciones con los esquemas ya existentes”.

En cuanto al papel de la Unión Europea en la protección y conservación de los bosques del mundo asegura el Consejo “esperar con interés recibir el control de aptitud del Reglamento de la madera de la UE y el Reglamento FLEGT, así como medidas no legislativas para minimizar el riesgo de deforestación”.

Señala incluso que la Estrategia “no es clara sobre su impacto en los bosques fuera de la UE”, ni sobre “cómo evitar que las medidas de protección propuestas para los bosques en la UE puedan dar lugar a una mayor huella y posibles impactos negativos en los bosques fuera de la UE”.

Se suma la corriente de nuevas repoblaciones hasta plantar 3.000 millones de árboles en la UE hasta 2030. Pero insiste en la voluntariedad de esta medida y recuerda “existen importantes desafíos para la disponibilidad de tierras en los Estados miembros”.

Por último, recuerda el Consejo Europeo “la función esencial de los bosques para la salud y el bienestar humanos”.

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