Política Forestal

11
Abr
2022

Somos ricos en bosque, pero pobres en madera

 

La falta de mecanización de los trabajos forestales amenaza la producción de palés para el transporte

LORENA FARRÀS PÉREZ

Los principales aserraderos de Catalunya, agrupados bajo el paraguas de la Associació de Rematans i Serradors de Catalunya (Arescat), iniciaron el viernes 1 de abril una serie de paros en la producción. Protestan porque desde hace años no tienen suficiente madera para trabajar a pesar de que la superficie forestal no para de ganar terreno en Catalunya.

procesadora

 

El problema de fondo: la falta de mecanización de los trabajos de extracción de madera del bosque. “Es como si todavía se segase el cereal a mano en lugar de con cosechadoras”, explica Francesc Cano, director adjunto del C entre de Ciència i Tecnologia Forestal de Catalunya (CTFC). Un problema que no existe en otras regiones de Europa, “donde los trabajos en el bosque sí que se han mecanizado”, indican desde Arescat.

En Catalunya solo se aprovecha el 30% del crecimiento de material forestal, la mitad que en Europa

Francesc Cano apunta a otra causa detrás de la escasez de madera en Catalunya: “Los bajos márgenes económicos de toda la cadena del sector, desde el propietario forestal hasta el rematante y la industria”. “Es necesario dar un mayor valor añadido a la madera para que los márgenes aumenten”, afirma el director adjunto del CTFC. Este valor añadido podría venir de la mano de aplicaciones como la construcción de edificios y sería una inyección económica para la compra de maquinaria forestal.

En la actualidad, los principales usos de la madera que se extrae de los bosques catalanes son su quema como biocombustible y la fabricación de palés para el transporte de mercancías. Ambos usos están en aumento, pero los aserraderos de Arescat denuncian que no pueden satisfacer la creciente demanda por la escasez de materia prima e incluso advierten que puede haber escasez de palés, “afectando negativamente muchas cadenas de suministro, puesto que el transporte por carretera se realiza principalmente en palés de madera”. Proquimia, como empresa compradora de palés, indica que de momento no tienen problemas de suministro, pero reconocen que cuando los haya se verán obligados a comprar fuera de Catalunya.

Es una cuestión económica –una procesadora para la tala y corte de árboles cuesta unos 400.000 euros–, pero también de territorio, política y social. “Solo una tercera parte del bosque catalán tiene la pendiente adecuada para poder ser mecanizado”, explica Cano, quien añade que “la actual legislación limita y dificulta el uso de maquinaria en los bosques”. Por otro lado, Iolanda Domenjó, del departamento forestal de Grup Boix (el mayor aserradero de Catalunya), explica que frecuentemente reciben quejas y denuncias de personas que se topan con maquinaria forestal al ir al bosque.

Arescat reclama a la Generalitat “un paso firme hacia la modernización de las tareas forestales”. De lo contrario, advierte Jordi Jané, presidente de la asociación, “los actuales cierres temporales de los aserraderos podrían convertirse en definitivos”.

En Catalunya, con un 62,4% de superficie forestal, solo se aprovecha el 30% del crecimiento anual de material forestal. “Es la mitad de la media de la Unión Europea, que es del 65%”, indica el experto del CTFC. Este incremento descontrolado del bosque aumenta el riesgo de incendios forestales y de plagas. En cambio, una correcta gestión forestal es una fuente de riqueza y de ocupación para zonas especialmente vulnerables económicamente como son los entornos rurales. Además, la actividad del sector es considerada uno de los mejores ejemplos de economía circular.

Un recurso muy preciado

Con la Estrategia Europea de la Bioeconomía, la madera ha visto aumentada su demanda sin que haya habido ninguna política para incrementar su extracción. Como consecuencia, la madera se está convirtiendo en una materia prima cada vez más preciada y escasa.

La Vanguardia 06/04/2022

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