75 aniversario del Centro Forestal de Lourizán
Gabriel Toval. Lourizán, 8 de junio de 2018
Introducción
El crecimiento gradual de la población humana, que según las previsiones más conservadoras de la ONU, llegará alcanzar los 8.800 millones de habitantes en el año 2050 y el incremento per cápita de la demanda de energía, agua y todo tipo de recursos, está generando sobre el sistema biofísico global unos inusitados niveles de presión que pueden llevar a comprometer la existencia de la vida tal como la conocemos.
Según diferentes organismos internacionales la demanda de agua en 2050 será de 5.500 km3, es decir, un 57% más que a principios de siglo, la de energía de 21 T(era)W(atios), un 40% más que ahora y las emisiones de CO2, en el escenario más favorable, serán de 37 millones de kt.
Por otra parte, durante la primera década de este siglo se han perdido 7 millones de ha de bosques tropicales (FAO, 2016) y se estima que ha habido una pérdida media de la biodiversidad global del 15%.
Además, según la FAO, la demanda anual de madera será a mediados de siglo de 4.500 millones de m3, un 20% más que la actual, destacando los incrementos en pellets y tableros que duplicarán las de hoy en día. En este contexto Galicia, si quiere mantener la misma presencia relativa en los mercados, deberá producir más de 10 millones de m3 de madera para fabricar 3,7 millones de m3 de tableros de todo tipo, 1,8 millones de m3 de madera aserrada, 650 mil t de pasta de celulosa y 400 mil t de pellets.
El futuro de la gestión de los montes
Ante este panorama existe un consenso global de que es necesario gestionar los montes con el fin de preservar e incrementar la superficie de bosques primarios maduros y poner en valor los bienes y servicios ecológicos para asegurar el bienestar de las futuras generaciones. Lo que se ha dado en llamar gestión ecosistémica.
Pero al tiempo se reconoce que los niveles que alcanza la demanda de madera son imposibles de satisfacer con la gestión ecosistémica y que incluso, de intentarlo, podría poner en peligro los objetivos de la misma. De tal manera, que se considera necesario gestionar ciertos montes para la obtención de madera, o en términos más actuales, llevar a cabo una gestión forestal sostenible para de esta manera atender la creciente demanda de madera, fibra y otros productos forestales de forma sostenible.
Por otra parte, los bosques jóvenes son más eficaces como sumideros de carbono que los maduros, donde el balance tiende a ser nulo, debido a las altas tasas de respiración de los múltiples organismos que lo conforman, lo que viene a confirmar la necesidad de que ambos tipos de gestión convivan.
La investigación forestal del futuro deberá, en cualquier caso, apoyar a los gestores de ambos sistemas en su toma de decisiones, lo cual es perfectamente compatible como veremos más adelante.
Gestión ecosistémica
La gestión ecosistémica tiene como objetivos comprender y gestionar la complejidad, a través de amplios paisajes, proporcionando una amplia gama de bienes y servicios ecológicos.
La unidad de la gestión ecosistémica es el ecosistema que se define como cualquier unidad que incluya todos los organismos en un área dada, interaccionando entre sí y con el ambiente físico, de forma que el flujo de energía lleva a definir estructuras tróficas, diversidad biótica y ciclos de materiales.
Los criterios básicos de la gestión ecosistémica son:
Integridad, que es la capacidad de mantener un sistema equilibrado en composición de especies y organización funcional.
Salud, cuando el uso que se les da permite seguir explotando sus recursos a largo plazo sin alterar los espacios fuera de sus límites
Resiliencia, que es la capacidad o velocidad a la que un ecosistema vuelve a un estado de referencia después de una perturbación temporal de origen natural o humano
Sostenibilidad, que sirve para caracterizar cualquier proceso o condición que pueda mantenerse indefinidamente
Sostenibilidad ambiental, sistema que mejorando el bienestar humano protege indefinidamente los servicios y bienes utilizados, además de asegurar que los residuos no sean excesivos
Gestión para la Obtención de Madera. Gestión Forestal Sostenible
La gestión forestal sostenible tiene como objetivo mejorar las prácticas forestales, así como las políticas y leyes que la soportan para ofrecer productos certificados y mantener una cadena de custodia hasta su disponibilidad por los consumidores.
La unidad de la gestión forestal sostenible es el rodal que es la unidad de árboles relativamente homogénea en edad, estructura, composición y ambiente físico, incluyendo la topografía por su influencia en la producción y en las operaciones de aprovechamiento.
Los criterios e indicadores de gestión forestal sostenible son:
El 1º Criterio es: Mantenimiento y mejora de las masas forestales y su contribución al ciclo global del carbono.
Indicadores: Mantenimiento y aumento de la superficie forestal, de las existencias y del carbono a través de las cantidades de materia orgánica del suelo, de hojarasca y biomasa.
El 2º Criterio es: Mantenimiento de la sanidad y vitalidad de los ecosistemas forestales.
Indicadores: Seguimiento del estado nutritivo de las plantas y de la fertilidad del suelo. Identificación de las causas para reducir los daños causados por agentes bióticos y abióticos. Reducción de la proporción del área afectada por fuegos, heladas y vientos con medidas preventivas adecuadas.
El 3º Criterio es: Mantenimiento y fomento de las funciones productivas de las masas forestales.
Indicadores: Aumento del volumen comercial de madera, por el empleo de mejores tratamientos selvícolas y de material de reproducción genéticamente mejorado para aumentar la producción y la resistencia de la masa frente a estrés ambientales. Aumento de la proporción de ingresos de productos diferentes a la madera, llegando a gestionar áreas específicas con este fin si fuera necesario.
El 4º Criterio es: Mantenimiento, conservación y mejora adecuada de la diversidad biológica.
Indicadores: Estructura de edad. Establecimiento de varias especies forestales y áreas con abundante y rico sotobosque. Gestionar adecuadamente áreas identificadas por su importancia para la conservación de flora y fauna.
El 5º Criterio es: Mantenimiento y mejora adecuada de las funciones protectoras de las plantaciones.
Indicadores: Protección contra la erosión del suelo, identificando las áreas propensas a la erosión y empleando siempre las técnicas más convenientes para su conservación. Calidad del agua, identificando las áreas con un efecto más directo sobre el agua producida y asegurando que se gestionen de acuerdo con las prácticas más adecuadas para la conservación de su calidad.
El 6º Criterio es: Mantenimiento de otras funciones, condiciones y políticas socio-económicas, así como capacidad legal para apoyar la gestión sostenida de los bosques.
Indicadores: Empleo forestal, medido en término de números de trabajadores, su educación profesional y su calidad de vida. Inversiones en actividades forestales y aumento de ingresos asociados a las actividades llevadas a cabo en las plantaciones. Diversificación de los productos. Mejora de los recursos humanos, haciendo que el número de accidentes laborales disminuya año tras año, como resultado de una mejor educación y de una mayor adaptación de los reglamentos de seguridad.
Lourizán y la investigación forestal hacia el futuro
El futuro de la investigación forestal de Lourizán está respaldado por su pasado y su presente, es decir, por la estructura del centro, por el conocimiento de sus investigadores, por sus miles de publicaciones, por las más de 11.000 muestras de suelo, por el más de 1 millón de datos climatológicos, por los más de 50.000 pliegos de su herbario y micoteca, por las colecciones de 28 especies forestales arbóreas en ensayos de procedencias, progenies, huertos semilleros y bancos de conservación, por las tres cuencas hidrológico-forestales con 35 años de monitorización, por ser pionero en mejora genética forestal, por el conocimiento y puesta en valor de la flora micológica gallega, por el conocimiento en la defensa de plagas y enfermedades forestales, por los estudios de los fuegos forestales: su comportamiento, el fuego prescrito, los impactos ecológicos y modelización, etc., etc., que permiten dar respuesta inmediata a una enorme diversidad de cuestiones relacionadas tanto con la gestión ecosistémica como con la gestión forestal sostenible.
El futuro estará marcado por el empleo de nuevas técnicas como, por ejemplo, los Sistemas de Información Geográfica que permiten la captura y almacenamiento de datos terrestres, de imágenes de satélites, aéreas y LIDAR, para de esa forma definir los límites y características de los ecosistemas y rodales y su evolución en el tiempo. La modelización de la producción y de la rentabilidad de las operaciones selvícolas. Los modelos de fijación de carbono y respiración de los diferentes ecosistemas, los modelos de combustible, los estudios hidrológicos, e incluso la aplicación de técnicas de inteligencia artificial, como las redes bayesianas, para el procesamiento global de todos los geodatos.
En otro aspecto, será necesario desarrollar estrategias y técnicas de optimización de intervenciones preventivas dirigidas a reforzar la resistencia de las masas forestales frente a la propagación del fuego, incrementar la capacidad de predicción del comportamiento del fuego en los incendios forestales y ayudar a acometer la restauración de las áreas forestales afectadas por los incendios.
Asimismo la mejora genética cuantitativa deberá seguir desarrollándose, como hasta ahora, para dar respuesta a la necesidad de disponer de materiales de reproducción que permitan el aumento de la producción y la resistencia a los agentes bióticos y abióticos nocivos. En este aspecto la genómica deberá contribuir, cada vez más, a conocer la variabilidad intraespecífica a diferentes niveles: ecosistema, procedencia, familias e individuos, como apoyo a la selección y mejora y a la caracterización y diferenciación de ecosistemas. La transformación genética deberá ser tenida en cuenta dado que el sistema FSC está considerando admitir en sus protocolos de certificación los organismos genéticamente modificados.
La reproducción vegetativa, estaquillado, cultivo in vitro y embriogénesis somática, debe dar pie al desarrollo de la selvicultura clonal, poniendo a punto los tratamientos selvícolas y cuidados culturales de suelo y vuelo, para obtener masas y productos más homogéneos.
Desde las más altas instancias y para mejorar su eficacia deberá procurarse una relación continua del Centro con los gestores, públicos y privados, de ambos sistemas. Las mismas instancias que deberán dotar al Centro de un estatus más acorde con su función investigadora, liberándolo de trabas burocráticas, dotándolo de un presupuesto adecuado, de una plantilla objetivo de investigadores y auxiliares y agilizando la contratación de doctorandos y postdoctorales que de forma continua y equilibrada aseguren el futuro del Centro.
Para finalizar quiero felicitarnos por haber disfrutado 75 años del Centro y deseándole larga vida por el bien del sector forestal gallego.
Muchas gracias por su atención.
Nota de Distrito Forestal.- Reproducimos la conferencia que D. Gabriel Toval impartió con motivo del septuagesimoquinto aniversario del Centro Forestal de Lorizán, que versó sobre el futuro de la investigación forestal. Nos parece que posee en pocas palabras una buena presentación, no solo de las directrices futuras que han de estudiarse en el Centro sino, además, una buena exposición del marco en el que se desenvolverán nuestras masas forestales y las necesidades que plantea a la investigación.