La enfermedad que está acabando con las poblaciones de ranas, sapos y salamandras es causada por el hongo Batrachochytrium dendrobatidis (Bd), un patógeno altamente contagioso que se transmite a través del agua hasta la piel, causándoles la muerte en pocos días.
El Bd fue detectado por primera vez en 1998 y posteriormente se constató la pérdida masiva de poblaciones en todo el planeta. Años de investigación han llevado a conocer los aspectos generales de la enfermedad; el hongo tiene un ciclo de vida que utiliza el agua como medio de transmisión, las zoosporas (esporas móviles) que se desplazan en el agua principalmente penetran la piel y allí se desarrollan o “germinan” hasta formar un zoosporangio, dentro del cual las células se multiplican y forman nuevas zoosporas que serán liberadas. El Bd afecta el correcto funcionamiento fisiológico de los individuos hasta causarles la muerte en aproximadamente 15 días.
Este ciclo se basa en la dependencia que tiene la mayoría de los anfibios del agua como medio. Estos vertebrados poseen una piel permeable que les ayuda en el proceso de intercambio de oxígeno y en la regulación de la temperatura; por otra parte muchas de las especies sufren la metamorfosis en masas de agua. El contagio se lleva a cabo por contacto directo entre individuos, con agua contaminada o incluso en zonas del suelo donde anteriormente estuvo un individuo infectado. Este tipo de contagio y la rápida acción del hongo en la supervivencia de los individuos lo hacen especialmente mortífero.
Imagen: Aspectos más importantes de la quitridiomicosis sobre los anfibios y sus poblaciones a nivel mundial (Ilustración: Kimberlyn Fonseca-Pérez).
Estudios genéticos recientes ubican el origen de este y otro hongo que afecta específicamente a salamandras, Batrachochytrium salamandrivorans (Bsal), en Asia, específicamente en la península de Corea, donde se han encontrado especies de anfibios con alta resistencia al patógeno. Esto sugeriría que la rápida expansión del Bd al resto del planeta se ha debido a la globalización y al tráfico de especies exóticas para el mercado de las mascotas. Además, se ha descubierto que otras especies, como la rana toro (Lithobates catesbianus) nativa de EE.UU., son grandes reservorios del hongo y tienen una alta resistencia a este, y al ser criadas y comercializadas para el consumo de su carne en diversas partes del mundo, se habría favorecido la transmisión de la enfermedad de estas ranas a otras especies nativas con menor resistencia.
La alarma es global, más de 60 países han reportado la presencia del hongo y más del 6% de las especies han sido afectadas, con disminución de sus poblaciones o incluso su posible extinción. Los anfibios son una pieza clave en el ecosistema y de su presencia depende el equilibrio del mundo en el que vivimos.
Referencias consultadas:
Pasmans, F., Skerratt, Lee F., Berger, L., Martel, A., Beukema, W., et al. (2020). Amphibian fungal panzootic causes catastrophic and ongoing loss of
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Autora: Kimberlyn Fonseca-Pérez (IG: @kimbis_bio_illustrations), alumna del Postgrado de Ilustración Científica de la UPV/EHU – curso 2019/20