Ordenación de montes

25
Sep
2021

 

El Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales CREAF comienza las mediciones del estado de los bosques de Cataluña DEBOSCATy sus primeras impresiones son negativas: prevé un año complicado para las masas forestales.

Una primavera y un verano muy secos, sobre todo en el extremo nordeste y áreas del litoral y prelitoral central, junto con una ola de calor muy fuerte en agosto, ha afectado gravemente a los bosques”, asegura el CREAF en un comunicado. Las primeras mediciones que elabora junto con los agents rurals indican que “los efectos de la sequía ya son evidentes en muchas zonas, como el Empordà, Berguedà, el Bages, el Gironès y la Selva”.

La razón por la que creen que este año la situación podría ser más grave en el litoral y prelitoral central y norte, además de parte de la Cataluña central, es porque la estadística, con datos desde hace varios años, demuestra que “en las zonas donde hay fuertes anomalías de precipitación es donde hay más probabilidad de que aparezcan síntomas del decaimiento del bosque”.

Jordi Vayreda, investigador del CREAF, explica que «el cambio climático provoca fenómenos climáticos cada vez más extremos lo que hace prever que las afectaciones sean cada vez más graves y que afecten incluso los bosques más mediterráneos y mejor adaptados a la sequía. Pero las condiciones de sequías continuadas y de altas temperaturas que nos está llevando cada año el cambio climático representan unas exigencias muy fuertes en los árboles. Cuanto más altas son las temperaturas, más agua evaporan los árboles y cada vez hace más calor y llueve de forma más irregular”.

«El cambio climático provoca fenómenos climáticos cada vez más extremos lo que hace prever que las afectaciones sean cada vez más graves y que afecten incluso los bosques más mediterráneos y mejor adaptados a la sequía»

A pesar de que las primeras mediciones han mostrado un notable decaimiento con pérdida de hojas en algunos lugares, los investigadores del CREAF confían en que a partir de ahora “las precipitaciones podrían amortiguar un poco la situación o incluso evitarla en otros lugares”. Para Mireia Banqué, investigadora del CREAF, “todo hace pensar que esta será una campaña muy intensa en la que registraremos muchas hectáreas afectadas«. Los datos definitivos se tendrán en octubre.

En septiembre ha comenzado la décima temporada del DEBOSCAT, la red de seguimiento del estado de salud de los bosques que promueve el Departamento de Acció Climática de la Generalitat de Catalunya. Su objetivo es valorar la magnitud de los efectos de la sequía junto del cuerpo de Agents Rurals de la Generalitat. «Del 1 al 30 de septiembre, los agentes rurales hacen los muestreos de campo y hasta que no acabe la campaña no podremos saber en detalle la gravedad de la situación», asegura Mireia.

DEBOSCAT recoge datos de los efectos de las sequías en los bosques de Cataluña desde 2012. Precisamente ese año presenta los peores resultados con 40.000 hectáreas de bosque en Cataluña afectadas por la sequía. El 66 % de la afectación correspondió a frondosas (como el roble y la encina) y un 34 % a coníferas (como el pino silvestre y el pino negro). Se trataba del primer año que se hacía la medición lo cual “hace difícil determinar qué afectaciones son de años anteriores y cuáles son nuevas de aquel año”.

Los años 2013, 2014 y 2015 mostraron muy poca afectación nueva. Con respecto a las zonas que mostraron daños en 2012 observan que las especies de hoja más ancha “tienen una recuperación destacable” porque rebrotan. Sin embargo, las coníferas o bien consiguen aguantar o directamente mueren si el daño era muy severo. “En 2015 se empiezan a cicatrizar episodios y algunas zonas se recuperan de forma total o parcial”.

2016 sufrió, de nuevo, una sequía severa. Se registran 30.000 hectáreas con afectación. “Casi dos tercios de los episodios nuevos de decaimiento forestal provocado por sequía se encuentran en áreas donde llovió menos del 30 % de lo que llueve habitualmente y casi un cuarto de los episodios en zonas donde llovió entre un 30 y un 50 % de lo habitual”.

La investigación recogió que aproximadamente 9.600 hectáreas afectadas en 2016 ya lo habían sido en 2012. Es decir, en cuatro años estos bosques habían recibido el impacto de dos fuertes sequías. “Este es un punto clave, ya que no es lo mismo resistir una sequía puntual que tener que resistir frecuentemente. Así, la capacidad de los árboles para recuperarse puede ser muy diferente según la recurrencia de las sequías”.

2017 y 2018 fueron de nuevo años sin demasiados problemas, se registra poca superficie nueva afectada pero una cantidad similar de superficie total.

En 2019 se produce un descenso importante de la afectación tanto en episodios nuevos como en superficie total. Y 2020, con sus abundantes lluvias, fue el de la recuperación. Fue el año con la menor superficie registrada de la serie y tan sólo cuatro nuevas afectaciones testimoniales por sequía que sumaron 163 hectáreas. “Este año se dan por recuperadas unas 10.400 hectáreas después de tres años seguidos de poca sequía”.

Dos conclusiones fundamentales extraen los investigadores tras estos años: “La primera es que los bosques acostumbrados a tener agua abundante sufren mucho más cuando no tienen que los bosques que ya crecen con escasez. Y la segunda, es que las especies de frondosas siempre son las que registran mayor cantidad de superficie afectada, pero a la vez son las que se recuperan mejor. Las coníferas muestran habitualmente menos superficie afectada pero también una menor capacidad de recuperación”.

El proyecto DEBOSCAT se nutre también de las aportaciones de ciudadanos. A través de avisos y fotografías mediante la aplicación de ciencia ciudadana Alerta Forestal pueden colaborar con la recogida de datos. Es tan sencillo como enviar fotografías de paisaje de bosques afectados por sequía a través de su web. El CREAF quiere que la ciudadanía “se convierta en los ojos de los bosques”. El proyecto está coordinado por el CREAF y cuenta con el apoyo de la Generalitat de Catalunya y del Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC).

 

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