Nueva plaga de origen exótico. cydalima perspectalis. Nunca nos cansaremos en estas páginas de mostrar los peligros que las especies exóticas invasoras pueden ocasionar en nuestras masas forestales. Ofrecemos ahora dos informaciones siobre la falena defoliadora del boj cydalima perspectalis. La primera procede del períódico La Vanguardia y es la invasión por esta especie de las masas naturales de boj en Cataluña. Hasta ese momento solo teníamos noticia de su presencia en parques y jardines. La segunda es la ficha que la empresa Acanto Jardinería ha hecho de la especie y sus daños.
La rápida proliferación de una oruga asiática amenaza los bosques y jardines de boj
La plaga de la cydalima perspectalis ha sido voraz en la Garrotxa este verano y se extiende ahora al Ripollès, la Selva y Osona a una velocidad preocupante
Boj afectado por las orugas de cydalima perspectalis (Wikipedia / ABesheva)
ARIADNA OLLER MITJANAS, LA GARROTXA
La globalización ha causado muchos cambios en el mundo, a nivel económico, social... y también natural. Una de las consecuencias de la multiplicación de viajes y transportes es la introducción de especies en ecosistemas en los que, probablemente, no habrían llegado nunca de forma natural. Una de las consecuencias de ello es, a veces, un desajuste biológico y la proliferación de nuevas especies invasoras que pueden llegar a convertirse en una plaga.
Los casos de la avispa asiática o el mosquito tigre son muy conocidos, pero en los últimos años un nuevo insecto ha arrasado parte de la fauna característica de la comarca de la Garrotxa (Girona). Se trata de la cydalima perspectalis o oruga del boj, originaria del este de Asia, que ha afectado seriamente toda la población silvestre de bojes de la zona y se ha extendido ya a otras comarcas
Emili Bassols, biólogo del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, explica que la especie llegó por primea vez a Europa en 2007: desembarcó en Alemania y se ha ido extendiendo por el centro y el sur del continente. “El primer caso que se detectó en Catalunya fue en julio de 2014 en Besalú, en un jardín particular”, explica. Bassols relata que, tras recoger crisálidas de la oruga y ver las mariposas que salían, pudieron identificar la misteriosa especie que estaba devorando las hojas de los bojes.
El boj es un arbusto muy presente en Catalunya, tanto silvestre en los bosques como de forma ornamental en jardines y parques urbanos. La cydalima perspectalis, en su fase de oruga, se alimenta de las hojas de estos arbustos y su gran capacidad de reproducción hace que, en pocos días, un boj pueda quedar completamente destruido. Según un informe del Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca i Alimentació, sus meses de mayor actividad van de marzo a octubre y provocan la defoliación completa de los arbustos en poco tiempo.
Bassols explica que en 2015 y 2016 hubo poca afectación, pero que en 2017 y este 2018 ha habido un gran boom de expansión. Según ha estudiado el Parque Natural en colaboración con otras entidades, este insecto produce dos generaciones por año. “Las larvas hibernan durante el frío y en primavera empiezan a comer”, señala el biólogo. De éstas salen las mariposas y, después, una nueva tanda de larvas y orugas: “La segunda acostumbra a ser más fuerte que la primera”.
Según ha detallado a La Vanguardia, la afectación a los bojes en la Garrotxa ha sido muy extensa y, en estos dos años, se ha podido observar como regresaba a territorios ya depredados. Es decir, en lugares en los que ya habían pasado, los pocos bojes que volvieron a rebrotar –con menos fuerza– han sido arrasados de nuevo. “Uno se pregunta cuántas veces puede aguantarlo la planta”, lamenta Bassols.
Por otro lado, en algunos casos las orugas han llegado a comer parte de la corteza en las ramas más finas además de las hojas. Tras la voracidad de este verano, Bassols tiene serias dudas de que la mayoría de los bojes afectados puedan rebrotar.
Pero además del peligro para los bojes, la cydalima perspectalis provoca también molestias al ser humano. Así, cuando han acabado de alimentarse, las orugas se descuelgan de los bojes mediante un hilo de seda muy pegajoso y crean una especie de telarañas. “Varios excursionistas nos han explicado que han quedado llenos de orugas al pasar por el bosque”, señala Bassols.
Por otro lado, el gran número de individuos supone un problema cuando éstos pasan a la fase de mariposa. De vida nocturna, se pueden ver en grandes cantidades cerca de farolas o focos, e incluso ha obligado a varios vecinos a cerrar sus ventanas para que no les invadieran las casas. De hecho, Bassols –que compartió un elocuente vídeo del problema– asegura que durante las Festes del Tura de Olot del pasado fin de semana se podían ver cientos de estas mariposas cerca de algunas atracciones o en conciertos, atraídas por la luz.
Por ahora la única forma de combatir esta especie es mediante insecticidas o fitosanitarios específicos, aunque también se han probado trampas de feromonas para atrapar a los machos adultos. Sin embargo, el uso de productos es inviable en los bosques, donde la extensión de boj es demasiado grande. “Tenemos que hacernos a la idea de que los bosques silvestres quedarán sin boj, sólo se pueden tratar en los jardines y parques urbanos”, lamenta el biólogo.
No se ha detectado ningún animal depredador del insecto y aunque algunas fuentes hablan de la avispa asiática, Bassols se muestra muy escéptico con esta tesis. “Es posible que alguien haya visto a una avispa comiéndose una oruga, pero su alimento favorito siempre serán las abejas de la miel”, señala.
Además del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, la comisión de crisis sobre esta plaga cuenta también con representates del Ayuntamiento de Olot, de la mano del Consorci Sigma. Su director, Francesc Canalias ha confirmado a La Vanguardia la dificultad de frenar la expansión de la oruga del boj. “Ya no se trata ni siquiera de contenerla”, lamenta. Espera que con el paso del tiempo “el sistema se estabilizará, aunque habremos perdido a la mayoría de bojes”.
“Esta especie llegó probablemente a través de la importación desde Asia de plantas ornamentales”, explica. “Si hubiera mayor control todo esto se podría evitar”, protesta. Así, asegura que la llegada de la oruga, la avispa y otras especies invasoras son producto de la globalización pero también de una falta de control en los puertos de entrada. “Con la oruga del boj hemos llegado tarde, pero el problema es que llegará otra especie porque no se está cambiando el sistema”, asegura.
En cuanto al trabajo realizado en Olot, Canalias explica que se ha centrado en conservar los arbustos en los parques urbanos, como el Parc Nou. Mientras que en los bosques, lamenta, el insecto ha llegado demasiado lejos para tratarlo: “El otro día fui a la Alta Garrotxa y vi que los bosques estan arrasados hasta una altura de 1.000 metros”.
Y es que tras su paso feroz por la Garrotxa, este 2018 la cydalima perspectalis ha comenzado a extenderse a otras comarcas cercanas. Ya se ha podido ver en el Ripollès, Osona y la Selva. En estas dos últimas, el Espacio Natural de las Guilleries-Savassona ha comenzado un proyecto de colaboración ciudadana para luchar contra la plaga y estudiarla. Varios voluntarios instalan trampas de feromonas para atraer a los machos y recoger datos sobre el número de mariposas atrapadas. Sin embargo, si la expansión sigue al ritmo actual, gran parte de Catalunya podría verse afectada en pocos años, puesto que el boj es uno de los arbustos más extendidos.
Reproducido de la Vanguardia. Edición 17 de septiembre de 2018.