Las condiciones ambientales agudizan los problemas causados por los hongos en montes de pino radiata de Lugo, A Coruña y Pontevedra. Las podas y clareos, junto con los tratamientos con cobre, centran los esfuerzos para tratar de salvar las masas afectadas
CAMPO GALEGO
17/04/2024 6:00 pm
Pinos afectados por la banda marrón la primavera pasada en montes de Lugo
Las enfermedades fúngicas defoliadoras, en especial la banda roja y la banda marrón, están causando estragos este año en los pinares gallegos. Las condiciones ambientales de humedad y altas temperaturas de esta primavera favorecen la explosión de los hongos y su propagación, con efectos visibles sobre todo en montes de la provincia de Lugo, pero también en zonas del interior de A Coruña o del sur de Pontevedra.
Los daños más graves se producen en las masas de pino radiata o insigne, pues el pino del país (‘Pinus pinaster’) presenta una susceptibilidad escasa a las bandas. En radiata, la enfermedad seca las acículas, empeorando la circulación de la savia y repercutiendo, además de en el crecimiento, en el estado sanitario general del árbol, que puede llegar a secar.
“Cuando la afectación en un árbol llega al 25-30%, que es cuando vemos que está decolorado, se produce una pérdida de crecimiento y cuando esa afectación llega al 70% puede producir ya mortandad, porque el pino empieza a tener problemas vegetativos graves por la falta de densidad de las hojas”, explica Francisco Dans, director de la Asociación Forestal de Galicia.
Con el invierno y la primavera que estamos teniendo, con tiempo cálido y húmedo, los hongos están mucho más activos
En otros casos, con la llegada del verano y las altas temperaturas, la actividad del hongo decae y la planta puede recuperar parte de las acículas en otoño, si no viene tiempo muy lluvioso y caluroso que reactive la presencia de la enfermedad.
Por eso desde la Administración recomiendan esperar a ver cómo evoluciona la situación en los próximos meses antes de tomar decisiones precipitadas de cortas. “Hay reservorios y se han activado por las condiciones ambientales existentes. A eso se debe la explosión de esta primavera. Las condiciones de este año son propicias para los hongos foliares”, reconoce Xabier Bruña, ingeniero forestal y responsable del distrito Lugo-Sarria, donde el pino insigne es la especie mayoritaria.
Avance de la enfermedad hacia el interior de Lugo
El avance de la enfermedad en Galicia desde su entrada por la parte oriental hace 5 años, procedente de Asturias, está siendo imparable. “En la parte que es colindante con Castroverde ya tuvimos que hacer talas sanitarias por bandas hace dos años, tanto en la zona de Teixeiro como en la de Meda, en rodales que estaban completamente secos”, explica Xabier.
En la zona de Teixeiro y Meda ya tuvimos que hacer talas sanitarias hace dos años en rodales que estaban completamente secos
Además de A Fonsagrada, los montes de Baleira y Castroverde, así como los de la comarca de Meira están entre los más afectados, pero los males se extienden ya a otras zonas del centro de Lugo, A Terra Chá o A Mariña. “El avance está motivado por las condiciones climáticas, que son propicias para que se extienda, este año más que otros, porque con el invierno y la primavera que estamos teniendo, con tiempo cálido y húmedo, los hongos están mucho más activos. En la zona más pegada a la montaña es más evidente; en otras áreas la presencia es más difusa”, detalla Xabier.
A nivel gallego, Francisco Dans también reconoce que “la situación es muy variable y no responde a un patrón común en toda la comunidad”. “Hay zonas de Galicia muy afectadas, especialmente en la parte oriental de Lugo, tanto de media montaña como más al norte, y también algunas zonas del interior, pero otras curiosamente no tienen daños. Esta situación no obedece a un criterio lógico establecido, desconocemos aún bastante de la biología de esta especie de hongo”, reconoce.
Desde la Asociación Forestal de Galicia comenzarán en la próxima semana y hasta mediados de mayo una campaña específica de tratamiento sobre unas 500 hectáreas de monte propiedad de sus socios y a la que se unirá también Finsa con sus montes.
Serán tratadas masas de radiata en la comarca de Vigo y de O Rosal, en Dozón, Lalín y Vilasantar y también en el entorno de Santiago (Ames, Boqueixón, Negreira, Brión). El tratamiento se repetirá en estas mismas parcelas a mediados de septiembre, de cara a un posible rebrote en otoño.
Las aplicaciones de cobre matan las esporas e impiden que se transmitan por las acículas y por la sabia
“La clave es proteger las hojas, tanto las que quedaron del año pasado como las que van a salir nuevas este año”, explica Francisco, que pone énfasis en que “es necesario coger la enfermedad a tiempo porque enfrentarse a masas adultas ya muy afectadas es difícil, porque se recuperan poco”, reconoce.
Preocupación en la industria
El avance de la banda marrón preocupa a los propietarios forestales y también a la industria de transformación. Jorge Souto, que gestiona junto a su hermano Alberto el aserradero Hijos de Ramón Rubal SL, la referencia para la madera de pino en la comarca de A Mariña, asegura que la enfermedad “va a agravar el problema de suministro de materia prima de cara al futuro, porque amenaza con dejar a Galicia sin pino insigne en 10 años”.
“En Asturias están teniendo que cortar plantaciones de futuro, laderas enteras, y en zonas de A Mariña o A Terra Chá está llevándose por delante también las plantaciones jóvenes, secando los pinos que llevan tres años plantados”, cuenta, por lo que “está desanimando a los propietarios a hacer repoblaciones con pino radiata”.
“Tenemos masas mixtas de pinaster y radiata y se ve claramente la diferencia”
Esther Sanchez Barreiro es presidenta de la SOFOR Santa Juliana, de la parroquia de Cereixido, en A Fonsagrada, formada por 19 propietarios y 198 hectáreas de monte.
Cuentan con unas 25 hectáreas de pino pinaster y otras 20 de radiata, que se encuentran muy afectadas. “El pinaster aguanta mejor a día de hoy, aunque no quiere decir que no le afecte, pero las masas de radiata, tanto las que están repobladas como las que están más avanzadas, en estado de latizal, están mucho peor. Tenemos incluso una masa mixta en la que se ve claramente la diferencia”, explica.
En esta SOFOR de A Fonsagrada han tratado ya dos veces sus plantaciones de radiata pero no han logrado mantenerlas a salvo. “Las tratamos hace dos años pero nada, da pena verlas. Y no nos valen todavía para cortar, porque tendrán unos 10 o 15 años; les faltarían aún otros 10”, indica Esther.
Seguramente tengamos que cortar los pinos radiata, pero no sabemos que vamos a plantar en su lugar
Los 19 vecinos propietarios del monte de Cereixido están convencidos de que acabarán teniendo que cortar la mayor parte de la superficie afectada, con la incógnita de no saber qué plantar de nuevo. “Lo que no sabemos es qué vamos a plantar en su sitio”, reconoce.
Ayudas para repoblaciones por motivos sanitarios
José Fernando Enjamio Gándaras es el ingeniero técnico forestal de la empresa Sortegal que asesora a la SOFOR Santa Juliana y reclama una implicación mayor por parte de las Administraciones. “La Administración tiene que empezar a tomar medidas, como tomó en su momento con el nematodo, porque el problema es importante», asegura.
“El radiata fuera de su estación óptima está sufriendo mucho, pero incluso en zonas de A Terra Chá lo están pasando mal. Notas que la enfermedad va avanzando; de día en día ves que van empeorando y desde hace un mes es cuando los ves más amarillos”, indica.
Los árboles que están afectados sufren a mayores de la enfermedad el estrés de la poda
Las podas y clareos que se llevan a cabo, dice, a veces incluso son contraproducentes cuando las masas ya están afectadas. “Estamos viendo que los tratamientos silvícolas no les están sentando nada bien, porque se abren las masas y sufren el estrés de la poda a mayores del de la propia enfermedad”, afirma.
De cara a sustituir, por motivos sanitarios, las repoblaciones afectadas por nuevas plantaciones, Fernando pide una modificación en las órdenes de ayudas de la Consellería. “En este momento las que se financian son superficies rasas o que no habían tenido arbolado en los últimos 5 años. Este tipo de repoblaciones no entrarían”, lamenta.
“La alternativa es el cambio de especie. Hay que ver cuál se adaptaría mejor en función de la zona, pero el pinaster es una alternativa clara. Los modelos silvícolas no están desarrollados para que podamos introducir otras especies a día de hoy”, asegura.
Medidas culturales preventivas
“El nivel de afectación de los hongos foliares depende de las condiciones climáticas y del estado de la masa, por eso es muy importante la aireación, es decir, que las plantaciones estén podadas y aclaradas, reduciendo la espesura de la masa y la presencia de combustible, para que no se den condiciones idóneas para los hongos y no haya reservorios”, explica Xabier.
La gente ha descuidado los tratamientos en el monte y tenemos masas de pino radiata sin podas desde hace muchos años
Para tratar de poner coto al intercambio de esporas, Francisco propone también otras medidas como “desinfectar las herramientas y vehículos cuando vamos de un monte de radiata a otro” y que la planta que sale de los viveros venga tratada, lo que serviría para protegerla durante su primer y segundo año. “Es algo que no se hace, pero que sería barato”, razona.
Adelantar las podas y reducir la densidad
Una vez en el monte, desde la Asociación Forestal de Galicia recomiendan aumentar el marco de plantación. “En Lugo estamos poniendo de 830 a 600 pies por hectárea de inicio. Eso tiene varias ventajas, porque favorecemos la aireación de la masa desde un inicio y de este modo además los trabajos de plantación y poda son mucho más baratos”, dice Francisco.
Hay que hacer intervenciones más precoces. Las masas tienen que estar podadas y mantener bajas densidades
Otra de las claves en la prevención de la banda marrón es precisamente hacer intervenciones más precoces, con podas ya desde los primeros años. “Las esporas suben desde el material que está en el suelo al árbol desde el suelo a través de las ramas bajas, por lo que canta mayor distancia haya al suelo más estaremos evitando la expansión del patógeno”, evidencia.
“No es una enfermedad letal si se toman las medidas de prevención idóneas y se llevan a cabo las medidas silvícolas adecuadas, que coinciden además con las que hay que hacer para obtener madera de calidad”, argumenta.
Es necesario coger la enfermedad a tiempo; enfrentarse a masas adultas ya muy afectadas es difícil, porque se recuperan mal
Otro factor que incide en la mayor o menor afectación de las masas de pino radiata es la propia elección del lugar de plantación. “La afectación de la enfermedad es más evidente en zonas con una mala calidad de estación (combinación de suelo y clima) o un ambiente forestal poco propicio para el pino radiata (poca profundidad de suelo, encharcamientos, escasos procesos de micorrización)”, destaca Francisco.