Galicia quiere recuperar 2.250 ha de pastos para favorecer actividad económica y anticiparse a los incendios forestales
El objetivo es doble: crear un paisaje mosaico como cortafuegos natural y proporcionar pasto a los ganaderos de las comarcas donde mayor incidencia hay de incendios forestales. El Plan de pastos de la Xunta se ejecuta en cuatro fases con una inversión total de 9,5 millones de euros y la creación de 2.250 ha cuando finalice 2023.
La Xunta de Galicia espera recuperar 2.250 ha de pastos en dos años. Foto Xunta Galicia
La primera fase del plan se desarrolló en invierno de 2021. Permitió crear 560 hectáreas pertenecientes a 14 montes vecinales. La segunda fase está ahora en ejecución con le objetivo de alcanzar 1.000 ha de pastos en 30 montes vecinales.
El Plan de Pastos tiene un total de cuatro fases que se desarrollarán durante dos años. Tiene previsto recuperar como pastos 2.250 hectáreas con una inversión de 9,5 millones de euros.
Ya se ha ejecutado una primera fase con una inversión de tres millones de euros y en 2022 tiene previsto invertir 4,8 millones de euros.
Las actuaciones consisten en recuperar zonas de pasto abandonadas cerca de los pueblos y en montes vecinales mediante desbroces, fertilización del suelo y posterior sembrado de especies pratenses (especies cuyas partes vegetativas, o bien la planta entera, son susceptibles de ser utilizadas como alimento por el ganado), pistas, cierres, pasos canadienses, mangas de manejo del ganado y comederos o bebederos.
Estas recuperaciones de pastos forman parte de un conjunto de medidas que tienen como objeto favorecer la actividad económica en las zonas rurales para fijar población y solucionar puntos de conflicto que pueden ser causa directa o indirecta de incendios forestales, junto con los polígonos agroforestales y las aldeas modelo.
No hay cambio de uso, no es necesaria evaluación ambiental
Se trata de terrenos forestales, con o sin vegetación arbórea, pero siempre terrenos forestales. La implantación de pastos en terrenos forestales, según recoge la Ley de Montes de Galicia, sigue siendo un aprovechamiento forestal, “no implica una transformación a usos agrícolas sino que se mantiene su carácter original. Por lo tanto, no tiene que someterse la evaluación ambiental ni solicitarse en el marco del mismo el correspondiente informe de la Dirección General de Patrimonio Natural”.
En marzo de 2021 la Conselleria de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda publicó una instrucción aclaratoria sobre cómo deben tramitarse los cambios de aprovechamiento forestal en terrenos localizados fuera de la Red Gallega de Espacios Protegidos, aproximadamente 1,5 millones de hectáreas.
Explica esa instrucción, dirigida a los técnicos de la administración que deben tramitar estos cambios, que cuando la implantación de uno de estos aprovechamientos para el ganado implique la realización de talas tampoco llevará aparejado un procedimiento de evaluación ambiental, “salvo en caso de que el propósito de las talas sea cambiar el uso del suelo para destinarlo a otros distintos del forestal como, por ejemplo, la implantación de un cultivo agrícola”.