La marca de garantía, creada por la Fundación Arume, se consolida así como un referente para prestigiar la calidad de la madera gallega y para valorizarla en el mercado
La marca Pino de Galicia comenzó a funcionar en la práctica a inicios del 2022, cuando quedó definido su reglamento y se abrió la puerta para que las empresas del sector de la madera se fuesen sumando a la marca. En solo seis meses, más de una veintena de empresas ya han logrado superar las auditorías precisas para certificarse en la marca o están ultimando ese proceso.
Se espera además que en los próximos meses continúen entrando en la marca empresas de toda la cadena gallega del pino, pues muchas han manifestado su interés o han comprometido el inicio inmediato del proceso de auditorías preciso para registrarse.
Este es el balance que presentó esta mañana en Galiforest el secretario del comité de marca de Pino de Galicia, David Lorenzo, que participó en una jornada técnica sobre los retos y oportunidades a los que se enfrentan las coníferas. Lorenzo explicó cómo se han ido inscribiendo en la marca empresas de toda la cadena de la madera, desde rematantes (los profesionales que cortan los árboles en monte) hasta aserraderos, empresas de segunda transformación de la madera y mayoristas.
La implicación de toda la cadena de la madera está permitiendo certificar ya la madera de Pino de Galicia desde el monte hasta el consumidor final, pues la marca ampara tanto la materia prima (rolla) como los productos de primera transformación (tabla convencional y tabla estructural), así como los productos de segunda transformación (envases, tarimas, molduras o CLT, entre otros).
La importancia de la marca se sitúa en garantizar la trazabilidad, la calidad y la uniformidad de la oferta. Pino de Galicia estableció un sistema de clasificación de calidades, con el fin de estandarizar la oferta ante el mercado, y está contribuyendo así a prestigiar la madera gallega ante los prescriptores y consumidores finales.
Es preciso destacar además que toda la madera de Pino de Galicia tiene que contar con los sellos de certificación forestal FSC o PEFC, lo que garantiza que, aparte de tener origen gallego, la materia prima procede de montes gestionados de una manera sostenible.
La madera de coníferas para la construcción
Junto con la presentación de la marca Pino de Galicia, la jornada de hoy en Galiforest contó con la intervención de Manuel Guaita, catedrático de la Universidad de Santiago y Director de la Plataforma de Ingeniería de la Madera Estructural (Pemade), que abordó las posibilidades de la madera de coníferas en la construcción. Guaita incidió en que es tiempo de apostar por la madera, ya que es una vía para lograr edificaciones más sostenibles, al actuar como sumideiro de CO2 y reducir así el impacto ambiental. Además, las innovaciones técnicas desarrolladas en los últimos años, como la construcción en altura con estructuras de madera y madera contralaminada, han abierto un abanico de posibilidades en edificaciones en madera que hasta entonces parecían inviables.
En Galicia se están dando pasos no solo en el uso estructural de la madera sino también en contar con madera gallega en estas construcciones, que inicialmente se realizaban con maderas importadas de Centroeuropa. La construcción de un prototipo de edificio en altura realizado en Lugo con madera de Pino de Galicia es uno de los pasos en esa línea. Optar por madera de proximidad en su construcción ha permitido ya secuestrar unas 280 toneladas de CO2.
Más allá de estas iniciativas demostrativas están surgiendo ya empresas que ofrecen este tipo de soluciones constructivas en madera. “Galicia es ya 100% autónoma en madera y fabricación para la construcción con madera siguiendo este paradigma sostenible”, apunta Guaita.
Además, el sector trabaja en innovaciones tecnológicas que están aportando ventajas significativas para la construcción y que ya se están empleando en Galicia. Así, las maderas modificadas, como la madera acetilada o la madera termotratada, están siendo soluciones para un uso de la madera en fachadas y exteriores, ya que son tratamientos que le confieren una mayor durabilidad al reducir su degradación natural.
Al margen de estas propuestas, en el sector y desde Pemade trabajan ya en otras iniciativas que permitan seguir avanzando en el uso de la madera estructural, como es el desarrollo de soluciones ligeras con vigas y estructuras que reducen y optimizan la cantidad de madera empleada, buscando ser una solución sostenible tanto en el plano ambiental como económico. Otra de las líneas sobre las que están trabajando es una estructura mixta que combine hormigón y madera.
Las cifras del mercado de coníferas en Galicia
En la jornada, Laura Lozano, de Maderas Goiriz, firma asentada en Vilalba (Lugo), dedicada al serrado de tabla, se encargó de hacer un recorrido por las cifras y la situación que atraviesa el mercado de Pino de Galicia. Lozano destacó la importante contribución del sector de la madera a la creación de empleo en ayuntamientos rurales y la dispersión de puestos de trabajo por todo Galicia que proporcionan.
Los 200 aserraderos que se mantienen operativos en Galicia serraron el año pasado unos 2 millones de toneladas de pino, el 40% de la producción nacional. Con esta madera, se produjeron casi 1 millón de metros cúbicos de tabla destinada principalmente al embalaje (60%), así como a la fabricación de cajas de vino (14%), a la construcción (7%) o al mueble (3%). “Con estas cifras, Galicia es un referente para todo el país”, reivindicó Lozano.
En cuanto a la evolución de los precios de la madera de pino, en estos últimos dos años se experimentó una importante subida, pasando de los 30 euros por tonelada en madera de rolla en pie a llegar a cerca de 60 euros en este 2022, según los datos manejados por la Fundación Arume sobre la evolución de los precios de venta en subastas privadas.
Evolución de los precios de venta de madera en monte en subastas privadas. Elaborado por la Fundación Arume.
Como detalló Lozano, este importante incremento de los precios se debió en primer lugar a la crisis de la Covid-19 y la reducción de stocks a nivel mundial ante el temor de una caída de la actividad. Sin embargo, otros factores como el incremento de los costes de los fletes de madera fueron también decisivos. En solo un año, el precio de un contenedor de madera procedente de México pasó de costar 2.800 euros a alcanzar los 12.000 euros. Este mismo año, el estallido de la guerra de Ucrania mantiene al alza los precios de la madera de coníferas al reducirse las exportaciones procedentes de Rusia.
Lozano aprovechó también para incidir en la importancia de llevar a cabo una buena silvicultura en las plantaciones para lograr madera de calidad, reducir las mermas de madera que tienen los aserraderos y poder repercutir en un precio más competitivo para los productores forestales.
Tras las ponencias y para finalizar la jornada, hubo un debate, moderado por Ana Busto, de Serrerías Rodríguez, en el que ponentes y públicos coincidieron en el escenario optimista que se está abriendo para las coníferas, con buena demanda y con buenos precios que se esperan sostenidos en el tiempo.
La jornada de hoy en Galiforest, organizada por la Fundación Arume, contó con la cofinanciación de la Agencia Gallega de la Industria Forestal.