Este artículo merece nuestra felicitación a los autores, aunque si nos permiten una crítica, es la de que el título es algo engañoso ya que no refleja que es un buen trabajo centrado en el estado de los pinsapares.
Las conclusiones a las que llega son:
1. La existencia de un riesgo alto de incendio debido, especialmente, a una elevada cantidad de matorral de grandes dimensiones en zonas abiertas y de mayor pendiente.
2. La alta densidad de pinsapos presentes en este bosque genera una mayor competitividad por los recursos que los hacen más vulnerables frente a episodios climáticos extremos, como las sequías.
3. Esta elevada densidad genera, además, una competencia por los recursos entre los individuos y en consecuencia una mayor tasa de mortalidad que se manifiesta en forma de aclarados que son ocupados por un matorral espeso de alta potencialidad de combustión.
4. La proliferación de estas formas de combustible es aún mayor si tenemos en cuenta la baja presión herbívora en estos bosques de pinsapo.
Las cuatro conclusiones reflejan un estado de abandono selvícola o, al menos de una selvicultura insuficiente.
La adecuación de las masas forestales al cambio climático requiere en los bosques mediterráneos unas densidades que estén en el rango más bajo que permita la especie para disminuir la competencia intraespecífica (así lo han destacado la FAO y la SCEF). El control del matorral es imprescindible para eliminar la competencia a los pinsapos por el agua y para ayudar a su regeneración natural. Pero ambas actuaciones son imprescindibles para minimizar el riesgo de grandes incendios, pues estamos hablando de que se reduciría la continuidad horizontal y la vertical.
El diagnóstico del artículo es completamente correcto y las medidas que indica que se deben realizar son desbroces y claras en las masas para garantizar el mayor vigor de los pinsapares y la reducción del riesgo de incendio forestal.
Pero somos algo pesimistas pues con frecuencia la declaración de Parque Nacional va asociada a la prohibición de hacer claras en las masas forestales.
Esperemos que los técnicos que apliquen el Plan de Gestión del Parque Nacional de la Sierra de la Nieves no interpreten que la conservación de los pinsapares exija no tomar las medidas selvícolas que los pinsapares necesitan para su conservación futura.