Actualidad y noticias

02
Abr
2018

pefsc

El 21 de marzo se ha celebrado celebra el Día Internacional de los Bosques proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2012 y dedicado este año a los bosques y las ciudades sostenibles. PEFC se ha sumado a esta celebración con su anuncio de un crecimiento de la superficie forestal certificada y un mayor número de entidades comprometidas con la sostenibilidad de los bosques.

Según los últimos datos recogidos por PEFC España, la superficie forestal certificada en España bajo el sistema PEFC se ha incrementado un 9% (186.013 hectáreas nuevas) en los últimos meses, alcanzando un total de 2.153.431 hectáreas. El mayor crecimiento lo ha protagonizado Andalucía con más de 57.000 hectáreas, seguida de Cataluña (32.889), Navarra (26.090), Castilla y León (25.011) y Extremadura (20.560). 
La comunidad que cuenta con más superficie forestal certificada es Castilla y León con 743.089 hectáreas, lo que supone el 34% de la superficie nacional certificada, en segunda posición está Navarra con 287.156, seguida de Andalucía con 264.378 y Cataluña con 263.482.

El número de selvicultores, gestores y propietarios forestales comprometidos con la buena gestión y prácticas sostenibles de sus territorios alcanza la cifra de 22.016, lo que supone un crecimiento del 14% con respecto al inicio de 2017, es decir, 2.754 gestores más se han adherido a la certificación PEFC. El mayor crecimiento se ha producido en Andalucía y Extremadura con propietarios de grandes superficies forestales.

La realidad territorial (minifundio y pequeña propiedad) hace que el mayor número de propietarios y gestores certificados se concentre en Galicia con 15.223, seguida de Euskadi con 2.141, Asturias con 1.969 y Cataluña con 1.591.

Por otro lado, las empresas certificadas en Cadena de Custodia PEFC han experimentado un crecimiento del 5%. 64 nuevas empresas y organizaciones han obtenido en el último año la certificación PEFC, ofreciendo garantías de sostenibilidad en los productos que producen y comercializan alcanzando un total de 1.335 empresas certificadas. Estas empresas representan un volumen de negocio de 11.442 millones de euros. 

Las comunidades con más empresas certificadas son, en primer lugar, Galicia que aglutina el 30% del total, con 400 empresas, seguida de Cataluña con 183, Euskadi con 129 y Madrid con 109. El sector que ha protagonizado un mayor crecimiento es el de los Aserraderos y Rematantes con 487 empresas certificadas, representando el 36% del total, seguido del sector de la Madera y Construcción con 429 y el Gráfico y Papelero con 164 y 142 empresas respectivamente.

A escala internacional, PEFC cuenta con 313 millones de hectáreas certificadas en todo el mundo y el apoyo de 750.000 propietarios y gestores forestales que cuidan sus bosques de forma sostenible. Además, 19.800 empresas están certificadas en cadena de custodia PEFC produciendo de forma responsable.

De acuerdo con estos datos, PEFC es el sistema de certificación forestal más implantado en España y en el mundo. Debido a las diversas modalidades de certificación, es un sistema que ofrece una gran capacidad de adaptación a las diferentes casuísticas territoriales, a la diversidad de las masas forestales y a la multifuncionalidad de los montes.

Fuente: 

PEFC España/CESEFOR

01
Mar
2018

España, como primer país forestal del sur de Europa, debería participar desde el principio, como ya están haciendo otros países, en esta revolución en la construcción, que utiliza madera con una resistencia superior a la del acero .

  • La construcción constituye uno de los sectores con mayor huella de carbono tanto en su ejecución, como mantenimiento y posterior demolición y reciclado  
  • La madera es una oportunidad única para reducir este impacto: secuestra CO2 en lugar de emitirlo  
  • España, como primer país forestal del sur de Europa, debería participar desde el principio, como ya están haciendo otros países, en esta revolución en la construcción, que utiliza madera con una resistencia superior a la del acero  
  • Crearía empleo en el entorno y ayudaría fijar la población rural, muy importante para el mantenimiento del medio natural 
  • Está en sintonía con la estrategia vigente de Bioeconomía y la futura estrategia de Economía Circular

Con una población estimada de 9.700 millones de personas en 2050, será necesario reducir al máximo su impacto ambiental para permitir que nuestro planeta siga siendo habitable. Y a la vez habrá que construir edificios cada vez más altos para alojar al creciente número de habitantes que se desplaza hacia las urbes procedentes del mundo rural, cada vez con menos oportunidades.  

Descarbonizar la economía es un paso fundamental hacia el que ya se trabaja, tratando de sustituir los combustibles fósiles por fuentes de energía limpias y renovables. Sin embargo, se pasa por alto que los materiales no renovables utilizados en la construcción, como el hormigón, el hierro, los plásticos, el aluminio o el vidrio, suponen un elevado consumo energético y un alto impacto medioambiental por las emisiones de gases de efecto invernadero producidas durante su fabricación y posterior uso (40 % del total).  3

Por eso es necesario y urgente buscar alternativas menos contaminantes a las actuales para su uso en la construcción. Y la solución puede estar en las mejoras que están experimentando materiales de construcción naturales, como la madera, el corcho (como aislante) o el bambú, que se perfilan como los materiales de construcción  del siglo XXI, en sustitución del acero y el hormigón del siglo XX. 

Desde el Colegio Oficial de Ingenieros de Montes queremos resaltar el importante papel en la construcción de la madera y otros productos procedente de bosques certificados, manejados con una selvicultura racional y sostenible, como material respetuoso con el medio ambiente y reciclable, que además contribuyen a mitigar las emisiones de CO2, que quedaría almacenado en los edificios.  

“La construcción constituye uno de los sectores con mayor huella de carbono en su ejecución, mantenimiento, posterior demolición y reciclado. Los productos de origen forestal, y muy especialmente la madera, constituye una oportunidad única para reducir este impacto, dado su mínimo consumo energético en su proceso productivo a partir de la luz de sol, su origen renovable, amplia disponibilidad de suministro sostenible en nuestro Continente, óptimas características de aislamiento térmico y acústico, valor estético y reciclabilidad para ulteriores usos una vez finalizada la vida útil de un edificio”, destaca Eduardo Rojas Briales, decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes.  

Como ejemplo, en la construcción de un edificio tradicional de 20 pisos, el cemento y el hormigón suponen la emisión de 1.215 toneladas de CO2 a la atmósfera. La misma construcción en madera almacena 3.150 toneladas de este gas, el equivalente a retirar de la circulación unos 900 vehículos.  

En un vídeo difundido recientemente por “The Economist”, Andrew Waugh, uno de los arquitectos más relevantes en edificios sostenibles, señala que es necesario pensar en el acero y el hormigón de la misma forma que en el petróleo y el diésel, como materiales contaminantes a sustituir por otros respetuosos con el medio ambiente.

Los avances tecnológicos están aportando soluciones a los dos principales problemas de la madera para ser empleada en construcción, la inflamabilidad y la resistencia. Como muestra, la revista “Nature” acaba de publicar un método que consigue dotar a la madera de una resistencia superior a la del acero. Es solo una de las muchas investigaciones en curso sobre la mejora de las propiedades de la madera para su uso en la construcción. 

Madera resistente

En la actualidad ya hay en el mercado soluciones para solventar estos problemas, como la madera contralaminada, elaborada con tablas de madera encoladas, cuya orientación (0º ó 90º) se alterna periódicamente, variando la dirección de las fibras, lo que incrementa su resistencia a la compresión y también al fuego. Gracias a su adaptabilidad a cualquier diseño, las posibilidades de uso de la madera contralaminada son prácticamente ilimitadas y permite construir edificios de alturas superiores que las viviendas unifamiliares de madera que estamos habituados a ver.  El uso de madera a base de paneles prefabricados, además reduce el tiempo de construcción y abarata los costes.

A pesar de que la madera tiene excelentes propiedades muy valoradas en otros países, todavía se emplea poco en España en construcción. Como ejemplo, Vancouver (Canadá) cuenta con el que es, de momento, el rascacielos de madera más alto del mundo, con 18 plantas y 53 metros de altura, levantado en 66 días, un tiempo récord. Como ocurrió a principios del siglo XX con los rascacielos de hormigón y acero, se ha iniciado una competición por romper ese récord. En Ámsterdam se construye un edificio de 21 plantas y 75 metros. Estocolmo quiere llegar a las 40 plantas y 133 metros. Y Londres proyecta un rascacielos de 80 pisos y 300 metros de altura.

“Los avances en el desarrollo de nuevos productos como la madera contralaminada permiten superar limitaciones como la dimensión y resistencia al fuego. Este año la celebración del Día Internacional de los Bosques está dedicada precisamente a los ‘Bosques y ciudades sostenibles’, siendo las principales aportaciones de las masas boscosas su papel como infraestructura verde en las ciudades y como suministro de biomateriales para la construcción sostenible”, señala Eduardo Rojas .

“Como primer país forestal del sur de Europa, es clave que España participe desde el principio en esta revolución de la construcción, que deja atrás el acero y el hormigón, característicos del siglo XX, para sustituirlos por la madera, como material mejorado que genera un valor añadido y oportunidades de reindustrialización, a la vez que su demanda contribuye a revitalizar el medio rural y luchar contra el reto de la despoblación”, destaca Eduardo Rojas. 

Está utilización de la madera está en sintonía con la vigente Estrategia de ioeconomía y la futura Estrategia de Economía Circular, actualmente en fase de borrador, que busca optimizar el aprovechamiento de los recursos, que son limitados, y volverlos a integrar en la cadena productiva una vez utilizados. En concreto, la Estrategia de Economía Circular contempla la actualización del Real Decreto sobre los residuos de construcción y demolición, que se verían reducidos con el uso de madera, capaz de integrarse de nuevo a través del reciclaje en el ciclo productivo con otros usos, como tableros para muebles, tabiques, papel o biomasa.

Fuente.- Colegio de Ingenieros de Montes

01
Mar
2018

La Junta de Castilla y León, al igual que otras Comunidades Autónomas, tras la crisis redujo drásticamente las inversiones destinadas a los montes. Casi suprimió los presupuestos, con la excepción de los dedicados a la extinción de los incendios forestales y los destinados a espacios naturales, aunque estos dos últimos conceptos también sufrieron reducciones muy importantes.

En este contexto, solicitó y obtuvo un préstamo del Banco Europeo de Inversiones por doce millones y medio de euros con destino a mejorar las infraestructuras turísticas en los espacios naturales.

Monte de la Dehesa de la GargantapubYa podemos saber en qué se va a emplear parte de ese dinero. A finales de 2017 se anunció a bombo y platillo la inversión de dos millones setecientos mil euros en la construcción de dos miradores en las Hoces del río Duratón, las Hoces del río Riaza y la tercera de las actuaciones, que es la inversión más gruesa, consistirá en la reforma de la Casa Forestal de Las Campanillas en un hotelito rural con encanto y lujo.

Esta casa está enclavada en el interior del Monte de Utilidad Pública, Dehesa de la Garganta, uno de los pinares de pino silvestre más importantes de España, y dentro del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadarrama.

Crear un hotelito para que los adinerados, que lo deseen, disfruten del contacto con la naturaleza dentro del Parque Natural, no sé si es compatible con la normativa del Plan de Ordenación de Recursos Naturales del parque, aunque sospecho que difícilmente estuvo en el espíritu de los legisladores.

Es destacable que la Dehesa de la Garganta tiene un estado de conservación óptimo porque, desde hace cuarenta años, este monte está cerrado al tránsito, incluso peatonal, durante el verano, lo que le ha convertido, en uno de los bosques mejor conservados de la Sierra de Guadarrama.

El Ayuntamiento de El Espinar es el propietario del monte y los vecinos, por la conservación de su monte, aceptaron durante más de cuarenta años las restricciones al acceso, ¿aceptarían que siga limitado el tránsito por el monte cuando se haya abierto el hotel? ¿Será posible evitar la degradación del monte si éste se abre al público durante el verano?

Volviendo al principio. Mientras no se invierte dinero suficiente para sostener los efectivos que había antes de la crisis para la lucha contra los incendios forestales, sí lo hay para crear dos miradores y un hotelito rural.

Resulta difícil evaluar el criterio de la Junta de Castilla y León en elegir las prioridades a la hora de invertir el dinero público, y en la punta de mi pluma se agolpan muchos adjetivos calificativos, pero serían juicios de valor a los que se podría objetar que son subjetivos, ya que estoy escribiendo bastante enfadado, por lo que dejo al lector en libertad para que aplique los adjetivos que considere oportunos como conclusión de lo expuesto.

Es voluntad de Distrito Forestal dar publicidad a cuantos casos similares vayamos conociendo.

© 2018 Distrito Forestal.