Actualidad y noticias

09
Abr
2018

En Silicon Valley (California) se encuentran las mayores corporaciones de tecnología del mundo, hasta tal punto que Silicon Valley se ha convertido en el metónimo para el sector de la alta tecnología (a la manera de Hollywood para el cine). Marcan tendencias a escala global: moda, estilo de vida, pensamiento… Incluso alimentación. La última idea feliz que ha triunfado en Silicon Valley es la de beber «agua cruda», agua sin tratar y sin analizar.

Siendo justos, ya existía en el mercado agua sin tratar que se embotella directamente extraída del manantial. Es el agua mineral natural que todos conocemos y que podemos comprar por unos 30 céntimos el litro. Sin embargo, si un agua no se trata, o se trata mínimamente, es porque no lo necesita. Periódicamente se analiza su composición química y biológica para determinar si es segura. Si no se analiza, sencillamente no se puede vender.

En cambio, el «agua cruda» (raw water), aunque también es agua sin tratar como la mineral, no se analiza. Ahí está la diferencia fundamental: no sabes qué estás bebiendo, si es agua segura o no. La comercializan embotellada, a una media de 6 € el litro (20 veces más que el agua mineral natural), empresas como Live Water, en Oregón, y Tourmaline Spring, en Maine. Zero Mass Water, en Arizona, es una empresa que instala en los hogares sistemas para captar agua de la atmósfera y evitar así beber agua del grifo. Liquid Eden, en San Diego, ofrece, entre otras opciones, agua libre de flúor y libre de cloro, según publicaba recientemente The New York Times.

Los supuestos beneficios del agua cruda son disparates
Los absurdos motivos que han llevado a que estas empresas generen ingresos comercializando agua cruda son de naturaleza muy diversa. Apuntan a la desconfianza en la calidad del agua que sale del grifo, principalmente por los compuestos de cloro y flúor que se agregan durante el tratamiento, sustancias a las que les atribuyen efectos tóxicos sin parangón e incluso la conspiranoica idea de que esas sustancias sirven para volvernos dóciles y controlarnos. Otros alegan que el agua corriente contiene restos de medicamentos y fitosanitarios capaces de producirnos enfermedades. Algunos creen que durante el filtrado se eliminan minerales beneficiosos y probióticos saludables. Otros hablan de disparates mayores, como que el agua cruda ayuda a los chacras y está impregnada de energías de piedras preciosas.

Potabilización del agua: uno de los mayores progresos en salud pública de la historia
En 1997 la revista Life publicó que «la filtración de agua potable y el empleo de cloro es probablemente el avance en salud pública más significativo del milenio».

A lo largo de la historia hemos ido desarrollando métodos cada vez más eficaces para garantizar la seguridad del agua que consumimos. Hay registrados métodos para mejorar el sabor y el olor del agua 4.000 años antes de Cristo. Se han encontrado escritos griegos en los que se hablaba de métodos de tratamiento de aguas por filtración a través de carbón, exposición a los rayos solares y ebullición.

En el antiguo Egipto el agua se decantaba. Se dejaba reposar en vasijas de barro hasta que precipitasen las impurezas, quedándose con la parte superior del agua. También añadían alumbre para favorecer la precipitación de las partículas suspendidas en el agua.

A principios del siglo XIX algunas ciudades ya contaban con sistemas de abastecimiento de aguas y filtrado. Sin embargo, estos métodos eran insuficientes. Algunos agentes patógenos sobrevivían tras estos tratamientos.

En 1854, el médico británico John Snow, descubrió que el cólera era causado por el consumo de aguas contaminadas con materias fecales, al comprobar que los casos de esta enfermedad se agrupaban en las zonas donde el agua consumida estaba contaminada con heces. La OMS publicó un monográfico en el que se contabilizaron seis pandemias de cólera en el siglo XIX que se cobraron la vida de millones de personas en todo el mundo.

En 1908 se emplearon compuestos de cloro por primera vez como desinfectantes primarios del agua potable de New Jersey. La cloración causa alteraciones en la pared celular de las células bacterianas. Las deja indefensas, de modo que disminuyen sus funciones vitales hasta llevarlas a la muerte, por lo que son incapaces de producir enfermedades. Estos compuestos clorados, que bien pueden utilizarse como gas cloro, hipoclorito o dióxido de cloro, son oxidantes. Esto hace que además sean germicidas, eliminando mohos, algas y otros microorganismos además de bacterias.

Antes de la llegada de la cloración para el tratamiento de agua potable la gente se contagiaba fácilmente de enfermedades mortales como el cólera, la fiebre tifoidea, la disentería o la poliomielitis. Actualmente conocemos otros muchos oxidantes con cualidades similares, como los halógenos, el permanganato o el ozono.

 agua cruda 2

Hoy en día, en las estaciones de tratamiento de agua potable (ETAP) se realizan los procesos necesarios para que el agua natural procedente de embalses y otras captaciones se transforme en agua potable. En ellas se llevan a cabo procesos físicos, químicos y biológicos complejos capaces de lograr un agua segura, con buen olor y sabor. Además de tratar el agua, ésta se analiza periódicamente, es decir, se mide su calidad y su composición química y biológica.

Sin lugar a duda, el tratamiento del agua ha sido uno de los mayores avances en salud pública de la historia. Ha salvado una cantidad ingente de vidas. Rechazar el tratamiento del agua es rechazar el progreso.Es rechazar la salud. Incluso es rechazar un derecho humano fundamental.

El agua potable es un derecho humano fundamental
El 28 de julio de 2010 la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró que el acceso al agua potable segura y limpia y al saneamiento era un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los demás derechos humanos. Además, expresó su profunda preocupación por el hecho de que casi 900 millones de personas en todo el mundo carecen de acceso al agua potable. Esta carencia provoca la muerte de 3,5 millones de personas cada año. El doble de fallecimientos que se producen por accidentes viales y casi el triple de los ocasionados por el VIH.

Un problema inventado del primer mundo.
La escasez de agua potable y de saneamiento es la causa principal de enfermedades en el mundo. El 42% de los hogares carece de retretes y una de cada seis personas no tiene acceso a agua potable.

La mortandad en la población infantil es especialmente elevada. Unos 4.500 niños y niñas mueren a diario por carecer de agua potable y de instalaciones básicas de saneamiento. En los países en vías de desarrollo, más del 90% de las muertes por diarrea a causa de agua no potable y la falta de higiene se producen en niños y niñas menores de cinco años. Preguntadles a sus familias qué opinan del agua cruda, si están preocupados por los probióticos, por el control mental por cloración o por los chacras del agua.

La moda de beber agua cruda sólo la pueden seguir aquellos que cuentan con una nevera llena, buena cobertura sanitaria y, sobre todo, agua corriente potable. Ellos son los que lideran el movimiento antiprogreso, los que no tienen nada que temer y con insultante esnobismo, se lo inventan.

Sobre la autora: Déborah García Bello es química y divulgadora científica

 

Publicado en el Cuaderno de cultura científica

 

05
Abr
2018

resinas cesefor

El programa INTERREG-SUDOE ha aprobado recientemente una propuesta de trabajo de Cesefor para desarrollar, durante los próximos tres años, una iniciativa para dinamizar el sector de la resina con un proyecto que cuenta con un presupuesto de casi un millón y medio de euros.

SustForest Plus, que es el nombre de esta iniciativa y que pretende dar continuidad a algunos de los trabajos desarrollados con el proyecto SustForest (llevado a cabo entre 2011 y 2013),  se presenta con el triple objetivo de movilizar y potenciar el uso de la resina de los bosques del sur de Europa por la industria local; reforzar la calidad laboral de los trabajadores resineros locales mediante prácticas innovadoras y, finalmente, revalorizar comercial y tecnológicamente las resinas naturales del sur de Europa y sus productos derivados, en el marco de la nueva bioeconomía.

La propuesta que lidera Cesefor cuenta con el respaldo y la colaboración de instituciones de referencia en el ámbito de la investigación y la gestión forestal de España, Francia y Portugal, así como un nutrido grupo de entidades beneficiarias. Entre todas ellas, algunas como el Instituto Nacional de Investigación Agraria y Alimentaria (INIA) y su homólogo portugués, INIAV, la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes de la Universidad Politécnica de Madrid, o la delegación Atlántica del European Forest Institute (EFIATLANTIC) con sede en Burdeos. Otros socios beneficiarios son el Centro Nacional de la Propiedad Forestal francés, gestor de miles de hectáreas de montes privados en el país galo, y dos entidades locales portuguesas gestores de montes resineros, el municipio de Proença-a-Nova y el de Penela.

El primer proyecto SustForest tenía como objetivo principal la pervivencia de la actividad resinera como un aprovechamiento forestal rentable, que potencia el empleo rural y que fomenta la conservación medioambiental y la prevención de incendios forestales. Fruto de aquellos tres años de actividad fueron, entre otros, un manual de buenas prácticas del aprovechamiento resinero, un sistema de información geográfica para el análisis territorial orientado a la planificación del recurso y su compatibilización medioambiental, así como el desarrollo de diversos prototipos de herramientas para mecanizar la extracción de la resina y una importante actividad formadora y divulgadora, contribuyendo con esta última a una importante sensibilización sobre la actividad resinera.

Además de los logros conseguidos en el seno de SustForest en los aspectos técnicos y tecnológicos, los estudios socioeconómicos, jurídicos y administrativos, y la valoración de externalidades positivas generadas por la actividad resinera, sirvieron para presentar ante los órganos de decisión públicos europeos, nacionales y regionales los retos y oportunidades que ofrece el sector. El logro más relevante fue la presentación de un proyecto de mesa sectorial de la resina natural europea ante la Comisión Europea en Bruselas en julio de 2013. Dicha presentación se llevó a cabo por una delegación de representantes del sector resinero, que recalcó la importancia del desarrollo de planes y políticas de la Unión Europea que favorezcan el desarrollo de la actividad resinera en Europa.

La actividad de extracción de resina natural de nuestros bosques constituye una oportunidad excelente para que muchas comarcas rurales -que sufren el fenómeno de la despoblación- se incorporen a la dinámica de la nueva bioeconomía, generadora de empleo local y productora de materias primas de alto valor tecnológico.

Fuente: CESEFOR

 

02
Abr
2018

pefsc

El 21 de marzo se ha celebrado celebra el Día Internacional de los Bosques proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2012 y dedicado este año a los bosques y las ciudades sostenibles. PEFC se ha sumado a esta celebración con su anuncio de un crecimiento de la superficie forestal certificada y un mayor número de entidades comprometidas con la sostenibilidad de los bosques.

Según los últimos datos recogidos por PEFC España, la superficie forestal certificada en España bajo el sistema PEFC se ha incrementado un 9% (186.013 hectáreas nuevas) en los últimos meses, alcanzando un total de 2.153.431 hectáreas. El mayor crecimiento lo ha protagonizado Andalucía con más de 57.000 hectáreas, seguida de Cataluña (32.889), Navarra (26.090), Castilla y León (25.011) y Extremadura (20.560). 
La comunidad que cuenta con más superficie forestal certificada es Castilla y León con 743.089 hectáreas, lo que supone el 34% de la superficie nacional certificada, en segunda posición está Navarra con 287.156, seguida de Andalucía con 264.378 y Cataluña con 263.482.

El número de selvicultores, gestores y propietarios forestales comprometidos con la buena gestión y prácticas sostenibles de sus territorios alcanza la cifra de 22.016, lo que supone un crecimiento del 14% con respecto al inicio de 2017, es decir, 2.754 gestores más se han adherido a la certificación PEFC. El mayor crecimiento se ha producido en Andalucía y Extremadura con propietarios de grandes superficies forestales.

La realidad territorial (minifundio y pequeña propiedad) hace que el mayor número de propietarios y gestores certificados se concentre en Galicia con 15.223, seguida de Euskadi con 2.141, Asturias con 1.969 y Cataluña con 1.591.

Por otro lado, las empresas certificadas en Cadena de Custodia PEFC han experimentado un crecimiento del 5%. 64 nuevas empresas y organizaciones han obtenido en el último año la certificación PEFC, ofreciendo garantías de sostenibilidad en los productos que producen y comercializan alcanzando un total de 1.335 empresas certificadas. Estas empresas representan un volumen de negocio de 11.442 millones de euros. 

Las comunidades con más empresas certificadas son, en primer lugar, Galicia que aglutina el 30% del total, con 400 empresas, seguida de Cataluña con 183, Euskadi con 129 y Madrid con 109. El sector que ha protagonizado un mayor crecimiento es el de los Aserraderos y Rematantes con 487 empresas certificadas, representando el 36% del total, seguido del sector de la Madera y Construcción con 429 y el Gráfico y Papelero con 164 y 142 empresas respectivamente.

A escala internacional, PEFC cuenta con 313 millones de hectáreas certificadas en todo el mundo y el apoyo de 750.000 propietarios y gestores forestales que cuidan sus bosques de forma sostenible. Además, 19.800 empresas están certificadas en cadena de custodia PEFC produciendo de forma responsable.

De acuerdo con estos datos, PEFC es el sistema de certificación forestal más implantado en España y en el mundo. Debido a las diversas modalidades de certificación, es un sistema que ofrece una gran capacidad de adaptación a las diferentes casuísticas territoriales, a la diversidad de las masas forestales y a la multifuncionalidad de los montes.

Fuente: 

PEFC España/CESEFOR

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