Actualidad y noticias

30
Ene
2019


La sostenibilidad de las superficies forestales, con su vital aportación al planeta, pasa también por una elección adecuada de materiales para la construcción.

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En España hay 18 millones de hectáreas de bosque, según el INE. DGA / EUROPA PRESS


El carácter esencial de los árboles en la conservación de la Tierra resulta sobradamente conocido, comenzando por la función purificadora de la fotosíntesis. De los tres sumideros del planeta, las superficies forestales son el único que puede ayudar a mitigar el cambio climático. “Los otros dos, el océano y la atmósfera, adonde va el CO2 que producimos, no pueden regularse”, explica Eduardo Rojas Briales, decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes, que subraya la necesidad de hacer un uso sostenible de los bosques, especialmente con vistas al cambio climático.


La relevancia de los árboles no se reduce a renovar el oxígeno que respiramos. Parte de ese uso al que alude entronca con el concepto de bioeconomía: emplear los recursos, en este caso los de los bosques, pero garantizando su sostenibilidad: “La bioeconomía es un concepto más inclusivo que la economía circular, promovido por los sectores ‘fósiles’ que incluye la bioenergía”, añade Rojas, también profesor de la Universidad Politécnica de Valencia, que impartió hace unos días en el Ateneo de Madrid una conferencia sobre la aportación estratégica del mundo forestal al bienestar colectivo. Se trata de acabar con el uso de materiales cuya obtención requiere altas emisiones de CO2, como sucede en sectores como la construcción y la industria textil. Un paradigma puede ser el bambú, un material resistente y muy válido para la construcción. “Todo lo que hoy obtenemos del petróleo lo podemos hacer de bambú, de madera, paja o residuos agrícolas”, comenta Rojas Briales.


Un material eficiente y reciclable


“Más de la mitad de la huella de carbono total de un edificio se debe a los materiales utilizados en su construcción”, calcula Julen Pérez Santisteban, arquitecto del estudio londinense Waugh Thistleton Architects, uno de los más importantes del mundo en construcciones con madera. “La madera es el único material de construcción renovable que hay. Además, permite construir de manera rápida y eficiente edificios de altura considerable”, explica sobre los principios de su compañía.


Para este arquitecto vitoriano, la madera se ha abierto camino en la construcción en España, pero aún le falta mucho recorrido: “España no está todavía al nivel de países como Francia o Reino Unido, pero cada vez se están haciendo más edificios importantes de madera. Tras los años oscuros del ‘ladrillazo’ y del despilfarro, en los que la construcción quedó desprestigiada, la madera es la gran oportunidad de nuestra generación para desarrollar una arquitectura sensata, de escala humana e inherentemente sostenible, que rectifique la opinión que se tiene de nuestro sector”, sentencia. La reciclabilidad de estos materiales es otro de sus puntos a favor, ya que pueden transformarse alargar su vida útil muchos más que los materiales procedentes del petróleo.

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La superficie boscosa ha aumentado en España los últimos años. EL INDEPENDIENTE

 

La bioeconomía se está implantando en varias fases, según explica Rojas: la primera, la de la bioenergía, desde hace diez años; la segunda, la bioconstrucción, sustituyendo el acero y el hormigón, que dejan una gran huella, por materiales ‘bio’; y una tercera que es la bioingeniería, sustituyendo textiles, plásticos y químicos por productos de origen biológico. Esto, añade Rojas, puede hacer surgir la duda de si habrá suficientes materiales para ese paso a la bioeconomía: “Está el principio de uso en cascada. El día que unas vigas de madera utilizadas en la construcción se sustituyan podrán convertirse en ventanas o un mueble, en otro fase pueden convertirse en papel y al final pueden ser útiles como material para calefacción. Estos materiales tienen varias vidas”.
Se calcula que en el mundo hay 4.000 millones de hectáreas de bosques, de las que unas 1.500 se encuentran en Europa. En España, según el Instituto Nacional de Estadística, hay 18 millones que generan 300.000 puestos de trabajo (1,7% del PIB) y repercuten de manera indirecta en otros sectores como el turismo o la industria.

Publicado en El Independiente el 23 de Enero de 2019

29
Ene
2019


Entrevistamos al decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes, Eduardo Rojas, quien destaca las aportaciones del mundo forestal al bienestar colectivo a nivel ambiental, social y económico


G.B. - 16/01/2019 

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Eduardo Rojas, decano del Colegio de Ingenieros de Montes, en una reciente conferencia.
El decano del Colegio de Ingenieros de Montes, Eduardo Rojas, también presidente de la plataforma Juntos por los Bosques, posiciona al mundo forestal en un papel estratégico para el conjunto de la sociedad. “Prestamos servicios que contribuyen al bienestar colectivo en todos los ámbitos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, asegura. En esta entrevista, abordamos lo que Rojas considera una “falsa polarización” entre el mundo forestal y el ambiental.
– Usted defiende que los bosques tienen una aportación fundamental en el bienestar colectivo. Explíquenos esa idea.
– Si uno coge los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) definidos por la ONU como deseables, puede comprobar que el mundo forestal contribuye practicamente a todos ellos, con mayor o menor peso. Es conocido el papel de los bosques en la lucha contra el cambio climático, por su función en la captura de dióxido de carbono (CO2) atmosférico, o su papel en la conservación de la biodiversidad y en la regulación del ciclo del agua; pero sus funciones van mucho más alla.

Los bosques han tenido y tienen un papel destacado para mitigar la pobreza en multitud de países en desarrollo o en países que han sufrido severas crisis, en los que el bosque ha representado un cinturón de seguridad por su aportación en leñas, madera, comida para el ganado o setas.
El bosque también es salud. Está demostrado que pasar tiempo en el bosque tiene un impacto positivo en la salud física y psíquica, por no hablar de los productos que se extraen del bosque para la industria farmacéutica.
– Otra de las cuestiones que destaca es el papel de los bosques como energía renovable.
– Hasta hace pocas décadas, los bosques eran la gasolinera del planeta. Y siguen siendo la primera fuente de energía renovable. Piensen que en un continente como África, la leña representa una cuarta parte de toda la energía.

La madera es además el material renovable más importante a nivel mundial. La previsión es que incremente su peso en la construcción, principalmente con madera de pino y otras coníferas, y ya es posible incluso construir rascacielos con nuevos productos de madera. Es además un sector que genera diez millones de empleos en todo el mundo y que en nuestro país, tiene un papel importante en la cohesión territorial y social, con multitud de pequeñas y medianas empresas que es conveniente apoyar.
Pensemos por qué en España se utilizaban mayoritariamente ventanas de aluminio. Porque teníamos una industria de aluminio, que era Alcoa, que estaba subvencionada. En su lugar, podrían haber existido subvenciones al sector forestal para desarrollar pequeñas y medianas empresas, y que en España tuviésemos ventanas de madera, como hay practicamente en el resto de Europa. El forestal es un sector con capacidad de dinamizar la economía.
– Existe en ocasiones una percepción social del mundo forestal como un sector productivista confrontado con la conservación del medioambiente. ¿Cómo ve esa confrontación?
– Una cuestión a tener en cuenta es que en toda la fachada atlántica europea carecemos de cultura forestal, a diferencia de lo que sucede en Centroeuropa. Tuvimos una deforestación muy intensa hasta finales del siglo XIX por factores diversos, como la agricultura, la ganadería o la extracción de materia prima para su uso marítimo o ferroviario.
Llegamos al siglo XX casi sin bosques, con una propiedad muy fragmentada, y es cierto que en la actualidad puede existir una idea social, más bien un mito, sobre la reconstrucción de bosques primigenios. Lo cierto es que hace siglos que no tenemos bosques originarios. Nuestros bosques son casi en su práctica totalidad fruto de la plantación o de la omisión.
– En relación con esa idea del bosque primigenio, en Galicia se percibe que una parte importante de la población es contraria a las plantaciones de eucalipto, siendo más favorable a las frondosas caducifolias, que se perciben como autóctonas y más ricas en biodiversidad. ¿Cómo ve esta polémica?
– En cuanto a la autoctonía, hablar de sistemas originarios es imposible. En nuestra historia, tuvimos glaciaciones que alteraron en repetidas ocasiones los ecosistemas y siempre hubo una gran influencia humana del territorio, con el uso del fuego para crear pastos y tierras agrícolas. Si analizamos los registros históricos, los pinos tienen tanto o más derecho que las frondosas caducifolias a considerarse autóctonos en Galicia, pues hay constancia de su existencia allí desde hace miles de años. Que no se consideren autóctonos es consecuencia de programas educativos equivocados.
Estoy de acuerdo en que en el monte se debe promover un equilibrio de especies y no apostar toda la inversión a una carta, como puede suceder en algunas zonas de Galicia con el eucalipto, pero también hay que contar con el propietario forestal. A nadie se le ocurre ir a Jaén a decirles a los olivareros que no pueden tener toda la provincia con olivos, o ir a Motril (Granada) a pedirles que dejen de plantar aguacates y que pongan almendros.
Si el propietario puede obtener una rentabilidad de una plantación en 15 años, ¿por qué va a tener una robleda 100 años?. Desde un punto de vista económico racional, no hay argumentos. Si se quieren determinados servicios, la solución podría ser la de pagarle a los propietarios por un servicio ambiental, para lo que habría que crear un Fondo Forestal, pero no hay forma de que la Administración asuma esa visión.
– En cualquier caso, si bien en Galicia existe una idea de que el eucalipto va en perjuicio de las frondosas, lo cierto es que en el conjunto del territorio de Galicia, las estadísticas demuestran que las frondosas han doblado su superficie desde los años 90. ¿Existe una percepción social equivocada sobre la realidad del monte?
– Totalmente, si uno analiza lo que sucede en Galicia, en las zonas del interior, con altitudes superiores a 400 o 500 metros, en donde el eucalipto no prospera, las frondosas han ganado territorio en las últimas décadas por el abandono de actividades agrarias.
Insisto en que soy favorable a la diversificación y a que haya un equilibrio de especies en el monte, pero no podemos machacar a una especie, el eucalipto, por motivos pasionales. No seamos tan frívolos de despreciar todo el empleo y las rentas ligadas a la cadena del eucalipto.
Nuestros bosques son resultado de una plantación o de una omisión. Si la alternativa al eucalipto son los tojos, tendremos más combustible en el monte y más abandono. Las preocupaciones deben encaminarse a promover una buena gestión forestal y a buscar fórmulas para paliar el problema del minifundio.
– ¿Qué perspectivas hay con el cambio climático en cuestiones como los incendios forestales o la sanidad forestal?
– El cambio climático generará más ventanas de riesgo, principalmente por vientos fuertes, que serán un problema a nivel de incendios y de derribos de árboles. Será precisa una mejora de las plantas forestales para garantizar un buen enraizamiento.
En cuanto a los incendios, Galicia presenta de siempre un escenario complicado porque tiene una combinación de un clima húmedo gran parte del año con un clima seco en verano. La consecuencia es que se desarrolla mucho la vegetación y que los incendios son más peligrosos. Y si el monte está abandonado, es un problema tanto a nivel de incendios como de plagas forestales. Es imprescindible no abandonar la gestión y promover una buena gestión forestal.
Campo Galego 16/2019

21
Ene
2019


El Gobierno de España presentó ayer los Presupuestos Generales del Estado para 2019 en el Congreso de los Diputados. Se trata de unos presupuestos marcados por la incertidumbre política por cuanto no es seguro, dado la actual distribución de fuerzas políticas en el Parlamento, que puedan ser aprobados. Pero, aún en el caso de que no se aprobasen, desde el 1 de enero de 2019 se prorrogaron automáticamente los presupuestos de 2018 con lo que algunas de las partidas que detallamos a continuación variarían ligeramente. Interpretaciones al margen, os comunicamos las principales partidas relacionadas con el medio forestal a las que se dedicará la inversión pública en el Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación.
Los PGE reconocen la importancia de los terrenos forestales al suponer el 54 % del territorio nacional por lo que los considera “parte del desarrollo rural”. Dicen los PGE que los terrenos forestales realizan “múltiples funciones que benefician a la población urbana, progresivamente más numerosa en nuestro país y más necesitada de sus servicios ambientales. También aportan importantes beneficios a la población del medio rural como agente generador de empleo, especialmente dedicada a su conservación y gestión, y también de rentas como fuente de diversos aprovechamientos”.

 

Consideran los PGE a los “montes” fundamentales en “el desarrollo social y económico del país, así como en el mantenimiento de servicios esenciales como el ciclo del agua, la protección de asentamientos urbanos e infraestructuras y en el ciclo de carbono”, por lo que “exige la atención de los poderes públicos para garantizar su protección, conservación, mejora y restauración”.

Por todas estas razones los PGE consideran necesario invertir para mejorar “la sostenibilidad de los diferentes montes, su integración ambiental y la potenciación de sus vínculos con el desarrollo rural”. Los PGE se concretan en esta ocasión en el programa 417A “Desarrollo de la Política Forestal” que será desarrollado por la Dirección General de Desarrollo Rural, Innovación y Política Forestal a través de la Subdirección General de Política Forestal.

Hay que recordar que las competencias en gestión del territorio son de las Comunidades Autónomas por lo que los PGE recuerdan que la labor de la Administración General del Estado es la de coordinar y liderar políticas, así como “dar un apoyo económico par a poner en práctica estas políticas”.
Principales objetivos de la política forestal
Buena parte de las actuaciones concretas que desarrollará el Ministerio se incluyen en la medida 8.4 del Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014-2020 cofinanciado por FEADER
Acciones prioritarias de restauración hidrológico forestal y lucha contra la desertificación: 17.000.000 €
Actuaciones dirigidas a mitigar los procesos de desertificación mediante actuaciones hidrológicoforestales.
Primeros trabajos de restauración de grandes incendios forestales
Defensa, prevención y extinción de incendios forestales: 83.500.000 €
Acciones de prevención de incendios forestales y apoyo a las labores de extinción, fundamentalmente con medios aéreos, tanto la flota de aviones anfibios de alta capacidad pilotados y mantenidos por el Ejército del Aire como los medios aéreos contratados y las 10 brigadas de refuerzo contra incendios forestales, junto con las brigadas de labores preventivas (BLPs) y los equipos de prevención de incendios forestales (EPRIF). En 2018 participaron “73 medios aéreos, 1.000 efectivos de las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales y, conjuntamente con el Ministerio de Defensa, la Unidad Militar de Emergencias (UME)”.
Conservación y mejora de recursos genéticos forestales: 3.444.000 €
Mejora genética y conservación de especies y recursos genéticos forestales mediante los programas de mejora y conservación de la red nacional de centros de recursos genéticos forestales y el desarrollo de la Estrategia Nacional de Conservación y Uso Sostenible de los Recursos Genéticos Forestales.
nformación, sumideros forestales de carbono y gestión forestal sostenible: 13.855.000 €.
Continuación con el Inventario Forestal Nacional.
Seguimiento de plagas y enfermedades a través de la red de daños en bosques.
Difusión, comunicación y puesta en valor de las producciones forestales.
Control de la legalidad de la madera comercializada: 1.100.000 €
cumplimiento de los compromisos internacionales de España y de los reglamentos europeos en relación con la legislación, gobernanza y comercio de productos forestales (reglamentos FLEGT y EUTR)
Declaración de intenciones del Gobierno
Pero si el dinero que se dedica a los terrenos forestales viene principalmente de la Unión Europea vía Plan de Desarrollo Rural, leyendo los PGE pueden intuirse cuáles serán las prioridades en esa negociación de la futura Política Agraria Comunitaria, la que irá del periodo 2021-2027, en la que se prevé un descenso importante de los fondos. “De cara a la negociación de la PAC será necesario cerciorarse de que los pagos directos jueguen un papel central en la PAC del próximo marco en apoyo de las pequeñas y medianas explotaciones, lograr que los pagos desvinculados de la producción sean un elemento de estabilidad para los agricultores y que la ayuda básica a la renta se defina de modo que los apoyos se fijen con criterios objetivos y no discriminatorios”.
Recientemente, Juntos por los Bosques envió una carta al ministro Luis Planas solicitando una reunión para que el sector forestal estuviese presente en el proceso de negociación del próximo marco financiero de la PAC. Estimaban imprescindible que el Pilar II de la PAC tuviese mayor peso económico en detrimento del Pilar I que, en su opinión, “no ha logrado los objetivos marcados de evitar la despoblación rural”. La táctica es relacionar la inversión pública en gestión forestal con la despoblación rural. A mayor inversión en gestión forestal menos despoblación rural. En opinión de Eduardo Rojas, coordinador de Juntos por los Bosques, “la política forestal es la más importante para la cohesión social porque la despoblación está directamente relacionada con el abandono de la política forestal”. A esta posibilidad se agarra el sector forestal que defiende los bosques, esos mismos bosques a los que toda la sociedad reconoce su enorme aportación en servicios ambientales y que, sin embargo, tan escasa inversión pública reciben a cambio si la comparamos con la que reciben los terrenos agrícolas a través de la PAC, “precisamente los que ocupan las mejores tierras, las más productivas y mejor comunicadas, las que menos problemas de despoblación rural tienen”, comenta Eduardo Rojas.
Ismael Muñoz
Publicado en Osbodigital.es

Nota de Distrito Forestal.- En 2013 los Presupuestos Generales del Estado, ya en plena crisis económica, para las inversiones en el sector forestal fueron de 157.619.55, 70 euros (dato de ASEMFO). Para 2019, con presupuestos más expansivos y con una mejor situación económica se produce un descenso respecto a 2013 del 24,57%. En fin, parece que el abandono de los montes por parte del Estado continua. ¿Cuándo serán atendidos? ¿En los presupuestos del año que tenga catorce meses?

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