La sostenibilidad de las superficies forestales, con su vital aportación al planeta, pasa también por una elección adecuada de materiales para la construcción.
En España hay 18 millones de hectáreas de bosque, según el INE. DGA / EUROPA PRESS
El carácter esencial de los árboles en la conservación de la Tierra resulta sobradamente conocido, comenzando por la función purificadora de la fotosíntesis. De los tres sumideros del planeta, las superficies forestales son el único que puede ayudar a mitigar el cambio climático. “Los otros dos, el océano y la atmósfera, adonde va el CO2 que producimos, no pueden regularse”, explica Eduardo Rojas Briales, decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes, que subraya la necesidad de hacer un uso sostenible de los bosques, especialmente con vistas al cambio climático.
La relevancia de los árboles no se reduce a renovar el oxígeno que respiramos. Parte de ese uso al que alude entronca con el concepto de bioeconomía: emplear los recursos, en este caso los de los bosques, pero garantizando su sostenibilidad: “La bioeconomía es un concepto más inclusivo que la economía circular, promovido por los sectores ‘fósiles’ que incluye la bioenergía”, añade Rojas, también profesor de la Universidad Politécnica de Valencia, que impartió hace unos días en el Ateneo de Madrid una conferencia sobre la aportación estratégica del mundo forestal al bienestar colectivo. Se trata de acabar con el uso de materiales cuya obtención requiere altas emisiones de CO2, como sucede en sectores como la construcción y la industria textil. Un paradigma puede ser el bambú, un material resistente y muy válido para la construcción. “Todo lo que hoy obtenemos del petróleo lo podemos hacer de bambú, de madera, paja o residuos agrícolas”, comenta Rojas Briales.
Un material eficiente y reciclable
“Más de la mitad de la huella de carbono total de un edificio se debe a los materiales utilizados en su construcción”, calcula Julen Pérez Santisteban, arquitecto del estudio londinense Waugh Thistleton Architects, uno de los más importantes del mundo en construcciones con madera. “La madera es el único material de construcción renovable que hay. Además, permite construir de manera rápida y eficiente edificios de altura considerable”, explica sobre los principios de su compañía.
Para este arquitecto vitoriano, la madera se ha abierto camino en la construcción en España, pero aún le falta mucho recorrido: “España no está todavía al nivel de países como Francia o Reino Unido, pero cada vez se están haciendo más edificios importantes de madera. Tras los años oscuros del ‘ladrillazo’ y del despilfarro, en los que la construcción quedó desprestigiada, la madera es la gran oportunidad de nuestra generación para desarrollar una arquitectura sensata, de escala humana e inherentemente sostenible, que rectifique la opinión que se tiene de nuestro sector”, sentencia. La reciclabilidad de estos materiales es otro de sus puntos a favor, ya que pueden transformarse alargar su vida útil muchos más que los materiales procedentes del petróleo.
La superficie boscosa ha aumentado en España los últimos años. EL INDEPENDIENTE
La bioeconomía se está implantando en varias fases, según explica Rojas: la primera, la de la bioenergía, desde hace diez años; la segunda, la bioconstrucción, sustituyendo el acero y el hormigón, que dejan una gran huella, por materiales ‘bio’; y una tercera que es la bioingeniería, sustituyendo textiles, plásticos y químicos por productos de origen biológico. Esto, añade Rojas, puede hacer surgir la duda de si habrá suficientes materiales para ese paso a la bioeconomía: “Está el principio de uso en cascada. El día que unas vigas de madera utilizadas en la construcción se sustituyan podrán convertirse en ventanas o un mueble, en otro fase pueden convertirse en papel y al final pueden ser útiles como material para calefacción. Estos materiales tienen varias vidas”.
Se calcula que en el mundo hay 4.000 millones de hectáreas de bosques, de las que unas 1.500 se encuentran en Europa. En España, según el Instituto Nacional de Estadística, hay 18 millones que generan 300.000 puestos de trabajo (1,7% del PIB) y repercuten de manera indirecta en otros sectores como el turismo o la industria.
Publicado en El Independiente el 23 de Enero de 2019
- MIGUEL G. ÁVILA
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