No podemos sino manifestar nuestro agrado por el acuerdo del Consejo de Ministros.
El acuerdo comienza con el párrafo: “El Ejecutivo declara la emergencia climática y ambiental en respuesta al consenso generalizado de la comunidad científica, que reclama acción urgente para salvaguardar el medio ambiente, la salud y la seguridad de la ciudadanía” y más abajo puede ser leído en su totalidad. El gobierno se compromete a desarrollar 30 medidas. Especialmente importante para el sector forestal es la medida 21 que dice:
21 Fortalecer las sinergias con las políticas de desarrollo rural, de protección de la biodiversidad y reconocimiento de servicios ambientales, el impulso de las oportunidades de la transición energética y las energías renovables para generar nuevo empelo verde, así como las actuaciones diseñadas en el marco de la estrategia frente a la despoblación y el reto demográfico. En este contexto, el Gobierno elaborará la Estrategia de Lucha Contra la Desertificación y la Estrategia Nacional Forestal y presentará en la Conferencia de Presidentes de 2020 la Estrategia frente al Reto Demográfico para facilitar la mejor coordinación entre administraciones.
Aunque estamos seguros de que esté en la mente del Consejo, echamos en falta que se detalle la importancia que tienen los montes y el papel crucial que juegan en cualquier política que se desee desarrollar para conseguir en 2050 un equilibrio del país en emisiones cero de CO2, la neutralidad climática, ya que son los bosques el único sumidero de carbono que poseemos y sobre el cual podemos actuar. Son ya muchas las voces que claman por conseguir las inversiones necesarias para la gestión forestal sostenible de los bosques y la prevención contra los incendios forestales.
Los cálculos estimados que se han ido haciendo desde distintas partes, por ejemplo del grupo Juntos por los Bosques, valoraban hace unos años en unos mil millones de euros/año, que actualmente podríamos estimas en un 20% más. Dado que se va a redactar una nueva Estrategia Forestal Española, consideramos que en ella deben considerarse las inversiones necesarias. De no hacerse así es muy probable que no se consiguiera la deseable neutralidad climática debido a las emisiones de CO2 que emitieran los incendios forestales, como está sucediendo en Australia, o las reducciones del CO2 fijado por los bosques debido a la desaparición de bosques enteros por plagas o enfermedades, como ya ha sucedido en Centroeuropa en los últimos años.
Los datos son de Estados Unidos. Antes de las vacunas algo más de 21000 personas tuvieron difteria; en la era de las vacunas, el número bajó a cero. Para la varicela, el porcentaje de caída del número de enfermos fue del 89%. Para la polio, el 100%, la viruela, el 100%; el tétanos, el 98%. Y así podemos seguir, enfermedad tras enfermedad. Los males que ahora padece nuestra especie, en general, son aquellos para los que no hay vacuna, y, en cambio, muchos con vacuna han sido prácticamente erradicados. Males que diezmaban generaciones hace no muchos años. La OMS, en 2018, resume que las vacunas protegen al 86% de la población mundial, y evitan la muerte de dos millones de personas cada año.
En 1980 se declaró desaparecida la viruela y, ahora, se debate si hay que destruir los pocos cultivos de virus de la viruela que se conservan en algunos laboratorios de alta seguridad. En 2016 solo se registraron 42 casos de polio en todo el mundo y todos ellos en cuatro países: Pakistán, Afganistán, Laos y Nigeria. La enfermedad infectó a unas pocas personas por razones religiosas y sociales, no por causas médicas. Fue en la década de los cincuenta del siglo pasado cuando, primero Jonas Salk y, poco después, Albert Sabin, desarrollaron vacunas contra la polio. Ahora, 60 años después, la vacuna ha eliminado la enfermedad de casi todo el planeta. Jonas Salk renunció a la patente de su vacuna y proclamó que “no se puede patentar el sol”.
Vista la historia de las vacunas, parece que la confianza en ellas debía ser total. Sin embargo, la confianza en su eficacia se ha convertido en un asunto de salud pública global de importancia creciente. La caída en la confianza en las vacunas lleva a la vuelta de enfermedades casi olvidadas y casi erradicadas o a impedir que otras desaparezcan, como ocurre con la polio o las paperas, y a múltiples debates sociales y políticos en muchos países, sean ricos o en desarrollo. El grupo de Heidi Larson, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, ha estudiado la confianza en las vacunas en 67 países, con datos de 65810 voluntarios.
El sentimiento de confianza en las vacunas es general en todos los países estudiados, aunque hay mucha variabilidad en las respuestas a la encuesta de los autores. Es de destacar que la menor confianza se observa en Europa, con siete países europeos entre los diez que encabezan la lista de los que no se fían de las vacunas. En Francia, la desconfianza alcanza al 41% de los encuestados, seguida de Bosnia con el 36%. Los países con más confianza son Bangladesh, Ecuador e Irán y los más escépticos son Azerbaiyán, Rusia e Italia. La media de los 67 países es del 13% de falta de confianza en las vacunas. En España, el 28% no considera seguras las vacunas, y el 27% no cree que sean efectivas.
Los voluntarios con más confianza en las vacunas son los mayores de 65 años y los católicos. Y los que menos confianza tienen son de los países con más educación, mejor acceso a los servicios de salud y mayor estatus socioeconómico.
Todo este asunto de la falta de confianza, incluso del temor a las vacunas, comenzó en 1998 cuando Andrew Wakefield y su equipo, entonces en la Escuela de Medicina de Londres, publicaron un artículo que relacionaba la vacuna triple vírica, contra el sarampión, las paperas y la rubeola, con el autismo. Los resultados de este estudio provocaron miedo en los padres y un intenso debate público sobre la seguridad de la vacuna. Unos años, después, en 2010, se reunieron suficientes evidencias que demostraban que la publicación de Wakefield era un fraude e instituciones públicas y privadas la rechazaron. Incluso todos los firmantes del artículo original menos dos retiraron su apoyo al estudio. En 2017, Paul Offit, del Hospital Infantil de Philadelphia, escribe que el 85% de los padres de hijos autistas no creen que la vacuna sea la causa.
La revista The Lancet,que había publicado el artículo original de Wakefield en 1998, se retractó en 2017, y retiró el estudio de sus archivos. Y en 2011, la revista British Medical Journal publicó el relato de cómo se había gestado el fraude y el engaño de Wakefield.
Fue en 2014 cuando se publicó un meta análisis sobre lo conocido hasta esa fecha de la relación entre la vacuna triple vírica y el autismo, tal como Wakefield aseguraba en 1998. Fue el grupo de Luke Taylor, de la Universidad de Sydney, en Australia, quien revisó los trabajos publicados hasta abril de 2014. El total de la muestra son 1256407 niños y, además, se examinan otros cinco estudios con 9920 niños como control. Otra revisión, publicada en 2019, por el grupo de Anders Hviid, del Instituto Estatal del Suero de Copenhague, basada en el seguimiento de 657000 niños daneses, nacidos entre 1999 y 2010 y con un seguimiento hasta 2013, encuentra, también, que no hay relación entre la triple vacuna y el autismo.
Los resultados son claros: no hay relación entre la vacuna triple vírica y el autismo o con desórdenes que se asocian al autismo.
Andrew Wakefield perdió su licencia para ejercer la medicina. Pero el mito, en esos años, llegó a los medios y a las redes sociales y se extendió y, hoy en día, sigue vigente para muchas personas que siguen sin creer en las vacunas. En encuestas publicadas en Australia por el equipo de Stephan Lewandowsky, de la Universidad de Australia Occidental en Crawley, se encuentra que, en 2002, del 20% al 25% de la población cree en la relación entre la vacuna y el autismo, y del 39% al 53% considera que las evidencias a favor y en contra de esa relación están igualadas. Incluso un número relevante de profesionales sanitarios aceptan la relación.
Es interesante conocer las razones que llevan los antivacunas a seguir una conducta que el consenso científico afirma que puede ser peligrosa para la salud e, incluso, la vida de quien la sigue. El estudio de Beth Hoffman y su grupo, de la Universidad de Pittsburgh, utiliza datos que tienen un origen curioso, casi de serendipia. Este grupo de médicos publicó, en 2015, un video en Facebook recomendando el uso de la vacuna contra el virus del papiloma humano. En poco tiempo se convirtió en viral y recibió unas 10000 opiniones de 800 comentaristas de ocho países. La mayoría de los comentarios eran de contenido antivacunas, y los autores eligieron 197 comentaristas de los más activos.
El estudio de los textos permitió al grupo de Hoffman conocer las razones que apoyaban su ideología contra las vacunas. En primer lugar, está la desconfianza respecto a la comunidad científica. Después, aparecen los seguidores de terapias alternativas. En tercer lugar, los que aceptan las exageraciones del riesgo de las vacunas. Y, finalmente, están los conspiranoicos que acusan a gobiernos, instituciones y grandes empresas.
La persistencia de este mito ha llevado a Lewandowsky a investigar cómo se perpetúa. Se extiende por el entorno social, a veces sin ser nadie consciente de ello, ni de quien lo menciona ni quien lo acepta. Pero otras veces, muy a menudo, la difusión es a propósito. Son rumores que parten de obras de ficción, gobiernos, políticos, o de intereses creados. Internet es, en la actualidad, esencial para publicar, difundir y extender estas informaciones falsas y estos mitos. Si se pide en Google que busque “autismo vacuna relación” en inglés, las entradas son más de diez millones. Y, en un estudio publicado en 2018, el grupo liderado por David Bromatowski, de la Universidad George Washington de Washington DC, afirma que los contenidos antivacuna aparecen en gran cantidad en fabricantes de contenidos y trolls de Twitter difundidos desde Rusia.
El estudio de Carolina Moreno Castro, de la Universidad de Valencia, sobre las noticias publicadas en periódicos importantes, entre 2007 y 2013, sobre los beneficios y los riesgos de la vacuna contra el papiloma humano, aclara algunos comportamientos y, además, consiguen desconcertar al lector por las diferencias de orientación de los medios. Los siete diarios analizados son ABC, El Comercio, Las Provincias, Levante, La Nueva España, El País y El Mundo. Son 297 los textos localizados y analizados. Destacan los beneficios de la vacuna 149 artículos y previenen de los riesgos 127. Sin embargo, hay periódicos que publican más sobre riesgos: El Mundo, El País y Levante. Es el ABC el que más destaca los beneficios.
Estos periódicos, de gran tirada, influyen en la opinión pública y en la conducta de los ciudadanos respecto a esta vacuna. Aunque el número de noticias a favor y en contra sea parecido implica una cierta equidistancia, equivocada y poco científica, en la línea editorial de cada diario.
En la aceptación de la información falsa sobre las vacunas influye la ideología y las creencias previas e, incluso, la presentación de evidencias que demuestran la falsedad del mito lleva a algunas personas a reforzar sus creencias falsas. Son las famosas teorías conspiratorias de empresas farmacéuticas, gobiernos, sindicatos médicos, socialistas radicales y quien sabe que otro colectivo.
Es bueno, en el debate, presentar un relato alternativo y veraz; repetirlo cuantas veces sea necesario pero, siempre, con la precaución de no reforzar las falsedades y siempre basado en evidencias científicas; destacar la importancia básica que tienen los hechos; avisar y concretar qué informaciones falsas se van a tratar; utilizar pocos argumentos para rebatir la información falsa y recordar que, siempre, menos es más; ser crítico con las fuentes de informaciones falsas; reafirmar los datos verdaderos y relacionarlos con valores personales. No hay que olvidar el concepto de inmunidad colectiva que supone que no vacunarse pone en peligro la salud de las personas de la comunidad, y no solo de quien no se vacuna.
Referencias:
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Fuente.- Reproducido del Cuaderno de Cultura Científica
Los días 2 al 13 de diciembre, Madrid acogerá la 25 Conferencia de las Partes (COP25) en el recinto ferial de IFEMA. La conferencia se organiza para lograr los pasos sucesivos y necesarios en el proceso de negociación sobre cambio climático de las Naciones Unidos. Se acompaña con la organización de diferentes eventos dirigidos al público en general para motivar el debate y la participación de la ciudadanía.
Entre otros está organizada una Mesa de Debate con un panel de expertos del INIA-CIFOR sobre Los bosques ante el Cambio Climático que se ha programado para el próximo jueves, día 5 de diciembre de 2019, entre las 13:00 y las 14:00 horas, en la Zona Verde de participación de la sociedad civil. Los interesados pueden contactar con INIA. La inscripción está abierta en estos momentos.
La cumbre del clima (COP25) se celebrará en el IFEMA de Madrid entre los días 2 y 13 de diciembre. La primera semana será de carácter técnico, pero durante los últimos días de la cumbre, que se conocen como el “tramo ministerial”, se darán cita numerosos jefes de Estado y ministros responsables de cambio climático de decenas de países. La cumbre de este año es especialmente trascendente, ya que constituye la última reunión para activar el Acuerdo de París, concebido como el primer pacto mundial vinculante en defensa del clima del planeta, que tiene que estar plenamente vigente en enero de 2020. Los países deben presentar nuevos planes, las llamadas NDCs, que garanticen el objetivo principal de mantener la temperatura del planeta por debajo de los 2 °C respecto a la era preindustrial haciendo esfuerzos para que no ascienda por encima de 1,5 °C. La COP25 será la última conferencia antes de que esto suceda. Por eso, las Partes tienen la obligación, ya impostergable, de establecer un reglamente claro para que las medidas firmadas en el acuerdo comiencen a rodar. Uno de los puntos críticos y más difíciles de resolver de la COP25 será la definición del Artículo 6 del Acuerdo de París, un artículo en el que la participación del sector privado será crucial. Más de 25.000 representantes de 200 países se reunirán en Madrid para alcanzar acuerdos y compromisos entre naciones para combatir los efectos del cambio climático. Diferentes agentes del sector forestal español mostrarán su apoyo a la COP25, con una serie de eventos y jornadas que pondrán de manifiesto el papel que juegan los bosques en la lucha contra el cambio climático. Varios de estos actos tendrán lugar en la “ZONA VERDE” que la organización ha habilitado para la participación por parte de la sociedad civil. “La gestión activa de los espacios forestales como recurso estratégico para alcanzar los objetivos climáticos y de desarrollo sostenible” (esMontañas, Juntos por los Bosques) 2 de DICIEMBRE “Feria de Emprendimiento Sostenible” (Universidad Politécnica de Madrid) 4 al 5 de DICIEMBRE “Contribución del bosques urbano de Madrid a la adaptación y mitigación del cambio climático” (Colegio de Ingenieros de Montes en Madrid) 4 de DICIEMBRE “Selvicultura del Carbono y Gestión Forestal Sostenible para la Mitigación del Cambio Climático” (Proyecto LIFE FOREST CO2) 4 de DICIEMBRE “La sostenibilidad de nuestros suelos, el futuro del planeta” (AENOR) 4 de DICIEMBRE “Mesa de debate: Los bosques ante el cambio climático” (CIFOR-INIA) 5 de DICIEMBRE “Los bosques y el cambio climático” (Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales) 10 de DICIEMBRE
Presentación de la Conferencia publicada en la página de COP25
EL MUNDO DEBE REDUCIR LAS EMISIONES 7,6% ANUAL EN LA PRÓXIMA DÉCADA PARA LOGRAR OBJETIVO DE 1,5ºC
Las emisiones globales de gases de efecto invernadero deben reducirse 7,6% cada año entre 2020 y 2030 para que el mundo logre frenar el calentamiento global en 1,5 °C este siglo, advierte un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) lanzado hoy en Ginebra.
El emblemático Informe sobre la Brecha de Emisiones indica que incluso si se implementan todos los compromisos no condicionados del Acuerdo de París, las temperaturas aumentarán 3,2 °C a fines de siglo, lo que provocará impactos climáticos destructivos y de amplio alcance. Para evitar este escenario y lograr el objetivo de 1,5 °C, los compromisos de reducción de emisiones deben quintuplicarse.
La décima edición del informe de UNEP alimentará el debate de la 25ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25), que tendrá lugar desde el 2 de diciembre en Madrid, España. En el año 2020, en la COP26 de Glasgow, Reino Unido, se espera que las naciones fortalezcan la ambición de sus compromisos climáticos.
"En los últimos diez años el Informe sobre la Brecha de Emisiones ha hecho sonar las alarmas. Y en esos diez años el mundo sólo ha aumentado sus emisiones", dijo el Secretario General de la ONU, António Guterres. "Nunca ha habido un momento más importante para escuchar a la ciencia. Si no prestamos atención a estas advertencias y no tomamos medidas drásticas para revertir las emisiones, continuaremos presenciando olas de calor, tormentas y contaminación mortales y catastróficas", añadió.
El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) advirtió que un calentamiento global superior a 1,5 °C a fines de siglo aumentará la frecuencia e intensidad de los impactos del cambio climático.
"Nuestro fracaso colectivo para actuar a tiempo y de forma contundente contra el cambio climático significa que ahora debemos realizar reducciones más drásticas de las emisiones: más de 7% cada año durante la próxima década", dijo Inger Andersen, directora ejecutiva de UNEP.
“Esto muestra que los países simplemente no pueden esperar hasta finales de 2020, cuando entren en vigor los nuevos compromisos climáticos, para intensificar la acción. Los gobiernos nacionales y cada ciudad, región, empresa e individuo deben actuar ahora”, añadió Andersen.
“Durante 2020 necesitamos, primero, medidas efectivas para reducir las emisiones lo más posible. Luego, debemos fortalecer las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) para impulsar las transformaciones necesarias en nuestras economías y sociedades, y recuperar así el tiempo perdido. Si no hacemos esto, la meta de 1,5° C estará fuera de nuestro alcance antes de 2030", alertó.
Las naciones del G20 son responsables de 78% de todas las emisiones globales, pero sólo cinco de estos países se han comprometido con un objetivo de cero emisiones a largo plazo, indica el reporte.
A corto plazo, los países desarrollados tendrán que reducir sus emisiones más rápido que los países en desarrollo, por razones de equidad. Sin embargo, todos los países deberán contribuir más por el bien colectivo. Los países en desarrollo pueden aprender de los esfuerzos exitosos en los países desarrollados, e incluso pueden superarlos y adoptar tecnologías más limpias a un ritmo más rápido.
El informe indica que en 2020 todas las naciones deben aumentar sustancialmente la ambición en sus NDC, y dar seguimiento a las políticas y estrategias para implementarlas. Hay soluciones disponibles para hacer posible el cumplimiento de los objetivos acordados en París, pero no se están implementando a la velocidad requerida ni a una escala suficiente.
Cada año, el Informe sobre la Brecha de Emisiones evalúa la disparidad entre las emisiones previstas para 2030 según los compromisos actuales y los niveles consistentes con los objetivos de 1,5 °C y 2 °C, establecidos en el Acuerdo de París.
El reporte revela que las emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado 1,5% anual durante la última década. En 2018, alcanzaron un récord de 55,3 gigatoneladas de CO2 equivalente -incluyendo los cambios en el uso del suelo, como la deforestación-.
Para limitar el aumento de temperatura, ser requieren 15 gigatoneladas de CO2 equivalente menos para la meta de 2 °C, y 32 gigatoneladas de CO2 equivalente menos para la meta de 1,5°C. Esto implica que son necesarios recortes en las emisiones de 7,6% anual entre 2020 y 2030 para cumplir con el objetivo de 1,5 °C y de 2,7% anual para el objetivo de 2 °C.
Aún es posible limitar el cambio climático a 1,5 °C, según el informe. Las soluciones son abundantes. Hay muchos esfuerzos ambiciosos de gobiernos, ciudades, empresas e inversores, y existe una mayor comprensión sobre los beneficios adicionales de la acción climática, como el aire limpio y el impulso a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Como lo hace cada año, el informe se centra en el potencial de sectores seleccionados para lograr recortes de las emisiones. En esta edición se analiza cómo la transición energética y el potencial de eficiencia en el uso de materiales pueden contribuir a cerrar la brecha de emisiones.
Puedes consultar la información a diario sobre la cumbre sobre el cambio climático COP25 en estos dos enlaces