Ecología, gestión y protección de la fauna silvestre

17
Ago
2022

lobo 3

Desde el mes de septiembre del año pasado el lobo ya no es especie cinegética en el territorio español. Así lo estableció una orden dictada por el Ministerio de Transición Ecológica. Ya no se pueden cazar lobos. A esa decisión se han opuesto, además de las asociaciones de ganaderos, las comunidades de Galicia, Asturias, Cantabria, y Castilla y León, en las que se encuentra el 95 % de los grandes carnívoros. Se calcula que en España hay entre 2000 y 2500 lobos distribuidos en cerca de 300 manadas.

La colisión de intereses en este asunto es clara. Están, por una parte, los movimientos conservacionistas y ecologistas, que presionan para que se implanten políticas de recuperación de espacios naturales y de las especies que en el pasado los ocupaban o cuyos efectivos se han visto muy mermados por efecto de la caza y otras actividades humanas. Y por la otra, están los ganaderos que se oponen a esas medidas y que denuncian que sus animales sufren el ataque de los lobos, por lo que la protección de estos se hace a costa de la viabilidad de sus propias haciendas. En general, los partidos ecologistas y de izquierda se oponen a la caza de lobos, mientras que los de derecha y, sobre todo, de extrema derecha, son contrarios a la protección a ultranza. Aunque hay excepciones notables.

En Estados Unidos se produjo una controversia similar cuando se decidió reintroducir el lobo en el parque de Yellowstone. Los cazadores de caribús se opusieron porque veían a los lobos como competidores, y los rancheros, por las mismas razones que los ganaderos del noroeste de la Península Ibérica. También allí las posturas están relacionadas con la ideología; son los votantes republicanos los que se muestran más en contra de las políticas conservacionistas, mientras que los demócratas son más favorables.

Con la recuperación del lobo en el centro de Europa durante los últimos años también ha empezado a haber ataques al ganado. En Alemania apenas se producían antes de 2010, pero durante la segunda década del siglo XXI, cada vez se han registrado más, hasta superar el millar en 2020, con más de 3500 cabezas muertas. Ese es el motivo por el que han investigado la relación entre los ataques de los lobos y el comportamiento electoral, y lo han hecho segmentando el espacio hasta el nivel municipal y estudiando cómo han influido en los resultados de Los Verdes (Die Grünen), el partido que más énfasis pone en las políticas conservacionistas, y de la extrema derecha, la Alternative für Deutschland (AfD), el partido que con más fuerza se opone a esas medidas.

En el estudio analizaron los resultados de las elecciones federales, territoriales y municipales desde 1990 hasta 2021. Y observaron que existe un efecto significativo de los ataques sobre el voto a la AfD, muy marcado en las elecciones a los länder y menor en las federales y municipales. Por otro lado, los ataques tuvieron un efecto negativo sobre los resultados de los Grüne, también en las elecciones territoriales, aunque no tan marcado como el beneficio que reportó a la “Alternativa”.

Los especialistas barajan dos hipótesis para explicar la vinculación entre los ataques de los lobos y el auge de la extrema derecha. Una es la amenaza económica que conllevan los ataques y que la AfD esgrime como argumento electoral. Otros interpretan la oposición a los lobos como una manifestación de resentimiento a las élites urbanas por parte de aquellos que se identifican con las formas tradicionales de vida y de explotación de recursos. Intereses, pero también valores, pesan en la balanza.

Fuente: von Hohenberg, B. C., Hager, A. (2022): Wolf attacks predict far-right voting. PNAS 119 (30) e2202224119 doi: 10.1073/pnas.2202224119

Sobre el autor: Juan Ignacio Pérez (@Uhandrea) es catedrático de Fisiología y coordinador de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU

Cuaderno de Cultura Científica

09
Ago
2022

oso pardo

Autoría: Vincenzo Penteriani

Investigador, Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad (Universidad de Oviedo - CSIC)

El cambio climático amenaza la supervivencia de un número cada vez mayor de especies: entre un 20 y un 30 % de plantas y animales sufrirán alteraciones en su distribución o entrarán en riesgo de extinción si el calentamiento global alcanza los niveles previstos para finales de este siglo.

Proyectar escenarios futuros de modificación en el paisaje vegetal sobre la base de las predicciones del cambio climático puede ayudar a planificar medidas de conservación y manejo de las especies animales. Así será posible mitigar las posibles contracciones y desplazamientos de las actuales áreas de alimentación y refugio.

En dos estudios recientes, miembros del Grupo de Investigación del Oso Cantábrico hemos evaluado el impacto potencial del calentamiento global en las principales plantas de las que se alimenta el oso pardo de la cordillera Cantábrica. Nuestros resultados sugieren que este fenómeno podría alterar los rangos geográficos de esta especie.

La dieta del oso: gramíneas, frutas y bellotas

La alteración del paisaje debida al cambio climático afectará a aquellas especies que dependen de frutos y bellotas para alimentarse. Una de ellas es el oso pardo cantábrico (Ursus arctos), cuya dieta se basa en vegetales.

Estos plantígrados consumen gramíneas en primavera, frutas carnosas (especialmente arándanos silvestres) en el verano y bellotas durante el período de la hiperfagia en otoño. Durante este último, los osos pasan la mayor parte de su tiempo activo buscando alimento para almacenar grasa, esencial para una hibernación exitosa y para la reproducción.

En el caso de poblaciones de animales pequeñas y en peligro de extinción, como es el oso pardo, los efectos del cambio climático sobre sus recursos tróficos pueden anular considerablemente los esfuerzos de conservación y gestión realizados a otros niveles, como la reducción de conflictos entre humanos y vida silvestre.

La recuperación del oso pardo en la cordillera Cantábrica ha sido uno de los mayores logros en conservación de estas últimas décadas en España. Esta población ha pasado de estar al borde de la extinción con unos cincuenta ejemplares en los años 90 a más de 300 a principios de esta década. Pero el cambio climático podría estar poniendo en peligro el futuro de esta especie en España.

Menos alimento, menos osos

Para describir diferentes situaciones futuras, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) emplea trayectorias de concentración representativas (RCP) de gases de efecto invernadero entre la era preindustrial y el año 2100. Nuestras proyecciones han modelado cambios en el hábitat del oso utilizando la RCP 4.5 (escenario moderado) y RCP 8.5 (escenario pesimista) para 2050 y 2070.

Nuestras previsiones indican que los hayedos de la cordillera Cantábrica podrían ser los más afectados en los dos escenarios, ya que se reducen a la mitad en el escenario moderado y casi desaparecen en el pesimista. La distribución del arándano se contraería a la mitad. Y lo mismo podría ocurrir con el roble pedunculado y el roble albar.

Como consecuencia de la extensa reducción de la mayor parte de la cubierta forestal y de las arandaneras, la población de osos pardos podría disminuir drásticamente su área de distribución geográfica en el futuro:

En el escenario moderado, la población osera podría reducirse a la mitad tanto para 2050 como para 2070.

En el escenario pesimista, aparece una contracción dramática: el oso pardo solo se encontraría en el 24 % (2050) y 12 % (2070) del actual rango de distribución.

Cambios que acentúan conflictos con el hombre

Los modelos también indican un posible desplazamiento de la población de oso pardo hacia el norte. Esta migración puede explicarse principalmente por el cambio en la distribución de castaños y robles y la desaparición del arándano, del haya y del roble albar.

También se espera que las modificaciones en el paisaje vegetal desplacen a los osos pardos de las zonas montañosas hacia otras más humanizadas. Así, podemos prever un aumento de los conflictos con las actividades humanas y, consecuentemente, un posible aumento de la mortandad de los osos.

Efectos negativos adicionales podrían incluir una tendencia a una dieta más carnívora, lo que aumentaría los conflictos con los ganaderos, un limitado almacenamiento de grasa antes de la hibernación y un aumento de la competencia intraespecífica con otros consumidores de bellotas como ungulados salvajes y ganado.

Mirar al futuro para actuar en el presente

La magnitud de los cambios proyectados enfatiza que las prácticas de conservación centradas solo en los osos pueden no ser apropiadas. Se necesitaría una planificación de conservación y manejo de la especie más dinámica, incorporando las modificaciones del hábitat determinadas por el cambio climático en las estrategias de conservación de especies.

Evidentemente, las proyecciones sobre el impacto del cambio climático no pueden tener en cuenta las respuestas adaptativas potencialmente complejas de la especie. A pesar de esto, estas predicciones representan un primer paso importante en el que confiar para la futura conservación del oso pardo. Nos permiten empezar a centrarnos en aquellas áreas a las que estas especies podrían desplazarse.

Por ejemplo, la colonización asistida por plantas, es decir, el traslado intencional de especies vegetales a lugares climáticamente adecuados fuera de sus rangos actuales, son estrategias que ya se están explorando para hacer frente a un clima cambiante.

Así, junto a las acciones de conservación encaminadas a mantener a los osos en sus áreas de distribución actuales, habría que fomentar prácticas encaminadas a conservar y gestionar aquellas áreas favorables para ser habitadas por los osos como consecuencia de las modificaciones debidas a cambio climático.

07
Jun
2022

lobo 3

por Redacción | Jun 6, 2022 |

La Unión de Agricultores, Ganaderos y Silvicultores de la Comunidad de Madrid, UGAMA, informa que con fecha 26 de mayo de 2022, el Juzgado de lo Contencioso–Administrativo nº 27 de Madrid dictó Sentencia en virtud de la cual acordaba estimar sustancialmente el Recurso Contencioso–Administrativo interpuesto por un ganadero contra la Comunidad de Madrid, condenando a ésta al abono de una indemnización de 19.094,00€ por los daños provocados por dos ataques del lobo en su explotación ganadera. Asimismo, también condena a la Comunidad de Madrid al abono de las costas procesales causadas.

Según se hace constar en la mencionada sentencia, “los fines de conservación y protección de las especies que gozan de singular protección, conforme a la normativa sectorial específica, trasladan a la Administración la responsabilidad por los daños causados por aquellas” o, empleando las palabras del Tribunal Supremo, que en estos casos “no puede excluirse el régimen general de responsabilidad patrimonial previsto en los artículos 139 y siguientes de la Ley 30/1992. En definitiva, debe concluirse que, en estos casos, estamos ante un supuesto de excepción suficientemente caracterizado en la normativa sectorial específica y que, por tanto, concurre la nota de antijuridicidad del daño”. Por eso condena a pagar esos 19.094,00€.

La organización agraria considera lamentable que la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura, lejos de asumir su responsabilidad por los daños causados por los ataques del lobo, «responda con dejadez absoluta y opacidad ante los ataques, ya que, en numerosas ocasiones, al ganadero afectado, hasta se le niega el informe pericial que elaboran los agentes medioambientales en su propia granja cuando se denuncia un ataque sufrido en su explotación».

PESE A VER VARIAS SENTENCIAS, EL GOBIERNO SE NIEGA A CAMBIAR LA ORDEN DE LAS INDEMNIZACIONES

También «es habitual la dejadez» por parte de la Administración, de contestar a los recursos presentados por los agricultores y ganaderos madrileños, lo que implica, que solo los escasos valientes que se atreven a denunciar judicialmente, hagan valer sus derechos, quedando numerosos ataques sin denunciar, porque curiosamente la administración que es la condenada a indemnizar los daños, es la encargada de certificar dichos daños, lo que conlleva a utilizar por los agentes cada vez más la ya famosa frase de: “Yo no puedo certificar lo que no he visto, son órdenes de Arriba”.

Alfredo Berrocal, presidente de UGAMA, destaca que la protección del lobo es una exigencia social y por tanto los daños ocasionados deben ser asumidos por la sociedad y la Administración, y no como hasta ahora, que eran asumidos por los ganaderos. Así mismo, Berrocal, califica «de auténtico atropello al sector ganadero, que a pesar de las ya numerosas sentencias condenatorias a la Administración, en las que ha sido obligada a indemnizar hasta siete u ocho veces más de lo estipulado en la orden de ayudas para compatibilizar la actividad ganadera con la existencia de poblaciones de lobos, perros asilvestrados y/o buitres en la Comunidad de Madrid, esta orden no se haya modificado y adecuado los importes a percibir a dichas sentencias, como viene reclamando esta Organización desde hace años» y que ahora se ratifica con esta condena de 19.094,00€.

Finalmente, UGAMA felicita y agradece la estupenda labor de los servicios jurídicos de la Organización, asumida por el Letrado D. Jaime Valladolid, director del despacho profesional JV abogados, especializado en Derecho Rural y Medioambiental, y anima a los profesionales del campo madrileño a acudir a la justicia para defender sus derechos.

Agroinformación

29
Jun
2022

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Informe anual

17/06/2022

El actual registro de España y Portugal confirma la tendencia de recuperación de la especie que, no obstante, sigue considerada ‘en peligro de extinción’ en el Catálogo Español de Especies Amenazadas

El incremento poblacional del Lynx pardinus en 2021 fue de casi un 23% con respecto al censo del año anterior (2020)

El programa ibérico de conservación y cría en cautividad coordinado por el MITECO se ha convertido en uno de los más exitosos del mundo en felinos

Andalucía, con la mayor población de linces, y Castilla-La Mancha, con un incremento de casi el 45% en el último año, destacan en medio de la tendencia positiva general

La población ibérica de Lynx pardinus ha batido un nuevo récord, con un total de 1.365 ejemplares censados en la actualidad, entre adultos, subadultos y cachorros nacidos en 2021. Es el balance que muestra el informe anual del grupo de trabajo del lince, que coordina el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO). Se trata del mejor dato registrado de poblaciones ibéricas de la especie y supone un incremento de casi un 23% respecto al censo del año anterior (2020), cuando se contabilizaron 1.111 individuos. Pese a haber superado la situación más crítica, la especie sigue considerada oficialmente ‘en peligro de extinción’, según el Catálogo Español de Especies Amenazadas.

El estudio publicado hoy muestra que la población de linces ibéricos sigue la tendencia ascendente positiva de los últimos años, alcanzándose ahora la cifra más alta de ejemplares censados desde que se cuenta con programas de seguimiento de la especie. El éxito del programa de conservación del lince ibérico -uno de los más exitosos del mundo en felinos- se constata considerando que hace dos décadas el número de ejemplares contabilizados era inferior a 100.

lince ibérico. miteco

DISTRIBUCIÓN POR COMUNIDADES AUTÓNOMAS

​De los 13 núcleos poblacionales registrados en la Península Ibérica en 2021, 12 se encuentran ubicados en España, con 1.156 ejemplares. De entre esos 12 núcleos españoles, 5 se ubican en Andalucía (con 519 individuos), 3 en Castilla-La Mancha (473 individuos) y 4 en Extremadura (164 ejemplares).

De esta manera, Andalucía vuelve a ser la comunidad autónoma española que lidera los datos poblacionales, con casi la mitad de los ejemplares repartidos por todo el país. No obstante, el mayor incremento poblacional se registra en Castilla-La Mancha, comunidad en la que el aumento poblacional ronda el 45% en un solo año.

En Andalucía, los núcleos que más ejemplares registran son los de Andújar-Cardeña (200 individuos), y Guarrizas (164), seguidos de Doñana-Aljarafe (94), Guadalmellato (44) y Sierra Norte (17). En el caso de Castilla-La Mancha destacan el núcleo de Montes de Toledo (221), seguido por los de Sierra Morena Oriental (170) y Sierra Morena Occidental (82). En el caso de la comunidad de Extremadura, el núcleo principal es el de Matachel (121), seguido por los de Ortigas (20), Valdecañas/Ibores (14) y Valdecigüeñas (9).

RATIO DE CACHORROS POR HEMBRA

Todos los parámetros poblacionales considerados (número total de linces, número de hembras reproductoras y número de cachorros nacidos) muestran una tendencia netamente positiva desde el inicio de los programas coordinados de actuación en el año 2002.

En 2021 se contabilizaron 500 nacimientos de 277 hembras reproductoras. La productividad global, entendida como el número de cachorros nacidos por hembra reproductora o territorial, fue de 1,8 para España, y de 2,3 para Portugal. Para las comunidades autónomas españolas las ratios de cachorros nacidos por hembra fueron de 1,4 en Andalucía, 2,4 en Castilla-La Mancha, y 1,4 en Extremadura.

Esta evolución general muestra la trayectoria favorable de la especie, lo que aleja al gran felino ibérico del riesgo crítico de desaparición. Sin embargo, los datos censales evidencian también la necesidad de mantener la cautela sobre el futuro de la especie, dar continuidad a los programas de conservación, y favorecer la implementación de medidas que contribuyan a la mejora de las diferentes poblaciones del lince ibérico en ambos países. La especie sigue estando en peligro, y legalmente considerada “en peligro de extinción” en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.

Como integrantes del grupo de trabajo del lince ibérico, las administraciones nacionales -el MITECO en España y el Instituto da Conservação da Natureza e das Florestas de Portugal-, y autonómicas -Junta de Andalucía, Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y Junta de Extremadura- han desarrollado durante las dos últimas décadas una actividad continuada en materia de conservación de la especie, que ha resultado estratégica para obtener estos resultados. La participación proactiva de entidades no gubernamentales como WWF y CBD Habitat ha resultado igualmente determinante. Y, de igual modo, también ha contribuido significativamente al éxito del programa la financiación europea a través de diferentes proyectos dirigidos a la mejora de las poblaciones de la especie.

PAPEL ESENCIAL DE LA CRÍA EN CAUTIVIDAD

Junto a las actuaciones de gestión del hábitat y de protección de los linces ante las presiones existentes en el medio natural, el programa de conservación ex situ del lince ibérico ha tenido un papel esencial para alcanzar estas cifras positivas. El programa comprende los trabajos de cría en cautividad y la reintroducción de ejemplares. Se viene desarrollando en el marco del Memorando de Entendimiento para la aplicación de la Estrategia de Conservación del Lince ibérico en España, suscrito entre el MITECO y las comunidades autónomas de Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura. Portugal también participa activamente en este programa.

El MITECO, a través del Organismo Autónomo Parques Nacionales, contribuye activamente con sus propios fondos a este programa de conservación ex situ, manteniendo y gestionando dos de los cuatro centros de cría existentes específicamente dedicados a este fin: Zarza de Granadilla (Cáceres) y El Acebuche (Huelva). Los restantes centros de cría son gestionados por la Junta de Andalucía (La Olivilla, Jaén) y por Portugal (Centro Nacional de Reprodução de Lince Ibérico o Centro de Silves).

Los datos de seguimiento de 2021 pueden consultarse en la página web del MITECO:

https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/inventarios-nacionales/inventario-especies-terrestres/ieet_mamiferos.aspx

02
Jun
2022

 

Autoría; José Sánchez Sánchez

Director del Observatorio de la Dehesa. Catedrático de Botánica y director del Banco de Germoplasma, Universidad de Salamanca

Los linces ibéricos (Lynx pardinus), las águilas imperiales ibéricas (Aquila adalberti) y los buitres negros (Aegypius monachus) son solo algunos ejemplos de las especies emblemáticas de aves y mamíferos que acuden a las dehesas en busca de alimento.

La dehesa es un paisaje nacido de la intervención humana que constituye un buen ejemplo de que la sostenibilidad y la conservación no son incompatibles con el aprovechamiento económico. Pero además, este sistema de explotación del bosque mediterráneo original destaca por su elevada diversidad biológica.

Un refugio de biodiversidad

Una de las razones por las que las dehesas mantienen una gran biodiversidad es su heterogeneidad espacial: la mezcla de arbolado (generalmente del género Quercus) con zonas de matorral (Genista, Cytisus, Retama, Cistus y un largo etcétera) y pastizales de diverso tipo genera una amplia cantidad de nichos ecológicos en los que pueden vivir especies con distintos requerimientos.

La presencia de elementos singulares como muros de piedra, zonas de cultivo y charcas temporales constituyen a su vez áreas en las que se alimentan y refugian diversas especies de reptiles, anfibios, aves e insectos.

Otros animales como la grulla común (Grus grus) utilizan la dehesa como lugar de descanso y alimentación durante sus pasos migratorios.

Por todos estos motivos, las dehesas constituyen sistemas relevantes de cara a la conservación de la biodiversidad. De hecho, la Directiva Hábitats ha reconocido esta importancia al incluirlas como hábitat de interés comunitario.

A su vez, dentro de la dehesa se identifican otros tipos de hábitats reconocidos en el listado. Uno de ellos son los estanques temporales mediterráneos, esenciales para la conservación de plantas acuáticas y especies de anfibios o aves, algunas de ellas muy amenazadas.

No hay que olvidar, además, la existencia de muchas razas ganaderas autóctonas de la península ibérica bien adaptadas a las condiciones locales. Estas también constituyen un importante patrimonio cultural e histórico

¿Por qué conservar la diversidad de las dehesas?

Además del propio valor intrínseco que implica la protección de una especie o de un hábitat, sabemos que el mantenimiento de la biodiversidad nos aporta otros beneficios. Son los llamados servicios ecosistémicos.

Algunas especies cumplen funciones que garantizan el equilibrio de los ecosistemas y, por tanto, los servicios que estos nos aportan. En el caso de la dehesa, los servicios ecosistémicos son abundantes y están bien estudiados: abastecimiento de productos, regulación hídrica y climática y los no menos importantes servicios culturales.

En muchas zonas del oeste ibérico, la dehesa conforma un paisaje emocional ligado a una estructura social muy particular, con tradiciones, costumbres y rasgos culturales propios.

Los muros de piedra y las construcciones tradicionales de la dehesa, además de tener un valor histórico y arquitectónico, son también refugios para la fauna, tanto reptiles e insectos como aves tan interesantes como los cernícalos primilla, las rapaces nocturnas o las golondrinas durante sus visitas estivales. Las dehesas constituyen, de esta forma, excelentes escenarios para realizar actividades de educación ambiental, así como para llevar a cabo proyectos de interés científico.

Por otro lado, el mantenimiento de altos niveles de biodiversidad en la dehesa puede brindar a los propietarios otros ingresos complementarios a los que se derivan de la actividad agrícola y ganadera: pesca, caza, recolección de setas, flora medicinal, ecoturismo…

La dehesa necesita un manejo adecuado

La dehesa es un sistema creado por la actividad humana, especialmente por el uso ganadero, que modifica las características del suelo, propicia la aparición de sistemas pastorales y condiciona la regeneración del estrato arbóreo y arbustivo. Aunque el pastoreo moderado favorece la diversidad, porque algunas especies se ven beneficiadas de este uso, tanto el sobrepastoreo como el infrapastoreo pueden reducirla.

En general, para potenciar la biodiversidad en las dehesas se recomienda llevar a cabo actuaciones que favorezcan toda esa heterogeneidad que propicia el asentamiento de especies con distintos requerimientos. Por ejemplo, se puede permitir la existencia de manchas de matorral en zonas menos asequibles para el ganado como pedregales o lindes, proteger la vegetación de las vaguadas o recuperar charcas y balsas de agua artificiales.

También se pueden desarrollar actuaciones orientadas a obtener esos otros aprovechamientos complementarios al ganadero y que a su vez repercuten positivamente en la biodiversidad. Un ejemplo es la plantación de árboles micorrizados o de plantas melíferas que además atraen a los polinizadores.

Un banco de semillas para preservar la biodiversidad de la dehesa

Según la Evaluación de Ecosistemas del Milenio, el acervo genético es un servicio ecosistémico que permite mantener la diversidad genética de especies, razas y variedades para el suministro de determinados productos. En esa línea, en el Observatorio de la Dehesa hemos puesto en marcha un banco de germoplasma para recolectar y conservar las semillas características de la dehesa con la mayor diversidad genética posible.

Esto permitirá disponer de plantas para acciones de reforzamiento de poblaciones en peligro de extinción o de regeneración de espacios adehesados en estado deteriorado por malas prácticas o especies invasoras. Además de conservar esta biodiversidad vegetal de la dehesa, el banco de semillas apoyará la utilización de variedades hortícolas tradicionales, las acciones de divulgación sobre el ecosistema de la dehesa y la colaboración en actividades de investigación.

Las dehesas forman parte del patrimonio cultural y natural, y atesoran una elevada biodiversidad que puede verse comprometida tanto por una mala gestión como por el abandono de los usos tradicionales.

La conservación de este ecosistema único no es solo responsabilidad de los propietarios de las dehesas: tanto las Administraciones públicas como el conjunto de la ciudadanía debemos ser capaces de apoyar y poner en valor el trabajo de estas personas, así como los servicios y productos que la dehesa nos ofrece.

Este artículo ha sido escrito en colaboración con Victoria González Rodríguez y Silvia Sánchez Durán, técnicas del Observatorio de la Dehesa.

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