Ecología, gestión y protección de la fauna silvestre

30
Sep
2022

 

Varias especies de reptiles y aves endémicas con graves problemas de conservación en Canarias quedarán a merced de los gatos y hurones asilvestrados, según advierten varias asociaciones conservacionistas de la región.

El Gobierno registraba el pasado martes 2 de agosto en el Congreso de los Diputados, el Anteproyecto de Ley de Protección, Derechos y Bienestar de los Animales después de que, ni siquiera 24 horas antes, esta fuese aprobada en Consejo de Ministros. El propio Gobierno aprovechaba las vacaciones estivales para dar un nuevo impulso a la polémica ley animalista que cuenta con una fortísima oposición que se materializó en la masiva manifestación del mundo rural el pasado 20 de marzo en Madrid, donde más de medio millón de personas colapsaron las calles de la capital. Ahora, entre las múltiples voces que se han posicionado en contra se encuentran varias asociaciones conservacionistas de Canarias, que han enviado una nota de prensa a la redacción de Jara y Sedal para advertir de los «graves problemas» que traerá la normativa.

Si bien las asociaciones firmantes advierten de que comparten que la normativa pretenda «implementar mecanismos legales con el fin de fomentar la protección animal y prevenir el alto grado de abandono de animales», así como la creación del listado positivo de animales de compañía, la obligatoriedad de registro e identificación de hurones y gatos y la esterilización de estos últimos, critican otras muchas partes de la ley animalista contra la que ya han alzado la voz cientos de científicos.

Los gatos y hurones asilvestrados no pueden ser considerados animales domésticos

«El Proyecto de Ley considera que los gatos y hurones asilvestrados tendrán la consideración de animal de compañía lo que hará prácticamente imposible la adopción de medidas de control. Es evidente que los animales asilvestrados no dependen del ser humano para su supervivencia, por lo que no deben tener dicha consideración», advierten las asociaciones firmantes.

Según destacan, la bibliografía científica sobre el impacto de los gatos como depredadores de aves, reptiles, pequeños mamíferos o grandes insectos es abundante. El mayor impacto de los gatos ha sido ampliamente documentado en medios insulares. Entre otras afectaciones, está probado que su introducción en islas es corresponsable de, al menos, el 14% de las extinciones modernas de aves, mamíferos y reptiles ocurridas en territorio insular a escala global; y constituyen la principal amenaza para casi el 8% de las aves, mamíferos y reptiles considerados en peligro crítico por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza.

También existe abundante información sobre el daño que provocan los gatos que deambulan libremente y depredan sobre las poblaciones de aves silvestres y otra fauna en zonas continentales. Se estima que estos gatos están implicados en la amenaza o extinción de al menos 430 especies. Junto a los roedores, constituye el principal grupo de mamíferos depredadores invasores.

En los estudios realizados sobre la dieta del gato en Canarias se han identificado un total de 68 especies depredadas. El gato se considera entre los principales factores que amenazan la supervivencia de especies de vertebrados endémicos como los lagartos gigantes de Tenerife, La Gomera y El Hierro, la lisneja de Fuerteventura, la musaraña canaria y el pinzón azul Gran Canaria, entre otros. También ocasionan importantes daños en colonias de pardelas, petreles o paíños. Por todo ello, en los planes de gestión de las especies y de los espacios naturales protegidos donde habitan se contemplan medidas para su control o erradicación.

En lo que se refiere a los hurones, las entidades que firman la nota de prensa aseguran que su asilvestramiento en Canarias es más reciente y su efecto está en estudio, pero ya hay datos preliminares sobre su depredación sobre aves y reptiles endémicos.

Por estos motivos, las asociaciones conservacionistas de Canarias consideran que «la gestión de los gatos asilvestrados debe quedar fuera del ámbito de esta Ley realizándose al amparo de la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, de Patrimonio Natural y Biodiversidad y, concretamente, del Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, por el que se regula el Catálogo español de especies exóticas invasoras».

Las colonias felinas CER, una amenaza para la fauna nativa y un riesgo para la salud pública

«El Proyecto de Ley impone un modelo de colonias felinas para los gatos vagabundos en zonas abiertas de los municipios ‘con el fin de reducir progresivamente su población’, a pesar de que la mayor parte de la información científica disponible indica que este método no es efectivo para reducir el número de gatos en la vía pública ya que, por el contrario, su número suele aumentar con el tiempo», advierten. «Es necesario indicar que los gatos, aunque estén bien alimentados y esterilizados, siguen consumiendo animales que viven en el entorno de las colonias. Si bien pueden consumir roedores, también cazan reptiles y aves silvestres que habitan calles, parques y jardines de ciudades y pueblos, muchas de ellas están protegidas legalmente al estar incluidas en el Listado de especies silvestres en régimen de protección especial (LESRPE). Además, en Canarias la escasa distancia entre núcleos habitados y espacios naturales es en ocasiones escasa, por lo que el impacto de esta práctica es mayor», han añadido.

Otro aspecto a considerar, que es especialmente preocupante, es el de la salud pública. «La presencia constante de gatos en los espacios públicos es un riesgo para la salud ya que, son muchas las zoonosis que pueden transmitir. En relación con esto, el Consejo General de Colegios Veterinarios de España, en mayo de 2021, publicó un informe donde se indica que los gatos son animales domésticos que no deben vivir en la calle y que sus agrupaciones en colonias son focos activos muy peligrosos de enfermedades de los propios gatos y también de posibles focos de enfermedades de las personas», destacan. El estudio señala, además, que los animales sin control sanitario pueden ser transmisores de enfermedades zoonóticas como la toxoplasmosis, la bartonelosis, la clamidiosis, la rabia o la enfermedad de Lyme, además de ser un punto de necesario control de otras posibles enfermedades zoonóticas como es el caso de la COVID 19 o de algunas cepas de la gripe humana. También pueden actuar como transmisores de parásitos, como pulgas y garrapatas o algunas clases de sarna y hongos.

Como alternativa, consideran que las administraciones públicas competentes deben disponer de instalaciones cerradas con las necesarias condiciones de bienestar animal y bajo control veterinario, que permitan albergar a los gatos que viven en las calles o el medio natural.

Por las razones aducidas, con el objetivo de que se imponga el interés general, las asociaciones firmantes solicitan de los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados y del Senado que presenten y apoyen las enmiendas oportunas para corregir estos aspectos y evitar que esta norma se convierta en una amenaza para la biodiversidad canaria.

Asociaciones firmantes

Entre las asociaciones que han firmado el comunicado se encuentra la Asociación para la Conservación de la Biodiversidad Canaria (ACBC), Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN), Grupo de Ornitología e Historia Natural de las islas Canarias (GOHNIC), Fundación Telesforo Bravo y Juan Coello y la Asociación para la Conservación del Patrimonio Natural y Cultural de Teno (ABEQUE).

 

30
Sep
2022

 

El último gran biólogo y naturalista ibérico, quien que fuese director de Doñana desde 1975 hasta 1988 y profesor del CISC, critica duramente el proyecto de la ley animalista del Gobierno en este vídeo difundido por Fundación Artemisan.

Javier Castroviejo, el último gran biólogo y naturalista ibérico, director de Doñana desde 1975 hasta 1988 y profesor del CISC, además de consultor honorario de la UE y de la FAO, ha sido uno de los nombres con autoridad que han criticado el  proyecto de la ley animalista del Gobierno. Castroviejo, que también fue colaborador de Félix Rodríguez de la Fuente en El Hombre y la Tierra y la enciclopedia Fauna Ibérica, tiene unas duras palabras para este texto y las consecuencias que podría tener en un vídeo que ha compartido la Fundación Artemisan.

«Esta ley es un atentado clarísimo y me temo que eficaz contra lo que queda del mundo rural»

Castroviejo da, en primer lugar, una visión general de la Ley animalista y de la modificación del código penal: «Esta ley es un atentado clarísimo y me temo que eficaz contra lo que queda del mundo rural, y esta ley lo barre con unos criterios entre siniestros y oscuros que no se sabe si es la sensiblería, si es intentar acabar con tradiciones milenarias como la caza, si es una moda que hay del extranjero mal traída… esto no debe ser viable y es un enorme desprestigio para nuestro país y para nuestro Parlamento si aprueba tal cosa», defiende.

«Aquí parece que con esta ley, que se supone fruto de la ignorancia y la sensiblería, se acuerdan de un grupo de animales mal definidos, se olvidan de uno que también vertebrado y bípedo, que es la especie humana… el hombre. Porque el daño que va a causar sentimental, económico, cultural y ecológico a los propios humanos es enorme», argumenta.

Castroviejo, sobre la castración obligatoria: «Es un disparate y una falta de respeto enorme al dueño del animal»

Sobre la castración obligatoria, expone que le parece «un disparate y una falta de respeto enorme al dueño del animal y sobre todo al animal, al individuo a quien van a castrar; tremendo», defiende.

También valora la modificación del Código Penal, que eleva el concepto de maltrato a todos los animales vertebrados: «Es otro indicador de la ignorancia supina y del totalitarismo, porque yo dictamino que son los vertebrados… ahora, los que tienen un sistema nervioso desarrolladísimo y son inteligentes, los himenópteros sociales, las abejas, avispones, los moluscos, sobre todo los cefalópodos -los pulpos y los calamares-, ¿por qué no van a sufrir? Hasta las plantas emiten sustancias cuando son agredidas. Todos estamos de acuerdo en evitar la crueldad y habría que decirle a ellos que si tienen una infección de garganta, si toman un antibiótico, si matan millones de bacterias de un tirón, de entrada…», añade.

Sobre la protección de las colonias felinas

Sobre la ley y la protección que defiende de las colonias de gatos, señala que éste «es un disparate grotesco; los gatos no forman colonias, se agrupan, son felinos que viven la vida idónea si hay comida. Y luego tienen unas repercusiones ecológicas en los ecosistemas enormes y gravísimas, porque acaban con la pequeña fauna urbana. Una lagartija, un nido de un jilguero o de un mirlo en un naranjo o en un árbol, una rana que salta en una orilla… porque los gatos hacen un daño inmenso. Los gatos son cazadores. Lo que habría que hacer con estas agrupaciones masivas, es retirarlos todos y que los políticos monten enormes granjas de gatos y los cuiden ellos», concluye.

17
Ago
2022

lobo 3

Desde el mes de septiembre del año pasado el lobo ya no es especie cinegética en el territorio español. Así lo estableció una orden dictada por el Ministerio de Transición Ecológica. Ya no se pueden cazar lobos. A esa decisión se han opuesto, además de las asociaciones de ganaderos, las comunidades de Galicia, Asturias, Cantabria, y Castilla y León, en las que se encuentra el 95 % de los grandes carnívoros. Se calcula que en España hay entre 2000 y 2500 lobos distribuidos en cerca de 300 manadas.

La colisión de intereses en este asunto es clara. Están, por una parte, los movimientos conservacionistas y ecologistas, que presionan para que se implanten políticas de recuperación de espacios naturales y de las especies que en el pasado los ocupaban o cuyos efectivos se han visto muy mermados por efecto de la caza y otras actividades humanas. Y por la otra, están los ganaderos que se oponen a esas medidas y que denuncian que sus animales sufren el ataque de los lobos, por lo que la protección de estos se hace a costa de la viabilidad de sus propias haciendas. En general, los partidos ecologistas y de izquierda se oponen a la caza de lobos, mientras que los de derecha y, sobre todo, de extrema derecha, son contrarios a la protección a ultranza. Aunque hay excepciones notables.

En Estados Unidos se produjo una controversia similar cuando se decidió reintroducir el lobo en el parque de Yellowstone. Los cazadores de caribús se opusieron porque veían a los lobos como competidores, y los rancheros, por las mismas razones que los ganaderos del noroeste de la Península Ibérica. También allí las posturas están relacionadas con la ideología; son los votantes republicanos los que se muestran más en contra de las políticas conservacionistas, mientras que los demócratas son más favorables.

Con la recuperación del lobo en el centro de Europa durante los últimos años también ha empezado a haber ataques al ganado. En Alemania apenas se producían antes de 2010, pero durante la segunda década del siglo XXI, cada vez se han registrado más, hasta superar el millar en 2020, con más de 3500 cabezas muertas. Ese es el motivo por el que han investigado la relación entre los ataques de los lobos y el comportamiento electoral, y lo han hecho segmentando el espacio hasta el nivel municipal y estudiando cómo han influido en los resultados de Los Verdes (Die Grünen), el partido que más énfasis pone en las políticas conservacionistas, y de la extrema derecha, la Alternative für Deutschland (AfD), el partido que con más fuerza se opone a esas medidas.

En el estudio analizaron los resultados de las elecciones federales, territoriales y municipales desde 1990 hasta 2021. Y observaron que existe un efecto significativo de los ataques sobre el voto a la AfD, muy marcado en las elecciones a los länder y menor en las federales y municipales. Por otro lado, los ataques tuvieron un efecto negativo sobre los resultados de los Grüne, también en las elecciones territoriales, aunque no tan marcado como el beneficio que reportó a la “Alternativa”.

Los especialistas barajan dos hipótesis para explicar la vinculación entre los ataques de los lobos y el auge de la extrema derecha. Una es la amenaza económica que conllevan los ataques y que la AfD esgrime como argumento electoral. Otros interpretan la oposición a los lobos como una manifestación de resentimiento a las élites urbanas por parte de aquellos que se identifican con las formas tradicionales de vida y de explotación de recursos. Intereses, pero también valores, pesan en la balanza.

Fuente: von Hohenberg, B. C., Hager, A. (2022): Wolf attacks predict far-right voting. PNAS 119 (30) e2202224119 doi: 10.1073/pnas.2202224119

Sobre el autor: Juan Ignacio Pérez (@Uhandrea) es catedrático de Fisiología y coordinador de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU

Cuaderno de Cultura Científica

19
Ago
2022

 

Autoría:

Pablo Ferrer Gallego; Conservación de recursos fitogenéticos en el Servicio de Vida Silvestre - RED NATURA 2000, Generalitat Valenciana

Juan Jiménez Pérez: Jefe del Servicio de Vida Silvestre y Red Natura 2000, Generalitat Valenciana

¿Sería buena idea reintroducir bisontes en España? ¿Y guepardos en la India? ¿Suponen iniciativas como éstas una pérdida de exclusividad genética? ¿O son medidas justificadas para evitar que las especies se extingan?

El pasado mes de mayo se celebró en Valencia el First Global Meeting of Conservation Translocation Practitioners. A lo largo de tres días, un centenar de especialistas mundiales con experiencia en movimientos de fauna discutieron las lecciones aprendidas sobre esta técnica, en conexión tanto con los procesos de recuperación de especies como de restauración de ecosistemas.

Una conclusión del evento fue que el éxito en conservación de especies depende más de factores sociales y políticos que de un riguroso análisis científico. También se comentó mucho que el cumplimiento escrupuloso de los criterios de reintroducción de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) hace muy difícil llevar a cabo este tipo de proyectos.

Bisontes con denominación de origen

Un argumento muy usado para paralizar una iniciativa de traslocación o traslado de especies es que los ejemplares a introducir son genéticamente diferentes a los que existen o existieron en la zona. Como ejemplo, puede citarse la oposición a reintroducir bisontes en España, ya que los que habitaron estas tierras hasta el Holoceno (de la especie Bison priscus) son distintos de los que sobrevivieron en Centroeuropa (Bison bonasus).

A este respecto, debe recordarse la hibridación conocida entre bisontes y otros bovinos. Un estudio reciente concluía que los actuales bisontes americanos (Bison bison) llevan genes de bovinos domésticos (Bos taurus), lo cual lleva a algunos autores a juntarlos a todos en el género Bos.

El caso del águila pescadora

Hace poco se ha publicado una carta en Science criticando el proyecto de la Generalitat Valenciana de reintroducir el águila pescadora a partir de ejemplares procedentes del centro y el norte de Europa. En esencia, los autores alertan que mezclar individuos de diferentes subpoblaciones (con ligeras diferencias genéticas) puede conllevar riesgos evolutivos que erosionen adaptaciones locales.

La carta ha recibido réplica de los promotores del proyecto y científicos de prestigio. En resumen, alegan que las diferencias genéticas se deben al aislamiento reciente a causa de la reducción de la especie y subsiguiente endogamia. La polémica puede seguirse con una contrarréplica.

Prohibido cambiar plantas de sitio

En lo que respecta a la flora, el origen genético de las plantas a cambiar de ubicación también obstaculiza proyectos para reforzar especies amenazadas o reintroducir especies localmente extintas. El caso es aún más serio que para la fauna, ya que las trabas por las diferencias genéticas (o más bien de origen geográfico) se han elevado al ámbito administrativo.

Esto queda muy claro en el concepto de región de procedencia, definida como “la zona o el grupo de zonas sujetas a condiciones ecológicas uniformes en las que se encuentran fuentes semilleras o rodales que presentan características fenotípicas o genéticas semejantes”. Si bien estas limitaciones se restringen por ahora al ámbito forestal, es preocupante que el reciente Real Decreto 159/2022, de 1 de marzo, extienda la regulación sobre los orígenes a la flora silvestre amenazada.

Aprovechar la riqueza local

Compartimos la necesidad de evitar repoblaciones caprichosas de animales o plantas de procedencia lejana cuando hay material genético próximo disponible. Así, en el caso de Frangula alnus, este arbolillo fue salvado de la extinción local en la Comunidad Valenciana gracias a la mezcla de genotipos, utilizando plantas valencianas y de Castilla-La Mancha.

En el ejemplo del proyecto comentado de reintroducción del águila pescadora en la Comunidad Valenciana, la iniciativa tuvo una fase experimental. Entre 2019 y 2021, sólo se pudieron utilizar 4 pollos procedentes de Andalucía y 5 de Baleares, dada la escasez de población nidificante en estas comunidades. Y eso a pesar de la buena disposición de sus gobiernos para colaborar con la Generalitat Valenciana.

Tan pocos ejemplares liberados anualmente (de 2 a 4) hacen prácticamente imposible construir una población a medio plazo (10-20 años) si se tiene en cuenta la altísima mortalidad de la especie en su primer año de dispersión.

Poblaciones aisladas y genéticamente empobrecidas

No estamos en contra de mantener la diversidad genética conforme a los principios del Convenio de Río (1992), pero otra cosa es imponer limitaciones adicionales cuando trabajamos con especies seriamente amenazadas e incluso al borde de la extinción.

Las especies en peligro suelen hallarse empobrecidas genéticamente por aislamiento y endogamia, algo que con dificultad puede ser adaptativo y restringe enormemente las posibilidades de contar con un plantel donante generoso. Este solo puede provenir de poblaciones en buen estado de conservación.

En el caso de subespecies prácticamente extinguidas, y si queremos ser prácticos, deberían plantearse proyectos de reintroducción con ejemplares de otras subespecies en mejor estado de conservación.

Subespecies más saludables

Esta es la decisión que ha tomado la India para recuperar al guepardo, tras asumir que va a ser imposible obtener suficientes ejemplares de la última población de la subespecie asiática (Acinonyx jubatus venaticus), recluida en Irán y clasificada en peligro crítico. Las autoridades indias han llegado a un acuerdo con Namibia para traslocar individuos de la subespecie del sur de África (A. jubatus jubatus), mucho más saludable.

En el caso de la única especie de ave extinguida en toda Europa en los últimos 150 años, el torillo andaluz, se fía su recuperación a las últimas poblaciones de Marruecos, seriamente amenazadas, que pertenecen a la misma subespecie (Turnyx sylvaticus sylvaticus). Sin embargo, utilizar ejemplares de otras subespecies subsaharianas abriría posibilidades inmediatas de reintroducción.

En el campo de la botánica tenemos el curioso ejemplo de la jara de Cartagena (Cistus heterophyllus subsp. carthaginensis), subespecie endémica española y único vegetal incluido en el selecto grupo de especies en “situación crítica” por el Gobierno de España. Su población no supera la docena de ejemplares silvestres naturales en todo el mundo.

Esta planta cuenta con dos únicas poblaciones ibéricas, en Valencia y Murcia, a las que se acaba de sumar recientemente una nueva población localizada en la isla de Cabrera (Baleares). El vegetal tiene su mayor reservorio genérico en África: la subespecie heterophyllus, ampliamente repartida por el norte de Marruecos y Argelia.

Para recuperar las poblaciones españolas, altamente amenazadas, se ha optado por el desarrollo de planes de conservación regionales con acciones locales, empleando los genotipos propios de cada región, sin considerar mezclas. Pero la utilización de genotipos más meridionales podría sin duda ser la vía más realista para garantizar su existencia en el escenario de cambio climático.

Oportunidad de supervivencia

Es preciso mencionar que la distribución actual de las especies amenazadas no responde tanto a sus preferencias ecológicas ni a su adaptación genética a determinados ambientes, sino que son un simple refugio (a menudo deficiente) de una persecución secular por parte del hombre. La incorporación de nuevos genes puede ser la clave para construir poblaciones más resilientes y adaptables al cambio climático y social, con rasgos de comportamiento susceptibles de selección genética.

En conclusión, no creemos que la mezcla de genotipos en especies amenazadas dentro de programas de recuperación deba verse como un fenómeno irreversible y perjudicial que provoca la pérdida de exclusividad genética. Es más bien una oportunidad para mejorar y ayudar a especies que están en situación crítica de supervivencia.

09
Ago
2022

oso pardo

Autoría: Vincenzo Penteriani

Investigador, Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad (Universidad de Oviedo - CSIC)

El cambio climático amenaza la supervivencia de un número cada vez mayor de especies: entre un 20 y un 30 % de plantas y animales sufrirán alteraciones en su distribución o entrarán en riesgo de extinción si el calentamiento global alcanza los niveles previstos para finales de este siglo.

Proyectar escenarios futuros de modificación en el paisaje vegetal sobre la base de las predicciones del cambio climático puede ayudar a planificar medidas de conservación y manejo de las especies animales. Así será posible mitigar las posibles contracciones y desplazamientos de las actuales áreas de alimentación y refugio.

En dos estudios recientes, miembros del Grupo de Investigación del Oso Cantábrico hemos evaluado el impacto potencial del calentamiento global en las principales plantas de las que se alimenta el oso pardo de la cordillera Cantábrica. Nuestros resultados sugieren que este fenómeno podría alterar los rangos geográficos de esta especie.

La dieta del oso: gramíneas, frutas y bellotas

La alteración del paisaje debida al cambio climático afectará a aquellas especies que dependen de frutos y bellotas para alimentarse. Una de ellas es el oso pardo cantábrico (Ursus arctos), cuya dieta se basa en vegetales.

Estos plantígrados consumen gramíneas en primavera, frutas carnosas (especialmente arándanos silvestres) en el verano y bellotas durante el período de la hiperfagia en otoño. Durante este último, los osos pasan la mayor parte de su tiempo activo buscando alimento para almacenar grasa, esencial para una hibernación exitosa y para la reproducción.

En el caso de poblaciones de animales pequeñas y en peligro de extinción, como es el oso pardo, los efectos del cambio climático sobre sus recursos tróficos pueden anular considerablemente los esfuerzos de conservación y gestión realizados a otros niveles, como la reducción de conflictos entre humanos y vida silvestre.

La recuperación del oso pardo en la cordillera Cantábrica ha sido uno de los mayores logros en conservación de estas últimas décadas en España. Esta población ha pasado de estar al borde de la extinción con unos cincuenta ejemplares en los años 90 a más de 300 a principios de esta década. Pero el cambio climático podría estar poniendo en peligro el futuro de esta especie en España.

Menos alimento, menos osos

Para describir diferentes situaciones futuras, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) emplea trayectorias de concentración representativas (RCP) de gases de efecto invernadero entre la era preindustrial y el año 2100. Nuestras proyecciones han modelado cambios en el hábitat del oso utilizando la RCP 4.5 (escenario moderado) y RCP 8.5 (escenario pesimista) para 2050 y 2070.

Nuestras previsiones indican que los hayedos de la cordillera Cantábrica podrían ser los más afectados en los dos escenarios, ya que se reducen a la mitad en el escenario moderado y casi desaparecen en el pesimista. La distribución del arándano se contraería a la mitad. Y lo mismo podría ocurrir con el roble pedunculado y el roble albar.

Como consecuencia de la extensa reducción de la mayor parte de la cubierta forestal y de las arandaneras, la población de osos pardos podría disminuir drásticamente su área de distribución geográfica en el futuro:

En el escenario moderado, la población osera podría reducirse a la mitad tanto para 2050 como para 2070.

En el escenario pesimista, aparece una contracción dramática: el oso pardo solo se encontraría en el 24 % (2050) y 12 % (2070) del actual rango de distribución.

Cambios que acentúan conflictos con el hombre

Los modelos también indican un posible desplazamiento de la población de oso pardo hacia el norte. Esta migración puede explicarse principalmente por el cambio en la distribución de castaños y robles y la desaparición del arándano, del haya y del roble albar.

También se espera que las modificaciones en el paisaje vegetal desplacen a los osos pardos de las zonas montañosas hacia otras más humanizadas. Así, podemos prever un aumento de los conflictos con las actividades humanas y, consecuentemente, un posible aumento de la mortandad de los osos.

Efectos negativos adicionales podrían incluir una tendencia a una dieta más carnívora, lo que aumentaría los conflictos con los ganaderos, un limitado almacenamiento de grasa antes de la hibernación y un aumento de la competencia intraespecífica con otros consumidores de bellotas como ungulados salvajes y ganado.

Mirar al futuro para actuar en el presente

La magnitud de los cambios proyectados enfatiza que las prácticas de conservación centradas solo en los osos pueden no ser apropiadas. Se necesitaría una planificación de conservación y manejo de la especie más dinámica, incorporando las modificaciones del hábitat determinadas por el cambio climático en las estrategias de conservación de especies.

Evidentemente, las proyecciones sobre el impacto del cambio climático no pueden tener en cuenta las respuestas adaptativas potencialmente complejas de la especie. A pesar de esto, estas predicciones representan un primer paso importante en el que confiar para la futura conservación del oso pardo. Nos permiten empezar a centrarnos en aquellas áreas a las que estas especies podrían desplazarse.

Por ejemplo, la colonización asistida por plantas, es decir, el traslado intencional de especies vegetales a lugares climáticamente adecuados fuera de sus rangos actuales, son estrategias que ya se están explorando para hacer frente a un clima cambiante.

Así, junto a las acciones de conservación encaminadas a mantener a los osos en sus áreas de distribución actuales, habría que fomentar prácticas encaminadas a conservar y gestionar aquellas áreas favorables para ser habitadas por los osos como consecuencia de las modificaciones debidas a cambio climático.

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