Ciencia y Técnica

01
Nov
2021

 

Autoría

Héctor S. Martínez Sánchez-Mateos

Profesor Titular de Geografía Humana, Universidad de Castilla-La Mancha

El acceso a servicios es un aspecto clave en la sociedad del bienestar. La calidad depende de la capacidad que tengamos para garantizar qué servicios básicos, como la educación, la salud y el comercio y la banca, llegan de forma adecuada a todos.

Los conceptos de umbral y alcance explican la distribución de bienes y servicios en el territorio. El umbral hace referencia a la demanda necesaria para que un determinado servicio sea rentable en una localización, mientras que el alcance es la distancia que la demanda es capaz de cubrir para llegar a un servicio. La combinación de ambos conceptos jerarquiza la especialización de servicios sobre el territorio, con la población y la distancia como variables fundamentales.

La consecuencia se traduce en dos problemas: el coste y el desequilibrio territorial. Este último plantea dificultades estructurales que tienen que ver con la creciente brecha entre los espacios urbanos y rurales, donde el contraste es cada vez mayor, aumentando en consecuencia los costes y agravando el problema progresivamente.

La situación de los servicios en zonas despobladas

En salud, más del 75 % de los municipios españoles no tienen centro de atención básica. De ellos, más de la mitad están a más de 30 minutos de un hospital. Hablamos de alrededor de 5 millones y medio de habitantes sin acceso directo a un servicio básico de salud, y unos 4 millones de habitantes a más de 30 minutos de distancia de un servicio especializado.

En el ámbito educativo, más del 40 % de municipios no tienen educación infantil de segundo ciclo o primaria, pero la incidencia es de 500 000 habitantes, reflejo de la escasa proporción de población joven en el mundo rural. En educación secundaria son más de 3 millones de estudiantes los que no disponen de un centro en la localidad en la que residen.

Los municipios afectados se localizan preferentemente en la mitad norte peninsular, en áreas de interior y alejadas de las principales capitales provinciales. Castilla y León, Aragón y Extremadura, junto a Castilla-La Mancha y áreas periféricas de Andalucía y la cornisa cantábrica son los espacios que muestran estos déficit de acceso a servicios.

Al reto del sostenimiento de unos servicios básicos se une la desinversión privada, con la exclusión bancaria como consecuencia más reciente y evidente, no sólo desde el punto de vista del cliente individual, sino también por la falta de servicios financieros a empresas locales. El aumento del uso de la banca digital ha impulsado este proceso, que afecta negativamente al acceso a servicios personalizados del tejido productivo rural.

Tecnología, infraestructuras y movilidad: retos y soluciones

En un contexto en el que la retirada de dotaciones e infraestructuras es la tendencia general, la solución que aparece es el incremento de la movilidad rural. Esto dista de ser el ideal, ya que incrementa la dependencia del vehículo privado.

El transporte en coche propio es la alternativa más flexible y viable, los servicios públicos de transporte son, asimismo, escasos, de elevados tiempos de conexión y frecuentes esperas.

Los problemas se pueden resumir en tres:

Áreas de servicio: los ámbitos rurales son generalmente grandes superficies con grandes distancias y muchas paradas, lo que plantea problemas relacionados con la articulación de rutas eficaces.

Coordinación de servicios: los servicios públicos suelen articularse con lógicas diferentes y desde ámbitos de decisión diferentes. Esto genera lógicas que en ocasiones se superponen o excluyen, provocando importantes retos de coordinación y de provisión de servicios.

Infraestructuras: hay un déficit de cantidad y calidad, tanto de transporte físico como en materia de comunicaciones.

Las soluciones pasan por dos caminos. Por un lado, está el papel de la información y su desarrollo en sistemas de información de la demanda aplicados. En segundo lugar, el uso de tecnologías que admitan servicios de transporte flexibles y adaptables a la demanda rural. Ejemplos de estas tecnologías son el acceso de gran capacidad a internet, los teléfonos inteligentes y los equipos informáticos acondicionados.

No obstante, los diferentes niveles de adaptación y la capacidad de uso de la tecnología provoca dificultades de uso, especialmente en comunidades vulnerables a la exclusión digital por edad, género y capacitación. Nos encontramos ante una paradoja en la que la solución enfatiza aún más el problema y el acceso a servicios sanitarios, educativos y comerciales se agrava por la llamada brecha digital.

Las tecnologías ofrecen soluciones que reducen el impacto de la falta de provisión de servicios, pero no los sustituyen. Ejemplos como la información en tiempo real sobre rutas e itinerarios, sistemas de transporte colectivo inteligentes (transporte a la demanda, vehículos compartidos) son alternativas, pero debe haber una dotación mínima y una respuesta por parte de las administraciones.

A pesar de estas posibilidades, la realidad es que su despliegue en entornos rurales es aún bastante limitado, cuando en los espacios urbanos se han convertido en habituales. De nuevo, el contraste es notable.

Si apostamos por el mantenimiento de servicios en el medio rural tenemos que hablar de los profesionales que trabajan allí. Habitualmente se desplazan desde otros ámbitos (urbanos) y compensar sus rentas en relación a la distancia es una forma de fijar su destino en los pueblos.

El compromiso con las áreas despobladas

Ante esta situación sería importante contar, en primer lugar, con un amplio acuerdo que reconociera la problemática y entendiera el acceso a bienes y servicios como una prioridad estatal. En los últimos años se habla de un pacto de Estado al respecto, pero no parece estar en la agenda a corto y medio plazo.

La sociedad urbana, alejada de esta problemática, debería aumentar la sensibilidad y el compromiso ante esta situación. Es necesario construir las soluciones desde el convencimiento de que la justicia territorial de la nueva Agenda Territorial Europea 2030 habla de espacios funcionales y equilibrados, con menor diferencia entre territorios de la Unión, pero esto pasa irremediablemente por una toma de conciencia por parte de la mayoría de la población que no percibe ni experimenta esta problemática.

THE CONVERSATION

25
Oct
2021

 

Autoría

Luis Gómez Fernández

Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)

La contaminación del planeta representa un gran reto para la humanidad. No deja de ser paradójico que sus protagonistas sean actividades ligadas al bienestar, como la agricultura, la industria y la urbanización. El Programa Ambiental de las Naciones Unidas dedica una atención particular a los contaminantes orgánicos persistentes (COP), plasmada en el Convenio de Estocolmo. Las propiedades de sus moléculas lo justifican: toxicidad elevada, movilidad global, resistencia a la degradación (persistencia) y acumulación en los seres vivos.

Las dos últimas propiedades explican por qué las especies que estamos en el ápice de las pirámides tróficas sufrimos una mayor exposición a estos compuestos. De todos los contaminantes orgánicos persistentes que contempla el Convenio de Estocolmo, los bifenilos policlorados (PCB) han acaparado las restricciones más severas.

La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer clasifica a los bifenilos policlorados como “carcinógenos probables” en humanos, y se han descrito muchos otros efectos nocivos. Su fabricación se prohibió en los EE. UU. en 1979 y en la UE en 1987 (1986 en el Reino Unido).

A pesar de ello, toda la biosfera sigue expuesta hoy a sus efectos.

Anclaje del contaminante (amarillo) al centro activo de la enzima que lo oxida. En la reacción participa una molécula de coenzima NAD+ (azul) y varios aminoácidos (coloreados). La energía del proceso se capta en las hojas. Author provided

Cómo eliminar los bifenilos policlorados

Los métodos convencionales para descontaminar los bifenilos policlorados y otros contaminantes orgánicos persistentes son invasivos y muy costosos. La búsqueda de soluciones alternativas ha conducido a la fitorremediación, una tecnología verde que explota la capacidad de algunas plantas (y sus microorganismos asociados) para degradar contaminantes orgánicos, entre otras aplicaciones.

El proceso funciona con energía solar, respeta el entorno y es barato. Algunas especies arbóreas, sobre todo los chopos o álamos (género Populus), son especialmente adecuadas para descontaminar, como analiza esta revisión reciente que hemos realizado en el Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas de la Universidad Politécnica de Madrid (CBGP UPM-INIA).

Pese a sus ventajas económicas y ecológicas, el desconocimiento general de esta tecnología es tan grande que supone un freno significativo a su implantación. También lo es la escasez de datos sobre el metabolismo de los contaminantes. Los compuestos bifenílicos no son una excepción. Este conocimiento es esencial para mejorar el proceso de degradación y seleccionar variedades vegetales con altas capacidades.

Nuestro grupo de investigación en el CBGP UPM-INIA, Biología Sintética y Bioingeniería, SynBIO2, y, en la ETSI Montes, Forestal y del Medio Natural de la UPM es uno de los que estudian el metabolismo de estos bifenilos. En colaboración con el grupo de Estudios Ambientales de la ETSI Minas y Energía de la UPM hemos logrado descifrar la primera ruta degradadora en plantas. Nuestras investigaciones se han centrado en el chopo, interesante por su valor económico, su capacidad natural para descontaminar bifenilos policlorados y su estatus como sistema modelo en biología vegetal.

Estos resultados acaban de publicarse en la revista PNAS. Es importante señalar que los árboles no quedan contaminados, pues las moléculas tóxicas se fragmentan y las piezas resultantes, inocuas, se integran en el metabolismo normal. Esta es una diferencia esencial con la fitorremediación de metales pesados, que no pueden ser destruidos.

¿Cuál es el impacto de la contaminación hoy?

El análisis más completo hasta la fecha, publicado en The Lancet, concluye que la contaminación es el principal factor ambiental causante de muertes prematuras en el mundo. Unos nueve millones de personas fallecen cada año debido a ella. Esta cifra duplica el número total de víctimas mortales de la covid-19 contabilizadas casi dos años después del brote de Wuhan.

El estudio de The Lancet señala, asimismo, que las pérdidas económicas asociadas –costes sanitarios, mermas de productividad y otras– suponen cuatro billones de euros anuales. Una cifra superior al PIB de Alemania en 2020 (la cuarta economía mundial) y más de tres veces y media el PIB de España en el mismo período.

El impacto ecológico es también ingente. La contaminación altera el funcionamiento normal de los ecosistemas y reduce su resiliencia. Agrava, por tanto, los efectos de la sequía y las temperaturas extremas, cuyos episodios son cada vez más frecuentes. Igual sucede con los efectos de plagas y enfermedades. El resultado es que disminuye la productividad primaria de la biosfera al atenuarse el secuestro global de carbono. Se considera, por ello, que la contaminación contribuye al cambio climático, aparte de sus efectos directos sobre los seres vivos.

En resumen, hay demasiadas cosas importantes en juego: la salud humana, la calidad ambiental, la seguridad alimentaria, el desarrollo económico, los equilibrios ecológicos, el cambio climático. Es imperativo descontaminar el planeta y las tecnologías verdes tienen mucho que aportar. Mención especial merece el potencial de la genómica y los métodos actuales de investigación biológica, que pueden revolucionar este campo igual que está sucediendo con la medicina.

Decía Albert Einstein que el mundo no es un lugar peligroso por los que hacen maldades, sino por los que las contemplan y no hacen nada.

 

THE CONVERSATION

16
Oct
2021

Science Daily thumb

Fecha: septiembre 27, 2021

Fuente: Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana

Resumen:

Una nueva edición especial de las Actas de la Academia Nacional de Ciencias muestra enfoques multidisciplinarios para explorar los impactos humanos en los bosques tropicales y sus sistemas terrestres asociados.

   

HISTORIA COMPLETA

Los bosques tropicales aparecen regularmente en las noticias como la primera línea de los desafíos del cambio climático y la sostenibilidad humana. Son algunos de los hábitats terrestres más amenazados del planeta y, por lo tanto, son clave para las discusiones sobre el Antropoceno, el período en el que las actividades humanas se convirtieron en los principales impactadores de los sistemas de la Tierra.

En un nuevo conjunto de artículos de alto impacto editados por investigadores del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana y el Instituto Smithsonian de Investigación, investigadores de diferentes campos y orígenes muestran que si queremos planificar mejor para el futuro, debemos mirar profundamente en el pasado en busca de las raíces del Antropoceno en los trópicos.

Los bosques tropicales y el Antropoceno: presente y pasado

Al considerar el Antropoceno, a menudo pensamos en las actividades humanas con impactos obvios en los ecosistemas: quema de combustibles fósiles, lluvia radiactiva nuclear o aumento de la fabricación de plástico y la contaminación a partir de los 20 años.ésimo siglo en adelante.

Sin embargo, ahora también sabemos que debido a que los bosques tropicales albergan más de la mitad de la biodiversidad del planeta, generan grandes cantidades de lluvia, anclan los suelos en su lugar y almacenan cantidades masivas de carbono, la alteración humana de estos entornos puede iniciar toda una serie de retroalimentaciones, procesos que reverberan en regiones, continentes e incluso la Tierra.

Uno de los editores del nuevo volumen, Patrick Roberts, señala que la alteración humana de los bosques tropicales "probablemente no sea solo un fenómeno reciente".

"Aunque los bosques tropicales a menudo se ven como 'desiertos' prístinos antes de las actividades industriales, ahora sabemos que los cazadores-recolectores, los productores de alimentos e incluso los habitantes de las ciudades han habitado, y modificado, estos entornos durante mucho, mucho tiempo", continúa Roberts. "Dado que estos hábitats están incrustados en una variedad de sistemas terrestres, esto abre el potencial de encontrar raíces muy tempranas para el Antropoceno".

Una variedad de paisajes tropicales gestionados

La nueva característica especial de PNAS, titulada 'Los bosques tropicales como sitios clave del Antropoceno', muestra la amplia gama de métodos que los investigadores están utilizando ahora, desde microscopios de alta potencia hasta núcleos de sedimentos, desde excavaciones arqueológicas hasta escaneo láser en el aire, para explorar las diferentes formas en que las personas han interactuado con los ecosistemas tropicales, los climas y los suelos a través del espacio y el tiempo.

Como dice Rebecca Hamilton, otra de las editoras del largometraje, "los artículos de este volumen investigan una variedad de interacciones entre humanos y bosques, incluida la explotación de huevos de aves gigantes en Nueva Guinea, los impactos de la agricultura de arroz con cáscara en coníferas antiguas y amenazadas en el sureste de China, y una comparación de la vida urbana tropical en el mundo maya clásico y el Gran Angkor".

Story Source:

Materials provided by Max Planck Institute for the Science of Human History. Note: Content may be edited for style and length.

Journal Reference:

Patrick Roberts, Rebecca Hamilton, Dolores R. Piperno. Tropical forests as key sites of the 'Anthropocene': Past and present perspectives. Proceedings of the National Academy of Sciences, 2021; 118 (40): e2109243118 DOI: 10.1073/pnas.2109243118

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Max Planck Institute for the Science of Human History. "Deep roots of the 'Anthropocene' can be found in tropical forests." ScienceDaily. ScienceDaily, 27 September 2021. <www.sciencedaily.com/releases/2021/09/210927150529.htm>.

18
Oct
2021

Science Daily thumb

Fecha: septiembre 28, 2021

Fuente: Universidad de Southampton

Resumen:

La investigación ha arrojado nueva luz sobre el impacto de los humanos en la biodiversidad de las islas. Los hallazgos muestran cómo la colonización humana alteró el bosque en las islas de la Macaronesia, incluida la pérdida de autenticidad del paisaje.

   

HISTORIA COMPLETA

La investigación ha arrojado nueva luz sobre el impacto de los humanos en la biodiversidad de las islas. Los hallazgos muestran cómo la colonización humana alteró el bosque en las islas de la Macaronesia, incluida la pérdida de autenticidad del paisaje.

Los ecosistemas insulares oceánicos son únicos y a menudo contienen especies que se limitan a islas o grupos de islas específicas. También son vulnerables a las perturbaciones.

Para proporcionar una línea de tiempo de cómo los humanos cambiaron estos territorios a lo largo de los siglos, un equipo dirigido por la Universidad de Southampton, estudió múltiples indicadores de cambio de paisaje enterrados en sedimentos depositados durante períodos de hasta diez mil años. El equipo examinó muestras que incluyen polen fosilizado, esporas de hongos que se descomponen en estiércol que indican la presencia de herbívoros considerables, fragmentos de carbón vegetal que indican el uso de incendios, así como la composición del sedimento en sí.

Sus hallazgos, publicados en la revista PNAS, mostraron que si bien los bosques en las islas cambiaron naturalmente durante miles de años, la llegada humana a las Islas Canarias, hace unos 2000 años, y Cabo Verde, hace 500 años, condujo a un aumento de los incendios y las tasas de erosión del suelo, esta última asociada con la introducción de ganado no nativo como cabras y cerdos. Un tipo particular de bosque típico de la Macaronesia, conocido como bosque termófilo, y caracterizado por especies icónicas como el drago, fue el más afectado. En Cabo Verde, los datos sugieren que la vegetación de las islas está sufriendo un proceso de homogeneización debido a las presiones humanas y la singularidad de los ecosistemas insulares individuales se está perdiendo.

El equipo también encontró que el primer uso de los bosques canarios por parte de los colonos aborígenes parecía tener un impacto limitado en la vegetación nativa, como el bosque de laurisilva de la isla de la Gomera. Esto se debe posiblemente a poblaciones más pequeñas, que generalmente interactúan y comercian con otras islas cercanas. Por el contrario, los colonos de la era colonial que llegaron en el siglo 15, adoptaron actos mucho más agresivos de deforestación, cambio en el uso de la tierra e introducción de especies no nativas debido a redes comerciales mucho más amplias que tuvieron un efecto mucho mayor.

Sandra Nogué Bosch, profesora de Ciencias Paleoambientales en la Universidad de Southampton, dijo: "Contrastar la historia a largo plazo de diferentes ecosistemas, como los bosques insulares, ayuda a poner en perspectiva la fuerza transformadora que la humanidad está desatando en todo el mundo".

La profesora Mary Edwards, profesora de Geografía Física en la Universidad de Southampton, dijo: "Esperamos que las instituciones locales e internacionales que abordan los desafíos ambientales en la región puedan utilizar nuevos conocimientos sobre la composición y variabilidad de los ecosistemas pasados para restaurar los parques naturales y otras partes de los paisajes insulares".

El Dr. Álvaro Castilla-Beltrán, quien completó su doctorado en la Universidad de Southampton, explicó: "Esta evidencia sobre entornos pasados proporciona evidencia valiosa sobre cómo los bosques respondieron a las acciones humanas y la mejor manera de restaurar estos paisajes, que en algunos casos han sufrido transformaciones severas y pérdida de especies".

El equipo planea seguir utilizando metodologías de vanguardia para poder responder a estas preguntas, liberando el potencial de las herramientas geoquímicas y buscando ADN antiguo preservado en los sedimentos.

Después de analizar las consecuencias de los impactos humanos en las Islas Canarias y Cabo Verde, el equipo planea continuar sus estudios en otros archipiélagos para profundizar en cómo han evolucionado los hábitats de las islas.

"Otras preguntas de investigación importantes permanecen abiertas, por ejemplo, ¿cuál fue el papel de un clima cambiante en estos procesos en el pasado y cómo afectará el calentamiento global a los ecosistemas futuros? ¿Cuál fue el impacto local de fenómenos naturales extremos como las erupciones volcánicas, como la que actualmente está activa en La Palma, y cómo la vida en las islas cambió las culturas de las personas que las asentaron? También mantendremos el trabajo en otros archipiélagos para proporcionar una nueva perspectiva de la huella humana en estos fascinantes territorios", concluyó el Dr. Nogué Bosch.

Fuente de la historia:

Materiales proporcionados por la Universidad de Southampton. Nota: El contenido se puede editar por estilo y longitud.

Referencia de la revista:

Álvaro Castilla-Beltrán, Lea de Nascimento, José-María Fernández-Palacios, Robert J. Whittaker, Kathy J. Willis, Mary Edwards, Sandra Nogué. Transiciones antropogénicas de paisajes boscosos a paisajes dominados por el hombre en el sur de la Macaronesia. Actas de la Academia Nacional de Ciencias,2021; 118 (40): e2022215118 DOI: 10.1073/pnas.2022215118

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Universidad de Southampton. "Impacto de los asentamientos humanos en los ecosistemas insulares". ScienceDaily. ScienceDaily, 28 de septiembre de 2021. <www.sciencedaily.com/releases/2021/09/210928094012.htm>.

24
Sep
2021

 

En el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, el Servicio de Vigilancia de la Atmósfera del programa europeo Copérnico ha informado sobre el estado de su agujero sobre el Polo Sur, y al igual que el año pasado, supera en tamaño al continente antártico.

El agujero en la capa de ozono que se produce estacionalmente sobre la Antártida ha superado este año en tamaño al 75 % de los agujeros desde el año 1979. / ESA

Durante la primavera en el hemisferio sur, de agosto a octubre, se forma un agujero en la capa de ozono situada sobre la Antártida, alcanzando su máximo entre mediados de septiembre y mediados de octubre.

Después, cuando las temperaturas en lo alto de la estratosfera empiezan a subir a finales de la primavera del hemisferio sur, el agotamiento del ozono se ralentiza, el vórtice polar se debilita y finalmente se rompe, y en diciembre, los niveles de ozono suelen volver a la normalidad.

En el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, el Servicio de Vigilancia de la Atmósfera (CAMS) del programa europeo Copérnico ha ofrecido una actualización del tamaño de este agujero estratosférico, así como de la capa de ozono que protege a la Tierra de las propiedades nocivas de los rayos solares.

Tras un comienzo bastante normal, el agujero de ozono de este 2021 ha crecido considerablemente en la última semana, y ha alcanzado ya una extensión mayor que la de la Antártida, superando en tamaño al 75 % de los agujeros de ozono en esta fase de la temporada desde el año 1979.

Un agujero de tamaño similar al del año pasado

Según cuenta Vincent-Henri Peuch, director del Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copérnico, "este año el agujero de ozono se ha ido desarrollando como se esperaba durante el principio de la temporada, parece bastante parecido al del año pasado, que tampoco fue realmente excepcional en septiembre, pero luego se convirtió en uno de los más duraderos registrados”.

El agujero en la capa de ozono de este 2021 ha crecido considerablemente en la última semana, y ha alcanzado ya una extensión mayor que la de la Antártida

”El vórtice es bastante estable y las temperaturas estratosféricas son aún más bajas que el año pasado, estamos ante un agujero de ozono bastante grande y potencialmente también profundo", advierte Peuch.

La vigilancia de la capa de ozono que lleva a cabo el CAMS utiliza la modelización por ordenador en combinación con las observaciones por satélite, de forma similar a las previsiones meteorológicas, con el fin de proporcionar una imagen tridimensional completa del estado del agujero de ozono.

Para ello, este servicio combina diferentes elementos de información disponibles, como mediciones en la parte ultravioleta-visible del espectro solar, que son de muy alta calidad, pero por falta de luz, no están disponibles en la región que aún se encuentra en la noche polar.

También se incluye otro conjunto de observaciones que proporcionan información crucial sobre la estructura vertical de la capa de ozono, pero que tiene una cobertura horizontal limitada.

Desde la prohibición de los halocarbonos, la capa de ozono ha mostrado signos de recuperación, pero es un proceso lento y habrá que esperar hasta la década de 2060 o 2070 para ver una eliminación completa de las sustancias que fomentan su eliminación

Al combinar cinco fuentes de información diferentes, uniéndolas mediante su sofisticado modelo numérico, el CAMS puede proporcionar una imagen detallada de la distribución del ozono con una columna total, un perfil y una dinámica coherentes.

Desde la prohibición de los halocarburos (como los CFC) la capa de ozono ha mostrado signos de recuperación, pero es un proceso lento y habrá que esperar hasta la década de 2060 o 2070 para ver una eliminación completa de las sustancias que la reducen.

Según indican desde el programa Copérnico, resulta esencial mantener los esfuerzos de vigilancia para garantizar que el protocolo de Montreal (un acuerdo internacional para proteger la capa de ozono) se siga cumpliendo.

Fuente: SINC

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