Hidrología

10
Dic
2022

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Con estas incorporaciones, el Catálogo Nacional de Reservas Hidrológicas pasaría a contar con 289 reservas, incluyendo por primera vez reservas naturales lacustres y subterráneas

Por primera vez se incluyen más de 12 kilómetros cuadrados (km2) de lagos y 1.000 km2 de acuíferos, sumados a los nuevos tramos de ríos y los ya declarados, harán un total de más de 3.848 km de cauce bajo esta figura de protección

España tiene un compromiso firme con la preservación de su capital hidrológico, por este motivo el MITECO ha invertido cerca de 22 millones en medidas de conservación y mejoras en las reservas fluviales

El Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), ha declarado 67 reservas hidrológicas en todo el país, entre las que se incluyen 26 nuevas reservas naturales fluviales y, por primera vez, 19 reservas naturales lacustres y 22 reservas naturales subterráneas.

La declaración de 26 nuevas reservas naturales fluviales y la ampliación de dos tramos de ríos, con una longitud de 518,37 km, eleva el número total de espacios protegidos de este tipo a 248, con una extensión de 3.848,51 kilómetros. Además, se han agregado 19 reservas naturales lacustres con un área de 12,34 km2 y las 22 nuevas reservas naturales subterráneas, de 1.077,11 km2 de superficie.

Este proceso es fruto del trabajo realizado por las Confederaciones Hidrográficas para la revisión de los planes hidrológicos de tercer ciclo (2022-2027). Como resultado, se han identificado e incluido en el nuevo plan varios tramos de ríos, lagos y aguas subterráneas que cumplen con las características necesarias para ser reserva hidrológica. El Catálogo Nacional de Reservas Hidrológicas, que da soporte a toda la información técnica sobre estos espacios, cuenta en la actualidad con 222 reservas naturales fluviales: 135 en cuencas intercomunitarias y 87 pertenecientes a cuencas intracomunitarias. Con estas incorporaciones, el Catálogo pasa a contar con 289 reservas.

El documento incluye la declaración como reserva hidrológica de tramos de ríos como el Alberche, el Sorbe o el Gévora; lagos como la Laguna Grande de Gredos, las Lagunas de Muniellos, o las Lagunas de Sierra Nevada; y manantiales como el nacimiento del río Castril Calar del Mundo o la Font de la Coveta, entre otros.

ESPAÑA PROTEGE SU CAPITAL HIDROLÓGICO

Desde la declaración de las reservas fluviales en el 2015, el Ministerio ha invertido más de 5,5 millones en el desarrollo de las medidas de conservación y mejora. En estos momentos dispone de una inversión en ejecución de 3,8 millones y está en camino la ejecución de una inversión próxima a los 14 millones en el marco del Fondo de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Es decir, en total cerca de 22 millones de euros están invertidos en preservar estos espacios naturales de gran valor ecológico.

Estas iniciativas incluyen la eliminación de presas abandonadas y la construcción de escalas de peces y otras actuaciones de permeabilización de obstáculos, así como el control de especies exóticas invasoras, la mejora de la vegetación costera, la creación de humedales y la celebración de sesiones informativas. Asimismo, incluyen otras actuaciones ambientales realizadas en colaboración con los Ayuntamientos y Comunidades Autónomas.

EVALUACIÓN ANTE LOS IMPACTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO

Debido a que las áreas protegidas son lugares de baja presión humana, las reservas hidrológicas constituyen un escenario inmejorable para evaluar los efectos del cambio climático en los ecosistemas de ríos y lagos, y aquellos asociados a agua subterránea.

Actualmente, el MITECO trabaja para implantar una red de seguimiento del cambio climático en cada uno de los tres tipos de reservas hidrológicas, donde se realizarán análisis de gabinete y campo para evaluar los cambios en variables meteorológicas, hidrológicas, hidrogeológicas, morfológicas o de vegetación de ribera, entre otras.

10
Dic
2022

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Fija el objetivo de restaurar 3.000 kilómetros de ríos entre 2022 y 2030 conforme a los Planes hidrológicos de cuenca y los Planes de gestión del riesgo de inundación

La Estrategia cuenta con una inversión estimada de 2.500 millones, conectada a las líneas presupuestarias del Plan de Recuperación, Transición y Resiliencia y con los programas europeos FEDER y LIFE

Desde 2005 se han ejecutado o iniciado 76 proyectos de restauración para mejorar la continuidad fluvial de los ríos, con actuaciones de infraestructuras verdes y soluciones basadas en la naturaleza

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ha sacado a consulta pública la actualización de la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos (ENRR) que, con una inversión estimada de 2.500 millones de euros, fija el objetivo de restaurar 3.000 kilómetros de ríos españoles entre 2022 y 2030 conforme a los Planes Hidrológicos de Cuenca y los Planes de Gestión del Riesgo de Inundación.

Transcurridos 15 años desde su inicio, es necesario abordar una segunda fase de desarrollo de la ENRR para actualizar los objetivos y los mecanismos de desarrollo de la Estrategia, y adecuarla a la evolución normativa europea y española en materia de agua, biodiversidad y gestión de riesgos.

Para que la restauración fluvial sea exitosa, es necesario que la sociedad comprenda el objetivo de estas actuaciones y los beneficios que comportan. Ello implica un mayor conocimiento y mejor comprensión de los procesos y dinámicas fluviales entre la población y una participación más activa en la toma de decisiones.

El presente documento que se somete ahora a consulta pública recoge las principales reflexiones de la ENRR y las líneas de actuación para la revisión de la misma. El plazo para el envío, a través de este enlace, de observaciones al texto finaliza el 16 de diciembre de 2022.

Posteriormente, será aprobada por el Consejo de Ministros e implantada a través de las distintas administraciones de acuerdo con el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, conectado a las líneas presupuestarias del Plan de Recuperación, Transición y Resiliencia (PRTR) y con los programas europeos FEDER y LIFE.

MEJORA DE LA CONTINUIDAD FLUVIAL DE LOS RÍOS

La estrategia se inició en 2005 con un plan de acción basado en el diagnóstico de la problemática de los ríos españoles. Desde esa fecha, se han ejecutado o están en ejecución 76 proyectos de restauración en las demarcaciones hidrográficas intercomunitarias, con actuaciones de infraestructuras verdes y soluciones basadas en la naturaleza.

Estos proyectos han permitido mejorar la continuidad fluvial de los ríos españoles mediante la demolición de 621 azudes, presas obsoletas y la construcción de 574 pasos para peces.

Los Planes Hidrológicos de Cuenca del Tercer Ciclo y los Planes de Gestión el Riesgo de Inundación de segundo ciclo apuestan claramente por la restauración fluvial, al ser las presiones hidromorfológicas una de las tipologías más importantes de las existentes en nuestros ríos.

La influencia del cambio climático en la hidromorfología fluvial y en la vegetación de ribera afecta a nuestros ecosistemas fluviales principalmente a través de la modificación del régimen de caudales y al incremento de la erosión, tal y como se recoge en el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático

27
Nov
2022

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Hasta el 16 de diciembre

24/11/2022

Fija el objetivo de restaurar 3.000 kilómetros de ríos entre 2022 y 2030 conforme a los Planes hidrológicos de cuenca y los Planes de gestión del riesgo de inundación

La Estrategia cuenta con una inversión estimada de 2.500 millones, conectada a las líneas presupuestarias del Plan de Recuperación, Transición y Resiliencia y con los programas europeos FEDER y LIFE

Desde 2005 se han ejecutado o iniciado 76 proyectos de restauración para mejorar la continuidad fluvial de los ríos, con actuaciones de infraestructuras verdes y soluciones basadas en la naturaleza

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ha sacado a consulta pública la actualización de la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos (ENRR) que, con una inversión estimada de 2.500 millones de euros, fija el objetivo de restaurar 3.000 kilómetros de ríos españoles entre 2022 y 2030 conforme a los Planes Hidrológicos de Cuenca y los Planes de Gestión del Riesgo de Inundación.

Transcurridos 15 años desde su inicio, es necesario abordar una segunda fase de desarrollo de la ENRR para actualizar los objetivos y los mecanismos de desarrollo de la Estrategia, y adecuarla a la evolución normativa europea y española en materia de agua, biodiversidad y gestión de riesgos.

Para que la restauración fluvial sea exitosa, es necesario que la sociedad comprenda el objetivo de estas actuaciones y los beneficios que comportan. Ello implica un mayor conocimiento y mejor comprensión de los procesos y dinámicas fluviales entre la población y una participación más activa en la toma de decisiones.

El presente documento que se somete ahora a consulta pública recoge las principales reflexiones de la ENRR y las líneas de actuación para la revisión de la misma. El plazo para el envío, a través de este enlace, de observaciones al texto finaliza el 16 de diciembre de 2022.

Posteriormente, será aprobada por el Consejo de Ministros e implantada a través de las distintas administraciones de acuerdo con el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, conectado a las líneas presupuestarias del Plan de Recuperación, Transición y Resiliencia (PRTR) y con los programas europeos FEDER y LIFE.

MEJORA DE LA CONTINUIDAD FLUVIAL DE LOS RÍOS

La estrategia se inició en 2005 con un plan de acción basado en el diagnóstico de la problemática de los ríos españoles. Desde esa fecha, se han ejecutado o están en ejecución 76 proyectos de restauración en las demarcaciones hidrográficas intercomunitarias, con actuaciones de infraestructuras verdes y soluciones basadas en la naturaleza.

Estos proyectos han permitido mejorar la continuidad fluvial de los ríos españoles mediante la demolición de 621 azudes, presas obsoletas y la construcción de 574 pasos para peces.

Los Planes Hidrológicos de Cuenca del Tercer Ciclo y los Planes de Gestión el Riesgo de Inundación de segundo ciclo apuestan claramente por la restauración fluvial, al ser las presiones hidromorfológicas una de las tipologías más importantes de las existentes en nuestros ríos.

La influencia del cambio climático en la hidromorfología fluvial y en la vegetación de ribera afecta a nuestros ecosistemas fluviales principalmente a través de la modificación del régimen de caudales y al incremento de la erosión, tal y como se recoge en el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático.

https://www.miteco.gob.es/es/prensa/ultimas-noticias/el-miteco-saca-a-consulta-p%C3%BAblica-la-actualizaci%C3%B3n-de-la-estrategia-nacional-de-restauraci%C3%B3n-de-r%C3%ADos-que-contar%C3%A1-con-una-inversi%C3%B3n-de-2.500-mill/tcm:30-548371

09
Dic
2022

 

Autoría:

Joan Estrany. Profesor Titular de Universidad de Geografía Física. Coordinador del Mediterranean Ecogeomorphological and Hydrological Connectivity Research Team, Universitat de les Illes Balears

Jaume Company Ferrer. Estudiante de doctorado. Departamento de Biología de la Universitat de les Illes Balears. Miembro del Mediterranean Ecogeomorphological Connectivity Research Team, Universitat de les Illes Balears

Josep Fortesa. Contratado postdoctoral - Doctor en Geografía Física, Universitat de les Illes Balears

Julián García Comendador. Profesor ayudante. Área de Geografía Física del departamento de Geografía de la UIB. Miembro del Mediterranean Ecogeomorphological and Hydrological Connectivity Research Team, Universitat de les Illes Balears

Maurici Ruiz Pérez. Profesor titular de universidad, Universitat de les Illes Balears

Miguel Molina Rotger. Estudiante de doctorado de ingeniería y técnico superior de INUNSAB. Miembro del Mediterranean Ecogeomorphological Connectivity Research Team, Universitat de les Illes Balears

En general, la imagen que nos viene a la mente cuando hablamos de ríos es la de un curso fluvial perenne, es decir, con un caudal constante. Sin embargo, aquellos cursos que no cuentan con un flujo permanente prevalecen en todas las regiones climáticas. Son los ríos temporales.

Estos ríos se caracterizan por experimentar una fase seca recurrente –de duración y extensión variable– causada por aportaciones de lluvia irregulares, elevadas temperaturas y, principalmente en regiones calizas, un subsuelo que engulle casi toda el agua que fluye en superficie.

Abundantes e imprescindibles

A nivel global, estos cursos de agua representan el 69 % de los pequeños cauces de cabecera, alcanzando cifras de entre el 30-40 % de la totalidad de los ríos de mayor entidad en latitudes inferiores a los 60°.

La clave para definirlos es el régimen hidrológico. Este, además de caracterizar el volumen de agua que fluye en un río regularmente en el tiempo y el espacio, está muy relacionado con su calidad ambiental. Así lo explicita la Directiva Marco del Agua, donde se identifica el régimen hidrológico como un factor crucial en la gestión integrada de cuencas.

Los ríos temporales actúan como corredores esenciales de materia y energía. Son claves para el correcto funcionamiento de numerosos ecosistemas, tanto continentales como litorales. Incluso cuando el agua no fluye en superficie, se producen flujos subsuperficiales que conectan las partes altas de un río temporal con otras aguas abajo.

Los ríos temporales también son ríos

Este tipo de ríos es predominante en regiones de clima mediterráneo. Como consecuencia, culturalmente los ríos temporales cuentan con un notable arraigo social reflejado en su denominación popular: arroyos, cañadas o ramblas en las regiones de habla castellana de España, y rambles, torrents, rieres o rierols en las de habla catalana; torrente en Portugal y Galicia; cours d'eau intermittent o ravines en Francia; torrenti, rii o fiumare en Italia; xiropotamos, xeropotamos o xeros potamos en Grecia y Chipre; wadis o oued en el mundo árabe.

Estos términos específicos generan, en ocasiones, una confusión entre la población que les priva de su condición de ríos. Quedan relegados a una unidad de menor relevancia, un espacio marginal en el imaginario colectivo.

No obstante, este olvido es un fenómeno relativamente reciente derivado del cambio socioeconómico ocurrido en la Europa mediterránea, que ha provocado la progresiva pérdida de algunas referencias geográficas atesoradas por nuestros antepasados durante generaciones.

Los ríos temporales tenían un lugar destacado entre estas referencias. El agua suponía un bien escaso de difícil acceso y gestión y, a la vez, un riesgo con el que convivir.

Desgraciadamente, se ha pasado del respeto al desprecio, o peor, a la ignorancia absoluta. A obstruir su paso con construcciones, a contaminarlos, a estrecharlos, a reducirlos a una sombra de lo que son. Un desprecio que provoca la degradación ambiental de elementos clave para el paisaje e incrementa nuestra vulnerabilidad frente a episodios de inundación y otros riesgos naturales.

Acciones que destruyen los ríos y el paisaje

Es importante desarrollar políticas integrales de protección de ríos temporales y establecer soluciones científicas en la toma de decisiones fundamentadas en la naturaleza.

Por ejemplo, la práctica habitual de desbrozo indiscriminado de la vegetación de ribera comporta procesos irreversibles de degradación ambiental. Además, elimina los servicios ecosistémicos que esta vegetación proporciona, como mitigar inundaciones, actuar de reservorios de carbono y regular el clima local.

Estos efectos se pueden observar en multitud de paisajes rurales mediterráneos. La mal llamada limpieza de arroyos está dilapidando un paisaje cultural en el que tradicionalmente la hidrología había sido tratada con delicadeza extrema.

Las prácticas tradicionales de conservación del suelo han permitido retenerlo mediante muros de piedra en seco ubicadas en los márgenes de estos ríos, actualmente muy dañados por estas actuaciones.

En multitud de lugares, la urbanización también ha causado una marcada alteración hidrológica de los ríos temporales, modificando la microtopografía de las geoformas fluviales y generando impactos irreversibles en los ecosistemas e incrementando los riesgos de inundación.

Más ríos temporales debido al cambio climático

En el grupo MEDhyCON de la Universitat de les Illes Balears llevamos años estudiando las dinámicas hidrológicas en cuencas mediterráneas y los efectos que el cambio climático y de los usos del suelo provoca en ríos temporales.

La previsión de reducción notable de precipitación a lo largo del s. XXI –según el escenario de mayor emisión de CO₂– producirá efectos notables en la escorrentía, ampliando la fase seca y tornando temporales muchos ríos actualmente perennes.

Ante la emergencia climática actual y los futuros escenarios climáticos y de modificación de uso del suelo, es fundamental aplicar soluciones basadas en la naturaleza utilizando un enfoque combinado de gestión del territorio, monitorización ambiental y sistemas de alerta temprana de riesgos naturales para generar una cultura social en pro de la resiliencia y restauración de los ríos temporales.

Con la adopción de buenas prácticas de gestión territorial y ambiental en ríos temporales, es posible reducir sustancialmente los efectos adversos causados por el calentamiento global y cambios en los usos del suelo. Es urgente gestionar de manera sostenible de estos ríos, pues forman parte intrínseca de un paisaje mediterráneo altamente sensible a los cambios de la dinámica climática global.

The Conversation

14
Nov
2022

En el siguiente enlace está disponible la charla impartida en Zaragoza por Ignacio Pérez-Soba Díez del Corral el 9 de noviembre de 2022.

https://www.youtube.com/watch?v=TqidBTdJX74

Se trata de la sesión 341 del Ateneo de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Zaragoza.

 

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