Hidrología

27
Nov
2022

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Hasta el 16 de diciembre

24/11/2022

Fija el objetivo de restaurar 3.000 kilómetros de ríos entre 2022 y 2030 conforme a los Planes hidrológicos de cuenca y los Planes de gestión del riesgo de inundación

La Estrategia cuenta con una inversión estimada de 2.500 millones, conectada a las líneas presupuestarias del Plan de Recuperación, Transición y Resiliencia y con los programas europeos FEDER y LIFE

Desde 2005 se han ejecutado o iniciado 76 proyectos de restauración para mejorar la continuidad fluvial de los ríos, con actuaciones de infraestructuras verdes y soluciones basadas en la naturaleza

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ha sacado a consulta pública la actualización de la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos (ENRR) que, con una inversión estimada de 2.500 millones de euros, fija el objetivo de restaurar 3.000 kilómetros de ríos españoles entre 2022 y 2030 conforme a los Planes Hidrológicos de Cuenca y los Planes de Gestión del Riesgo de Inundación.

Transcurridos 15 años desde su inicio, es necesario abordar una segunda fase de desarrollo de la ENRR para actualizar los objetivos y los mecanismos de desarrollo de la Estrategia, y adecuarla a la evolución normativa europea y española en materia de agua, biodiversidad y gestión de riesgos.

Para que la restauración fluvial sea exitosa, es necesario que la sociedad comprenda el objetivo de estas actuaciones y los beneficios que comportan. Ello implica un mayor conocimiento y mejor comprensión de los procesos y dinámicas fluviales entre la población y una participación más activa en la toma de decisiones.

El presente documento que se somete ahora a consulta pública recoge las principales reflexiones de la ENRR y las líneas de actuación para la revisión de la misma. El plazo para el envío, a través de este enlace, de observaciones al texto finaliza el 16 de diciembre de 2022.

Posteriormente, será aprobada por el Consejo de Ministros e implantada a través de las distintas administraciones de acuerdo con el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, conectado a las líneas presupuestarias del Plan de Recuperación, Transición y Resiliencia (PRTR) y con los programas europeos FEDER y LIFE.

MEJORA DE LA CONTINUIDAD FLUVIAL DE LOS RÍOS

La estrategia se inició en 2005 con un plan de acción basado en el diagnóstico de la problemática de los ríos españoles. Desde esa fecha, se han ejecutado o están en ejecución 76 proyectos de restauración en las demarcaciones hidrográficas intercomunitarias, con actuaciones de infraestructuras verdes y soluciones basadas en la naturaleza.

Estos proyectos han permitido mejorar la continuidad fluvial de los ríos españoles mediante la demolición de 621 azudes, presas obsoletas y la construcción de 574 pasos para peces.

Los Planes Hidrológicos de Cuenca del Tercer Ciclo y los Planes de Gestión el Riesgo de Inundación de segundo ciclo apuestan claramente por la restauración fluvial, al ser las presiones hidromorfológicas una de las tipologías más importantes de las existentes en nuestros ríos.

La influencia del cambio climático en la hidromorfología fluvial y en la vegetación de ribera afecta a nuestros ecosistemas fluviales principalmente a través de la modificación del régimen de caudales y al incremento de la erosión, tal y como se recoge en el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático.

https://www.miteco.gob.es/es/prensa/ultimas-noticias/el-miteco-saca-a-consulta-p%C3%BAblica-la-actualizaci%C3%B3n-de-la-estrategia-nacional-de-restauraci%C3%B3n-de-r%C3%ADos-que-contar%C3%A1-con-una-inversi%C3%B3n-de-2.500-mill/tcm:30-548371

14
Nov
2022

En el siguiente enlace está disponible la charla impartida en Zaragoza por Ignacio Pérez-Soba Díez del Corral el 9 de noviembre de 2022.

https://www.youtube.com/watch?v=TqidBTdJX74

Se trata de la sesión 341 del Ateneo de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Zaragoza.

 

30
Ago
2022

La desertificación es la degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas resultante de diversos factores, tales como las variaciones climáticas y las actividades humanas, según definición del artículo 1 de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD). La ratificación por parte de España de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD), como país Parte afectado, conlleva la preparación de un Programa de Acción Nacional como elemento central para luchar contra la desertificación. España ha realizado una ingente tarea de repoblación forestal de tierras degradadas Se estima en 5 millones de hectáreas la superficie repoblada en los 150 años transcurridos desde el inicio de las actuaciones (un 10% del territorio nacional), el 75 % de las cuales han tenido un objetivo eminentemente protector.

Restauración Forestal

La restauración hidrológico-forestal comprende el conjunto de actuaciones necesarias para proteger el suelo frente a la erosión, defender el territorio frente a la sequía y las inundaciones, aumentar la capacidad de aprovisionamiento de agua y contribuir a la conservación y mejora de la funcionalidad de los suelos.

Además, la restauración hidrológico-forestal contribuye a la creación de empleo rural, a la conservación y mejora de la biodiversidad, a la mitigación del cambio climático por aumento de los sumideros de carbono, y a la mejora del paisaje y del valor recreativo de los montes.

Las técnicas de restauración hidrológico-forestal se basan en los fundamentos de la hidrología forestal, considerada como especialidad de la hidrología que estudia la relación entre el agua y el suelo, dentro del marco de trabajo que constituyen los bosques y montes (López Cadenas de Llano, 1994), y consisten principalmente en la implantación de cubiertas vegetales, en la ejecución de hidrotecnias y en la realización de tratamientos selvícolas orientados a la mejora de la funcionalidad ecológica de los bosques, con especial atención a la protección y formación de suelo.

También se realizan otro conjunto de Actuaciones Forestales para mejorar las cubierta vegetal como las restauración de zonas afectadas por Grandes Incendios Forestales, y planes específicos de mitigación de la desertificación y la erosión.

En la web del MITECO se pueden descargar tres documentos muy interesantes:

La restauración forestal de España: 75 años de una ilusión

Bases técnicas y ecológicas del proyecto de repoblación forestal Tomo 1.pdf

Bases técnicas y ecológicas del proyecto de repoblación forestal Tomo 2.pdf

 

Fuente: MITECO

https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/desertificacion-restauracion/

08
Sep
2022

 

Brett M. Bennett & Gregorio A. Barton

Abstracto

Fondo

Este artículo traza la historia de las ideas científicas que conectan la cubierta forestal con la lluvia para informar los debates en curso sobre si los bosques son usuarios netos o productores de agua en el ciclo hidrológico. Los estudiosos de la escuela del lado de la oferta argumentan que los bosques son productores netos y lupas que aumentan las precipitaciones a escala regional. Los estudiosos del lado de la oferta buscan desafiar el dominio del pensamiento del lado de la demanda. La escuela del lado de la demanda enfatiza que los árboles son usuarios netos de agua dentro de una cuenca que disminuye el agua general disponible para otros usuarios. Este debate científico tiene implicaciones significativas para el desarrollo de políticas de gestión de los bosques y el agua.

Resultados

Los científicos han debatido la cuestión de si los bosques mejoran o empeoran el equilibrio hídrico durante más de doscientos años. Las conexiones entre los bosques y las precipitaciones ganaron prominencia en los círculos científicos durante la segunda mitad del siglo XIX y nuevamente durante las últimas tres décadas. La popularidad de las conexiones bosque-lluvia ha sido paralela al interés social y científico en el cambio climático antropogénico y la deforestación. Las teorías que conectan los bosques con las precipitaciones alcanzaron su punto máximo de popularidad en las décadas de 1850 a 1880, un período en el que los científicos expresaron su alarma de que la deforestación causó disminuciones regionales en las precipitaciones. Se entendía que los bosques creaban lluvia dentro de una localidad y región. El consenso científico cambió a principios del siglo XX a la opinión de que los bosques no desempeñaban un papel importante en la determinación de las precipitaciones. La conexión bosque-lluvia resurgió en la década de 1980 junto con los avances en el modelado climático y los crecientes temores del calentamiento global antropogénico y la deforestación tropical. Utilizando nuevos datos y teorías, los defensores de la oferta han colocado una vez más una fuerte conexión bosque-lluvia en la prominencia científica.

Conclusión

Las políticas de gestión del lado de la oferta tienen una historia accidentada que debería provocar cautela, mientras que las políticas del lado de la demanda, que se basan en casi un siglo de investigación hidrológica, no deben anularse rápidamente en regiones que enfrentan una posible escasez de agua antes de que se realicen más investigaciones.

Ver artículo completo: https://forestecosyst.springeropen.com/articles/10.1186/s40663-017-0124-9

Ecosistemas forestales volume 5, Número de artículo: 5 (2018)

30
Ago
2022

El 18% de las tierras están en riesgo alto o muy alto de convertirse en arenales y pedregales pronto

Tres cuartas partes de España están en riesgo de transformarse en un futuro no muy lejano en un páramo infértil sin rastro de agua. No es ninguna exageración. Lo afirma en su web el Ministerio de Transición Ecológica, que añade que un millón de hectáreas (el 2% de la superficie española) están en riesgo muy alto de convertirse en desierto en solo unos años, mientras otros ocho millones (15,82%) se sitúan en riesgo alto. Los incendios, las sequías, la sobreexplotación de aguas subterráneas, la agricultura intensiva de regadío o las desordenadas concentraciones urbanas aceleran la marcha hacia el desastre. Las causas están claras, pero los remedios para evitar la catástrofe no acaban de ponerse en marcha.

Solo en los últimos 20 años, la superficie catalogada en riesgo muy alto ha aumentado hasta el 30%, lo que prueba el ritmo acelerado de destrucción de superficie verde. Las zonas más amenazadas se concentran en el sureste de la península y en Canarias, como recoge el texto de la Estrategia de Lucha contra la Desertificación, que aprobó el Gobierno el pasado 21 de junio.

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