Ciencia y Técnica

11
Jun
2022

 

Autoría

Miguel Clavero Pineda, Científico titular CSIC, Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC)

El relato, que casi todo el mundo conoce, cuenta que en España había una vez ríos poblados de sabrosos cangrejos, que se atrapaban por docenas y se degustaban en casa o en comidas camperas de recuerdo imborrable. Pero todo acabó con la llegada de los cangrejos americanos, acompañados por una enfermedad que fulminó a nuestros cangrejos, a los de toda la vida. Ahora los americanos son los únicos que encontramos, y están por todas partes.

Es una historia cierta y triste. Pero hay un detalle en ella que no es exacto, ni muy conocido. Ese cangrejo que consideramos “el nuestro” no ha estado aquí “de toda la vida”. A pesar de que lo llamamos “cangrejo autóctono”, deberíamos llamarlo más bien cangrejo italiano. Se haría así honor a su nombre científico, Austropotamobius italicus, y reflejaría que Italia es la tierra desde la que a finales del siglo XVI se trajo a España.

La abundante documentación generada por la corte española (¡ay!, la burocracia patria), conservada en archivos españoles y extranjeros, nos ha permitido rastrear las numerosas gestiones realizadas a lo largo de al menos 25 años para la importación de cangrejos de río.

La especie que llegó a España

En Europa encontramos tres géneros nativos de cangrejos de río, Astacus, Pontastacus y Austropotamobius. Este último es el único presente actualmente en España. De este género hay dos especies en el oeste del continente, Austropotamobius pallipes y Austropotamobius italicus, y dentro de esta última se han descrito varias subespecies. Una de ellas, conocida con el muy italiano nombre de Austropotamobius italicus italicus tiene una extraña distribución, al aparecer en el noroeste de Italia (Toscana y regiones vecinas) y en España. Y en esta rareza biogeográfica podemos aparcar el latín.

El rey que se enamoró de los jardines europeos

En la década de los años 1550 un Carlos V ya enfermo dividió el imperio europeo que regía entre su hermano Fernando y su hijo Felipe, dejando a éste al mando de los territorios ibéricos, italianos y de los Países Bajos. Como parte de la formación de Felipe, Carlos organizó una gira por las tierras europeas que quedarían bajo su mando, conocida como el felicísimo viaje (1548-1551). Durante este largo viaje, el heredero quedó prendado por la jardinería europea, incluyendo el uso de estanques para alojar peces, aves y otros animales.

Tras su experiencia europea, Felipe II emprendió una transformación radical de los exteriores de los Sitios Reales (la Casa de Campo, Aranjuez y más tarde El Escorial), introduciendo la construcción de estanques “a la manera de Flandes”, liderada por maestros neerlandeses “de hacer estaques y criar pescados”. A ello se dedicaba Petre Jansen (apodado el Holandés) desde principios de los 1560s.

Los caprichos de Felipe II: pescados y cangrejos

A principios de los años 1560 se envió por orden del rey una larga memoria a Antonio Perrenot de Granvela, cardenal y hombre fuerte de la corte en los Países Bajos, con muchas y diversas peticiones, incluyendo caballos, cuchillos, telas, botas, patines “para yr sobre los yelos” y “una dozena de cisnes mansos”.

La carta también pedía al cardenal Granvela un maestro de hacer estanques para “carpas, bruxetes y alcrevizes”. Al tratarse de especies que no estaban es España, se nombran con españolizaciones de sus nombres franceses. Así, bruxetes se refiere al lucio (brochet) y alcrevizes a los cangrejos de río (écrevisse). En su camino hacia la corte el nuevo maestro debía informarse de en qué lugares de los territorios fronterizos de Francia habrá “buen recaudo de carpas y bruxetes y alcrevizes de la buena casta”.

La llegada a España del maestro de los estanques

Adrian van der Müller (apodado el Flamenco) llegó a los Sitios Reales en noviembre de 1563 acompañado por un ayudante y diez cisnes. Tras una primera inspección aseguró que Aranjuez albergaría sin problemas carpas, lucios y cangrejos de río, y que él podría traerlos.

En el verano de 1564 se prepararon los salvoconductos de dos expediciones independientes, lideradas respectivamente por el Holandés y el Flamenco, que habrían de traer las novedades en fauna acuática hasta los estanques reales. El Holandés acabó preso, acusado de espionaje y condenado a muerte en Bayona. Su liberación requirió gestiones diplomáticas implicando directamente a la corte.

El Flamenco sí consiguió los peces, pero encontró en su viaje a Madrid fuertes tormentas de nieve que le hicieron descargar carpas y lucios en el monasterio de San Juan de Burgos a finales de diciembre de 1564 (la primera introducción de ambas especies en España). En febrero de 1565 el Flamenco llegó a la Casa de Campo con 39 lucios pequeños y una carpa, aunque muerta. Fue enviado inmediatamente a la frontera francesa a por otra carga de pescados, y en abril regresó con seis carpas vivas, liberadas en la Casa de Campo “después de averles dado la bendición acostumbrada”.

Así, en 1565 Felipe II había conseguido los peces que quería para sus estanques, pero no los cangrejos

De alcrevizes a gámbaros

El interés de Felipe II por los cangrejos de río resurgió casi 20 años después, pero esta vez focalizado en la corte toscana de los Médici. Los documentos de ese periodo llaman a los cangrejos de río gámbaros, otra españolización del nombre de un animal ausente en España (de gambero, en italiano). En las relaciones hispano-toscanas de la época tuvo un papel notable Gonzalo de Liaño, apodado Gonzalillo por su pequeño tamaño, probablemente relacionado con la acondroplasia, un personaje digno de un guión cinematográfico.

Diferentes documentos históricos muestran las gestiones promovidas por la corte española a través de Gonzalillo para obtener cangrejos de río. Liaño escribe a Francisco I de Médici en 1583 que había estado hablando con el rey español “sobre el traer de los gambaros a esta corte” y, tres años después, que Felipe II “recevira gran contento de que bengan” los dichos gámbaros.

El envío se produce finalmente en febrero de 1588, cuando un barco parte de Livorno hacia Alicante con “algunos vasos (toneles) de ganbaros vivos”, a cargo de un criado toscano que “a echo espirienzia de tenerlos tres meses vivos”, por lo que “le basta el animo de que llegaran vivos a Madrid o Aranjuez”.

Y así fue como se conformó esa extraña distribución de Austropotamobius italicus italicus, en Toscana y España.

Franco eligió los mismos peces

Sabemos que a principios del siglo XIX el cangrejo de río estaba presente en el centro-norte del país y que durante ese siglo empezó su expansión hacia el sur y el este, mediante múltiples introducciones. La dictadura de Franco promocionó enormemente la pesca del cangrejo, realizando numerosas introducciones y convirtiéndolo en una de las prioridades del Servicio Nacional de Pesca Fluvial y Caza junto con la trucha, la carpa, el black-bass y el lucio. Que tres de estas especies estrella coincidan con las preferencias de Felipe II 400 años antes da que pensar sobre la estabilidad de nuestros gustos.

La burbuja de precios y la llegada del invasor americano

Desde los años 1950 el interés por el cangrejo de río se desbocó en España, llevando a numerosas poblaciones a la sobreexplotación y a un incremento exponencial de su precio. Compensando por el efecto de la inflación, a principios de la década de 1970 el kilo de cangrejo de río llegó a precios que en 2021 equivaldrían a 225 euros en el campo y a más de 335 euros en los bares.

En ese momento, y ante los notables declives de “nuestro” cangrejo, empezó a plantearse la importación de especies americanas. Entre 1973 y 1974 se introdujeron los cangrejos rojo y señal, provocando el conocido, rápido y drástico derrumbe de las poblaciones de cangrejo italiano.

Curiosamente, el promotor de la introducción del cangrejo rojo en España fue Andrés Salvador de Habsburgo-Lorena, un aristócrata emparentado con todas las casas reales implicadas en la importación del cangrejo italiano en el siglo XVI. Al final, casi todo lo que tiene que ver con los cangrejos de río en España tiene su origen en caprichos de sangre azul.

02
Jun
2022

FORESTA 82

Editorial

               El chopo y la gestión de la cuenca hidrográfica del Duero

04          Apuntes

Lagarto ocelado (Timon lepidus) [pág. 4]

Tileda de Belvalle y Muela de la Campana (“Las Juntas”) [pág. 6]

La captación de datos masiva en monte mediante drones, una herramienta para la gestión forestal del siglo XXI [pág. 9]

El fuego prescrito [pág. 12]

Montes de Málaga: el cambio diversifica y aumenta funciones [pág. 16]

20          Entrevista

               Entrevista a Antonio López Lillo, ingeniero de montes y presidente de honor de EUROPARC-España

26

Opinión de actualidad.  Chopos en el territorio de la Confederación Hidrográfica del Duero

Choperas en el dominio público hidráulico: consideraciones socio-ambientales [pág. 26]

El aprovechamiento del chopo y su papel en la sociedad y economía rural [pág. 30]

Sobre las pretensiones de la Confederación Hidrográfica del Duero en la redacción del nuevo Plan Hidrológico y las afecciones a los titulares de derechos en las fincas de ribera, analizado desde

la perspectiva jurídica [pág. 32]

Las choperas y la Confederación Hidrográfica del Duero [pág. 34]

Comisión Nacional del Chopo [pág. 37]

¿Chopos sí, chopos no? Esa no es la cuestión [pág. 38]

42          Colaboraciones técnicas

              

La introducción y expansión del eucalipto en la península ibérica [pág. 42]

Zoonosis, garrapatas y cambio climático. Un problema sanitario creciente para los senderistas [pág. 50]

56          Reportaje fotográfico

               Mochuelos

64          Rincones naturales

               Jardín botánico El Castillejo

68          Literatura y medio natural

               Vladimir Arseniev. El asombro ante la naturaleza salvaje

72          Pinceladas de vida

               Guillermo y Ricardo Gruber. Recrear la naturaleza para fascinar

77          Noticias forestales y del Colegio

Los títulos de Grado pueden acceder al Grupo A1 de la Administración Pública [pág. 77]

Nuevas caras en la Junta rectora del Colegio [pág. 78]

http://www.forestales.net/Canales/Ficha.aspx?IdMenu=23626137-0408-49e5-a7f9-8fd16cfd91d5&Cod=cfc8f799-a516-4027-9606-8049966b5f1c&Idioma=es-ES

21
May
2022

 

Todo tiene un valor económico. Los recursos que nos proporciona el entorno natural, como el agua, la comida, el calor del sol... son mucho más valiosos de lo que nos podemos imaginar

Por EFE

14/04/2022 - 05:00

Se ha calculado que los servicios gratuitos que nos da la naturaleza tienen un valor de 125 trillones, con T, de dólares anuales, que es más que todo el producto interior bruto (PIB) de la economía a nivel global, y la mitad de ese producto depende del mundo natural. Así lo explica el biólogo y ecologista Enric Sala, quien publica en castellano "La Naturaleza de la Naturaleza. Por qué la necesitamos" (Editorial Ariel), un libro que ya salió en inglés en agosto de 2020 y que pretende explicar a los ciudadanos, a los políticos y a los empresarios por qué la naturaleza es fundamental para la continuidad de la vida en la tierra. "Estamos llegando a un punto que la naturaleza no podrá darnos más, donde no podrá mantener a 10.000 millones de personas" La naturaleza somos todos, es la capa viva que envuelve al planeta, desde organismos vivos a tres kilómetros de profundidad en la roca hasta los que viven en las nubes más altas y, en medio, la parte donde se concentra la mayor parte de vida es en el mar y en la superficie terrestre, explica el creador del proyecto "Pristine Seas" y el primer español seleccionado en 2011 para el exclusivo club de 15 exploradores residentes de National Geographic.

 Sala asegura que escribió el libro porque estaba "frustrado" de ver cómo el público, los políticos y los empresarios ignoraban completamente que sin naturaleza no habría humanidad, no habría sociedad humana, no habría mercados financieros. Todo el mundo se preocupa de la Bolsa y de la economía, pero muy poca gente se preocupa de la base ecológica que soporta esa economía, se lamenta. "Mi intención es educar a la gente interesada en los principios más básicos de la ecología -reflexiona-, para que entiendan que la naturaleza somos todos, somos parte de la naturaleza, no estamos afuera, pero que si no respetamos la naturaleza estamos echando piedras sobre nuestro propio tejado".

Sobre todo por la interdependencia entre bacterias, microbios o seres existentes en la naturaleza, afirma, y subraya que el ser humano "es muy arrogante" y debería "tener mucho más humildad", porque las personas son "un saco que transporta bacterias". "Vivimos en simbiosis con los microbios que viven en nuestro cuerpo y la mayor parte de genes humanos son microbianos", dice, y la pandemia ha demostrado la interdependencia entre todos, porque un virus que pasó de un animal a un humano -aún no se sabe cómo- paró a la sociedad humana durante más de dos años, y la causa a su juicio está en el comercio de la vida salvaje. En su opinión, la pandemia de coronavirus es la señal más clara que recibe la humanidad en el último siglo de mantener, de cuidar el resto de la naturaleza, porque ha venido de animales que los chinos comen o comercian con ellos. Pero también la humanidad se expone a nuevos virus por la deforestación, advierte, y aconseja mantener la naturaleza "en estado natural". "De lo contrario -recalca- nos exponemos a nuevas pandemias que podían incluso ser peores que esta".

El oxígeno que generan los bosques 'vale' dinero.

Las consecuencias de no hacerlo podrían afectar a toda la humanidad en todos los aspectos, porque la naturaleza proporciona todos sus beneficios gratis, como el oxígeno que ha sido creado por organismos vivientes, plantas o bacterias desde hace miles de millones de años. Hoy en día, bacterias y algas microscópicas en el mar producen más de la mitad del oxígeno que respiramos. Pero también la lluvia, que en muchos lugares está creada por el bosque, como en Sudamérica, donde el Amazonas, que al transpirar el vapor de agua a la atmósfera, crea las nubes que generan la lluvia que riega el bosque y a su vez con el calor tropical genera más lluvias. Son los ecosistemas del mar y los bosques los que han regulado el clima hasta ahora y han hecho que sea relativamente estable y apropiado para la sociedad humana.

También proporciona comida gracias a los polinizadores, como insectos, pájaros o mamíferos, señala el biólogo catalán, quien abandonó su puesto de profesor en la universidad para llevar a la práctica con Pristine Seas lo que enseñaba a sus alumnos.

Explica que se ha calculado que todos esos servicios gratuitos que nos da la naturaleza tienen un valor de 125 trillones de dólares, lo que representa más que todo el producto interior bruto de la economía a nivel global, y la mitad de ese producto depende del mundo natural. Pero el problema, explica, es que actualmente el 96 % de la biomasa -las toneladas de animales existentes en la tierra- de los mamíferos son los humanos y su ganado domesticado, mientras que solo el 4 % corresponde al resto de animales. "Estamos llegando a un punto que la naturaleza no podrá darnos más, donde no podrá mantener a 10.000 millones de personas, si continuamos en el ritmo actual, no podrá seguir absorbiendo nuestros impactos", concluye el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2006.

25
May
2022

Science Daily thumb

Fecha: 18 de mayo de 2022

Fuente: Universidad de Oxford

Resumen:

Los árboles tropicales en las selvas tropicales de Australia han estado muriendo al doble de la tasa anterior desde la década de 1980, aparentemente debido a los impactos climáticos, según los hallazgos de un estudio internacional a largo plazo. Esta investigación ha encontrado que las tasas de mortalidad de los árboles tropicales se han duplicado en los últimos 35 años, a medida que el calentamiento global aumenta el poder de secado de la atmósfera.

   

HISTORIA COMPLETA

Los árboles tropicales en las selvas tropicales de Australia han estado muriendo al doble de la tasa anterior desde la década de 1980, aparentemente debido a los impactos climáticos, según los hallazgos de un estudio internacional a largo plazo publicado en Nature today. Esta investigación ha encontrado que las tasas de mortalidad de los árboles tropicales se han duplicado en los últimos 35 años, a medida que el calentamiento global aumenta el poder de secado de la atmósfera.

El deterioro de estos bosques reduce la biomasa y el almacenamiento de carbono, lo que hace que sea cada vez más difícil mantener las temperaturas máximas globales muy por debajo del objetivo de 2 ° C, como lo exige el Acuerdo de París. El estudio de hoy, dirigido por investigadores del Centro de Investigación Ambiental Smithsonian y la Universidad de Oxford, y el Instituto Nacional de Investigación para el Desarrollo Sostenible (IRD) de Francia, ha utilizado registros de datos excepcionalmente largos de todas las selvas tropicales de Australia.

Encuentra que las tasas promedio de mortalidad de árboles en estos bosques se han duplicado en las últimas cuatro décadas. Los investigadores encontraron que los árboles viven alrededor de la mitad de tiempo, lo cual es un patrón consistente en todas las especies y sitios de toda la región. Y los impactos se pueden ver desde la década de 1980, según el equipo.

El Dr. David Bauman, ecólogo de bosques tropicales en Smithsonian, Oxford e IRD, y autor principal del estudio, sostiene: "Fue un shock detectar un aumento tan marcado en la mortalidad de los árboles, y mucho menos una tendencia consistente en la diversidad de especies y sitios que estudiamos. Una duplicación sostenida del riesgo de mortalidad implicaría que el carbono almacenado en los árboles regresa dos veces más rápido a la atmósfera".

El Dr. Sean McMahon, científico investigador principal del Smithsonian y autor principal del estudio, señala: "Se necesitan muchas décadas de datos para detectar cambios a largo plazo en organismos de larga vida, y la señal de un cambio puede verse abrumada por el ruido de muchos procesos".

Los doctores Bauman y McMahon enfatizan: "Un resultado notable de este estudio es que, no solo detectamos un aumento en la mortalidad, sino que este aumento parece haber comenzado en la década de 1980, lo que indica que los sistemas naturales de la Tierra pueden haber estado respondiendo al cambio climático durante décadas".

El profesor de Oxford Yadvinder Malhi, coautor del estudio, señala: "En los últimos años, los efectos del cambio climático en los corales de la Gran Barrera de Coral se han vuelto bien conocidos.

"Nuestro trabajo muestra que si miras hacia la costa desde el arrecife, las famosas selvas tropicales de Australia también están cambiando rápidamente. Además, el probable factor impulsor que identificamos, el creciente poder de secado de la atmósfera causado por el calentamiento global, sugiere que aumentos similares en las tasas de mortalidad de los árboles pueden estar ocurriendo en los bosques tropicales del mundo. Si ese es el caso, los bosques tropicales pronto pueden convertirse en fuentes de carbono, y el desafío de limitar el calentamiento global muy por debajo de 2 ° C se vuelve más urgente y más difícil".

Susan Laurance, profesora de Ecología Tropical en la Universidad James Cook, agrega: "Los conjuntos de datos a largo plazo como este son muy raros y muy importantes para estudiar los cambios forestales en respuesta al cambio climático. Esto se debe a que los árboles de la selva tropical pueden tener vidas tan largas y también a que la muerte de los árboles no siempre es inmediata".

Estudios recientes en la Amazonía también han sugerido que las tasas de mortalidad de los árboles tropicales están aumentando, debilitando así el sumidero de carbono. Pero la razón no está clara.

Las selvas tropicales intactas son grandes reservas de carbono y hasta ahora han sido "sumideros de carbono", actuando como frenos moderados a la tasa de cambio climático al absorber alrededor del 12% de las emisiones de dióxido de carbono causadas por el hombre.

Al examinar los rangos climáticos de las especies de árboles que muestran las tasas de mortalidad más altas, el equipo sugiere que el principal impulsor del clima es el creciente poder de secado de la atmósfera. A medida que la atmósfera se calienta, extrae más humedad de las plantas, lo que resulta en un mayor estrés hídrico en los árboles y, en última instancia, un mayor riesgo de muerte.

Cuando los investigadores analizaron los números, mostraron además que la pérdida de biomasa por este aumento de la mortalidad en las últimas décadas no ha sido compensada por las ganancias de biomasa del crecimiento de los árboles y el reclutamiento de nuevos árboles. Esto implica que el aumento de la mortalidad se ha traducido en una disminución neta del potencial de estos bosques para compensar las emisiones de carbono.

El equipo de investigación incluyó colegas de la Universidad de Oxford, la Universidad James Cook (Australia) y otras instituciones (Reino Unido, Francia, Estados Unidos, Perú).

Fuente de la historia:

Materiales proporcionados por la Universidad de Oxford. Nota: El contenido se puede editar por estilo y longitud.

Referencia de la revista:

Bauman, D., Fortunel, C., Delhaye, G. et al. La mortalidad de los árboles tropicales ha aumentado con el aumento del estrés hídrico atmosférico. Naturaleza, 2022 DOI: 10.1038/s41586-022-04737-7

Cite esta página:

Universidad de Oxford. "Los árboles de la selva tropical pueden haber estado muriendo más rápido desde la década de 1980 debido al cambio climático". ScienceDaily. ScienceDaily, 18 de mayo de 2022. <www.sciencedaily.com/releases/2022/05/220518113837.htm>.

19
May
2022

science daily

Quedan preguntas fundamentales sobre qué factores limitan el crecimiento de los árboles

Fecha: 12 de mayo de 2022

Fuente: Universidad de Utah

Resumen:

Un nuevo estudio encuentra que el crecimiento de los árboles no parece estar generalmente limitado por la fotosíntesis, sino más bien por el crecimiento celular. Esto sugiere que necesitamos repensar la forma en que pronosticamos el crecimiento de los bosques en un clima cambiante, y que los bosques en el futuro pueden no ser capaces de absorber tanto carbono de la atmósfera como pensábamos.

   

HISTORIA COMPLETA

¿Qué pasará con los bosques del mundo en un mundo en calentamiento? ¿El aumento del dióxido de carbono atmosférico ayudará a los árboles a crecer? ¿O los extremos de temperatura y precipitación frenarán el crecimiento? Todo eso depende de si el crecimiento de los árboles está más limitado por la cantidad de fotosíntesis o por las condiciones ambientales que afectan el crecimiento de las células de los árboles, una pregunta fundamental en la biología de los árboles, y para la cual la respuesta no se entendía bien, hasta ahora.

Un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Utah, con un equipo internacional de colaboradores, encuentra que el crecimiento de los árboles no parece estar generalmente limitado por la fotosíntesis, sino más bien por el crecimiento celular. Esto sugiere que necesitamos repensar la forma en que pronosticamos el crecimiento de los bosques en un clima cambiante, y que los bosques en el futuro pueden no ser capaces de absorber tanto carbono de la atmósfera como pensábamos.

"Un árbol que crece es como un sistema de caballos y carros que avanza por el camino", dice William Anderegg, profesor asociado en la Escuela de Ciencias Biológicas de la U e investigador principal del estudio. "Pero básicamente no sabemos si la fotosíntesis es el caballo con mayor frecuencia o si es la expansión y división celular. Esta ha sido una pregunta difícil y de larga data en el campo. Y es muy importante para comprender cómo responderán los árboles al cambio climático".

El estudio se publica en Science y está financiado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, la Fundación David y Lucille Packard, la Fundación Nacional de Ciencias, el Departamento de Energía de los Estados Unidos y el Desafío Ártico para la Sostenibilidad II.

Aprendimos lo básico en la escuela primaria: los árboles producen su propio alimento a través de la fotosíntesis, tomando la luz solar, el dióxido de carbono y el agua y convirtiéndolos en hojas y madera.

Sin embargo, hay más en la historia. Para convertir el carbono obtenido de la fotosíntesis en madera se requiere que las células de madera se expandan y se dividan.

Así que los árboles obtienen carbono de la atmósfera a través de la fotosíntesis. Esta es la fuente de carbono de los árboles. Luego gastan ese carbono para construir nuevas células de madera, el sumidero de carbono del árbol.

Si el crecimiento de los árboles es de origen limitado, entonces está limitado solo por la cantidad de fotosíntesis que el árbol puede llevar a cabo y el crecimiento del árbol sería relativamente fácil de predecir en un modelo matemático. Entonces, el aumento del dióxido de carbono en la atmósfera debería aliviar esa limitación y permitir que los árboles crezcan más, ¿verdad?

Pero si, en cambio, el crecimiento de los árboles está limitado por el sumidero, entonces el árbol solo puede crecer tan rápido como sus células puedan dividirse. Muchos factores pueden afectar directamente tanto la fotosíntesis como la tasa de crecimiento celular, incluida la temperatura y la disponibilidad de agua o nutrientes. Por lo tanto, si los árboles están limitados por el sumidero, la simulación de su crecimiento debe incluir la respuesta del sumidero a estos factores.

Los investigadores probaron esa pregunta comparando las tasas de origen y sumidero de los árboles en sitios en América del Norte, Europa, Japón y Australia. Medir las tasas de sumideros de carbono fue relativamente fácil: los investigadores solo recolectaron muestras de árboles que contenían registros de crecimiento. "Extraer núcleos de madera de los tallos de los árboles y medir el ancho de cada anillo en estos núcleos esencialmente nos permite reconstruir el crecimiento pasado de los árboles", dice Antoine Cabon, un académico postdoctoral en la Escuela de Ciencias Biológicas y autor principal del estudio.

Medir las fuentes de carbono es más difícil, pero factible. Los datos de la fuente se midieron con 78 torres de covarianza de foucault, de 30 pies de altura o más, que miden las concentraciones de dióxido de carbono y las velocidades del viento en tres dimensiones en la parte superior de las copas de los bosques, dice Cabon. "Basándonos en estas mediciones y algunos otros cálculos", dice, "podemos estimar la fotosíntesis forestal total de un rodal forestal".

Los investigadores analizaron los datos que recopilaron, buscando evidencia de que el crecimiento de los árboles y la fotosíntesis eran procesos que están vinculados o acoplados. No lo encontraron. Cuando la fotosíntesis aumentó o disminuyó, no hubo un aumento o disminución paralelo en el crecimiento de los árboles.

"Se esperaría un fuerte acoplamiento entre la fotosíntesis y el crecimiento de los árboles en el caso de que el crecimiento de los árboles sea limitado", dice Cabon. "El hecho de que en su mayoría observemos un desacoplamiento es nuestro principal argumento para concluir que el crecimiento de los árboles no está limitado por la fuente".

Sorprendentemente, el desacoplamiento se vio en entornos de todo el mundo. Cabon dice que esperaban ver algo de desacoplamiento en algunos lugares, pero "no esperábamos ver un patrón tan generalizado".

La fuerza del acoplamiento o desacoplamiento entre dos procesos puede estar en un espectro, por lo que los investigadores estaban interesados en qué condiciones condujeron a un desacoplamiento más fuerte o más débil. Los árboles frutales y con flores, por ejemplo, exhibieron diferentes relaciones fuente-sumidero que las coníferas. Más diversidad en un bosque aumentó el acoplamiento. Las copas de hojas densas y cubiertas lo disminuyeron.

Finalmente, el acoplamiento entre la fotosíntesis y el crecimiento aumentó en condiciones cálidas y húmedas, y lo contrario también es cierto: que en condiciones frías y secas, los árboles están más limitados por el crecimiento celular.

Cabon dice que este último hallazgo sugiere que el problema de la fuente frente al sumidero depende del entorno y el clima del árbol. "Esto significa que el cambio climático puede remodelar la distribución de las limitaciones de origen y sumidero de los bosques del mundo", dice.

Una nueva forma de mirar hacia adelante

La conclusión clave es que los modelos de vegetación, que utilizan ecuaciones matemáticas y características de las plantas para estimar el crecimiento futuro de los bosques, pueden necesitar ser actualizados. "Prácticamente todos estos modelos asumen que el crecimiento de los árboles es una fuente limitada", dice Cabon.

Por ejemplo, dice, los modelos actuales de vegetación predicen que los bosques prosperarán con un mayor dióxido de carbono atmosférico. "El hecho de que el crecimiento de los árboles a menudo sea limitado por el sumidero significa que para muchos bosques esto puede no suceder realmente".

Eso tiene implicaciones adicionales: los bosques actualmente absorben y almacenan aproximadamente una cuarta parte de nuestras emisiones actuales de dióxido de carbono. Si el crecimiento de los bosques se ralentiza, también lo hace la capacidad de los bosques para absorber carbono y su capacidad para frenar el cambio climático.

Otros autores del estudio incluyen a Steven A. Kannenberg, de la Universidad de Utah; Altaf Arain y Shawn McKenzie, de la Universidad McMaster; Flurin Babst, Soumaya Belmecheri y David J. Moore, Universidad de Arizona; Dennis Baldocchi, Universidad de California, Berkeley; Nicolas Delpierre, Universidad Paris-Saclay; Rossella Guerrieri, Universidad de Bolonia; Justin T. Maxwell, Universidad de Indiana Bloomington; Frederick C. Meinzer y David Woodruff, Servicio Forestal del USDA, Estación de Investigación del Noroeste del Pacífico; Christoforos Pappas, Université du Québec à Montréal; Adrian V. Rocha, Universidad de Notre Dame; Paul Szejner, Universidad Nacional Autónoma de México; Masahito Ueyama, Universidad de la Prefectura de Osaka; Danielle Ulrich, Universidad Estatal de Montana; Caroline Vincke, Universidad. Catholique de Louvain; Steven L. Voelker, Universidad Tecnológica de Michigan y Jingshu Wei, Academia Polaca de Ciencias.

Fuente de la historia:

Materiales proporcionados por la Universidad de Utah. Original escrito por Paul Gabrielsen. Nota: El contenido se puede editar por estilo y longitud.

Referencia de la revista:

Antoine Cabon, Steven A. Kannenberg, Altaf Arain, Flurin Babst, Dennis Baldocchi, Soumaya Belmecheri, Nicolas Delpierre, Rossella Guerrieri, Justin T. Maxwell, Shawn McKenzie, Frederick C. Meinzer, David J. P. Moore, Christoforos Pappas, Adrian V. Rocha, Paul Szejner, Masahito Ueyama, Danielle Ulrich, Caroline Vincke, Steven L. Voelker, Jingshu Wei, David Woodruff, William R. L. Anderegg. Síntesis entre biomas de la fuente versus los límites del sumidero para el crecimiento de los árboles. Ciencia, 2022; 376 (6594): 758 DOI: 10.1126/science.abm4875

Cite esta página:

Universidad de Utah. "Lo que todavía estamos aprendiendo sobre cómo crecen los árboles: Quedan preguntas fundamentales sobre qué factores limitan el crecimiento de los árboles". ScienceDaily. ScienceDaily, 12 de mayo de 2022. <www.sciencedaily.com/releases/2022/05/220512144348.htm>.

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