Ciencia y Técnica

25
Mar
2022

 

La búsqueda de información en Google ofusca la percepción acerca del origen de lo que sabemos o creemos saber. Al demandar a Google datos, historias, piezas de conocimiento del tipo que sea, tendemos a considerar como propio el origen de la información que nos da el buscador. Esto es, tendemos a pensar que ya disponíamos de ella, y así sobrevaloramos nuestros recursos y capacidades cognitivas. Esta es la principal conclusión de un estudio publicado hace unas semanas en la revista PNAS.

El hecho en sí, el recabar conocimiento ajeno, no es inhabitual en absoluto. Nadie lo sabe todo. Dependemos del conocimiento de familiares, amistades, colegas. Configuramos con esas personas sistemas cognitivos compartidos que nos permiten atender, procesar y recordar información de forma colectiva. No necesitamos saberlo todo; lo que necesitamos es saber quién sabe qué cosas. La ciencia, por ejemplo, funciona así, sobre la base de un conocimiento y comprensión de los fenómenos de la naturaleza compartidos de forma parcial por centenares de miles de personas, muchas de las cuales ni siquiera viven en la actualidad. La cognición humana no es individual; el pensar, recordar y conocer son, muy a menudo, colaborativos, el producto de la interacción entre recursos cognitivos propios y ajenos.

En las últimas décadas, a los mecanismos clásicos de cooperación cognitiva se ha sumado la internet y sus sistemas de búsqueda rápida. La red permite expandir la mente dotándonos de una memoria externa que se puede consultar cada vez que se necesita. Lo sabe casi todo y está siempre a nuestra disposición; nos proporciona la información que deseamos en el instante en que la solicitamos, sin esfuerzo por nuestra parte, con mayor facilidad, incluso, que si la obtuviésemos de nuestra misma mente. No tenemos que acudir a la biblioteca o consultar con un colega por teléfono. Es esa particularidad, esa facilidad para acceder a ella, la ausencia de otros actos intermedios, lo que, al parecer, hace que se difuminen las fronteras entre el conocimiento interno y el externo. Tendemos a pensar que el conocimiento de internet es nuestro conocimiento.

Como se difumina la frontera entre conocimiento externo e interno, quienes recurren con mayor frecuencia a internet para buscar información tienen más confianza en su memoria. A menudo olvidan, incluso, que habían recurrido a Google para saber algo. Creen que las respuestas obtenidas de internet procedían de su propia memoria.

Sabíamos del denominado “efecto Google”: cuando obtenemos información fácilmente en internet, tendemos a no almacenarla en nuestra memoria o, incluso, a olvidarla con facilidad. Pues bien, el estudio citado antes ha revelado la existencia de un segundo efecto Google, uno que no se refiere a lo que la gente sabe, sino a lo que cree saber. Como consecuencia, en un mundo en el que la búsqueda en internet es con frecuencia más rápida y fácil que bucear en la memoria propia, la gente puede llegar a saber menos, aunque crea saber más.

Las implicaciones de este fenómeno pueden ser variadas e importantes. Al aumentar la confianza de las personas en su conocimiento y comprensión, puede distorsionar su juicio acerca del aprendizaje y la motivación para aprender. Puede también otorgar mayor (e injustificada) confianza en el criterio propio a la hora de tomar ciertas decisiones. Y puesto que somos poco dados a cuestionar lo que consideramos conocimiento propio, al borrarse la frontera con el que obtenemos de la red, es más difícil detectar informaciones erróneas, con las consecuencias que se pueden derivar de ello.

¿Se imagina un mundo lleno de ignorantes que creen saberlo casi todo? Sé que exagero, pero quizás no demasiado. Piénselo.

Fuente: Ward, A. F. (2021): People mistake the internet’s knowledge for their own. Proceedings of the National Academy of Sciences, 118 (43) e2105061118.

Sobre el autor: Juan Ignacio Pérez (@Uhandrea) es catedrático de Fisiología y coordinador de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU
CUADERNO DE CULTURA CIENTÍFICA

23
Mar
2022

CREAF SO logo ESP print
Rafael Poyatos, investigador del CREAF y autor del estudio


Cierra los ojos y piensa en el ser vivo más sólido que conoces. ¿Has pensado en un árbol? Sólido, inmóvil e impasible al paso del tiempo. Nada más lejos de la realidad y es que los troncos de los árboles laten, se contraen de día cuando se vacían de agua y se dilatan de noche al llenarse por las raíces. Ahora, un estudio recientemente publicado en Nature Communications ha comprobado que el latido de los bosques se desequilibra durante las olas de calor. En concreto, el estudio ha comprobado que durante el verano de 2018 los árboles centroeuropeos se contrajeron el doble que en condiciones normales porque perdían demasiada agua durante el día por la ola de calor que sufrió el continente y no eran capaces de rellenarse de nuevo durante la noche.
Por otra parte, la investigación liderada por Roberto Salomón, de la Universidad de Ghent, Bélgica, y Richard Peters, también de la Universidad de Ghent y del Instituto Federal Suizo, Suiza, no ha visto diferencias en el crecimiento de los árboles durante la ola de calor y la sequía acaecidas entre mediados y finales de verano. ¿El motivo? Durante este período los árboles ya han completado gran parte del crecimiento y por eso la falta de agua en este período no ha sido crítica. “Sería mucho más difícil si esta situación se diera en primavera o principios de verano, que sí es el momento clave de crecimiento del diámetro del tronco”, comenta Poyatos .

Para llevar a cabo el estudio, un equipo de 59 instituciones, de 17 países diferentes, han recogido cómo variaba el diámetro del árbol cada media hora en 50 lugares distintos de toda Europa, aglutinando datos de más de 400 árboles distintos de 21 especies.

El latido del tronco al ritmo del agua
El latido de los bosques va al ritmo del agua que tiene el tronco en su interior. Al igual que el corazón con la sangre, el árbol bombea agua de las raíces hasta la atmósfera para reemplazar el agua que pierde por transpiración en las hojas, cruzando el tronco de abajo hacia arriba. Al amanecer, el tronco está hinchado a su máximo y el agua comienza a moverse por dentro del árbol hacia arriba, hasta escapar por las hojas, evaporada por el calor y la fotosíntesis. Al mediodía, el tronco ha perdido mucha agua y se ha contraído, en ese momento tiene el mínimo diámetro del día. Durante la tarde y, sobre todo, cuando el sol se esconde y llega la noche, el árbol se llena absorbiendo agua a través de las raíces y el ciclo vuelve a empezar. Como un latido, expansión y contracción constantes.

Los resultados del artículo demuestran que los árboles del centro de Europa, bajo condiciones de calor extremo, evaporan mucha más agua por las hojas durante el día que la que después son capaces de llenar por las raíces durante la noche. Así, durante el día se vacían mucho más de lo que se rellenan durante la noche y sufren esta deshidratación que se agrava si la sequía perdura.

La investigación ha comprobado que según las especies este efecto varía substancialmente. Por ejemplo, los robles son más capaces de llenar sus troncos durante la noche, sus raíces están más adaptadas a encontrar agua más adentro de la tierra. Por el contrario, las píceas (Picea abies) y el pino silvestre (Pinus sylvestris) no son tan eficientes, sobre todo las píceas, y sufren mucho más las olas de calor. Este estudio carece de datos de la península ibérica y explica una amenaza que afecta sobre todo a especies poco habituadas a la falta de agua.
Electrocardiograma forestal
Para llevar a cabo esta investigación el equipo investigador ha utilizado una enorme base de datos que recoge el latir de más de 400 árboles de toda Europa cada media hora. Esto es posible gracias a una red europea de dendrómetros automáticos (unas pulseras metálicas que abarcan los troncos de los árboles) capaces de medir estos cambios invisibles a nuestros ojos. Cualquier cambio en el diámetro del tronco queda registrado cada media hora en un receptor de datos y el resultado muestra los latidos del tronco como un electrocardiograma forestal. Evidentemente, además del latido diario, los dendrómetros también registran cuándo y cuánto crecen los árboles.
Estudiar cómo cambia el grosor de los árboles es muy importante para conocer el funcionamiento de nuestros bosques y sus respuestas al cambio climático, por este motivo, muchos países de todo el mundo utilizan estos dendrómetros y siguen árboles de diferentes especies y en diferentes hábitats. Este trabajo es un primer paso de la red mundial DendroGlobal que quiere salir adelante para unir en una sola base de datos la información que recogen los centros de investigación de todo el mundo.
Artículo: Salomón, R. L., Peters, R. L., Zweifel, R., Sass-Klaassen, U. G., Stegehuis, A. I., Smiljanic, M., Poyatos, R…. & Steppe, K. (2022). The 2018 European heatwave led to stem dehydration but not to consistent growth reductions in forests. Nature communications, 13(1), 1-11.

11
Mar
2022


H. Ricardo Grau


Revista.- Ecología Austral


Asociación Argentina de Ecología


Artículo interesante contra alguno de los paradigmas imperantes en la ecología actual


Resumen.- Los avances del conocimiento se nutren fuertemente del disenso. Al dificultar que las ideas que emergen de nuevas investigaciones reemplacen a las dominantes, el sesgo confirmatorio limita el crecimiento y el desarrollo de las comunidades científicas. Presento cuatro grupos de hallazgos que desafían ideas dominantes y resilientes (consensos) en la comunidad de ecólogos: 1) la fragmentación de hábitat generalmente no resulta en pérdidas de biodiversidad a escala de paisaje, 2) las invasiones por especies exóticas contribuyen al aumento de la biodiversidad de las comunidades vegetales y, posiblemente, a una explosión de diversificación a escala global, 3) la productividad primaria del planeta aumenta, la superficie global de bosques no disminuye, la desertificación y las zonas quemadas no se expanden (no hay una ‘degradación’ generalizada de los ecosistemas), y 4) la agricultura orgánica y la mezcla de sistemas productivos con sistemas naturales en general resultan en menores rendimientos agrícolas, lo que (en contraste, por ejemplo, con los cultivos transgénicos) tiende a aumentar la demanda de tierras para agricultura, en desmedro de los ecosistemas naturales, de su biodiversidad y de sus servicios ecosistémicos.

Propongo cinco mecanismos hipotéticos no excluyentes para explicar las dificultades de la comunidad científica para aceptar y enriquecerse de las consecuencias teóricas y aplicadas de estos hallazgos: el conservadorismo intelectual, las preferencias estéticas e ideológicas y la influencia de poderes político-institucionales y económicos.

El desafío a ideas dominantes en base a nuevos datos debería implicar la readaptación de las agendas científicas y políticas que las tenían como sustento. Cuanto antes eso ocurra, más rápido avanzará la ciencia y más acertadas serán las políticas ambientales. Sugiero que para esto se necesita una agenda científica y educativa orientada a fomentar el espíritu crítico y contrarrestar los efectos del sesgo confirmatorio en la comunidad de ecólogos.

Lectura completa en el siguiente enlace:


http://ojs.ecologiaaustral.com.ar/index.php/Ecologia_Austral/article/view/1782/1154

11
Feb
2022

Science Daily thumb

Fecha: enero 31, 2022

Fuente: Universidad de Michigan

Resumen:

Un nuevo estudio que involucra a más de 100 científicos de todo el mundo y la base de datos forestal más grande hasta ahora reunida estima que hay alrededor de 73,000 especies de árboles en la Tierra, incluidas aproximadamente 9,200 especies aún por descubrir.

Un nuevo estudio que involucra a más de 100 científicos de todo el mundo y la base de datos forestal más grande hasta ahora reunida estima que hay alrededor de 73,000 especies de árboles en la Tierra, incluidas aproximadamente 9,200 especies aún por descubrir.

La estimación global es aproximadamente un 14% más alta que el número actual de especies de árboles conocidas. Es probable que la mayoría de las especies no descubiertas sean raras, con poblaciones muy bajas y distribución espacial limitada, muestra el estudio.

Eso hace que las especies no descubiertas sean especialmente vulnerables a las interrupciones causadas por el hombre, como la deforestación y el cambio climático, según los autores del estudio, que dicen que los nuevos hallazgos ayudarán a priorizar los esfuerzos de conservación forestal.

"Estos resultados resaltan la vulnerabilidad de la biodiversidad forestal global a los cambios antropogénicos, particularmente el uso de la tierra y el clima, porque la supervivencia de los taxones raros está desproporcionadamente amenazada por estas presiones", dijo el ecólogo forestal de la Universidad de Michigan Peter Reich, uno de los dos autores principales de un artículo programado para su publicación el 31 de enero en Proceedings of the National Academy of Sciences.

"Al establecer un punto de referencia cuantitativo, este estudio podría contribuir a los esfuerzos de conservación de árboles y bosques y al descubrimiento futuro de nuevos árboles y especies asociadas en ciertas partes del mundo", dijo Reich, director del Instituto de Biología del Cambio Global de la Escuela de Medio Ambiente y Sostenibilidad de la UM.

Para el estudio, los investigadores combinaron datos de abundancia y ocurrencia de árboles de dos conjuntos de datos globales, uno de la Iniciativa Mundial para la Biodiversidad Forestal y el otro de TREECHANGE, que utilizan datos de parcelas forestales de origen terrestre. Las bases de datos combinadas arrojaron un total de 64,100 especies de árboles documentadas en todo el mundo, un total similar a un estudio anterior que encontró alrededor de 60,000 especies de árboles en el planeta.

"Combinamos conjuntos de datos individuales en un conjunto de datos globales masivos de datos a nivel de árbol", dijo el otro autor principal del estudio, Jingjing Liang de la Universidad de Purdue, coordinador de la Iniciativa Global de Biodiversidad Forestal.

"Cada conjunto proviene de alguien que sale a un puesto de bosque y mide cada árbol, recopilando información sobre las especies de árboles, tamaños y otras características. Contar el número de especies de árboles en todo el mundo es como un rompecabezas con piezas repartidas por todo el mundo".

Después de combinar los conjuntos de datos, los investigadores utilizaron nuevos métodos estadísticos para estimar el número total de especies de árboles únicas a escala bioma, continental y global, incluidas las especies aún por descubrir y describir por los científicos. Un bioma es un tipo de comunidad ecológica importante, como una selva tropical, un bosque boreal o una sabana.

Su estimación conservadora del número total de especies de árboles en la Tierra es de 73,274, lo que significa que probablemente haya alrededor de 9,200 especies de árboles aún por descubrir, según los investigadores, que dicen que su nuevo estudio utiliza un conjunto de datos mucho más extenso y métodos estadísticos más avanzados que los intentos anteriores de estimar la diversidad de árboles del planeta. Los investigadores utilizaron desarrollos modernos de técnicas ideadas por primera vez por el matemático Alan Turing durante la Segunda Guerra Mundial para descifrar el código nazi, dijo Reich.

Es probable que aproximadamente el 40% de las especies de árboles no descubiertas, más que en cualquier otro continente, se encuentren en América del Sur, lo que se menciona repetidamente en el estudio como de especial importancia para la diversidad mundial de árboles.

América del Sur es también el continente con el mayor número estimado de especies de árboles raros (alrededor de 8.200) y el porcentaje estimado más alto (49%) de especies de árboles endémicas continentalmente, es decir, especies que se encuentran solo en ese continente.

Los puntos calientes de especies de árboles sudamericanos no descubiertas probablemente incluyen los bosques húmedos tropicales y subtropicales de la cuenca del Amazonas, así como los bosques andinos en elevaciones entre 1,000 metros (aproximadamente 3,300 pies) y 3,500 metros (aproximadamente 11,480 pies).

"Más allá de las 27,000 especies de árboles conocidas en América del Sur, podría haber hasta otras 4,000 especies aún por descubrir allí. La mayoría de ellos podrían ser endémicos y estar ubicados en puntos calientes de diversidad de la cuenca del Amazonas y la interfaz Andes-Amazonía", dijo Reich, quien fue reclutado por la Iniciativa de Biociencias de la UM y se unió a la facultad el otoño pasado desde la Universidad de Minnesota, donde mantiene un doble nombramiento.

"Esto hace que la conservación de los bosques sea una prioridad primordial en América del Sur, especialmente teniendo en cuenta la actual crisis de los bosques tropicales por impactos antropogénicos como la deforestación, los incendios y el cambio climático", dijo.

En todo el mundo, aproximadamente de la mitad a dos tercios de todas las especies de árboles ya conocidas se encuentran en bosques húmedos tropicales y subtropicales, que son ricos en especies y poco estudiados por los científicos. Los bosques secos tropicales y subtropicales probablemente también albergan un gran número de especies de árboles no descubiertas.

"Un amplio conocimiento de la riqueza y diversidad de los árboles es clave para preservar la estabilidad y el funcionamiento de los ecosistemas", dijo el autor principal del estudio, Roberto Cazzolla Gatti, de la Universidad de Bolonia en Italia.

Los bosques proporcionan muchos "servicios ecosistémicos" a la humanidad de forma gratuita. Además de suministrar madera, leña, fibra y otros productos, los bosques limpian el aire, filtran el agua y ayudan a controlar la erosión y las inundaciones. Ayudan a preservar la biodiversidad, almacenan carbono que calienta el clima y promueven la formación del suelo y el ciclo de nutrientes, al tiempo que ofrecen oportunidades recreativas como senderismo, campamento, pesca y caza.

Fuente de la historia:

Materiales proporcionados por la Universidad de Michigan. Nota: El contenido se puede editar por estilo y longitud.

Referencia de la revista:

Roberto Cazzolla Gatti et al. El número de especies de árboles en la Tierra. PNAS, 2022 DOI: 10.1073/pnas.2115329119

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MLA APA Chicago

Universidad de Michigan. "Se estima que el número de especies de árboles de la Tierra es un 14% más alto de lo que se conoce actualmente, con unas 9.200 especies aún por descubrir". ScienceDaily. ScienceDaily, 31 de enero de 2022. <www.sciencedaily.com/releases/2022/01/220131153239.htm>.

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