Ecología, gestión y protección de la fauna silvestre

06
Sep
2019

 

La Cephenemyia stimulator es un terrible parásito que causa estragos entre los corzos y que podría haber provocado la muerte de un ciervo en León. Jara y Sedal ha hablado con el cazador que lo localizó.
13/6/2019 | Redacción JyS
Cada vez son más los cazadores de corzos que, al preparar la carne de las piezas abatidas, encuentran en sus fosas nasales y cavidad bucal… unos gusanos de aspecto blanquecino, tamaño medio y aspecto bastante desagradable. Se trata de larvas de un insecto de la familia de los tábanos que en una de sus fases de desarrollo presenta esta forma. Se denomina Cephenemyia stimulator y se le conoce coloquialmente como la «moscarda del corzo» o la «mosca de las narices».
Este terrible parásito afecta cada vez a más corzos, especialmente en la zona noroeste del país, y podría también extenderse entre grandes cérvidos, según ha podido saber Jara y Sedal. El hallazgo de un ciervo moribundo en una cuneta de una carretera cercana a la zona leonesa de Peñacorada ha disparado las alarmas: ¿Podría extenderse esta enfermedad a los ciervos?

El cazador Carlos R. encontró a este ciervo moribundo mientras iba paseando a su perro y ha relatado a Jara y Sedal que «el animal se caía para todos lados, no se podía sostener en pie».«Me acerqué, le abrí la boca y vi cómo le salían gusanos de ella», relata sobre el estado en el que se encontró con este ciervo que no había cambiado la cuerna y que tenía «unos seis o siete años» de edad.
Al día siguiente volvió al lugar y el ciervo ya estaba muerto, por lo que decidió desollarlo y encontró lo que parecía la célebre «moscarda del corzo». Carlos R. puso en conocimiento de la Oficina Nacional de Caza lo sucedido. Su presidente, Felipe Vegué, asegura que, a falta de una confirmación científica, todo parece indicar que estamos ante el primer caso de Cephenemyia stimulator en ciervo registrado en nuestro país. «La época en la que ha sido hallado coincide con el ciclo biológico de este parásito y la morfología de las larvas es exactamente igual a las que encontramos en los corzos. También los síntomas del ciervo», ha asegurado. Vegué ha aprovechado para pedir a la guardería «que esté atenta y, en caso de que se encuentre con animales debilitados y famélicos como este, los abata y analice si han sido víctimas del gusano de las narices». El presidente de la ONC cree que es importante «que la Administración dedique más recursos para investigar este problema».
La historia de la «moscarda del corzo»
Tal y como nos recuerda Ciencia y Caza, este parásito fue encontrado por primera vez hace ya más de 5 años en animales abatidos en Asturias y su presencia se parece asociarse a repoblaciones de corzos procedentes de los Pirineos sin el adecuado control sanitario. En la actualidad es un proceso que se encuentra en expansión y está presente ya en animales de otros puntos de la Cordillera Cantábrica, especialmente Galicia, Norte de León, Asturias, Cantabria y País Vasco.
Se trata de una fase larvaria de un tábano que para completar su ciclo de desarrollo requiere la presencia de corzos como hospedador específico y obligado. El tábano en cuestión es una especie frecuente en Europa Central, pero hasta hace relativamente poco tiempo no se habían encontrado citas de su presencia en España.
La bibliografía especializada sobre el tema describe a Cephenemyia en su fase larvaria como un parásito cuyos efectos son indirectos sobre los animales parasitados provocando problemas respiratorios, dificultad para alimentarse… lo que debilita a los corzos y los hace más fácilmente capturables por predadores o sensibles a otros procesos infecciosos secundarios.
Parece además que el efecto aumenta en animales jóvenes y machos, en los primeros por su mayor dependencia y debilidad y en los segundos, sobre todo en época de celo, porque como ocurre con otros grandes ungulados, es un momento de gran estrés, bajada de defensas y, por tanto, mayor susceptibilidad, pudiendo incluso causar la muerte en los casos más extremos.
No existe un tratamiento posible, ni preventivo ni curativo, por la dificultad de gestionar poblaciones silvestres en libertad si bien es fundamental estar atentos ante la aparición de posibles casos, incrementar la vigilancia y control sanitario en el caso de realizar repoblaciones con corzos (y con cualquier especie cinegética) y fomentar la presencia de investigaciones que avancen en el conocimiento del proceso y ayuden a su control.
Otras larvas que afectan al ciervo
La Hypoderma actaeon es otra larva subcutánea de un díptero oéstrido que provoca reacciones hemorrágicas bajo la piel y que parasita principalmente ciervo y, esporádicamente, en gamo, aunque también se ha registrado algún caso en corzo. A diferencia de la Cephenemyia stimulator, su ciclo vital es muy diferente en cuanto a la época del año en el que podemos detectar las larvas. La mosca de Hypoderma vuela durante el verano, depositando los huevos sobre el pelo del corzo. Las larvas recién nacidas penetran a través de la piel y, tras una primera muda, realizan un orificio cutáneo por el cual respiran. El mayor grado de infestación corresponde al período otoño-invernal, momento más adecuado para detectar los gusanos bajo la piel de los animales infectados.

 

06
Sep
2019


El autor lleva 20 años trabajando en granjas de Francia y España. En este texto carga contra el negacionismo de los ‘expertos’ que aseguran que los buitres no están atacando ganado vivo, aporta experiencias vividas en primera persona y explica por qué estas aves se han visto obligadas a depredar para sobrevivir.
 Óscar Caso. Veterinario colegiado Nº: 42/081.

buitres1

Los buitres leonados sí están atacando al ganado vivo, según este experto. /Shutterstock


Sólo es necesario echar un vistazo en Internet para poder ver vídeos o leer noticias de ataques –o supuestos ataques– de buitres a ganado vivo. Incluso, hay alguna noticia de un ataque de estos a un anciano octogenario. Paralelamente, he leído algunos artículos de profesores e investigadores afirmando que todas estas noticias no son más que bulos o fakes y que afirmar que los buitres presentan comportamientos predadores es una «barbaridad ecológica».
No hace falta haber estudiado veterinaria ni biología para saber que el buitre es una especie eminentemente carroñera, es de cultura general. Tampoco es descabellado pensar, y entra dentro de la lógica, que pueden tener un comportamiento oportunista y ser capaces de matar un animal ya moribundo o muy debilitado. Pero el gran salto se produce cuando se afirma que presentan un comportamiento puramente depredador.
Pues pese a la barbaridad que a algunos ‘expertos’ parece suponerles este hecho, y por experiencia personal, no tengo ningún reparo en afirmar que este salto se ha producido y que, en ocasiones, y pese a mantener su carácter de ave necrófaga, los buitres sí pueden presentar comportamientos puramente depredadores.
En mi opinión, esta alternativa depredadora –ya que su comportamiento primordial sigue siendo el carroñero como digo– se debe a un mero instinto de supervivencia, no obedece a ninguna mutación genética tras miles de años como carroñeros ni nada parecido, se trata simplemente de otra opción de alimentación originada por la falta de cadáveres en el medio natural.


El origen del cambio


La crisis de las vacas locas trajo como consecuencia indirecta una prohibición a todos los ganaderos –especialmente a los de la cría intensiva de porcino, que eran los que mayor cantidad de cadáveres proporcionaban–, cazadores, o cualquier otra persona, de dejar cadáveres ni ningún otro tipo de resto de animal muerto en el campo. Supuso también el cierre, teóricamente provisional, de muchos muladares –lugares donde se permitía depositar animales muertos para alimentar a las aves carroñeras–.
La consecuencia final de todo esto fue que a los buitres se les cerró el acceso a toda la comida que obtenían a partir de la actividad humana, que era precisamente su mayor fuente de alimento. La escasez de fauna silvestre en muchos lugares del hábitat natural del buitre, la ausencia de depredadores propios más allá del ser humano, y el aumento de la población de buitres en estos últimos años –debido a la abundancia de alimento que poseían hasta ese momento–, han hecho que en la actualidad los buitres hayan tenido que buscar otra alternativa de alimentación que no fuese la estrictamente necrófaga.
Así, inicialmente han actuado como oportunistas matando algún animal en estado terminal, posteriormente alguno enfermo o incapacitado, para terminar finalmente matando animales impedidos temporalmente como sucede en los partos e, incluso, –y aquí está el quid de la cuestión–, matando animales sin posibilidad de escape. Un cambio de comportamiento ocasional por puro instinto de supervivencia. No veo que sea ninguna barbaridad.

 buitres2

Buitres subidos al silo de una granja. /Óscar Caso


¿Cómo puede un buitre matar a un animal vivo?


Efectivamente, el buitre no tiene garras como las águilas ni es ágil en vuelo como el halcón. En tierra es un animal muy torpe que se desplaza dando saltos y lentamente. Pero lo que sí tiene es un pico poderoso, capaz de penetrar en una gruesa capa de cuero de una res muerta y, por tanto, perfectamente capaz de hacer lo mismo en un animal vivo. En una situación concreta como el parto de una vaca, en la que ésta se encuentra postrada sin posibilidad ni de levantarse ni de defenderse, ¿qué puede impedir a una bandada de buitres matarla a ella y a su ternero? Esto lo han aprendido los buitres y ha dejado de ser algo ocasional para ser una verdadera alternativa de alimentación. Y si no basta con echar un vistazo a Internet para poder ver qué esto es algo más habitual de lo que algunos piensan.
Pero estos ataques no sólo se han denunciado en reses parturientas, también se habla de ataques a ganado vivo. Nunca veremos buitres persiguiendo ganado por los campos como si fuesen rapaces pero lo que sí han descubierto es que en recintos cercados de pequeño tamaño y con poca vigilancia, cuando descienden en gran número el ganado no tiene escapatoria posible y queda acorralado. En esta situación es posible que haya animales que mueran por asfixia y después sean devorados, pero puedo asegurar que esto tampoco es estrictamente necesario y pueden acabar también con animales vivos.
Es prácticamente seguro que no todas las noticias ni vídeos que existen en la red sobre ataques de buitres al ganado son ciertos, pero también es imposible que todos sean falsos y hay muchísimos. Porque, ¿qué gana un ganadero diciendo que unos buitres han devorado a su ganado? Ganancia económica ninguna porque no se aplican indemnizaciones como en el caso de osos o lobos y tampoco las aseguradoras cubren ataques de alimañas ¿Lo hace por darse notoriedad o tener unos likes? ¿Para eso sacrifica su ganado? No puede ser.
Hace poco tiempo tuvo notoriedad el caso de un ganadero que colgó un vídeo en el que mostraba sus ovejas muertas dentro de su recinto. Según él, habían muerto como consecuencia del ataque de unos buitres que, parece ser, solían merodear por esa zona acechando incluso al ganado. Posteriormente, este ataque fue desmentido desde instancias oficiales concluyendo que había sido debido a cánidos silvestres y que los buitres sólo habían devorado posteriormente los cuerpos de las ovejas. ¿Cánidos silvestres? ¿Hay cánidos silvestres circulando libremente por los campos y montes? No dudo que sea cierto y espero entonces que se hayan tomado medidas contra ellos, porque estos sí que no hay duda de que son depredadores y pueden suponer un peligro incluso para la población, además de implicar un riesgo sanitario.

 buitres3

Restos de patos muertos y comidos por buitres en una de las granjas en las que trabaja el autor. Los animales estaban vivos cuando fueron atacados. /Óscar Caso


¿Por qué se niega la evidencia?


¿Cuáles son los motivos por los que la administración y algunos expertos se niegan a aceptar que los buitres sí son capaces, y de hecho lo hacen, de atacar y matar ganado vivo? ¿Porque en lugar de negarlo no se buscan soluciones?
El buitre leonado, el más abundante en España, es una especie protegida, y su número ha aumentado considerablemente en estos 10 últimos años –sólo en Castilla y León hay censadas unas 8.000 parejas, 2.000 más que hace 10 años–. Una población considerable y que requiere una correcta gestión y control.
Si continúan proliferando y aumentando los ataques de estas aves protegidas a ganado vivo, y quién sabe a qué en un futuro, se hace imprescindible llevar a cabo una verdadera y correcta política para su alimentación mediante la instalación estratégica y en número adecuado de muladares y controlado también su aprovisionamiento ya que no es probable que se dé marcha atrás en la legislación en lo que respecta a la presencia de cadáveres o restos de animales muertos en el medio natural. Este control debe ser también poblacional, ya que el hecho de proporcionarles más alimento puede tener como consecuencia directa un aumento del número de animales, con lo que nunca terminamos con el problema.
Supongo que esta correcta política de gestión y control de las aves carroñeras necesita de una moderada aportación económica pública, y me temo que es aquí donde radica el núcleo del problema.
Por último quiero indicar que el buitre es un animal excepcional y extraordinariamente necesario, es el limpiador de la naturaleza. El problema radica en que desde hace algún tiempo ya no le dejamos realizar esa función –que ahora desarrollamos nosotros– por lo que no le ha quedado más remedio que buscarse otros medios de subsistencia. Y en estas estamos.


Los buitres sí presentan comportamientos depredadores

Reproducido de Jara y Sedal

22
Jun
2019

lagartijabatueca bennytrappcc30 tcm30 497431

Se ha publicado en el BOE


A partir de ahora, estas especies serán objeto de una atención especial y requerirán de medidas de conservación activas
Entre las especies incluidas hay terrestres y marinas, desde una rara mariposa que solo habita en dos puntos de Aragón y Andalucía, hasta siete especies de coral, una tortuga marina, algunas especies de aves marinas o tres especies de tiburones
Se incluye a las poblaciones del lobo ibérico al sur del Duero en Castilla y León y Madrid en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial
El Boletín Oficial del Estado (BOE) publica hoy la Orden Ministerial por la que se modifica el anexo del Real Decreto 139/2011 que desarrolla el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y el Catálogo Español de Especies Amenazadas, para incluir en estos registros a 27 especies de fauna y flora amenazadas en España.
De esta forma, el Gobierno aumenta el nivel de protección legal de estas especies, tal y como se recoge en la ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad para aquellas especies de fauna y flora que, por su valor ecológico, singularidad, rareza, o grado de amenaza, o por estar incluidas en tratados internacionales o normas comunitarias, deben ser objeto de una atención especial y requerir medidas de conservación activas.
En este sentido, hay que destacar que la inclusión de una especie en este Listado y Catálogo obliga a las administraciones a realizar un seguimiento de su estado de conservación y de las amenazas que les afectan. Para las especies incluidas en el catálogo, además, se deben ejecutar planes concretos de actuación para su conservación o recuperación.
Entre estas nuevas 27 especies hay terrestres y marinas. En relación a las especies marinas, se incluyen en el Listado las poblaciones mediterráneas de la esponja negra, de siete especies de coral (el negro, el negro ramificado, negro anaranjado, negro mediterráneo, coral blanco duro y frágil y el coralito débil), dos de gorgonias (la abanico y la candelabro) y la madrépora mediterránea. Estos invertebrados revisten un alto interés ecológico pues a lo largo de los años sus grandes colonias forman complejos hábitats que son muy importantes como refugio de otras muchas especies marinas.
También se incluye en el Listado la tortuga marina olivácea, especie presente en las Islas Canarias y también citada en el Mediterráneo; la pardela cenicienta atlántica, ahora también en el Mediterráneo, y la población mediterránea del charrán bengalí.
Por su parte y siguiendo con las especies marinas, se incluye en el Catálogo “en peligro de extinción”, la nacra común, y en la categoría “Vulnerable”, las poblaciones canarias de tres especies de algas marinas (el mujo amarillo, rojo y negro), este último endémico de estas islas.
TRES ESPECIES DE TIBURONES
También se incluyen tres especies de tiburones: el angelote, el pez ángel y el angelote espinoso, todos ellos “en peligro de extinción”. Los angelotes son tiburones planos de hábitos nocturnos que se reproducen en las bahías y aguas someras de nuestras costas y se entierran en la arena. Prácticamente han desaparecido de nuestras aguas peninsulares y constituyen el segundo grupo de tiburones más amenazado del mundo. Las graves amenazas que sufren por el cambio climático, la destrucción de su hábitat, la contaminación o la pesca de arrastre ilegal justifican su protección especial.
Finalmente se incluye en el Catálogo en la categoría “Vulnerable”, el zifio de Cuvier, una especie de ballenato adaptado a vivir en grandes profundidades que ha sufrido una importante reducción poblacional en los últimos años, por lo que se hace necesario incrementar su protección.
En cuanto a las especies terrestres, se incluye en el Catálogo “en peligro de extinción” la mariposa azufrada ibérica, una rara mariposa exclusiva de España localizada únicamente en dos poblaciones pequeñas y aisladas (Los Monegros, Aragón y la Hoya de Baza, Andalucía); y la lagartija batueca, uno de los reptiles continentales más raros de Europa, de la cual se estima que no sobreviven más de 1.500 individuos y únicamente en Las Batuecas y la Peña de Francia (Salamanca-Cáceres). También se incluye en el Catálogo, pero en la categoría “vulnerable”, la lagartija leonesa.
En el grupo de los mamíferos, se incluye en el Catálogo en la categoría “vulnerable” el topillo de Cabrera, un roedor exclusivo de la Península Ibérica, que vive en prados bajos de hierbas y juncos, un tipo de hábitat en fuerte regresión por el aumento de la intensificación de la agricultura y la frecuente ubicación de infraestructuras.
LOBO AL SUR DEL DUERO, PROTECCIÓN ESPECIAL
Finalmente, con el fin de dar cumplimiento a lo dispuesto en la Directiva de Hábitats de la Unión Europea, se incluyen en el Listado todas las poblaciones del lobo ibérico existentes en España al sur del Duero.
En la Directiva Hábitats las poblaciones españolas de lobo se hallan incluidas en dos anexos, con dos regímenes de protección distintos, debido a su diferente estado de conservación: las situadas al norte del Duero en el anejo V (especies que pueden ser objeto de gestión); y las situadas al sur del Duero (Extremadura, Andalucía, Madrid, Castilla y León y Castilla-La Mancha), en el anejo IV (estrictamente protegidas).
Hasta la fecha solo las poblaciones del lobo al sur del río Duero de Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha se hallaban incluidas en el Listado. Con la aprobación de esta orden ministerial todo el rango de distribución de la especie al sur del río Duero goza ya de protección especial.
Según el último censo del lobo en España, realizado en 2014 por el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) y las comunidades autónomas, había alrededor de 300 manadas de lobos, lo que supone entre 2.000 y 2.500 lobos, distribuidos fundamentalmente por el norte del Duero, mientras que al sur se estimaron en 30 manadas.
El MITECO junto con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) y las comunidades autónomas trabajan activamente para promover la coexistencia de las actividades humanas y la conservación del lobo y otros carnívoros. Entre esas iniciativas estatales destaca la elaboración por parte del MITECO de un Catálogo de medidas preventivas destinadas a mitigar el conflicto entre el lobo y la ganadería extensiva. Por su parte, el MAPA dispone de un Plan de Seguros Agrarios que cubre las indemnizaciones por daños causados para aquellos ganaderos que hayan suscrito las correspondientes pólizas.
Fuente .- MITECO, 05/06/2019

23
Jun
2019


Los pastores de la zona llevaban décadas hablando de ellos, pero hasta ahora los expertos no han empezado a estudiar esta subespecie, de la que ya han identificado 16 ejemplares.

 gatozorro1Uno de los ejemplares de gato zorro estudiado por los investigadores / PASCAL POCHARD-CASABIANCA / AFP

Mide 90 centímetros de la cabeza a la cola, sus orejas son anchas, sus bigotes cortos, su pelaje es grisáceo y en su larga cola destacan unas anillas de tono oscuro. Así es el ‘gato zorro’, la nueva subespecie de felino descubierta en Córcega.
Los pastores de la zona llevaban siglos hablando de este animal, pero no ha sido hasta ahora, tras más de una década estudiándolo, cuando las autoridades francesas de la Oficina Nacional de Caza y Vida Silvestre (ONCFS) han reconocido la subespecie y han solicitado mayor protección.
«Estamos ante una subespecie natural salvaje que se conocía pero no se había registrado ya que se trata de un animal extremadamente discreto, con modales nocturnos. Este es un descubrimiento extraordinario», comenta entusiasmado Pierre Benedetti, el Técnico Ambiental de ONCFS, a la agencia AFP.
«El análisis de su ADN lo distingue del gato montés europeo (Felis silvestris silvestris) y, a la vez, lo sitúa cerca del gato africano de bosque (Felis silvestris lybica), aunque su identidad exacta aún está por determinarse», añade el investigador responsable del hallazgo.
Por el momento se han identificado 16 ejemplares
Esta nueva subespecie salvaje habita en los bosques del municipio de Asco, situado en la zona francesa de la isla. En estos aislados parajes, los ‘gatos zorros’ vivirían lejos de la presencia del hombre. Hasta ahora, los investigadores han identificado a 16 ejemplares y analizado a 12 de estos, incluyendo una hembra.

 
gatozorro2Agentes de la ONCFS estudian un ejemplar de ‘gato zorro’ / PASCAL POCHARD-CASABIANCA

Los expertos explican que, si tenemos en cuenta su reproducción y dieta, este gato podría haber llegado a la isla durante la ‘segunda colonización humana’, que se remonta a 6.500 años antes de nuestra era. La subespecie, además, podría tener su origen en el Oriente Medio.
17/6/2019 | Redacción JyS

14
May
2019

Tener linces es lo mejor que le puede pasar a un coto para mantener a raya a otros depredadores. Lo dicen los estudios científicos y lo avala la experiencia de algunas fincas de caza en las que se han asentado. Jara y Sedal ha hablado con dos cazadores que gestionan cotos en los que los linces se han asentado para conocer su experiencia: «Es como tener un guarda gratis», aseguran.

lince                                                                Lince Ibérico. /Shutterstock

Tener linces en tu coto es lo mejor que te puede pasar si quieres mantener a raya a otros predadores. Esta circunstancia era algo desconocido hasta hace poco, pero recientes investigaciones han corroborado que el lince ‘manda’ cuando coexiste en el mismo territorio con el zorro, por ejemplo. El estudio Influencia del lince (Lynx pardinus) en los patrones de actividad circadiana del zorro (Vulpes vulpes), de Antón Álvarez Bermúdez, Germán Garrote y Ramón Pérez de Ayala, presentado en 2017 precisamente analizaba esta cuestión. Para desarrollarlo, los autores analizaron el comportamiento de los zorros en dos parcelas similares en la Finca Peñalajo, en Sierra Morena Oriental. En una de ellas había linces –reintroducidos en 2016–y en la otra su presencia era anecdótica.


Sus resultados confirmaron que, en la parcela en la que convivía con el lince, el zorro cambiaba sus horas de caza para evitar coincidir con el felino, aunque ello supusiera dejar de sincronizar su actividad con la del conejo, fuente de alimento para ambos. De esta manera, los raposos se veían obligados a aumentar sus horas de campeo por la noche y reducirla por el día, para evitar cruzarse con un lince.


Fuente: Jara y Sedal

© 2018 Distrito Forestal.