Política Forestal

22
Mar
2023

castilla mancha

Castilla-La Mancha ha aprobado en el parlamento regional la nueva Ley de Montes que modifica la Ley 3/2008, de 12 de junio, de Montes y gestión forestal sostenible de Castilla-La Mancha. Promueve la gestión forestal sostenible, agiliza trámites para determinadas actuaciones, reconoce profesionales competentes para la realización de planes técnicos, considera al sector forestal clave en la lucha contra la despoblación rural y reconoce el valor de los servicios ambientales de los bosques. El consejero Escudero anuncia un seguro de responsabilidad penal para los profesionales de extinción de incendios.

El consejero de Desarrollo Sostenible, José Luis Escudero, ha señalado “el compromiso de este Gobierno regional por fomentar una gestión sostenible y activa de nuestro territorio forestal, vinculada directamente con los compromisos de su conservación, pero también para vertebrar y dinamizar las áreas rurales en donde se ubica principalmente”.

Castilla-La Mancha tiene algo más de 3,6 millones de hectáreas de superficie forestal, lo que supone el 45 % del territorio regional. “Es claramente un territorio forestal y por ello decidimos mejorar la normativa regional para la gestión sostenible de nuestros montes y fortalecer el papel de los bosques en nuestro futuro desarrollo, incluso su conexión con la vida urbana a través del reconocimiento de los servicios ambientales que nos aportan estos ecosistemas. Una iniciativa pionera a nivel nacional y europeo que nos convierte en referencia en el sector, y que nos coloca a la vanguardia en cuanto a la gestión forestal sostenible en nuestros montes”.

Una de las novedades de la ley es el reconocimiento y valoración de los servicios de los ecosistemas forestales que “está unido a la Alianza por los Servicios de los Ecosistemas de Castilla-La Mancha y al impulso del fondo de externalidades, creado hace apenas un año”, asegura el consejero.

Principales novedades de la Ley de Montes

La ley se estructura en un único artículo, dos disposiciones transitorias y cuatro disposiciones finales. El artículo único regula varias modificaciones a la ley anterior “para dotar de mayor seguridad jurídica al texto”.

Entre ellas cabe destacar la determinación del profesional competente para la elaboración de los instrumentos de gestión forestal, “la posibilidad de establecer áreas de reserva a cualquier tipo de monte, independientemente de su titularidad, la mejora en la regulación de los cambios de uso forestal, las actividades de uso social y recreativo y el acceso a los montes, la flexibilidad en la aplicación del fondo de mejoras para que la inversión del fondo finalista se pueda adaptar de forma óptima a las necesidades de los montes de utilidad pública, así como la determinación de las condiciones de acceso, gestión y comercialización del fondo de externalidades para los servicios de los ecosistemas forestales”.

En este sentido, desarrolla aspectos concretos del fondo de externalidades creado por la Ley 2/2021 de 7 de mayo de Medidas Económicas, Sociales y Tributarias frente a la Despoblación y para el Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha. Precisamente, en el preámbulo de la ley, señala el grave problema que supone la despoblación rural en la región, “especialmente en montañas, sierras y bosques”.

Señala que 535 de los 919 municipios de Castilla-La Mancha tienen una densidad de menos de 8 habitantes por kilómetro cuadrado. En el 80 % de los municipios regionales vive el 15 % de la población. “Los montes pueden jugar un papel decisivo para realizar un racional y coherente desarrollo sostenible del medio rural. Se reconoce, asimismo, una fuerte vinculación de las poblaciones rurales hacia el uso y aprovechamiento doméstico de sus recursos forestales, que la administración regional debe fomentar y conservar, especialmente en los montes de su propiedad”.

La nueva ley facilita que los ayuntamientos, mancomunidades y otros propietarios se agrupen para sacar al mercado sus productos “y hagan más eficiente la gestión y más rentables los aprovechamientos conjuntos”. También se flexibilizan los aprovechamientos domésticos de pequeña cuantía de madera y leña, condicionando a una declaración responsable el poder ejecutar estas actividades. Además, se prevé la creación de la figura de cotos micológicos, que se desarrollará posteriormente de forma regulada.

Los incendios forestales uno de los mayores problemas ambientales

Reconoce la nueva ley que los incendios forestales son “uno de los mayores problemas medioambientales de la región, favorecidos por el cambio climático y la desertización regional, así como la disminución de la gestión forestal sostenible”.

En materia de prevención y gestión de incendios forestales, la nueva ley declara de interés general los trabajos recogidos en los planes de defensa y de emergencia por causa de incendios lo que supone la obligatoriedad de permitir labores preventivas. “Para ser más eficaces en la prevención y extinción de incendios forestales vamos a crear un seguro de responsabilidad penal para proteger a los profesionales de los servicios de extinción del Infocam, que se suma al de responsabilidad civil que ya tienen”, asegura el consejero.

La intención del Gobierno de Castilla-La Mancha es “avanzar en la implantación paulatina de los sistemas de certificación en nuestros bosques que acreditan la correcta gestión de los mismos”. Castilla-La Mancha tiene 104.720 hectáreas certificadas y se trabaja para alcanzar las 200.000 hectáreas a lo largo de 2023. Es la primera región de España en superficie forestal certificada de montes públicos bajo sistema FSC. Está previsto que próximamente se inicien los trabajos para la certificación de los pastos de los montes públicos de la Junta, “como herramienta de impulso a la ganadería extensiva”.

14
Mar
2023

 

El pasado 22 de febrero tuvo lugar la Asamblea Anual de la Mesa de la Resina de Castilla y León en la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de Valladolid, a la que asistieron representantes de los distintos agentes de la cadena de valor de la resina; toda la industria de primera transformación, asociaciones y cooperativas de resineros, propietarios y gestores privados y públicos, así como universidades y centros tecnológicos.

En esta reunión anual se profundizó en la propuesta de Plan Estratégico para el sector resinero en Castilla  y León. Como respuesta a la proposición no de ley aprobada el 28 de junio 2022, se trabajará desde la Mesa de la Resina una propuesta de Plan estratégico para el sector apoyándose en los distintos diagnósticos y propuestas recibidas por los agentes del sector hasta la fecha. Este documento será presentado antes de que finalice el año 2023.

Otro de los temas tratados en dicha reunión fue la situación de la línea de ayudas a la actividad resinera y la previsión de convocatorias para la presente legislatura. Se ha comunicado desde la Junta de Castilla y León que estas ayudas se harán públicas definitivamente en el mes de abril de este año.

En relación a la situación general del sector y previsiones para la próxima campaña, se ha destacado el excelente precio de la miera que se presentó en la campaña del 2022 y  la importancia de los efectos en la producción de un verano especialmente largo y seco con reducciones en torno al 20%.

Asimismo, se hizo hincapié en prestar atención elaborando propuestas y estudios de adaptación al cambio climático desde el punto de vista de la actividad resinera.

En opinión de los agentes reunidos, la próxima campaña se presenta con una fuerte inestabilidad en los precios internacionales. Esto da lugar a que los precios aún no se hayan fijado. Sin embargo, se espera que el precio de la campaña 2023 se mantenga dentro de los márgenes que hace rentable la extracción. También se señaló que el número de resineros no presenta un descenso en 2023 frente al que hubo en 2022.

La Mesa de la Resina de Castilla y León es una iniciativa sectorial de carácter regional auspiciada por la Junta de Castilla y León e impulsada por representantes de toda la cadena de valor de la resina natural: propietarios forestales públicos y privados, trabajadores resineros, empresas forestales, industria de primera y segunda transformación de la resina y entidades de investigación y desarrollo tecnológico. Cesefor ostenta la Secretaría de la Mesa.

Fuente: Mesa de la Resina de Castilla y León

07
Mar
2023

Varias asociaciones del sector forestal de Cantabria han remitido a los partidos políticos de la región un documento en el que hacen un repaso de su situación actual y recogen una veintena de medidas que cree necesarias y "urgentes" para su correcto desarrollo.

El documento está disponible en este enlace: https://drive.google.com/file/d/11ceI8OOnAJjMP2WuER5P6HfM67m70We4/view

 

Fuente: Boletín del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes

10
Feb
2023

 

Autoría

Luis Díaz Balteiro. Catedrático de Ordenación de Montes y Valoración Agraria, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)

Carlos Romero López. Catedrático Emérito de Economía, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)

La captura de carbono por parte de los bosques constituye un instrumento para mitigar la influencia de los gases de efecto invernadero. De ahí el creciente interés de los poderes públicos en incentivarlo. Sin embargo, a la hora de diseñar políticas, el foco se centra casi exclusivamente en el lado de la demanda, es decir, el de aquellas empresas que quieren compensar sus emisiones a través de créditos asociados a la captura de carbono en tierras forestales.

En otras palabras, las políticas actuales se basan en el conocido principio “quien contamina paga”. Este enfoque es necesario, pero no es suficiente.

Habría que incluir también el lado de la oferta, es decir, aplicar también el principio de “quién descontamina recibe una compensación”. Este enfoque mejoraría las políticas actuales tanto en términos de eficiencia como de equidad. Implicaría no solo que los poderes públicos incrementen sus ingresos fiscales, sino también que, olvidando afanes recaudatorios, dediquen parte de esos ingresos a compensar a los capturadores de carbono.

Compensación de emisiones por el sector forestal

Conviene recordar que este tipo de captura se considera como un servicio ecosistémico de regulación, y está recogido como tal en el Protocolo de Kyoto, como medida para combatir el exceso de emisiones de gases de efecto invernadero.

Podemos resaltar los datos de España en este sentido. Según las últimas estadísticas oficiales, el sector forestal compensa algo más del 12 % de las emisiones totales anuales.

Esta cifra, aunque lejos de otros países como Nueva Zelanda (allí se alcanza el 33 %), se puede considerar como notable. Equivale al 45 % de las emisiones anuales del transporte, o al 83 % de las emisiones de la industria manufacturera y de la construcción. Por otra parte, la contabilización del carbono se basa en unas hipótesis no justificadas, muy desfavorables para el sector forestal.

En primer lugar, se ha impuesto la llamada hipótesis de la oxidación instantánea. Según esta, cada vez que se corta un árbol, todo el carbono contenido en el mismo se emite de forma instantánea. Obviamente, eso no es cierto: según el uso que se dé a la madera asociada a dicha corta, la emisión del carbono se dilatará en el tiempo.

Actualmente, no se contabilizan aumentos de la captura de carbono vinculada a cambios en la gestión forestal (turnos más largos, masas más densas, etc.). No se ha brindado a la propiedad la facultad de modificar la gestión con el fin de obtener productos donde el carbono permanezca más tiempo.

Rentabilidad para los propietarios

Las estadísticas sobre el carbono que hemos citado más arriba corresponden casi en su totalidad a plantaciones posteriores al año 1989. Según la normativa internacional, el carbono capturado se contabiliza a nivel nacional y apenas se tiene en cuenta el absorbido por masas naturales. Además, presentan una característica básica: de forma implícita se ha “expropiado” esta captura, ya que los propietarios no reciben compensación alguna por este servicio ecosistémico que se computa anualmente.

Por otro lado, conviene recordar que el mercado de derechos de emisión de carbono existente en Europa (el más importante a nivel mundial) no admite los créditos vinculados a la captura de carbono forestal.

Sin embargo, a partir del Real Decreto 163/2014 –ahora en revisión– se ha desarrollado un mercado incipiente en España mediante el cual los propietarios de plantaciones posteriores a 2013 (o de superficies incendiadas) pueden obtener una rentabilidad vendiendo el carbono capturado a una empresa, apuntándose en un registro oficial y siguiendo las pautas recogidas en la norma.

Esta iniciativa que a priori se puede calificar de muy interesante para los propietarios, ha nacido con una tara que ha desincentivado su expansión: el Gobierno ha diseñado un mercado imperfecto, en el que no se puede conocer el precio que cada empresa paga a cada propietario en cada proyecto de absorción incluido en el citado registro. Es decir, a diferencia de lo que ocurre en otros mercados de carbono a nivel mundial, regulados o voluntarios, en España se ha decidido (sin dar explicaciones al respecto) que el precio en un mercado vinculado a un bien público como es el carbono sea desconocido.

Los propietarios pueden recibir una compensación económica por el carbono asociado a la plantación siguiendo el citado Real Decreto. Pero, así como hay estadísticas del número de proyectos ya en funcionamiento, de las especies utilizadas, de la superficie, etc., no hay estadísticas oficiales de cuál es el precio que se paga por cada tonelada de carbono.

A esto añadimos que en algunas comunidades autónomas no se permite forestar en la actualidad con eucaliptos, la especie más eficiente para optimizar la captura de carbono. Asimismo, la inexistencia de apoyos nacionales o europeos para fomentar estas forestaciones, y también de incentivos fiscales, nos permite concluir que el tratamiento dado a los propietarios no ha sido muy favorable.

Con todo ello, y dado el interés creciente que está despertando este servicio ecosistémico forestal, urge que tanto el propietario como el gestor dispongan de un marco estable, con garantías, con apoyo técnico y que esté en el centro de las normativas propuestas.

Esto pasa por hacer transparente el mercado actual de créditos de carbono, incentivar estas prácticas, promover estadísticas más rigurosas (no se conoce, hoy en día, dónde y en qué plantaciones se concentra ese 12 % del carbono que se compensa) y desarrollar un tratamiento fiscal más favorable, dada la longitud innata de estas inversiones forestales.

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