La Comisión Europea impone medidas de emergencia ante 20 pestes que pueden arruinar los campos y el patrimonio cultural de los Estados de la UE
Un olivo infectado por la bacteria 'Xylella fastidiosa', en la región de Apulia (Italia). STEVEN WHITE / CEH
Hay 20 pestes letales golpeando como arietes las puertas de Europa. Su entrada es inminente. “La gente no es consciente de la amenaza. Hay una inconsciencia absoluta”, alerta el ingeniero agrónomo Emilio Rodríguez Cerezo. La Comisión Europea publicó hace tres semanas la lista de estas 20 plagas prioritarias. Son enemigos de las plantas. Como el temible dragón amarillo —provocado por una bacteria de origen asiático que ha arrasado el 72% de la producción de naranjas para zumo en EE UU en la última década— y el escarabajo asiático de antenas largas, que podría destruir el 5% de los árboles de especies como el fresno, las hayas y los abedules, según la Comisión. Solo una de las bacterias, la Xylella fastidiosa, pone en riesgo unos 300.000 puestos de trabajo, según la UE.
“Se habla mucho del impacto agrícola, pero también hay un impacto social y cultural muy importante”, advierte Rodríguez, del Centro Común de Investigación, el servicio científico interno de la Comisión, con sede en Sevilla. Su equipo ha elaborado una nueva metodología para calcular el posible daño causado por estas plagas, incluyendo por primera vez dimensiones menos tangibles, como el paisaje, el patrimonio cultural y las denominaciones de origen. El dragón amarillo, avisa Rodríguez, también podría arrasar los emblemáticos naranjos de la Alhambra de Granada.
Los científicos de la Comisión Europea han identificado 10 lugares españoles declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO y con plantas amenazadas por alguna de las 20 plagas prioritarias. La bacteria Xylella fastidiosa, bautizada “el ébola de los olivos” en la prensa, y el propio dragón amarillo, ambos sin tratamiento, son los más inquietantes. Su sombra planea sobre los paisajes del Camino de Santiago y sobre los patios de naranjos de la catedral de Sevilla y de la mezquita de Córdoba. Y el gusano de la manzana (Rhagoletis pomonella) también podría afectar al entorno de los monasterios de San Millán de la Cogolla, en La Rioja, según detalla la ingeniera agrónoma Berta Sánchez, coautora de la nueva metodología.
“El impacto económico, medioambiental y social de estas plagas en el territorio de la UE es de máxima gravedad”, advierte la Comisión, que también ha trabajado con la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Los Estados miembros deberán blindar las fronteras europeas contra estas 20 pestes, tener preparados planes de erradicación y lanzar campañas de información a los ciudadanos. El llamado “ébola de los olivos”, según recuerda Rodríguez, ya se ha introducido varias veces en Europa a lomos de plantas ornamentales de café procedentes de Costa Rica. “Con la globalización, es casi imposible parar esto. El escenario que contemplamos es que las plagas entrarán, pero hay que intentar retrasar ese momento el tiempo que sea posible”, explica el ingeniero agrónomo.
El escarabajo Aromia bungii, una plaga nociva para los árboles frutales en China, se detectó por primera vez en España en julio de 2018, en la localidad gallega de Caldelas de Tui. La mosca oriental de la fruta, nativa de Asia tropical y perniciosa para los cítricos, se extiende por África y se observó por primera vez en Europa a finales de 2018, en el sur de Italia. El nematodo de la madera del pino ha provocado brotes recientes en As Neves (Pontevedra) y Lagunilla (Salamanca). La falsa polilla de la manzana, originaria de Etiopía, se localizó en Holanda en 2009. Y la mancha negra de los cítricos, causada por un hongo típico de regiones subtropicales, ya ha aparecido en Túnez y puede dar el salto a Europa en cualquier momento.
El psílido asiático es el insecto que transporta la bacteria del dragón amarillo, letal para los cítricos. MIKE LEWIS / UC RIVERSIDE
Otras plagas prioritarias son el barrenillo del chile, que destruye los pimientos en América, y el escarabajo asiático de antenas largas, que ha devastado bosques urbanos de EE UU desde que apareció por primera vez en Nueva York en 1996. El escarabajo horadador del abedul, el barrenador esmeralda del fresno, el picudo de la cereza y la mosca mexicana de la fruta producen escalofríos a los especialistas de la Comisión Europea. También el cerambícido de los cuernos largos, una plaga asiática considerada “una grave amenaza” para los cítricos en los países mediterráneos, según alerta la Junta de Andalucía.
El psílido de la papa y el tomate causa estragos en América. La mosca del melocotón se extiende desde India por el sur de Asia y África. La polilla siberiana arrasa miles de hectáreas de coníferas en las estepas asiáticas. El escarabajo japonés arruina plantas ornamentales en EE UU. Y el gusano cogollero del maíz, de origen americano, se disemina por África desde 2016. “Hay unas 400 plagas de cuarentena identificadas en Europa. Estas son solo las 20 peores”, resume Rodríguez. El impacto económico de estas pestes es enorme. La Comisión Europea calcula que tan solo una plaga, la del escarabajo asiático de antenas largas, provocaría pérdidas de 50.000 millones de euros para el sector forestal si se instala en Europa.
“El listado de los organismos prioritarios es una herramienta estratégica de la nueva legislación europea para favorecer la preparación y la rápida reacción de los países europeos en caso de emergencias”, afirma Giuseppe Stancanelli, jefe del equipo de Sanidad Vegetal de la EFSA.
La ingeniera Berta Sánchez subraya que muchos productos agrícolas certificados están amenazados por estas plagas prioritarias. En España, la bacteria Xylella fastidiosa por sí sola podría afectar a denominaciones de origen o indicaciones geográficas protegidas como Cítricos Valencianos, Clementinas de las Tierras del Ebro, Almendra Mallorquina, Aceituna de Mallorca, Pasas de Málaga, Cereza del Jerte, Cerezas de la Montaña de Alicante, Uva de mesa embolsada del Vinalopó y Aceituna Aloreña de Málaga, según los datos de la investigadora. Unos 300.000 puestos de trabajo estarían en peligro en Europa por este microbio, calcula la Comisión.
“Nos preocupa que no haya fitosanitarios eficaces contra muchas de estas plagas”, advierte Emilio Rodríguez. La propia UE presume de que sus leyes sobre pesticidas son “las más estrictas del mundo”. Las autoridades europeas comenzaron en 1991 a reexaminar los ingredientes activos de los plaguicidas utilizados en el continente y desde entonces han aprobado unos 400 y han prohibido el doble. La principal agrupación de agricultores europeos, Copa-Cogeca, teme una catástrofe por falta de pesticidas. “Hay un rechazo a los fitosanitarios y también a las medidas de erradicación, que son muy dolorosas. Pero si no se arranca un árbol, al final habrá que arrancarlos todos”, advierte Rodríguez.
MANUEL ANSENDE
EL PAÍS.- 7 NOV 2019
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