La Xunta se ha marcado como objetivo del sector forestal gallego superar los 10,9 millones de metros cúbicos de madera con uso industrial. Según sus cálculos, supondrá un incremento de la facturación de la cadena monte-industria en un 8 %, hasta conseguir los 2.700 millones de euros anuales y permitirá alcanzar 25.000 puestos de trabajo. En 2019 se cortaron algo más de 9 millones de m³ en Galicia. Para el consejero de Desarrollo Rural, José González, el sector forestal “es una de las principales fuentes de creación de riqueza y empleo en el rural gallego”.
Señaló el consejero, José González, la importancia de tres acciones legislativas para lograr este objetivo. La primera la Ley de recuperación de la tierra agraria, que contempla tanto los usos agrícola y ganadero como forestal, favorece a las agrupaciones forestales de gestión conjunta y apuesta por los polígonos forestales.
La segunda el desarrollo del Plan Forestal de Galicia 2021-2040, “una herramienta necesaria para comenzar a ahondar en el papel de la silvicultura y la gestión forestal como mecanismo fundamental para conseguir un territorio resiliente, un monte ordenado y con biomasa controlada que, además de ser fuente de riqueza, no arda o tenga menos posibilidades de arder”.
La tercera es la futura ley de lucha integral contra los incendios forestales, que marca la clave de la defensa precisamente en la gestión del territorio.
Entra las acciones concretas que permitirán ese objetivo de producción señaló el consejero la diversificación del monte gallego, a través de los planes estratégicos del castaño y del pino.
En segundo lugar, señaló la estrategia de la Xunta a favor de la digitalización y descarbonización, con el objetivo de acelerar los procesos productivos del sector, incidir en la simplificación administrativa, ahondar en el consumo y acumulación de información actualizada y fiable y conseguir políticas kilómetro cero o de cercanías.
En tercer lugar, la elaboración continua del Inventario Forestal de Galicia, que aporta conocimiento e informatización el territorio forestal gallego para tomar decisiones.
Y, por último, la tramitación telemática de las talas, la simplificación administrativa de estos procesos, el Observatorio forestal y la detección satelital de las talas.
El director general de Planificación y Ordenación Forestal, José Luis Chan, señaló que la bioeconomía y la economía circular, son guías de esa gestión forestal. Y abogó por que el sector forestal ahonde en su carácter “responsable, transparente y maduro”, al apostar por una gestión forestal activa, pero sostenible, basada en un monte multifuncional y con futuro. Algo que, resaltó, “constituye una exigencia social irrenunciable”.
El manifiesto “Sumar complicidades” busca el apoyo de la sociedad, en general, y del sector forestal en particular, en defensa de los Montes de Utilidad Pública. Defiende su gestión forestal sostenible y el desarrollo de los pueblos directamente relacionados con ellos a partir del aprovechamiento de sus recursos naturales y el pago por los servicios ambientales que prestan. Este manifiesto se puede firmar enviando los datos al correo electrónico Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. o Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
La iniciativa surgió de la Vocalía Forestal de la Asociación de Municipios de Montaña esMontañas, que organizó una mesa participativa con más de cincuenta entidades del mundo rural durante la celebración del Día Internacional de las Montañas 2022 celebrado en Orea y Orihuela del Tremedal.
Los objetivos del documento son: reivindicar la importancia de la figura de los Montes de Utilidad Pública (MUP); la necesidad de su gestión forestal sostenible como garantía de su conservación, de la obtención de productos naturales y renovables y de los servicios ecosistémicos que prestan; y su papel fundamental, a través de la bioeconomía, para el mantenimiento de los pueblos directamente relacionados con ellos.
El documento comienza con una descripción del contexto: reconoce la importancia de los MUP como primera figura de protección de bosques de España. Señala cómo su gestión sostenible, “desde hace más de un siglo”, ha creado bosques que proporcionan servicios ecosistémicos “esenciales” para la sociedad de hoy, como evitar la desertificación, regular el ciclo hidrológico y preservar la fertilidad de las tierras agrícolas, servir de “amortiguadores de los excesos climáticos”, y constituyen el mayor foco de biodiversidad terrestre, además de “lugar cada vez más reclamado para el esparcimiento, ocio y salud”.
Destacan su papel mitigador del cambio climático que “no solo pasa por crear nuevos bosques sino por gestionar los actuales en su papel como sumideros de carbono, como sustitutivos de otros materiales más contaminantes y con mayor huella de carbono”.
Los MUP “han contribuido a la generación de empleo fijando población en el pasado” y ofrecen un enorme potencial de bioeconomía al “ser fuente de recursos naturales renovables y reciclables, en especial la madera, pero también otros recursos como la resina, el corcho, la caza, la pesca, los hongos, las setas, las plantas aromáticas y demás productos no maderables”.
Destacan “el papel fundamental de la ganadería extensiva en los ámbitos social y ambiental, en particular por su contribución a la prevención de los incendios en los territorios forestales y fuente de alimentación en sentido nutricional y climático, esencial para una soberanía alimentaria”.
Por todo ello considera el documento que “en el contexto de la gestión adaptativa”, la gestión realizada en los MUP “debe servir de punto de partida a los nuevos modelos de conservación y ordenación sostenible de los bosques”.
Situación de los MUP y peligros
Sin embargo, a pesar de los servicios prestados por los MUP, sobe ellos se ciernen algunos problemas burocráticos, sociales y políticos que dificultan su correcta gestión sostenible. En primer lugar, el desconocimiento “social y político” que existe sobre ellos, fruto de una “visión distorsionada de la gestión forestal sostenible, de los profundos vínculos de bosques y población rural y de sus múltiples beneficios, debido a una dramática pérdida de las raíces rurales de nuestra sociedad”.
Señala la incapacidad de las administraciones autonómicas, responsables de la gestión de los MUP, para obtener recursos financieros y personal suficiente para “abordar de forma plena la gestión forestal de los montes españoles y, en particular, la de los bosques incluidos en el Catálogo de MUP”.
Identifica el manifiesto una coincidencia muy significativa entre dos mapas: el despoblamiento y el mapa forestal. “Ambos se solapan en un alto porcentaje, debido a la pérdida de oportunidades en estos pequeños pueblos forestales de montaña y a la falta de reconocimiento y compensación económica por los servicios que han prestado y prestan”.
Y denuncia tres cuestiones diferentes pero relacionadas. Por un lado, más del 70 % de la superficie protegida terrestre en España es forestal lo que le “somete” a limitaciones y regulación de usos que, en ocasiones, “conllevan pérdidas significativas en biodiversidad, colapso de biomasa y perjuicio en las rentas de la propiedad, coartando la posibilidad de generar oportunidades en aquellos lugares más castigados por el despoblamiento y el desequilibrio territorial”.
Por otro lado, los fondos europeos son la principal fuente de financiación de los montes, lo que consideran “manifiestamente insuficiente para asegurar la cohesión territorial y abordar el reto demográfico interior”, ya que tan solo reciben aproximadamente el 3 % de la PAC en España.
Y, por último, “el peligroso abandono” de la ganadería extensiva, “tan necesaria en nuestros bosques”, entre otras cuestiones por “la imposición de un coeficiente de admisibilidad de pastos bajo arbolado, para la PAC, no adaptado a la realidad de nuestros bosques”.
Es necesario más personal público y financiación para su correcta gestión
Termina el documento con una serie de reclamaciones a las distintas administraciones públicas con alguna responsabilidad sobre los bosques, no solo los de UP.
La primera de ella es el reconocimiento del papel fundamental del Catálogo de Montes de Utilidad Pública para disponer ahora de algunos de los bosques mejor conservados de España, “y de las comunidades locales que los han custodiado”.
Por ello, reclaman que “se compense económicamente a la propiedad de los bosques por los servicios ecosistémicos que prestan”, como la fijación de carbono, la lucha contra la desertificación, la regulación hídrica, la conservación de la biodiversidad, etcétera. Solicitan “un sistema justo y trasparente de pago por los servicios ambientales que los bosques generan”, algo ya recogido en la Ley de Cambio Climático y Transición Energética y previsto en la Ley 43/2003 de Montes, pero aún no resuelto.
Los incendios forestales y su relación con el abandono rural también han merecido atención. El documento solicita que “se considere claramente la relación directa que existe entre el abandono rural y la falta de gestión forestal, con los grandes incendios imparables”.
Relacionado con la gestión del territorio y la vegetación considera necesario que “se modifique y adapte a la realidad de España el coeficiente de admisibilidad de pastos, defendiendo ante las instancias de la Unión Europea que se requiere un enfoque particularizado para los montes del ámbito mediterráneo”.
La admisibilidad de pastos ha sido una de las grandes reclamaciones del sector ganadero desde que, en la anterior reforma de la PAC, quedaran excluidas de subvención los pastos bajo cubierta arbórea. Situación que las asociaciones ganaderas consideraban no se ajustaba a la realidad de los montes españoles donde pasta el ganado en extensivo.
Quiere que se realice un esfuerzo para contabilizar “de forma adecuada el papel de los bosques y su gestión sostenible en la mitigación del cambio climático, en particular de los ya existentes”.
Considera necesario que se haga una adaptación fiscal de los montes comunales dentro del Catálogo UP, “de conformidad con el articulo 75 y 78 Reglamento de Bienes de las Corporaciones Locales que establece que los bienes comunales no están sujetos a tributo alguno”. Por ello solicita que se dicte un Decreto que regule estos aprovechamientos y que incluya una exención de IVA de la venta de los aprovechamientos comunales, de forma que ese importe se destine a la bolsa del Fondo de Mejoras del Monte correspondiente.
La dificultad para desarrollar los planes de ordenación de montes aprobados, por falta de personal en la Administración Pública que controle las actuaciones, fue otra de las denuncias que hicieron distintos representantes municipales en aquella mesa redonda. De ahí que una de las reclamaciones que le hacen a las administraciones es que “doten a sus departamentos forestales de los suficientes recursos humanos y financieros que permitan la descentralización de los mismos en las Comarcas Forestales”.
Es esta cuestión un problema reconocido por distintas Administraciones Públicas que han tenido una tasa de reposición muy baja en los últimos años y en donde se acumulan trámites burocráticos mientras se atascan proyectos dinamizadores.
Participar en la gestión de sus montes, ese es el mensaje principal que quisieron lanzar los municipios de montaña. Por eso consideran necesario impulsar a las más de 2.000 comunidades que integran el Catálogo de Montes de Utilidad Pública, “para que sean protagonistas de la conservación de sus bosques, con una moderna y ágil política forestal que responda a los retos de futuro y al cumplimiento de los ODS 20-30”. Este impulso ayudará a generar “enonomía verde”, reequilibrio territorial, una gestión sostenible del territorio por la presencia humana y mantener los servicios ecosistémicos de los MUP.
En junio se debatirá en Europa el Pacto Rural Europeo, será una oportunidad para que el documento se presente en ese foro. Sus promotores quieren que lo haga con el mayor número posible de apoyos.
“No somos la España vacía, somos la España donante, dispuesta a compartir, pero seguimos sin voz, queremos tener voz para discutir nuestro futuro y necesitamos complicidad para seguir donando. Somos resilientes pero si no se valora todo lo que aportamos a la sociedad, al planeta, estaremos en la indigencia económica y tendremos que marchar todos. Y, sin pueblos, ni habrá paraíso, ni tendremos futuro”, concluyó Marta Corella, alcaldesa de Orea y promotora de la iniciativa.
“La negociación ha sido larga pero se ha llegado a buen puerto”. Así resumía el presidente de la Federación de Asociaciones Forestales de Castilla y León (FAFCYLE), Jesús Pestaña, el arduo proceso de negociación llevado por la Plataforma "+CHOPO SÍ" con la Confederación Hidrográfica del Duero. Más de siete meses de negociación entre el Ministerio de Transición Ecológica y los afectados por las prohibiciones de plantar chopos en las riberas del río Duero. La decisión, permitir la plantación de choperas a un mínimo de cinco metros de las cuencas de aguas bajas, ha satisfecho a todos.
Nosotros, los participantes de 141 países reunidos en persona y en línea en el XV Congreso Forestal Mundial en Seúl, República de Corea, del 2 al 6 de mayo de 2022, afirmamos que los bosques, la silvicultura y las partes interesadas de los bosques ofrecen importantes soluciones basadas en la naturaleza al cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la degradación de la tierra, el hambre y la pobreza, pero debemos actuar ahora, no hay tiempo que perder.
Transmitimos los siguientes mensajes urgentes para alentar acciones para un futuro verde, saludable y resiliente con bosques, como una contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la Década de las Naciones Unidas para la Restauración de Ecosistemas, el Marco Global de Biodiversidad posterior a 2020 y la recuperación verde de la pandemia de COVID-19.
Los bosques trascienden las fronteras políticas, sociales y ambientales y son vitales para la biodiversidad y los ciclos del carbono, el agua y la energía a escala planetaria. La responsabilidad sobre los bosques debe ser compartida e integrada entre instituciones, sectores y partes interesadas para lograr un futuro sostenible.
Vastas áreas de tierra degradada requieren restauración. La inversión en restauración de bosques y paisajes a nivel mundial debe triplicarse al menos para 2030 para implementar los compromisos globales y cumplir con los objetivos y metas acordados internacionalmente.
No existe una economía saludable en un planeta insalubre. La producción y el consumo deben ser sostenibles y las políticas deben fomentar mecanismos innovadores de financiación verde para aumentar la inversión en conservación, restauración y uso sostenible de los bosques.
La madera es una de las materias primas más antiguas de la humanidad, pero puede llevarnos al futuro: es renovable, reciclable e increíblemente versátil. Se debe utilizar todo el potencial de la madera legal y producida de forma sostenible para transformar el sector de la construcción, proporcionar energía renovable y nuevos materiales innovadores, y avanzar hacia una bioeconomía circular y la neutralidad climática.
La degradación y destrucción de los bosques tienen graves impactos negativos en la salud y el bienestar humanos. Se deben mantener bosques sanos y productivos para reducir el riesgo de futuras pandemias y mejorar su capacidad de respuesta, y proporcionar otros beneficios esenciales para la salud física y mental humana.
Están surgiendo tecnologías y mecanismos innovadores para el suministro y el acceso equitativo a información y conocimientos precisos sobre los bosques. Estos deben aplicarse ampliamente para permitir la toma de decisiones sobre bosques y paisajes basada en evidencia y una comunicación forestal efectiva.
Las soluciones basadas en los bosques deben incluir las perspectivas de los agricultores familiares, los pequeños propietarios, las comunidades forestales, los pueblos indígenas, las mujeres y los jóvenes y ser respetuosas de sus derechos, y deben empoderarlos para participar equitativamente en la toma de decisiones y en las cadenas de valor sostenibles de los bosques.Declaración Forestal de Seúl del XV Congreso Forestal Mundial
Nosotros, los participantes de 141 países reunidos en persona y en línea en el XV Congreso Forestal Mundial en Seúl, República de Corea, del 2 al 6 de mayo de 2022, afirmamos que los bosques, la silvicultura y las partes interesadas de los bosques ofrecen importantes soluciones basadas en la naturaleza al cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la degradación de la tierra, el hambre y la pobreza, pero debemos actuar ahora, no hay tiempo que perder.
Transmitimos los siguientes mensajes urgentes para alentar acciones para un futuro verde, saludable y resiliente con bosques, como una contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la Década de las Naciones Unidas para la Restauración de Ecosistemas, el Marco Global de Biodiversidad posterior a 2020 y la recuperación verde de la pandemia de COVID-19.
Los bosques trascienden las fronteras políticas, sociales y ambientales y son vitales para la biodiversidad y los ciclos del carbono, el agua y la energía a escala planetaria. La responsabilidad sobre los bosques debe ser compartida e integrada entre instituciones, sectores y partes interesadas para lograr un futuro sostenible.
Vastas áreas de tierra degradada requieren restauración. La inversión en restauración de bosques y paisajes a nivel mundial debe triplicarse al menos para 2030 para implementar los compromisos globales y cumplir con los objetivos y metas acordados internacionalmente.
No existe una economía saludable en un planeta insalubre. La producción y el consumo deben ser sostenibles y las políticas deben fomentar mecanismos innovadores de financiación verde para aumentar la inversión en conservación, restauración y uso sostenible de los bosques.
La madera es una de las materias primas más antiguas de la humanidad, pero puede llevarnos al futuro: es renovable, reciclable e increíblemente versátil. Se debe utilizar todo el potencial de la madera legal y producida de forma sostenible para transformar el sector de la construcción, proporcionar energía renovable y nuevos materiales innovadores, y avanzar hacia una bioeconomía circular y la neutralidad climática.
La degradación y destrucción de los bosques tienen graves impactos negativos en la salud y el bienestar humanos. Se deben mantener bosques sanos y productivos para reducir el riesgo de futuras pandemias y mejorar su capacidad de respuesta, y proporcionar otros beneficios esenciales para la salud física y mental humana.
Están surgiendo tecnologías y mecanismos innovadores para el suministro y el acceso equitativo a información y conocimientos precisos sobre los bosques. Estos deben aplicarse ampliamente para permitir la toma de decisiones sobre bosques y paisajes basada en evidencia y una comunicación forestal efectiva.
Las soluciones basadas en los bosques deben incluir las perspectivas de los agricultores familiares, los pequeños propietarios, las comunidades forestales, los pueblos indígenas, las mujeres y los jóvenes y ser respetuosas de sus derechos, y deben empoderarlos para participar equitativamente en la toma de decisiones y en las cadenas de valor sostenibles de los bosques.
La Plataforma de Ingeniería en Madera Estructural (Pemade) colabora en el proyecto Life Wood for Future, que aspira a potenciar las plantaciones de chopo en las riberas fluviales de Granada con el objetivo de producir madera de calidad
CAMPO GALEGO 07/04/2022
La Plataforma de Ingeniería en Madera Estructural (Pemade), de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), está colaborando en el proyecto Life Wood for Future, una iniciativa con la que potenciar las plantaciones de chopo en las riberas fluviales de Granada con el objetivo de producir madera de calidad. El proyecto, coordinado por la Universidad de Granada, busca recuperar las alamedas de chopos de La Vega de Granada, que ocupan casi 160.000 kilómetros cuadrados, y que está definida por la cuenca del río Genil, entre las ciudades de Granada y Loja. En los últimos 20 años el espacio dedicado a chopos en esta Vega se ha visto reducido en gran medida, al ser sustituidos por cultivos agrícolas intensivos.
Con la recuperación de este espacio procuran mitigar los efectos del cambio climático y el secuestro de carbono a largo plazo, ya que las choperas tienen una elevada capacidad de captación de carbono, de hasta 31 toneladas por hectárea al año. Además, la recuperación de esta zona también contribuiría a mejorar su biodiversidad. La apuesta por la comercialización de los bioprodutos estructurales es una de las maneras para lograrlo. El proyecto pretende también dotar al sector forestal primario de la herramientas que garanticen un abastecimiento de madera local sostenible a la industria.
Reunión en Santiago para conocer el sector gallego
En días pasados, empresarios, investigadores de la Universidad de Granada y representantes de la Junta de Andalucía mantuvieron en Santiago de Compostela un encuentro en el que también participó el vicepresidente económico y consellería de Economía, Empresa e Innovación, Francisco Conde. La reunión se incluía dentro de la programación de la visita organizada en colaboración con Pemade para dar a conocer el sector industrial de la madera técnica para la construcción con el que cuenta Galicia.
En la reunión, Conde destacó que Galicia y Andalucía coinciden en que el futuro del sector forestal pasa por impulsar el desarrollo sostenible y tecnológico de toda la cadena monte-industria y por la colaboración público-privada y la transferencia de conocimiento, donde las universidades juegan un papel clave. En este campo, el vicepresidente económico recordó que la Xunta ultima la nueva Agenda de la industria forestal-madera, que prevé movilizar cerca de 140 millones de euros en el período 2022-2024.
En su visita, el grupo conoció dos fábricas centradas en la producción de madera técnica: Xilonor, situada en A Coruña y fabricante de soluciones industrializadas de madera contralaminada; y Maderas Villapol (Lugo), un fabricante de vigas y perfiles laminados para uso estructural y de carpintería de alta calidad. Además visitaron el centro tecnológico de Pemade, motor de transferencia de la investigación y la innovación entre la Universidad y la empresa.